sábado, 27 de diciembre de 2014

Remojando sueños

Llego el tiempo de hacer inventario de los 365 días vividos, sacar lo inservible, obviar lo innecesario, reorganizar y priorizar las decisiones, reconsiderar acciones, sacar conclusiones y hacernos nuevos planteamientos para la consecución de las metas no alcanzadas y los nuevos proyectos para el 2015. 



Pero también es hora de retomar los sueños, esos que vamos postergando, a pesar de anhelarlos por tanto tiempo. Los colocamos en armarios de madera, con vidrios opacos y puertas cerradas con llaves perdidas o defectuosas y nos olvidamos de que existen, pero siguen ahí, vigentes, latentes en nuestro corazón, tocándonos las puertas del alma, pidiendo un poco de agua, están deshidratados y nos piden que los remojemos, pues se están resecando y envejeciendo, saben que todavía los deseamos y quieren recobrar su juventud aterciopelada y su encanto seductor, se saben nuestra ilusión.    

Este año haz un alto, olvida un poco las peticiones externas, siempre nos acaparan y no nos dejan tiempo para atender las peticiones internas de nuestro ser, no aplaces tus sueños más anhelados, estos son los que verdaderamente nos satisfacen y proporcionan una vida plena, con sentido. A pesar de la indiferencia ellos no se irán, sufrirán deshidratación y envejecerán, pero solo morirán contigo, son fieles y duraderos a pesar del aparente olvido. Llegó el tiempo de llevarlos a un Spa, se lo merecen. 

Comienza este nuevo año poniendo en remojo esos sueños tan arraigados e importantes para ti, dándoles una terapia intensiva con el agua más poderosa que existe, “el agradecimiento”, por perdurar. Luego báñalos con una buena dosis de “intención y decisión”, empápalos bien para hidratarlos totalmente, frótalos y aplícale un masaje excelente llamado “acción”,  enjuágalos con mucha “perseverancia” y sécalos suavemente con “amor”, y por ultimo con una sutil caricia, úntale una loción esencial llamada “triunfo”. A partir de su realización conocerás el día más placentero, el amor más duradero y la vida más plena, llena de verdadera satisfacción.

Cuando nos conectamos con nuestro interior, armonizamos con él y lo mimamos, sin importarnos mucho lo externo, pero por alguna razón que conocemos aunque no sepamos explicar, cuando lo hacemos nuestro exterior también se sintoniza y armoniza con nuestro interior, con nosotros, con lo que realmente somos y queremos, florece nuestra humanidad en todos sus aspectos y nos sentimos totalmente realizados y gozosos, es por eso que debemos empezar siempre por complacer nuestro interior, y mantener nuestros sueños bien humectados.

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Consumo excesivo de energia

Se entiende por energía, la capacidad que tiene un cuerpo o un sistema para realizar un trabajo o producir un cambio o una transformación, hay varias acepciones y definiciones relacionadas con esta. Significa vigor, fuerza, poder, dinamismo, etc. La teoría de la relatividad establece el principio de conservación de la energía, según el cual, esta ni se crea ni se destruye, solo se transforma.


La energía pulula en todo el universo, en todo lo que nos rodea, y los seres humanos la tenemos en demasía, aunque no siempre la usamos correctamente, y muchas veces hasta consideramos que la desperdiciamos, el término correcto sería que no la aprovechamos al máximo, ya que nunca se pierde, se transforma.

Ahora bien, algo que sí es una gran realidad es que la malgastamos, la usamos inapropiadamente y nos pasamos la mayor parte de la vida usándola en grandes cantidades en el tiempo incorrecto (o en el pasado, tratando de cambiar actuaciones que irremediablemente ya no podemos cambiar, o en el futuro, proyectando cosas en base a algo que no podemos asegurar que ocurra), o sea que, en lugar de distribuirla correctamente, la redirigimos a zonas incapaces de aprovecharla.

