En esta ocasión el Tintero de Oro nos pone a prueba con un microrrelato carente de narrador, nos la puso difícil esta vez…
Primero se me ocurrió un relato simple basado en diálogos, lo dejé a un lado y luego de unos días inactiva en la web, las musas vinieron en ayuda para darle otro giro al micro, el resultado fue un segundo micro, que de alguna manera pude enlazar al primero.
Espero que mi aportación cumpla las normas. Al menos lo intenté...
Despertando talentos
Primer micro 250 palabras
Ja, ja, ja, ja.
— No te rías de esa manera.
Je, je, je, je.
— Así menos, parece que te burlas.
Ji, ji, ji, ji.
— ¡Hey!, tampoco así, como si fueras mojigata.
Jo, jo, jo, jo.
— ¿Qué, ahora eres Santa Claus?
Ju, ju, ju, ju.
— Bueno, creo que así está mejor, como si lloraras…
Cada vez me haces más difícil entrenarte y enseñarte Estrella. A veces pienso que es adrede, para hacerme enojar, excitándote con mi cólera y mi descontrol, así aprovechas para calmarme, intentando robarme un beso. Muchacha, no juegues con fuego, no soy lo que crees, soy muy peligroso cuando me excito.
— No lo hago adrede, es que soy algo tonta, y zalamera también. Pero me gusta eso de que eres peligroso cuando te excitas, me gustaría averiguar qué tanto.
— Ya que insistes. Lo primero que necesito ver, es sangre. Así que vamos a ver de dónde la hacemos brotar y qué tanto aguantas.
— Estaba bromeando, por favor deténgase, me lastima, ¡Ay!, ayúdenme por favor. No quiero morir, piedad…
— Ves, así es como quiero que hagas tu papel, te acabo de demostrar que tienes talento y coraje, entonces, déjalo salir con naturalidad.
Buen trabajo Juan, por eso vales lo que cobras, eres excelente en tu forma de hacerles ver sus dotes teatrales. Esa chica promete, hizo un papel genial y la obra fue un éxito. Pero tus métodos podrían resultar peligrosos y matarlos del susto… ¿Sabes?
— Si, lo de que soy peligroso, siempre lo digo en serio. Ja, ja.
Despertando talentos
Segundo micro 250 palabras
Me molestan los que se burlan de los demás. Hace unos días me traje a la casa una piedra que encontré en un solar abandonado. Estaba a punto de quitarme la vida cuando vi como relucía esa piedra, la tomé en mis manos y para mi sorpresa me habló, miré a todos lados, pensé que ya estaba delirando o en el trance hacia la eternidad, pero observé que todo seguía igual y mi respiración era tan real como esa piedra brillante.
Noté que alguien me observaba y al escucharme hablar con la piedra se reía de mí a carcajadas, lo cual hizo más real el asunto. Se acercó diciendo que lo habían tratado de matar unos imbéciles aspirantes a intelectuales, que se agrupan dentro de un tintero de oro, y que los muy infelices no sabían lo poderoso que era aun estando muerto, que esa piedra era la muestra, y yo no era más que una desgraciada a la que habían usado para eliminarlo; que no tenía voz propia ni era real…
¡Uf! romperé este papel, estoy harta de estúpidos guiones aburridos para ser actriz de teatro.
¡Bah! no aguanto más, me voy, dejaré una nota a mis padres.
Queridos padres.
Esta noche me voy con el circo, ahí si hay acción de verdad.
Dejo la ciudad, lamentablemente ahora sufrirán, pero cuando vuelva hecha toda una diosa del trapecio, me aplaudirán orgullosos.
No se preocupen por mí, regresaré convertida en una verdadera Estrella, como me nombraron.
Llamaré pronto, los amo.
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