Aunque estoy algo escurridiza y las musas lo están más, no quise faltar a esta convocatoria de microrrelatos del Tintero de Oro, hecha en esta ocasión por M.A. Álvarez, una de las nuevas administradoras del blog, que se ha lucido con este reto.
Espero que el micro cumpla con los requisitos, aunque quizás no es un antagonista propiamente dicho, ni famoso, sí que es muy conocido por cada uno de nosotros.
El Innombrable 249 palabras
Siempre me han tildado de bueno y he odiado eso, por más que me empeñaba en ser en realidad como soy, no lo conseguía y terminaba haciendo el bien.
Pero una noche me armé de valor y experimenté el deseo de hacer sufrir a alguien que una vez me hirió, vencí la tentación de perdonarlo y me ensañé de mala manera, o debo decir de buena manera, porque lo disfruté bastante…
Desde esa noche en que saboreé mi verdadera esencia, soy la viva cara de la maldad, se acabó la bondad me dije, me armé de valor y rompí a cuchilladas mi careta de toda la vida, hasta me herí al primer sajazo, porque empecé con ella puesta desde luego, pero me traté con cuidado y por suerte solo tengo una cicatriz, y por eso me dieron el mote de “Cara cortada”, si supieran las que he cortado desde entonces…
Supe de un imitador barato, un loco de atar al que llamaban así, pero me queda corto, era un pobre diablo cubano con aires de grandeza y poder, lo mío es auténtico, nací así aunque crecí fingiendo.
Pronto sabrán mi nombre, nadie conoce mi verdadera identidad, como ese hombre murciélago, Batman, o el hombre pájaro, Superman.
Yo soy una mezcla exquisita de malo, depravado, sanguinario, despiadado, perverso…, el dueño de toda vida, la pura tentación.
¿Aún no saben quién soy?
Párense frente al espejo.
Si, soy el lado malvado que habita en cada buena persona, su antagonista, el innombrable.
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