Una
vez más pude comprobar que cuando estamos enfocados en algo, con suma atención
y ponemos la intención en ello, una fuerza mayor se encarga de potenciar esa
intención y hacerlo realidad.
Les
cuento que el viernes fue para mí un día de acción y contacto con la tierra y
el cielo. Realicé una nueva visita al zoológico, esta vez con mis dos hijas, se
nos unió la
mayor pues hacía años que no iba y está de vacaciones del trabajo, fuimos a ver
como seguían los animales, que dicho sea de paso los encontré más tristes y
cansados aun. El calor es sofocante, no es para menos, a pesar de esto lo
pasamos bien, eso sí, gracias al tremendo calor nos agotamos más de lo normal,
llegamos exhaustas a la casa.
En
la prima noche decidida a descansar y acostarme temprano, recibí una inesperada
y tentadora invitación de mi esposo (algo inusual), para visitar el museo de
Historia Natural Eugenio de Jesús Marcano. Nuestro museo tenía un programa
especial para asistir al planetario y luego a través de telescopios ver el
planeta Saturno, imagínense, con el cansancio casi digo que no, pero me lo pensé
mejor y dije ¿Por qué no?
La fila era enorme y el tiempo de espera para entrar a ver el planetario me
pareció interminable, imagínense con lo cansada que estaba y estar casi dos
horas de pie hasta que al fin entramos, bueno les cuento que el planetario no
me pareció la gran cosa, pues he visto tantos videos imágenes y todo eso que no
me causó mucha emoción, supongo que influyen las condiciones de escasez económicas
del país y los planetarios de los centros astronómicos grandes y ultramodernos son
más sofisticados y excitantes, pero como era una nueva experiencia la disfruté.
https://es.wikipedia.org/wiki/Albireo
Luego
pasamos a otro telescopio y desde este pudimos ver la Luna, por Dios se veían
sus cráteres tan nítidos y grandes, fue algo espectacular ver ese astro tan de
cerca, para mí que desde hace muchos años tengo un romance con ella les puedo
decir que fue como besarla y declararle mi amor, fue genial y eso que los
telescopios no son todo lo grandes que pensaba por lo que solo se podía ver una
porción a la vez, ya que está muy cercana a nosotros, al menos mucho más que
Albireo que se veían pequeñas.
Por
fin llegó la hora de ir al telescopio que tenia capturado a Saturno, se veía como
una miniatura, aquel planeta con sus anillos estaba ahí para revelarnos que a
pesar de las enormes distancias no hay separación, se veía sereno, señorial y
elegante, parecía un hermoso sombrero de copa, sumamente denso y de color blanco
marfil, redondo, perfecto, con una inclinación que le daba aires de reverencia,
tan lejano y solitario, ya que el diámetro del telescopio no abarca mucho
espacio, se observaba una vista puntual, aquella blancura contrastando con la
negrura del cielo nocturno. El universo me reveló tantas cosas en esas visiones
tan maravillosas y sensacionales que el cansancio se olvido, la noche se llenó
de luz y esplendor para mí y dormí tan placenteramente como hace muchos años no
lo hacía, todo se conjugó, el cansancio, la alegría y satisfacción, imagínense que
batí un record, dormí 6 horas corridas
sin despertar, a eso le llamo felicidad.
Nota: Busque las imágenes que más se acercan a lo que vi por el
telescopio.
Sacando
cuentas el 2015 ha sido un año muy generoso conmigo, ya lo había comentado, recuerden
que casi realicé mi sueño de ver la nieve y pude ir en navidad a N.Y., y el
paisaje de colores que me ofreció el atardecer desde la ventana del avión fue
indescriptible además del hermoso y gran árbol navideño que deseaba con ansias
ver. Luego en marzo me tiré en parapente, una experiencia sin igual, por lo que
sentí y descubrí allá arriba. En abril casi se da un encuentro tan añorado con
mi mejor amiga del colegio, que la emoción que nos invadió en esos días de
espera a las dos, hizo que el propósito del encuentro se alcanzara sin vernos y
no nos llegamos a juntar.
También
he tenido estas gratificantes experiencias en las comunidades y ahora como si
todo esto fuera poco el UNIVERSO me envió el siguiente recado: “Necesito verte frente a mí, centrada únicamente
en mí”, y acudí a su llamado, él quería susurrarme que está tan cercano, que
jamás lo sintiera como algo lejano, quería decirme que… ¿Creen que se puede
pedir más?, pues espero ir nuevamente al museo, me enteré que están ahí todos
los miércoles observando el cielo, iré cuando nuevamente el universo me mande a
buscar para mi próxima lección.
Tengo
una cita a la que espero poder acudir, un reto para la primera semana del año 2016,
es ir al Pico Duarte, la vida y el universo me están hablando hace miles de
años y ahora por fin entiendo su idioma, para mí es una clara señal, estoy en
el camino correcto hacia mi descubrimiento interior, en la ruta hacia conocer
lo que soy, por qué soy y para qué soy.
Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente.
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