Con este microrrelato pongo la nota musical al reto de este mes del Tintero de Oro, que precisamente se trata de hacer un micro con la música como tema central.
El microrrelato está inspirado en la buena música y de fondo con la canción de Tony Ávila “Silbando un bossanova”. En un vídeo la interpreta junto a Ivette Cepeda, ambos cantautores cubanos y muy talentosos. Al final les dejo el vídeo, espero lo disfruten tanto como yo.
Silbando un bossanova 250 palabras
Siempre me sentí atraída por la música, podría decir que nací en medio de ella, si algo no faltaba en la casa era esta. Sin importar las circunstancias se hacía presente a diario y cuando no había luz, era normal escuchar a mi madre tararear y entonar alguna melodía conocida y a mi padre silbando, como acompañamiento musical.
La música se me hizo tan entrañable e indispensable, que nunca imaginé que no escucharla sería el fin de la vida como la conocía. De repente las cosas cambiaron mucho en mi país y se prohibieron muchas cosas, entre otras la radio y televisión.
Las manifestaciones de alegría desaparecieron como por arte de magia, la gente estaba muy triste y escondían su dolor bajando la cabeza en señal de sumisión.
A mis ocho años, si me atrevía a entonar una canción era sermoneada por mis padres, no entendían que yo nada de esas cosas sabía y anhelaba la música para sentirme viva y feliz.
Sé que ellos también la extrañaban, ahora entiendo que para ellos la música era una señal de alegría y complicidad, para mí era diferente, era la vida misma y lo sigue siendo. Por eso me conformé con aprender a silbar, mi padre me enseñó y se me permitió hacerlo siempre que fuera discreta.
Creo que esa fue la razón para que mis padres soportaran mejor ese cautiverio, que por suerte no duró tanto, y al término de esta opresión política, salimos juntos a la calle silbando un bossanova.
Silbando un bossanova, Ivette Cepeda y Tony Ávila
Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.
Hola, Harolina.
ResponderBorrarGracias por traernos una pequeña muestra de las bellas voces cubanas con una melodía que acaricia y da calor al alma.
🇨🇺🇪🇸
Muchas gracias Noelia por venir y por las bellas huellas. La música cubana y sus voces son excelentes muestras del buen arte musical.
BorrarGratos días.
¡Hola, Idalia!
ResponderBorrarCuando nos amputan algo importante de nuestra vida ya sea la música, la lectura o alguna actividad física que no se nos permita realizar por la razón que sea nos toca imaginar y ser creativos para reemplazar aquello que tanto nos gustaba. El relato es ingenioso y convierte algo triste en algo alegre hasta que lleguen mejores tiempos en la vida de los personajes retratados. Me encantó también escuchar la música del vídeo que nos has dejado.
Un fenomenal y musical aporte al tintero.
Muchos besos.
¡Hola, Miguel!
BorrarAsí es, cuando nos falta algo que amamos y es algo inherente en nosotros (en tu caso el cine) nos sentimos como mutilados, el alma no parece estar completa.
Gracias por las generosas palabras hacia el micro, me alegra que te gustara el video. Besos para ti también. Sigue cuidándote.
Hola, Harolina. Nada puede ser peor que la pérdida de la libertad. Libertad para cantar, libertad para expresarse, libertad para ser feliz. Siempre han habido, y los habrá, indeseables que quieren dibujar el mundo a su antojo y ante ello, la mejor arma es la cultura en general. Que suene la música y que escriban los lápices; dibujemos entre todos un mundo más feliz.
ResponderBorrarGracias por participar en el reto.
Un abrazo.
¡Hola, Bruno!
BorrarGracias a ti por proponer este reto musical que ha dejado tan originales relatos.
Como dices y es la verdad más clara hasta hoy, nada peor que la pérdida de la libertad. Por suerte el ser humano se las ingenia para que el desastre no sea tan grande.
Que la música no pare de sonar, como dicen las letras de una canción y la creatividad artística nos siga permitiendo mejorar el mundo.
Un abrazo Bruno.
