lunes, 29 de enero de 2018

Un leve susurro

+Julia C. Cambil amiga y compañera bloguera, me ha dejado un comentario en una de mis publicaciones recientes usando la siguiente frase: 
*A veces hay que perderse para el mundo para encontrarse a una misma*.
  
Aunque me aclara que la frase no es de ella, que la ha escuchado en alguna parte, por el momento la asumo salida de sus labios (o de sus letras) para mi consumo y el de ustedes, ya que ese leve susurro ha dado origen a la siguiente reflexión, que sirve de complemento a la entrada anterior.

Ese *A veces hay que perderse para el mundo para encontrarse a una misma*, no tiene desperdicios. La introspección es la madre de las formulas para la realización de nuestros verdaderos propósitos. Ese salirse del ruido y el eco que hacen en nuestro interior esas distracciones insustanciales que a la larga resultan fatídicas, tediosas y nada efectivas para lograr nuestras metas terrenales y espirituales, es lo mejor que podemos hacer. 


Salirnos del mundo exterior y adentrarnos en nuestro mundo interior, para reconocernos, reencontrarnos y re- direccionarnos, es algo tan necesario como respirar. La calma interior puede más que mil bullicios, el equilibrio y armonía interna no tienen rival o contrincante que lo pueda vencer, por eso debemos mantener un contacto directo con nuestra verdadera esencia, nuestro yo interior, respetar su espacio y sacar tiempo para prestarle atención, sin excusas ni justificaciones insensatas.

Hay un slogan que se usó en mi país en una campaña política y dice así: *Primero la gente*, me vino a la memoria y aprovecho para adulterarlo y acomodarlo a lo que deseo enfatizar, y lo expreso así: *Primero Yo*...

No hay que perderse de vista, sin que suene a egoísmo, ese Yo, se refiere a ese que soy en esencia, único e irrepetible, y también imprescindible tal como soy para cumplir una misión especial en este ir y venir de la existencia universal, que todo lo puede, que todo lo experimenta, lo reconoce... Y lo transforma para mantener el equilibrio y la armonía, para conservar el amor, que no es otra cosa que esa chispa divina que todo lo embellece y alegra, que todo lo sustenta, y que es nuestra mejor vestimenta.

También ocurre lo contrario, como en mi caso, me he pasado la mayor parte de mi vida escondida del mundo, no para encontrarme yo misma, sino más bien para que no me encontraran. Cuando desde temprana edad te reconoces y te sabes algo rara o fuera de lo común, prefieres pasar desapercibida o al menos no llamar la atención, porque sabes que muy pocos te entenderán, que nadie podrá lograr que te sumes al montón, y porque lo que menos deseas es pasar por grosera o indeseable. 


Pero cuando llegas a entender que tienes un rol que cumplir y no puedes esconderte o postergarte mas, entonces decides salir y dejar al menos que los demás te noten, que se fijen en ti sin que eso te cause ningún tipo de incomodidad, después de todo, cada cual tiene sus manías y sus interioridades.

Así que amables lectores, también nos vendría bien esta otra frase: 
*A veces hay que salirse de uno mismo para poder estar visible para el mundo*.

Ahora bien, si te pierdes de ti, por mantenerte tan visible y expuesta en el mundo, y te olvidas de tu rol para representar roles ajenos, corres el riesgo de no encontrarte jamás, al menos no en esta vida, y de que también a nadie le interese volver a encontrarte. 

Ambos casos son altamente peligrosos, ni muy escondida, ni muy expuesta, los extremos no son convenientes, porque nos hacen perder el equilibrio. Si nos sentimos muy interiorizados y alejados del mundo, démonos una escapadita (aunque sea breve), y salgamos a lucir nuestra bella humanidad. En caso contrario, si nos sentimos muy mundanos, démonos una escapada (no muy breve), un viaje a nuestro interior, a nuestra espiritualidad y tratemos de equilibrarnos, y mantenernos armonizados en cuerpo y espíritu, afuera y adentro, en presencia y esencia, centrados.     


Estas dos frases son las dos caras de la misma moneda, son como dos espejos, uno frente al otro y Tu en medio, uno te refleja por delante y el otro por detrás, pero tu no estas ni en uno ni en el otro, si no justo en medio de los dos. No eres solamente tu parte delantera o tu parte trasera, eres las dos, y se funden al juntar los dos espejos, justo donde estas, justo en lo que eres, *TU*... Por favor, no te olvides.  

