El tiempo es insustancial, es sólo una manera de materializar lo invisible a nuestros ojos humanos y separar lo inseparable, los momentos que transcurren al unísono y que como humanos, no seríamos capaces de digerirlos simultáneamente...
Este encabezado fue parte de un comentario que hice en un blog hace unas semanas, y aunque surgió de repente, como un rayo de luz mientras escribía, al leerlo me dije, caray, no sé dónde me salió esto pero es una verdad irrefutable para mí.
Me topé hace unos días con la siguiente imagen, y me parece que le va como anillo al dedo al encabezado, pues así es como son las cosas, y las ralentizamos para poderlas ver bien, fragmentándola en partes (en espacio / tiempo) las distinguimos mejor, ya que la visión tornado, no nos proporciona ningún tipo de información coherente, nos crea confusión y no somos capaces de apreciar el objetivo verdadero.
Así como surge todo, de repente, las ideas se van agolpando y tomando forma paulatinamente, de la misma manera vamos por la vida, a veces tempestuosamente, sin detenernos a pensar siquiera o disfrutar lo que hacemos, para luego hacer pausas y recapitular nuestros actos y sus consecuencias.
Hace poco les hable de la paz interior y de tratar de ser parte de la paz de los demás siendo pacificadores. Hoy quiero tocarles ese tema desde otro punto de vista, ya que ser pacificadores no significa quedar bien con el otro pero inconformes con nosotros. Me explico…
Existen personas que siempre le dan la razón al otro para evitar conflictos, pero en cada ocasión el conflicto se adhiere a su interior, pues aunque cedió, no fue por convicción propia, fue como dicen, para llevar la fiesta en paz, pero se quedó con una especie de laguna emocional.
Esas personas suelen tener esa misma actitud acostumbradamente, eludiendo confrontaciones externas, pero aumentando las confrontaciones internas, lo cual hace que esa laguna, poco a poco se convierta en un río de aguas turbulentas. En cada repetición en la que dejó de sentar claro su posición, poco a poco fue creando un mar violento, que llegado el momento, quizás cuando menos lo amerite, creará un maremoto destructivo e incomprensible.
Vale recordar que aunque hay una última gota que rebosa el vaso, y que aparentemente es esta la causante directa del derrame, no lo es por sí misma, sino que el cúmulo de fluidos que permitimos fuera poco a poco llenando el vaso es el causante del derrame indirectamente, ya que hasta un ligero movimiento lo causaría.
No actuemos de esa manera tampoco, evitar el cúmulo de cosas por resolver es la solución para evitar que nuestro vaso se rebose quizás en el momento más inoportuno, o con la persona menos indicada…
Retomando nuestro inicio, el tiempo es un aliado para muchas cosas, para otras, es un enemigo, pues no juega claro sus cartas y hay que tomar ciertas precauciones. Darle tiempo a las situaciones, no siempre es la mejor solución, a veces hay que poner las reglas claras desde el principio, pues tampoco vale de nada estar en aparente paz con los demás, pero en una constante guerra con nosotros mismos.
Muchas veces el no ponerle freno a algo a tiempo, desemboca en accidentes graves, que pueden afectarnos tanto la psiquis como el cuerpo, incluso nos puede llevar a la locura o a tener alucinaciones o delirios de persecución.
Creo que a menos que ocurra un repentino choque emocional traumático, nadie se vuelve loco de la noche a la mañana, ni se deprime de un día para otro, sino que empieza a dar señales leves, que si prestáramos más atención, o tuviéramos una mejor disposición con los demás, de seguro podríamos, si no evitarlo, al menos intentarlo, y retardar o minimizar esos efectos.
Si es nocivo estar en paz, pero crear caos a nuestro paso, es tan nocivo o más, crear paz exterior y que el caos interno nos devore el alma.
Para todo debe haber un equilibrio o punto de referencia del cual no atravesar los límites.
Hacer valer nuestro punto de vista u opinión dentro de un marco de respeto y comprensión, es válido, y reconocer el punto de vista y la opinión del otro desde ese mismo marco de respeto y comprensión, es también válido.
Así que validando uno y otro punto de vista, un poco de lo que el otro opina, con otro poco de nuestra opinión, logramos ese equilibrio de las cosas, y esa verdadera paz de ambos, una paz generalizada que beneficia al colectivo humano.
P.D. Aqui dejo algunas entradas en las que trato directamente el tema de la paz.
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