Ese consumo excesivo de energía que se realiza a diario, sobre todo en estos tiempos, donde la competencia y las prisas imperan, nos está desgastando física y mentalmente en detrimento de nuestra salud y bienestar. De la relativa inercia en que vivíamos, pasamos abruptamente a un dinamismo difícil de sobre llevar, las consecuencias las estamos sufriendo ya, nos agotamos energéticamente, sobre pasamos nuestra capacidad diaria de tanto renegar el pasado y planificar el futuro y nuestra energía va disminuyendo (como muestran las imagenes inferiores), se transforma en otros modos de energía no recuperables.


            
Aunque en realidad en el presente es donde consumimos esa energía, el gasto se siente mayor porque al producirla para realizar un trabajo, no la distribuimos uniformemente, invertimos una mínima cantidad para realizar el trabajo en el presente, la duplicamos para hacer cambios en el pasado y la triplicamos para conseguir transformaciones en el futuro. 
Pero la cantidad de energía que duplicamos y triplicamos y que invertimos erróneamente, al disiparla se transforma en agonía, ansiedad e inconformidad, por ende en amargura e infelicidad, y aunque aparentemente todavía estamos felices y encantados celebrando el cambio, como el niño con su muñeco nuevo que todavía no descubre que se trata de “Chucky, el muñeco diabólico”, tarde o temprano despertaremos a la verdad y ojala que tengamos aun la suficiente energía para sacudirnos. 


Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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martes, 16 de diciembre de 2014

¿A quien crees que engañas?

No cabe duda de nuestra sabiduría y cantidad de recursos para salir adelante en la vida. Tenemos dones específicos para lograrlo, aunque muchas veces nos cuesta encontrarlos, reconocerlos, aceptarlos, usarlos, ejercitarlos y desarrollarlos.
En ocasiones nos queremos pasar de listos y actuamos de manera errónea, queriendo imitar, y así de esa forma disimilar, encubrir o negar nuestra falta de entereza para actuar correctamente utilizando nuestros dones de forma sana, útil y fructífera, tanto para nuestro bienestar como para el de nuestros semejantes.
Pero en el fondo… ¿A quién queremos engañar con este proceder?
¿A quién le rendimos cuenta? ¿A nosotros mismos? ¿O a la fuente de poder que nos creó, nos alimenta y espera nuestro regreso triunfante a ella?




Definitivamente que los únicos engañados somos nosotros.
Los sin rostro, nadie sufrirá las consecuencias de nuestras acciones como lo haremos nosotros, pues somos los dañados emocionalmente hablando. Por miedo a revelar nuestra verdadera identidad, la perdemos y nos quedamos sin identidad propia, convertidos en juguetes de la ocasión. 


No aplacemos por más tiempo ese sueño, ese deseo interior de ser auténticos, dueños de nuestra existencia, sin tapujos, excusas, ni caretas, simplemente seamos el guionista, director y actor de nuestra obra de vida y también ¿por qué no? seamos el público que se va satisfecho con el espectáculo. 







La idea no es ser egoístas, si no hacer como el conejo Bus, que jugaba todas las bases y también era el pitcher, el bateador y el cátcher.





Aunque esto es solo caricatura, la realidad es que cuando de nosotros se trate no debemos dejar que nadie sea el protagonista de nuestra vida, los extra solo deben ser eso, extras y nosotros la figura central todo el tiempo. Ahora bien, cuando de la vida de los otros se trate, solo debemos ser extras, esto es esencial que no lo olvidemos, pues dejando de cumplir nuestro papel o tomando atribuciones que no nos corresponden los únicos perjudicados somos nosotros.

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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miércoles, 10 de diciembre de 2014

Cada vez se dificulta mas

Por más que nos esforcemos en cambiar de actitud, en pensar en positivo y en crear y tomar iniciativas y medidas paliatorias, el problema persiste y se acentúa, cada vez se nos dificulta mas respirar, el aire puro escasea, los trabajos no son lo suficientemente remunerativos, uno solo no alcanza para vivir dignamente y a pesar de los avances tecnológicos, las cosas se nos complican más, nuestra existencia se ve en peligro, no gozamos de tranquilidad emocional ni espiritual, mucho menos física, las agresiones físicas y verbales se escuchan por doquier, la contaminación ambiental nos está consumiendo en vida y lo peor de todo, en la repartición de las riquezas, los derechos humanos de igualdad y respeto, son pisoteados a diario en todo el planeta.