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

lunes, 22 de enero de 2018

Nuevos comienzos

Gentiles amigos, el final de año marcó una pausa virtual que lejos de ser preocupante o nostálgica, me ha dejado más bien sorprendida, pues me creía tan absorbida por estos menesteres blogueros y googleros que pensé que el hecho de no disponer del tiempo acostumbrado, y que consideraba prudente, para no caer en la dependencia de esta red, me causaría cierta contrariedad o complejo de culpa por mi ausencia y falta de condescendencia con los compañeros y amigos con los que acostumbro a interactuar y compartir en estos predios. 


Lejos de eso, y perdonen si se sienten algo desconsiderados, he estado tan tranquila y despejada que me ha encantado este descubrimiento, todavía soy una mujer libre de los efectos nocivos de la tecnología moderna, su dependencia y adicción. 

Esto lo expreso sintiendo respeto, cariño, agradecimiento y admiración por ustedes, que  han sido más que solidarios compañeros, amigos sinceros. Y algunos incluso me son tan entrañables que juraría que nos han unido lazos de sangre, o de amor y afectos muy especiales en alguna vida anterior. Lo cual me hace sentirlos cercanos a pesar de no frecuentar la red, los llevo en mis pensamientos y a unos cuantos en un lugar muy especial en mi corazón.

Mis andanzas blogueras me han hecho crecer y adentrarme en un mundo más amplio de afectos y aprendizajes, me han hecho salir de mi zona familiar y segura de confort emocional, y abarcar otros corazones distantes, a los que quizás temía acercarme o abrirles un espacio en el mío. 

Lo cierto es que cuando te sientes cercano físicamente a alguien, te conectas directamente con esa persona de forma material, interactúas de tu a tu. Cuando te sientes atraído por hilos sensitivos y emocionales, no necesariamente físicos, te conectas por lazos de afecto invisibles o intangibles, que bien puedes exteriorizar o reservártelos y guardártelos muy dentro de ti. 


Pero cuando te sientes atraído energéticamente hacia alguien, es inevitable que te conectes telepática y espiritualmente a ese alguien, la interacción se efectúa aun inconscientemente, pero tarde o temprano se te revela y la sientes cada vez más genuina y afectiva.

Créanme cuando les digo que los extrañé, a las musas y a ustedes, es difícil no hacerlo entre tantas demostraciones de afecto y solidaridad, y tantas satisfacciones y aprendizajes recibidos a través del blog. Pero también créanme cuando les digo que cada uno de nosotros aunque aparentemente esté librando su propia batalla, solo es parte de una gran alegría encubierta, de un hermoso lienzo que servirá de sostén para el propósito existencial del colectivo universal.


Esta realidad hace que te descubras nuevamente, te sientas renacido, mas auténtico, más humano pero a la vez mas espiritual, te sientas armonizado con todo lo que te rodea, lo sientes parte intrínseca de ti, lo valoras, lo comprendes, lo amas, y lo integras a ese todo que sabes y reconoces ser. Es como si ese sentirte fragmentado se disolviera en ese fluir que es el común denominador de la vida, esa respiración que es la vida misma, en presencia, en libertad y en esencia.

Cada paso, latido, gesto, palabra, suspiro… Cada forma energética, cada hálito de vida, cada ente o Ser, ya sea palpable, etéreo o inadmisible, está motivado o motorizado por una causa, por un impulso que mayormente se recibe desde el centro existencial del todo, el cual está unido al centro de nuestro Ser. Y se desplaza desde nuestra consciencia hacia esa consciencia universal, que se alimenta de vibraciones energéticas armónicas que viajan a través de un hilo conductor, por un mar de materia oscura (o invisible a nuestros ojos en este plano físico), el cual está conformado por un sinfín de equilibradas mareas y suaves oleajes de amor existencial.   


Con cada amanecer empieza un nuevo día, la oportunidad de un nuevo comienzo. Ya sea que hagas pausas o no, cada acción genera una nueva reacción, y cada impulso recibido desprende millones de nuevas moléculas de energía, bien definidas y debidamente acopladas y sintonizadas con el universo. 

Nuevos comienzos requieren apertura mental, sensorial, emocional y sobre todo, consciencia consciente. Cada reto es un nuevo comienzo y cada logro engendra un nuevo reto, y si este ciclo se repite con consciencia despierta, no hay forma de estancarse, solo de renovarse, reconocerse y avanzar, o sea, de transformarse y evolucionar.  