Hola, Idalia.
ResponderBorrarLa música tiene un poder bonito, es una de las mejores terapias existentes, dependiendo de la canción uno se emociona de una manera u otra, viajas con ellas a recuerdos, y cuando éstas te los regalan; entonces ya uno llega a la cúspide.
Qué triste pensar que se nos prohíba algo tan maravilloso como la expresión o la cultura, sea cual sea su variante.
Un relato triste por su contenido, pero muy bonito por la complicidad del padre; y la libertad final que desprende.
Un beso enorme.
¡Hola, Irene! que gusto tenerte de regreso en estos predios blogueros.
BorrarGracias por la belleza que comentas sobre la música y su gran poder, nos alegra y es terapéutica como dices, su uso es global y también universal.
Gracias por lo que dices del micro, a todo en la vida se le puede buscar la vuelta, como hizo el padre para aliviar a su pequeña, la vida siempre nos da una mejor opción dentro de las malas.
Recibe un fuerte abrazo y besos.
Hola Harolina. La música forma parte indisociable de nuestras vidas. También la libertad, aunque en estos tiempos muchas veces nos intentan hacer pasar por libertad lo que no es. Ojalá tengamos siempre con nosotros la libertad para cantar y expresarnos. Un abrazo.
ResponderBorrarHola, Jorge, gracias por venir a dejar tu impresión. Son tiempos muy duros, ya lo creo, pero todo tiene su lado favorable, siempre hay alternativas para salir del atolladero. La libertad se puede limitar, pero no arrebatar por completo, somos dueños de nuestros pensamientos y nadie los puede controlar, eso ya es algo positivo. Otro abrazo.
BorrarLa música como tabla de salvación frente a la injusticia, la pobreza y tantas otras cosas. Tiene un poder mágico para cambiar estados de ánimo y hacer volar la imaginación. Un micro precioso, Harolina. Me ha encantado esa pequeña rebelión del padre enseñando a la niña a silbar y lo que ello implica. Un beso.
ResponderBorrarMarta, muchas gracias por venir y por lo que dices de la música y el micro, con ese padre tratando de mantener alegre y cantarina a su hija, silbar es otra forma de canto. Un beso para ti.
BorrarSin duda, la música es pura vida! Simbolo de alegria y libertad! Sin ella no se que hariamos, supongo que hundirnos en una profunda tristeza! Un abrazote Harolina!
ResponderBorrarAy, Marifelita, coincido contigo, no se que hariamos sin la música, es como la vida sin aire puro, sin libertad. Gracias por venir a dejar huellas. Un abrazo fuerte.
BorrarHola Idaila que importante es poder expresarse escuchar música disfrutarla, un relato que nos recuerda tiempos no tan pasados. Gracias por silbar un abrazo y buen resto de semana.
ResponderBorrarHola, Ainhoa, gracias por venir y dejar tu impresión del micro. Y si que seria dura la vida sin la música. Y sobre todo sin esas libertades que tanto necesitamos para disfrutar la vida y que lamentablemente hemos visto cercenadas en varias ocasiones al menos en mi país, gracias a Dios que todo es pasajero y nada es eterno. Gracias por la bonita manera de despedirte. Un abrazo.
BorrarHola Harolina, sin dudas la música es vida, por lo menos para mi lo es, sin dudas la prohibición es terrible, aquí vivimos una época de canciones, libros, autores prohibidos, se consideraban subversivos, gracias a Dios esas épocas pasaron.
ResponderBorrarMe gustó mucho tu micro, un abrazo.
PATRICIA F.
¡Hola, Patricia! La música es la vida, así lo creo, está en todas partes, incluso en el silencio hay música.
BorrarLamentablemente son muchos los países que se han visto afectados por prohibiciones artísticas, culturales, sociales y políticas, y ha sido duro sobrellevarlas, por suerte en algunos aspectos se podría considerar que fueron épocas pasadas y hoy dia no es así, en otros seguimos siendo ultrajados, tanto a nivel local como a nivel global.
Gracias por la visita y comentario, otro abrazo.