Aun así, debemos seguir intentándolo, esforzándonos más para darle un giro a la historia mundial y sentar precedentes nunca vistos. La manera de hacerlo todavía está en proceso de estudio, pero tarde o temprano (ojala más temprano que tarde) daremos en el clavo, y cuando por fin consigamos descifrar la estrategia, no habrá vuelta atrás, se nos hará la luz en un abrir y cerrar de ojos, saldremos del dormitorio y conoceremos el resto de la casa, de esa maravillosa casa que nos está esperando con ansias de escuchar nuestras voces alegres y sonrientes, nuestros pasos que al unísono entonen un himno de gozo cuando correteemos felices por todas sus estancias, ansiosa de sentirnos dichosos, satisfechos y radiantes de felicidad, agradecidos de la vida que poseemos y poco a poco fuimos forjando en pos de un ideal común.  



Puede que estemos en el camino correcto, pero nos falta despojarnos de algunas cosas que nos impiden cargar otras que son imprescindibles para salir airosos del dormitorio.

Conocer el resto de la casa, abrir las puertas y ventanas, dejarlas bien abiertas para poder estar en contacto directo con el mundo que nos rodea y nos espera, es el verdadero tesoro.




Sé que encontraremos la forma de salir del cascarón en el que nos encerramos y al que alimentamos para endurecer y fortalecer su cubierta buscando seguridad y protección, pero imposibilitando cada vez más nuestra salida. Nos estamos aislando mas y mas físicamente, formando miles y miles de pequeñas islas, sufrimos una especie de big bang silente pero igual de expansivo y ni siquiera lo notamos, al contrario, nos creemos el cuento de que ahora estamos más comunicados y conectados que antes, cuando en realidad estamos más aislados y dispersos, desconectados de todo, ya que esa comunicación es virtual, engañosa y traicionera, no nos permite mirarnos cara a cara, sentirnos, tocarnos y ser auténticos, disfraza nuestro verdadero yo.

Decimos cantidades de mentiras y cumplidos para quedar bien y estamos sumergidos en las redes sociales, pero las relaciones virtuales son ficticias y falsas y jamás podrán ser reales y autenticas, lo falso nunca podrá ser verdadero, y aunque cada vez se nos dificulta mas, debemos seguir siendo entes físicos, no maquinas virtuales, ya que estamos hechos de materia orgánica, y por mucho poder mental que usemos y por muchas ganas que le pongamos al control del cuerpo a través de la mente, si no comemos morimos de hambre, aunque mentalmente devoremos el mejor de los manjares.




No nos resignemos a ser un ente productivo o un parásito del Estado, un producto de la mente, un número de cédula o ID, una dirección electrónica, una contraseña, un perfil,…, de hecho todos sabemos que somos mucho más que eso, somos seres maravillosos espiritual y materialmente hablando y con potencial suficiente para trascender y vivir más plenamente, tenemos inteligencia y poderes psíquicos y energéticos inigualables, además de una chispa divina llamada AMOR, capaz de encender la mayor oscuridad y darle luz al mundo que no se apaga por fuerte que sea la tempestad, solo se reduce un poco, descansa y se carga de energía, para renovarse con más ardor, brillo y esplendor.

Aunque cada vez se nos dificulte más por la fatiga, mantengamos esa llama ardiendo con la mayor nitidez posible.

                  
Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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jueves, 4 de diciembre de 2014

Acróstico de "Diciembre"


Este mes y en especial esta época de fin de año, es muy apropiada para hacer lo siguiente:

Disipar un poco, Improvisar algo, Compartir ideas, Integrar a alguien, Evaluar posibilidades, Mentalizarnos en su desarrollo, Bendecir el proyecto, Reproducirlo con fe y Esperar buenos resultados.                                                                


           
                                                            
       Disipa                                                                             Improvisa
         Comparte
         Integra  
         Evalúa
         Mentalízate
         Bendice
         Reprodúcelo
       Espera



      

No olviden el ejercicio del HO,HO,HO,HO, que les compartí el año pasado y el slogan que dice:
“Que la navidad no te saque el jugo, sácale tú el jugo a la navidad”      

QUE TENGAN UNA FELIZ NAVIDAD Y UN 2015 PROMETEDOR Y CUMPLIDOR

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente.

