jueves, 25 de febrero de 2021

La pequeñez y su grandeza

Apreciar la importancia de lo pequeño, es lo que nos hace grandes, como lo hacen las estrellas y las nubes con el cielo, las arenas y las olas con el mar, las semillas con el árbol, las piedras y rocas con la montaña…, y las minúsculas células con los seres vivos y los humanos.




Vivimos en un planeta pequeñito, para que unos puedan vivir, otros deben morir, para que unas cosas se expandan, otras deben comprimirse, para que unos puedan reírse, otros deben dejar de hacerlo... Y se suele afirmar que para que unos sean felices, otros deben ser privados de la felicidad. Pero pese a todo pronóstico, lo que debemos hacer para lograr esa felicidad, es vivir en amor, con amor y por amor, compartiendo ese amor con todos. 

¿Cómo? 

*Respetando, dejando ser, permitiendo que la vida se abra paso, sin forzar los resultados, sin nosotros intervenir… 

*Viviendo con sabiduría, aceptando las consecuencias de las decisiones sabias y las no tan sabias que tomamos. Dando lo mejor de nosotros…

*Comprendiendo que todo lo que pasa en esta Tierra, en este pequeñito planeta, está en orden divino, en equilibrio y en armonía, pero teniendo en cuenta que nosotros debemos actuar de corazón, de buena fe, con amor y con respeto, para que esto sea una realidad...
  
*Entendiendo las pérdidas (las victorias y las derrotas), las alegrías y las tristezas, y aceptándolas como un bienestar colectivo del libre fluir, de la vida y la muerte, de la armonía y el misterio que esconde.
 



Tan pronto nosotros quebrantamos las leyes de la vida, y actuamos con ambición, con egoísmo; cambiamos el curso del equilibrio del planeta, donde toda la vida (animal, vegetal, mineral, y los seres humanos), tiene nuevamente que armonizarse, para lo cual debemos soportar presiones y sacudidas, cambios inesperados, bruscos o suaves, dependiendo del grado de desequilibrio creado por nuestra mente ignorante o nuestra manera de pensar y actuar.

Seamos humildes, ahí radica la grandeza del ser humano. Actuemos con sanos sentimientos, con honradez y deseos sensatos, solo poniendo por encima el amor, el amor y el amor, y siempre el amor, mantendremos vivo, bello y armonizado este paraíso terrenal y toda la vida que suele albergar. 

Que el amor se instale para quedarse en nuestros corazones y en nuestra vida, y que la dicha de sabernos minúsculas células, roca, piedra, semilla, ola, arena, nube o estrella, nos baste para ser: humano, montaña, árbol, mar, cielo…, para ser vida en abundancia, y para reconocer que la pequeñez, es la esencia de la grandeza.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
https://www.elcaribe.com.do/opiniones/correo-de-los-lectores/la-pequenez-y-su-grandeza/

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

viernes, 19 de febrero de 2021

El enfado

Amables lectores quiero empezar esta reflexión con la siguiente frase de Aristóteles, dice así:

“Cualquiera puede enfadarse; eso es fácil. Pero, enfadarse con la persona precisa, en la medida justa, en el momento oportuno, por un motivo seguro y de manera acertada, no es fácil”.

A partir de esta verdad, y pensando en ella cada vez que creamos tener razones para el enfado, reflexionar nos ayudará a no dejarnos controlar por la situación o provocación, y nos dará tiempo para apaciguar nuestra reacción, y actuar con calma.


El enfado es una emoción de sacudida momentánea, su peligro radica en lo que nos lleve a hacer o decir en ese momento; pero puede ser aun mas peligroso, no hacer o decir nada para palear ese malestar, esa sensación de incomodidad que produce la sacudida, porque esa emoción, ese enfado que se queda adentro, sin exteriorizar, va en aumento, y puede dar origen a:









El enojo, malestar interno difícil de disimular.








La rabia, emoción que nos ciega la razón.












Al resentimiento, y al rencor, emociones negativas que se van alimentando día a día.


Estas emociones mal manejadas o reprimidas, están a un paso del odio, y este, es un sentimiento que envenena el alma.

Hay personas que tienen a flor de piel el oficio de provocadores, y hay quienes tienen aun mas a flor de piel, la sensibilidad ante estas personas, son muy vulnerables a la provocación. Pero existe algo que nos hace mantenernos en control, se llama ecuanimidad, un vocablo definido como: “Cualidad de la persona equilibrada y constante de ánimo”, una definición que dice mas de lo que parece.

Podemos enfadarnos, eso esta bien, pero no actuemos por resorte bajo el influjo del enfado, pensemos en esta frase de Aristóteles antes de actuar, y aunque hayamos acertado en todos sus puntos, aun así, es casi seguro que esa persona no merezca nuestro enfado, pues hay mucho gasto de energía en ello, y la desperdiciaríamos inútilmente. 