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

martes, 16 de enero de 2018

Bienvenido 2018

Después de unos cuantos días de paro literario, o mejor dicho de parón y receso virtual, aquí me encuentro nuevamente frente al computador y por medio de él ante ustedes, para reiterarles mis mejores deseos de armonía y felicidad en este 2018 que recién inicia.


Me he despedido de un buen año, llena de gratitud y regocijada por todo lo que me dio y enseñó, también he recibido este nuevo año plena de satisfacción por lo que sé que me traerá, para muestras basta un botón, comencé con buen pie.




Del día primero al cinco del corriente, he vuelto a recorrer mi primera ruta al Pico Duarte, y ha sido maravillosa la experiencia y además gratificante, ya que tuve la dicha de hacer el recorrido completo sin ayuda de las mulas esta vez.



Créanme si les digo que ha sido toda una proeza, fue uno de mis propósitos al volver, además de otros menos palpables, pero tan significativos espiritualmente, que el inicio de año ha sido un regalo maravilloso de revelaciones, aprendizajes y poderosos intercambios de energías, entre otras fascinantes experiencias vividas.


Amables lectores, como ya les he dado bastante lata con mis viajes al Pico Duarte, esta vez me guardo los momentos inolvidables, los aprendizajes y la riqueza almica del viaje, solo les comparto algunas fotografías hermosas.

Desde luego, no se puede quedar la que muestra la mayor evidencia de mi viaje, posando en las alturas nuevamente junto al busto de nuestro Padre de la Patria Juan Pablo Duarte y a mi hija menor Emilia.




Hay una fotografía que resultó ser muy especial para mi, en ella estoy posando con mi hija Emilia, junto a Huáscar Martínez (su novio), un joven excepcional y a Fabio Jiménez, que posa agarrando la cruz, un amigo entrañable de la familia.
   Fabio fue quien nos dio a conocer a este genial grupo de piqueros. 



!Gracias Fabio por conectarnos con gente tan responsable, valiosa y agradable como tú!   

También con el inicio del año he celebrado mi cumpleaños 58, y esta vez de manera diferente, me han tomado de sorpresa algunos amigos y compañeros piqueros, que junto a Emilia, han tramado no dejármelo pasar por alto.




Fue lindo oírlos acercarse a la casa cantándome el famoso ¡Cumpleaños feliz! 
No se imaginan lo grato que fue para mí pasar un momento tan agradable con todos ellos, que será inolvidablemente especial, por la sorpresa, ya que ni remotamente lo imaginé. 




¡Y como lo disfruté! Fue como la post data del viaje al Pico.


!Gracias a mis hijas y a todos los participantes por regalarme una noche tan feliz!

Por si fuera poco, este domingo 14, la familia, atendiendo a una invitación de cumpleaños que me hicieran mi hijo Felix y su bella novia Sahira, fuimos a un hermoso restaurante de la zona colonial, me fue imposible acudir el día del cumple pues el virus gripal y la lluvia no me dieron tregua, sin mencionar que Emilia tenía gato entre macuto, con lo de la sorpresa, ja, ja.


En el restaurante lo pasamos genial, junto a mi esposo Félix, mis tres hijos (Viola, Félix y Emilia) y sus respectivas parejas (Francis, Sahira y Huascar) y a mis hermanas, Milli, la menor de todos nosotros, y a Nuris, mi hermana del alma, a la que si bien es cierto que no me unen lazos de sangre, no es menos cierto que los lazos de amor y afecto pesan tanto o más, es nuestra hermana mayor, vino de retirada al país y al seno familiar y es otra de las grandes alegrías que nos trajo este año.


¡Bienvenida querida hermana, gracias por formar parte tan especial de mi vida!

Como ven he empezado el año en el blog sin hacerles una reflexión, sino más bien compartirles lo sucedido en mis días de ausencia.

Gracias a todos ustedes, amigos lectores por su atención. 

Aprovecho para hacerles la siguiente exhortación:

¡Miren a su alrededor, sientan, conéctense con la belleza y la alegría que les rodea! Enfóquense bien, siempre las hay, búsquenla, podrían estar a la vuelta de la esquina… 

Y sobre todo 

¡Sean auténticos y felices! La actitud lo es todo, nada es imposible.

El universo es generoso y no escatima esfuerzos en maravillarnos, por favor, no lo escatimen ustedes.

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.