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miércoles, 3 de diciembre de 2014

No existe mucha diferencia

Hace mucho que no visitaba el zoológico y motivada por la menor de mis hijos y en su compañía, visitamos los animales y disfrutamos de la naturaleza y el sol. No puedo negar que aprecié la visita más que antes en el sentido de que pude ver las cosas desde otra perspectiva más adulta y más consciente de mi unidad y conexión con todo esto. El zoológico luce bien atendido y bastante mejorado, aunque extrañe no ver algunos animales como elefantes, jirafas y gorilas, ofrece un día excitante.


Como era de esperar pasamos buena parte de la visita observando a los tigres de bengala, mis preferidos, y aunque se pasaron la mayor parte del tiempo echados en la sombra, al final tuve la dicha de verlos pasearse, escucharles rugir y hasta posar ante las cámaras, fue muy gratificante ese tiempo que pase mirándolos.


    
Mi hija se atrevió a hacernos un selfie con “Silver”, se ve al fondo


Aunque reconozco el esfuerzo humano (logístico, ambiental, medico, directivo y económico) que se realiza a diario para mantener en buenas condiciones el parque, tanto el hábitat, el entorno, como a los animales, no pude evitar sentir su tristeza por lo limitados que están, lo privados de libertad que se encuentran todos, por más que se les quiera acomodar, estos animales no muestran señales de bríos, alegría, no juguetean ni corren, más bien se ven resignados, apagados, envejecidos. Carecen de los mejores atributos de su naturaleza intrínseca (su vivacidad y energía), parecen animales inertes, apáticos, haraganes y aburridos, como si estuvieran bajo el efecto de tranquilizantes, sin vida latente. A excepción del avestruz, que aunque muy por debajo de su capacidad, parece estar un poco más vivo que los demás, pues te sigue en el recorrido hasta donde puede, posa para las cámaras y te mira tratando de seducirte, como pidiéndote que lo ayudes a salir, que lo rescates.



Al ponerme en su lugar entendí su actitud, si te privan de tu libertad te queda muy poco por hacer, solo dejar pasar los días uno tras otro, quizás albergando la esperanza de nuevamente poder conquistar tu libertad perdida. Pero los animales no tienen esa esperanza, no hay forma de que piensen en ella, solo sienten un malestar que no entienden pues su naturaleza los llama aún hayan nacido en el zoológico, su conexión con el resto de su especie los mantiene en comunicación biológica, reconocen su cautiverio, su injusto encierro y su escasa libertad, presienten y pueden oler que ese no es su verdadero hábitat ni su naturaleza real.




Pero los humanos no somos ni actuamos muy distinto de esto, cada cual en su casa, en su poblado y ciudad, su nación y continente, en espacios reducidos, limitados, encerrados y cautivos de las leyes territoriales nacionales e internacionales. Cada país es un pequeño zoológico de seres humanos, las ciudades son los diferentes hábitats, nos agrupamos según nuestras características filosóficas, culturales, morales y económicas. Pasamos la mayor parte del tiempo echados en las sombras, ya sea en el trabajo o en la casa, nos han acomodado y no mostramos señales de bríos, alegría o satisfacción, no jugueteamos, ni corremos, estamos resignamos, apagados, envejecidos. Carecemos de los mejores atributos de nuestra naturaleza intrínseca, parecemos seres inertes, apáticos, haraganes y aburridos, como si estuviéramos bajo el efecto de tranquilizantes, sin vida latente, y para colmo estamos peor que el avestruz, pues no tenemos a quien tratar de seducir para que venga en nuestro auxilio.   
                  
Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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viernes, 28 de noviembre de 2014

Laberintos imaginarios

A medida que crecemos y avanza nuestro aprendizaje de vida, nos damos cuenta de que somos los responsables directos de ella, los creadores de nuestro destino y su irremediable final, de nosotros depende que sea un buen final y feliz o que sea caótico y desgraciado.