Para hacerlo más fácil aun, en lugar de la frase, pensemos en el vocablo ecuanimidad, y actuemos conforme a ella, con serenidad, sin dejar que se desborden nuestras emociones negativas. Creo que la mayoría de las veces lo mejor es dejar a un lado el enfado, como si lo separáramos de nosotros, surge, pero no nos pertenece, como si nos fuera ajeno, y con esto en mente, contar hasta diez, o hasta que sea necesario mientras nos calmamos, así ni nos dañan, ni dañamos a nadie, y no tenemos nada de que arrepentirnos luego por habernos excedido, razón o sin razón, y me parece, que en los excesos, siempre falta la razón. 




Como dicen, con la cabeza caliente, no se piensa bien, lo mejor es enfriarse, en frío se piensa mejor y se actúa con ecuanimidad, ademas, para los provocadores, esa actitud de aparente indiferencia, o de no efervescencia (que es lo que esperan), es mas hiriente que cualquier otra acción que tomemos. Y no lo digo incitando a ser hirientes o vengativos, si no mas bien a ser pacificadores, entes de paz que actúan con serenidad y entendimiento, por sabiduría y no por instinto, que en lugar de hacer de yunque frente al martillo, hacen de arena, les hacen ver lo inútil de su proceder.

Otro punto a reflexionar es el por qué hay cosas que nos enfadan, a veces es entendible fácilmente, pero otras veces no, están sujetas a malos recuerdos o situaciones no trabajadas de nuestra propia personalidad, y el enfado viene a ser un nuevo recordatorio del trabajo interno que aun nos falta por hacer. 
Revisa que cosas te enfadan mas y por que, y como reaccionas ante ellas, son un buen termómetro para mejorar los arranques repentinos y superarlos con creces.

Estas en tu derecho de enfadarte, hazlo, si lo crees prudente y necesario, pero controla tu enfado, no permitas que el te controle a ti.
 
Para terminar, quiero dejarles este glosario de palabras, son las que marqué en negritas, reflexionen en ellas, busquen su significado en su interior, identifíquense con ellas y visualicen las acciones que les generan y las cargas emocionales que hay en cada una de ellas.

Enfado / provocación / apaciguar / reacción / calma / emoción / sacudida / peligroso / incomodidad / enojo / rabia / resentimiento / rencor / odio / vulnerables / sensibilidad / control / ecuanimidad / equilibrada / serenidad / dejar a un lado / dañan / arrepentirnos / razón / excesos / actitud / indiferencia / efervescencia / hiriente / incitando / vengativos  / pacificadores / entendimiento / sabiduría / inútil.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe: 
https://www.elcaribe.com.do/opiniones/correo-de-los-lectores/el-enfado/

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viernes, 12 de febrero de 2021

Dedicado al amor

Bueno, bueno, al parecer mis musas fueron visitadas por Cupido, y en una noche reciente, de sensibilidad a flor de piel y muy emotiva, me hicieron un dulce susurro al oído. 

Empecé a grabar lo que me susurraban, y fueron apareciendo frases hermosas, hilvanadas desde el alma que conoce el amor y todavía ama...

Con cara de ensueño, y melosas miradas, me pidieron que no las defraudara, que querían hacerle un regalo al blog, y que el día del amor y la amistad, era la ocasión ideal.

Aunque no me hizo mucha gracia su petición, para que no se fueran a enojar, y dejarme sin alimento que compartir con todos ustedes, aquí, obedientemente, dejo plasmado en letras, el susurro que grabé. 

Que por mi no quede…

¡FELIZ DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD!




LLUVIA Y ROCÍO  

La noche está hermosa,
fría y suculenta, 
y tu estás en mi, 
como la lluvia en la tormenta.
 
Mojando las calles, 
acurrucando parejas, 
desbordando los ríos 
y fertilizando la tierra...

    
La mañana está radiante, 
tibia y soleada, 
y yo estoy en ti,
como el rocío en la madrugada.
 
Con gotitas cristalinas, 
anunciando el amanecer, 
haciendo que la vida, 
vuelva a renacer...


De mi parte, les dejo de regalo este vídeo, con una hermosa canción, apropiada para la ocasión. 



I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

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sábado, 6 de febrero de 2021

Eternidad

Hoy deseo compartirles este pensamiento de Osho, del libro “El ABC de la Iluminación”.

“Entrar en la vida, es entrar en la muerte, lo único seguro que tenemos al nacer, es que vamos a morir”.
 
