En los tiempos actuales se nos hace muy difícil disfrutar de quietud exterior, y ni se diga de la interior. Es por eso que se ha expandido tanto en el occidente, el uso de la meditación, tan común en el oriente.
Todo ser viviente necesita del silencio y la tranquilidad, aunque sea para dormir, pero el ser humano, además necesita del silencio y tranquilidad mental, no solo para dormir, también estando despierto.
Nada es más estresante y caótico que un entorno constantemente ruidoso, igualmente lo es, un constante ruido interior, y diría que este último es más peligroso aún, y es una de las mayores causas de enfermedad psicológica, que tiene repercusión en el cuerpo físico también.
En la imagen anterior se aprecia una tranquilidad única, pues aún las nubes cambien con rapidez el semblante del cielo, lo hacen en silencio, al igual que es silencioso el movimiento del agua en un lago, en cambio, el río, es algo ruidoso.
En la entrada anterior compartí un cuento Zen, que al final nos decía que: dejáramos de ser un vaso de agua y nos convirtiéramos en lago.
Para conseguir esa serenidad anhelada por nuestra alma, pienso que también deberíamos dejar de ser río, con ese tanto correr, y convertirnos en un apacible lago.
Una vida calmada y serena es algo que mayormente hemos olvidado, y a muchos el silencio hasta los perturba, están tan acostumbrados a sus ruidos externos e internos, que no conciben estar a solas con ellos mismos en completo silencio. Lo que no saben es que su alma lo está pidiendo a gritos, y es la causa de muchos de sus males.
La siguiente imagen, es visualmente más silenciosa que la anterior, porque luce menos agresiva en sus colores, y sus movimientos, se perciben más sutiles aún en nuestra imaginación, o sea, hace menos ruido visual e interno.
Precisamente de eso se trata la quietud del silencio, de tratar de hacer el menor ruido posible en nuestra psiquis. Debemos trabajar bien ese tipo de quietud, para que dependa más de nuestro interior que del exterior, ya que este, no nos ofrece mucho silencio ni quietud.
Haré la siguiente observación, a veces estamos en una charla que al principio nos resultó interesante, pero luego, la mente se fue por otro derrotero, y aunque la charla continúa, no seguimos escuchándola, ya que no hicimos silencio interior. Quizás una frase, o algún movimiento del orador, o quién sabe qué, nos sacó de concentración y nos trajo al recuerdo algo, y la mente empezó a charlar por su cuenta...
Existen personas que le temen en igual grado al silencio y a la muerte. Para ellas, el estar callados, es sinónimo de estar muertos, por eso siempre tratan de romperlo cuando este aparece.
Creo que de alguna manera están enfermos mentalmente, ellos desconocen que el silencio tiene voz propia, y su suave lenguaje solo se percibe cuando estamos en calma y en completa quietud mental, cosa que ellos nunca consiguen.
La quietud del silencio consiste en escuchar con todos tus sentidos el canto del universo, sus tenues latidos y concierto celestial, se trata de acallar todo ruido o sonido que no venga del alma de las cosas, del centro del Ser, para escuchar con claridad todo el respirar de la vida y la existencia.
“El descanso es la base de toda actividad, la quietud es la base de todo dinamismo” (Sadhguru)*
Ayer se celebraba el solsticio de verano, un fenómeno astronómico que tiene lugar cuando el Sol alcanza su punto más alto pasando por el trópico de Cáncer, al norte del Ecuador celeste. Se dice que es el día es más largo del año, aunque su duración exacta puede variar ligeramente según la ubicación geográfica.
Solsticio de verano significa en latín “solstitium”, formado por “sol” y la raíz “stit”, derivada del verbo “sistere”, (pretérito perfecto “stiti”), que significa “detener”. Como resultado, el término hace referencia al “Sol quieto”, debido a la impresión de pausa que da esta estrella cuando tiene lugar este hecho.
Entonces, si hasta nuestro astro mayor, ese Sol que nos da vida, se aquieta, por qué no hacerlo nosotros, que somos insignificantes seres de luz, de los que pocos dependen, comparados con el Sol...
Aprovechemos este verano para calmarnos, descansar en la quietud del silencio, y así poder disfrutar mejor, del silencio de la quietud...
Mis mejores deseos para todos ustedes en estas vacaciones, espero que las puedan aprovechar de un modo diferente esta vez, y en lugar de hacer y deshacer, quedarse quietos, escuchando su silencio interior y creando nuevas sinfonías y sintonías de vida, basadas en la paz interior, que, sin lugar a dudas, traerá paz exterior también.
* Sadhguru Jaggi Vasudev, a menudo referido como simplemente Sadhguru, es un yogui indio, místico, y autor. Enseña la ciencia del yoga adaptada a las necesidades de este siglo, sus frases contienen mucha sabiduría.
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