Poseemos algo llamado imaginación y acostumbramos a darle rienda suelta sin prestar mucha atención a sus consecuencias inmediatas y futuras. Fantaseamos, elucubramos y creamos en nuestra mente todo un laberinto imaginario de sucesos y resultados, se nos hace la boca agua o nos paralizamos de miedo, todo depende de lo fácil o difícil que resulte el laberinto creado y de lo clara o  engañosa que sea la salida.

Lo cierto es que somos expertos adelantándonos a los sucesos, y dependiendo de cómo los visualicemos, los gozaremos o sufriremos antes de que en realidad ocurran, porque en nuestra mente, producto de la imaginación, ya los damos por un hecho junto a los resultados y generalmente las expectativas y el suspenso nos ahogan y roban energías, que luego nos harán falta cuando los sucesos ocurran de verdad como son, no como los imaginamos o creemos mentalmente. 



Toda esta confusión crea una maraña o laberinto donde cada paso que damos lo complica más, se crea un sub laberinto y la salida se hace cada vez menos visible, mas imposible e inalcanzable, y en lugar de llevar una vida armónica y equilibrada, en espiral y en paralelo, como nuestro ADN, la complicamos tanto queriendo ejercer controles que no nos corresponden, que la convertimos en espirales defectuosas, retorcidas, que se entrecruzan unas con otras, se atascan, avanzan y retroceden y terminamos formando laberintos con nudos existenciales tan complejos y descabellados que por más que buscamos la salida no la encontramos.

A menos que nos detengamos, nos aquietemos y empecemos a soltar y soltar nudos y ataduras imaginarias de temores, riesgos, apegos, poder y ambición y dejemos de elucubrar y adelantarnos a los acontecimientos y solo esperar a que los sucesos ocurran como han de ocurrir, las cosas no dejaran de inquietarnos y agobiarnos. Solo fluyendo en la dirección correcta, sin desesperarnos pero tampoco durmiéndonos en nuestros laureles, seremos capaces de dejar de construir laberintos intransitables donde solo existen montañas imponentes que nos ocultan los hermosos valles. 




Aunque no siempre las sorpresas resultan agradables, en la mayoría de los casos es preferible recibirlas, a forjarnos falsas expectativas y sufrir grandes decepciones.

Si no estamos prejuiciados y llenos de laberintos imaginarios, las cosas se ven totalmente naturales y autenticas, perfectas y diferentes.


Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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domingo, 23 de noviembre de 2014

Los libros


Los seres humanos poseemos fortunas incalculables, entre ellas está el don de aprender a leer y escribir, lo que se conoce como alfabetización, que nos permite disfrutar de placeres tan altamente gratificantes como la buena lectura.

Un libro era el antídoto para muchos males, todavía lo sigue siendo, además de todas las bondades que nos ofrece desde el inicio de nuestra existencia hasta el final de esta. Si nos remontamos a nuestra niñez, en nuestros recuerdos algunos libros tendrán un sitial especial, ya sea porque nos los leyeron de niños o porque los leímos nosotros mismos en la escuela, algún campamento o el hogar y nos gustaron mucho, son inolvidables.



Los libros son el amigo más fiel del hombre, aunque esta distinción se le atribuye al perro, a mi juicio los libros lo superan, ya que como dice el dicho, “Los libros no muerden” y en lugar de alimentarlos, son ellos los que nos alimentan a nosotros, son una enorme fuente de aprendizaje, conocimiento y sabiduría, también de información, orientación y revelación, además de entretenimiento, diversión, deleite y placer, y como si fuera poco incluso pueden ser una fuente de consuelo y guía espiritual, como la Biblia y la Palabra Diaria entre otros. Y lo mejor de todo es que podemos llevarlos a todas partes y leerlos en cualquier lugar, si viajamos en tren, barco, incluso en avión o nave espacial, un libro impreso será siempre una joya valiosa, el mejor acompañante en nuestra travesía.  

Quien dice que los libros impresos dejaran de existir, porque la tecnología los está llevando a pique, junto con las grandes bibliotecas y tiendas de libros, está pensando en un futuro inmediato, no a largo plazo, ya que los recursos necesarios para poder leer un libro digital donde quiera que estés, son muy costosos y con el tiempo irán mermando debido al alto costo del combustible, a su escasez y al monopolio existente que controla esta poderosa arma de doble filo llamada combustible y aunque se ha hecho más necesaria y vital cada día, seamos sensatos, no es imprescindible para la vida como lo son el agua, el aire, el fuego y la tierra misma, al menos para la vida natural, aunque para la vida artificial o generada por mecanismos artificiales lo sea.  