Pero además Osho nos dice que: 

“La eternidad es inmortalidad; ahora bien, ¿Cómo se consigue la eternidad? ¿Cuál es el camino? Hay que entender el curso del tiempo. El curso del tiempo es horizontal, una procesión de momentos. La eternidad es vertical, profundizas en el momento; no lo sigues linealmente, sino en profundidad. Te sumerges en el momento”.



Osho lo explica de manera bastante gráfica diciendo lo siguiente:

“Aunque te quedes en la orilla, el río seguirá corriendo. Generalmente nos quedamos a la orilla del tiempo, pero el río no para de fluir: un momento, otro momento y otro, y la secuencia de momentos no se interrumpe. Así es como vivimos normalmente, es así como vivimos el tiempo. Pero existe otra manera: zambúllete en el río, sumérgete en el momento: en el aquí y ahora, y verás cómo, súbitamente, el tiempo se detiene. Ahora puedes moverte en una dimensión completamente distinta; la dimensión vertical es la eternidad. Ese es el significado de la cruz de Jesús. Está formada por dos lineas: una vertical y otra horizontal. En la horizontal están las manos, en la vertical todo su ser. Las manos simbolizan la acción: hacer y tener. El tener está en el tiempo, el ser, en la eternidad. Por eso, todo lo que haces se inscribe en el tiempo y todo lo que eres, en la eternidad; todo lo que adquieres queda inscrito en el tiempo y todo lo que constituye tu naturaleza, en la eternidad. Pasa de hacer y tener a ser. En ese momento puede producirse el cambio; en ese preciso instante, si te olvidas del pasado y del futuro, el tiempo se detiene. A partir de entonces nada se transforma, todo se queda completamente en silencio y empiezas a sumergirte en el aquí y ahora, ese «ahora» es la eternidad”


No sé a ustedes, pero a mí me quedó bien claro el mensaje de Osho.

Hacen dos o tres semanas nuestra querida amiga y compañera bloguera Marina Collado Prieto, compartió una hermosa entrada titulada “Breves pensamientos”, si hacen clik lo podrán leer, y sí que son breves, pero profundos… 
Al leer la entrada de Marina, me vino a la mente esta reflexión de Osho, me parece que ella dijo lo mismo en pocas palabras y de una manera poética muy hermosa, como es su alma. 

La vida está llena de señales y de aprendizajes, y el que menos uno cree, es un maestro en determinado momento y situación, lamentablemente, nos perdemos de ellos por las prisas. 
Por vivir en lo superficial nos perdemos la hermosa sabiduría y el gozo que da la profundidad. 
Nos perdemos el aprendizaje, la valía y el deleite de los instantes que se deberían tatuar en el alma y en la piel, por no haberlos vivido con toda intensidad... Y es así como nos perdemos la dicha y el privilegio de la eternidad. 

Nos pasa cuando nos hablan y no prestamos la debida atención, nos pasa cuando miramos, pero estamos distraídos y no hay observación, nos pasa con la lectura, por leer con rapidez, sin ninguna pretensión, nos perdemos el significado que hay detrás, la esencia de lo escrito, el alma del autor, que saca la esencia de nuestra propia alma y nos lleva a otra lectura ya de nuestra propia inspiración.


Lo mismo pasa con la escritura, por conseguir fama, dinero, o por salir del paso, escribimos de manera superficial, sin alma, y nos olvidamos de profundizar, de dejar mensajes y aprendizajes, que podrían estar ocultos para el lector superficial, pero a la vista del que sabe leer en profundidad, que definitivamente es lo mejor, lo delicioso de la lectura, el relleno del postre, lo que no se ve en apariencia, pero que nos lleva a volar sin siquiera despegar los pies de la tierra…  

Profundidad, para nuestros objetivos se define como:
“La intensidad o viveza del pensamiento y de las ideas” o como “La propiedad de lo que ahonda hasta lo más oculto o esencial de algo”.

Esas dos definiciones, dejan ver la esencia de este vocablo y la acción que desencadena. Acopladas ambas en una sola definición, tenemos que profundidad es:

“Intensidad o viveza del pensamiento, que ahonda hasta lo más oculto o esencial de algo”. Y precisamente esa intensidad y ese ahondar en lo más oculto o esencial, son la clave de la eternidad.


Los recuerdos que se quedan a medias, borrosos, como incapaces de descifrar si fueron sueño o realidad, fueron vivencias superficiales y forman parte del pasado, como no las vivimos en profundidad, no lograron cifrarse en la eternidad. 

Los recuerdos intensos y guardados con una clarividencia tal que nunca se marchan, nos acompañan siempre, son parte del presente, y son una buena muestra de esa eternidad. 


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente.

Esta entrada fue publicada en el periodico El Caribe:
https://www.elcaribe.com.do/opiniones/correo-de-los-lectores/eternidad-2/  

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.