La palabra
discriminación está muy de moda a nivel nacional e internacional, de cualquier quítame esta paja sale a relucir la palabrita, lo que ha llevado a dudar de su
significado ya que se usa sin ningún reparo ni justificación aparente por
cualquier persona o entidad.
Según el
Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), el término
"discriminar" tiene dos significados:
1. Separar,
distinguir, diferenciar una cosa de otra.
2. Dar trato de
inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos,
políticos, etc.
El segundo
significado se compadece con los siguientes:
● Trato de
inferioridad a una persona o colectividad por causa de raza, origen, ideas
políticas, religión, posición social o situación económica.
● Ideología o
comportamiento social que separa y considera inferiores a las personas por su
raza, clase social, sexo, religión u otros motivos ideológicos.
Generalmente nos
identificamos con la palabra Discriminación en el primer significado, cuando la
diferenciación afecta el reconocimiento de la igualdad de derechos y de
oportunidades para ejercerlos y con los tres últimos.
En estos días a
raíz del cambio de cedula de identidad dominicana, la fundación “Manos
arrugadas” ha objetado el eslogan que dice “Cambia la vieja”, acusándolo de
discriminatorio. Me parece que ya la gente tiene metida en la médula ósea o
hasta el tuétano esta palabra y el deseo de protestar por todo, o tal vez
además de las manos, los cerebros están tan arrugados, que han perdido el
entendimiento y la capacidad de discernir, pero de que tenemos ganas de decir
algo no cabe duda, aunque sea una gran estupidez, lo que queremos es sobresalir
y lo peor es, que nos dejamos intimidar por esas protestas sin fundamento.
Ahora bien, en
un mundo tan desigual como el de hoy, la discriminación existe en todos los
ámbitos del planeta. En lugar de ver discriminación donde no la hay, lo que
necesitamos es echar al olvido la palabra y hablar de igualdad de condiciones y
oportunidades y luchar por conseguirla, pero mientras sigamos convirtiéndonos
en lo que no somos, negando y cambiando nuestra naturaleza, incluso hasta
nuestro género y no aceptando y respetando
la igualdad de derechos y las diferencias de razas e ideologías,
lamentablemente el mundo seguirá apestando.
Mientras un
pequeño grupo pueda ir al supermercado o a un restaurante a comer o cenar
diariamente y puedan cambiar todos los años el carro, la ropa etc., mientras la
mayoría padece de hambre y apenas tiene que ponerse o donde vivir, y mientras
solo un grupo muy reducido y selecto tenga acceso a todos los privilegios,
mientras al resto se le nieguen sus más
simples necesidades y derechos humanos, seguirá en auge y enarbolando su
bandera la discriminación. Ha existido
desde siempre, ojala y llegue por fin la hora de bajarla del asta y quemarla
para que desaparezca de una vez por todas.
Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente.
Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2014/05/27/correo-los-lectores
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