Estas personas no se han sentado en un apacible bosque o parque, bajo la sombra de un gran árbol, o a orillas de un rio o lago con un libro en sus manos a degustar una buena lectura.  Aunque la tecnología permita hacerlo hoy día sin tener a mano un libro impreso, las baterías tienen un límite de vida y es probable que tengas que dejar la lectura en el mejor momento para ir a recargarlas, y con la interrupción se pierda toda la magia y el encanto de esta, además del placer de pasar la página, escuchar su sonido y saber que te falta menos ya, para el desenlace final.

Desde que se inventó la escritura y el papel, sin duda uno de los mejores inventos, los libros han sido una herramienta inseparable para el hombre sabio y sensato, son tan antiguos como su civilización, tan fieles como su Dios, y tan gratos y placenteros como el mejor de los bocados, la bebida más exquisita, el amor más sublime y el romance mas tórrido. Todas estas maravillosas experiencias y más, se pueden vivenciar tan solo con la lectura de un estupendo libro.  



Nunca abandones tus libros, compártelos, regala o intercambia algunos, recomienda otros y conserva tus favoritos, y ten siempre a mano un buen libro, tu preferido, no sabes en qué momento te puede salvar de la derrota y calmar la ira, la decepción, la apatía y la soledad y transformarlas en oportunas ocasiones para una deliciosa y fructífera lectura. Incluso para atraer a alguien que este necesitando compañía y consuelo, un libro siempre resulta atractivo y tentador para las personas, se suelen acercar con curiosidad a observar o simplemente preguntar que lees, o por que lees.


No lo olvides, un buen libro a mano es una joya irresistible, imprescindible e impredecible, no sabes que ocurrirá al exponerla a la luz, sus destellos podrían irradiar tanta luz y amor que te podrían convertir en la persona más afortunada y dichosa en un momento determinado de tu existencia.  

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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martes, 18 de noviembre de 2014

La aceptación

El vocablo aceptar encierra en su significado diferentes puntos de vista, quiere decir, entre otras cosas: recibir, aprobar, admitir y permitir, pero si lo sopesamos bien, estos diferentes vocablos que se consideran ser sus sinónimos, al conjugarse todos son los que realmente constituyen el significado completo de esta palabra.


Si de hecho aceptamos algo, nos estamos comprometiendo primeramente a admitirlo, en segundo lugar lo aprobamos, en tercer lugar lo permitimos y en cuarto lugar estamos en capacidad de recibirlo. Ya sea que se trate de una ideología, de un trabajo, una relación, un proyecto de vida etc., cualquier cosa que aceptemos implicará un compromiso, pero lamentablemente huimos siempre o casi siempre del compromiso mayor, que es el que implica nuestra propia aceptación y la aceptación de nuestro prójimo.

Uno de los mayores problemas del ser humano es la falta de auto aceptación, siempre preferimos parecernos o ser otros, tener lo que tienen otros y hacer lo que hacen otros, exhibiendo un alto grado de inconformidad con nosotros mismos y recelo hacia los demás, pero este comportamiento más que baja autoestima y envidia, es un recurso mediocre para no enfrentar el gran compromiso de aceptarnos tal como somos, nos justificarnos y buscamos siempre victimas sobre las cuales echar nuestra falta de autenticidad y aceptación eludiendo responsabilidades.











“El éxito más grande es la aceptación de uno mismo” (Ben Sweet)


Mayormente nos enjuiciamos y no nos aceptamos como somos y como castigo nos reinventamos según el caso, y por la misma razón tampoco aceptamos a los demás como son y los juzgamos y sentenciamos a nuestra hoguera mental, actuando como hipócritas deshonestos.