La música siempre ha acompañado al ser humano, pues fue quien la inventó. Hay música de todo tipo, alegre y triste, y siempre se adapta a nuestro estado emocional. Prohibir bailar y escuchar música es una acto, para mí, muy cruel, porque elimina todo tipo de expansión natural. En tu historia, por lo menos silbar sirvió de sucedáneo para sobrevivir a la tristeza.
ResponderBorrarUn abrazo.
Josep, muchas gracias por la visita y por dejar tu impresión sobre el tema del micro, la cual comparto totalmente. Un placer contar con tu firma aquí.
BorrarUn abrazo
Privarnos de la música es arrancarnos nuestras raíces, sin duda. Por cierto, cuánto comprendo ese sentir...
ResponderBorrarEn mi familia no sé porqué no gusta que silbe y más de una vez me llaman la atención por ello. Y es algo que no puedo evitar, a falta de oído para el canto, me gusta acompañar las canciones que más me gustan silbando.
Un abrazo.
Rebeca, muy agradecida de tu visita y tus huellas.
BorrarCuando era niña mi padre protestaba porque me gustaba silbar, decía que eran cosas de varones, pero era muy majadera, ja, ja, y creo que esas prohibiciones hicieron que me gustaran más las cosas de varones que las de hembras, y para mi siempre fueron retos superados los juegos con los varones por muy demandantes que fueran.
Gracias por compartir tu sentir. Un abrazo..
Hola Harolina, precioso relato, me siento identificada con la protagonista, la música me envuelve siempre, me sentiría como ella sin la libertad de escucharla. Un abrazo!
ResponderBorrarLulita, también yo sería una persona muy triste y apagada sin la musica, en mi familia es esencial, cuando falta es porque algo muy fuerte ha pasado. Gracias por venir y dejar huellas. Un abrazo.
BorrarHola Harolina.
ResponderBorrarLa música es vida, es libertad. Gracias por traernos un trocito de las bellas voces cubanas con esos sonidos que envuelven y que acarician. Me encantó la complicidad de los padres y ese detalle de silbar para no perder el poder de la música. ¡Precioso relato! Un abrazo.
Marlen
Hola, Marlen, gracias a ti por pasarte dejando tus huellas que siempre son bienvenidas y se agradecen. ¡Que viva la música! Te envío otro abrazo.
Borrar¡Hola, Idalia! La cultura siempre ha sido sospechosa a ojos del Poder. En unos casos se limita a censurarla, hasta que se da cuenta de que eso es como poner puertas al campo. Así que ahora parece querer monopolizarla, para que la gente solo cante, lea o vea lo que a sus ojos debe cantar, leer o ver.
ResponderBorrarAnte eso, lo mejor es silbar. Algo que parece poca cosa, pero que a mi modo de ver es algo revolucionario. Silbas cuando estas alegre o cuando estás hasta los mismísimos y con ello lo demuestras. Así que silbemos siempre. Un abrazo
¡Hola, David!
ResponderBorrarCuanta razón lleva tu comentario, la cuestión siempre ha sido la misma, manipulación y control mental de la población.
Me encantó eso de que silbar es un acto revolucionario, y sí que lo es, porque aunque no decimos nada en palabras, aireamos muchas emociones silbando.
Agradecida en el alma de tu comentario y tiempo David. Un fuerte abrazo.
Hola amiga entrañable Idalia, qué bonito texto y vídeo. Será que las prohibiciones no pueden con el cantar ni el sonar alegre que emana del mismo alma. Será que los pájaros nunca callarán en medio de la tormenta. Un beso grande estimada.
ResponderBorrar¡Hola, Emerencia! que grata sorpresa, gracias por venir y dejar tus lindas huellas amiga querida.
BorrarBonita frase me regalas. "Será que los pájaros nunca callarán en medio de la tormenta". Esperemos que no amiga, besos y un fuerte abrazo.
Muito bom, vou seguir seu blog. Espero que siga o meu também.
ResponderBorrarBeijos
Muchas gracias por la visita y las huellas.
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