El indetenible tiempo sigue acercándonos cada vez más al otoño, y en esta ocasión, deseo compartirles algunas frases de un líder espiritual boliviano, escritor y conferencista, cuyo nombre es Luis Ernesto Espinoza, mejor conocido como Chamalú, el Místico de los Andes.
Es defensor de la naturaleza y un riguroso crítico del actual estilo de vida consumista. Aplica en su filosofía de vida, la sabiduría ancestral de sus antepasados indios incas.
Ha viajado por el mundo y publicado muchos libros, entre ellos “Me declaro vivo” y “Sabiduría Olvidada”.
Aquí algunas de sus frases sabias
— Nunca salgas a la calle sin un par de sueños en tu bolsillo.
— Los sueños se marchitan si no los regamos con el agua de la alegría de vivir.
— Aprender a vivir es aprender a danzar con todo tipo de energías, en especial con problemas y adversidades.
— Danzar con la lluvia, peinarse en el viento, viajar a las estrellas, fundirse en la tierra o convertirse en montaña. Vivir es solo eso y los detalles que quieras añadir.
— Un día quise quitarle al tiempo un instante que se me había caído, me sorprendió su rigurosidad y entonces comprendí, que cada momento es para siempre.
— Aprende a ser feliz sin motivo, estar vivo es suficiente.
— Las oportunidades son organismos de corta vida, si no los atrapas a tiempo, solo te quedará la huella del recuerdo que dejaron al partir.
— Eres un recipiente, cuida lo que guardas en ti.
— No des poder al pasado para intimidar tu presente, ni permitas que el futuro te amenace.
— Todo lo bueno, dura lo suficiente, para convertirse en inolvidable.
— Y cuando ya no estés, permanecerás donde amaste.
Un fragmento de su libro ¡Me declaro vivo!, dice lo siguiente:
“La vida es un canto a la belleza, una convocatoria a la transparencia. Cuando esto lo descubras desde la vivencia, el viento volverá a ser tu amigo, el árbol se tornará en maestro y el amanecer en ritual. La noche se vestirá de colores, las estrellas hablarán el idioma del corazón y el espíritu de la tierra reposará otra vez tranquilo”.
Excelente definición de la vida y un sabio recordatorio el de hacernos saber que, la forma de entender y saborear bien las cosas, es desde la vivencia. Como dice el dicho, “Nadie aprende en cabeza ajena”, hay que vivir las cosas desde la profundidad del Ser, y percibirlas desde nuestra óptica, para valorarlas, aprender y crecer, y así, fluir con el curso armonioso de la vida.
Una frase del libro que considero muy valiosa y que no tiene desperdicio, dice así:
En realidad, sólo hablo para recordarte la importancia del silencio.
Con ella quiero terminar esta entrega, invitándoles a ser silenciosos por fuera y por dentro, para que puedan escuchar con atención, y disfrutar del hermoso lenguaje de la naturaleza, y de la valiosa y poderosa esencia, del suave susurro de la vida y su sabiduría intrínseca.
Como un bello recibimiento al otoño, y antes de entrar en ese gozoso silencio, comparto esta bella canción de Serrat, “Tiempo de lluvia”, que hace alusión al otoño.
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