El problema está en que todos sin excepciones tenemos virtudes y defectos, y si cada quien se acepta como es, tiene que admitir, aprobar, permitir y recibir además de sus virtudes, también sus defectos, pero por el hecho de enjuiciarnos tanto, estos últimos nos resultan inadmisibles y terminamos negándolos y evadiendo con ello nuestra cuota de responsabilidad por ellos, lo cual hace decrecer también nuestras virtudes para mantenernos en equilibrio, de esa forma nos reinventamos diferentes a como somos, y por esa misma manera engañosa de vernos, también vemos a los demás desde nuestra óptica engañosa y los sobre valoramos o condenamos, atribuyéndoles virtudes o defectos que quizás no tengan ellos, si no nosotros.











“A menos que acepte mis defectos, es seguro que dudaré de mis virtudes” (Hugh Prather)


La aceptación va de la mano con el compromiso y la responsabilidad. 
Debemos asumir el compromiso y la responsabilidad de aceptarnos como somos, así podremos mostrarnos ante los demás como en realidad somos y por ende podremos ver a los demás como en realidad son, ya que la sinceridad aclara la mente y la vista, pero sobre todo establece la comunicación de corazón a corazón.

    
Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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jueves, 13 de noviembre de 2014

Imponente y majestuoso ejemplar


El tigre de Bengala es por decirlo así, mi animal favorito. No tengo ninguna mascota y no soy amiga de tener animales en la casa, siento que limitaría su libertad, pero si tuviera alguno de seguro que desearía tener un tigre de Bengala para poder admirarlo de cerca todos los días, por eso quiero dedicarle esta entrada a ese portentoso y vigoroso felino.

                       

El tigre de Bengala es feroz y tierno a la vez. Su fortaleza y belleza es toda una obra de arte, su colorido pelaje me magnetiza. 
Observo toda una mezcla de contradicciones en la naturaleza exterior e interior del tigre, es como si al saberse fuerte y poderoso se avergonzase de ello y de su comportamiento voraz y violento cuando está hambriento y pasase por una especie de cambio drástico de humor, del ataque a la docilidad, de la tempestad a la calma, del pecado al arrepentimiento.
Posee una exquisita mezcla de dulzura y terror en dosis equilibradas, luce perezoso y apacible en ocasiones y ágil y feroz en otras circunstancias, su dualidad me resulta fascinante, me cautiva.  











Admiro su porte majestuoso y señorial y al mismo tiempo la humildad que reflejan sus ojos y su rostro. 










Su mirada es penetrante pero triste, intranquiliza pero al mismo tiempo te invita a confiar, pero si accedes te hace ver quién manda y es el poderoso. 


Es un animal temible y a la vez adorable, lo quisiera abrazar, siento que su mirada se pierde al igual que la mía por miles de kilómetros de distancia y aunque está presente parece estar ausente (conozco esa sensación), pero al primer descuido ruge y te dice con sus enormes fauces ¡Hey, ni lo sueñes, aquí estoy! 


Nunca he estado tan cerca como para saber todo esto pero lo he sentido así cuando los he visto a distancia, siento como si tuviéramos una comunicación muy estrecha, creo que en el fondo somos muy parecidos; de espíritu indomable, solitarios, apegados a la libertad, aparentamos ser muy rudos y no defraudamos nuestra naturaleza intrínseca, pero si se profundiza bien somos candor vestido de fiera salvaje.

Perdón por colocar tantas imágenes. Desde niña me he sentido atraída por este hermoso ejemplar del reino animal, debo de haber tenido un contacto muy directo con él en alguna otra vida, algo me dice que alguna vez viví en la India, existen cosas de ese país y su cultura que me resultan familiares, fascinantes y muy atractivas, entre ellas las gemas transparentes de colores y los sigilosos tigres de Bengala.



Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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domingo, 9 de noviembre de 2014

Cerrar los ojos

Arribamos a este mundo con los ojos cerrados, antes tardábamos días en abrirlos, hoy día no, los avances médicos y conocimientos de la ciencia han ayudado a que sea así. Cada vez estamos más expuestos al exterior, más desnudos de intimidad y por ende menos libres. 



Las sonografias han hecho maravillas según muchos y revelan todo lo relacionado con nuestra gestación, aunque pienso que abusamos cada vez mas de ellas, le damos más importancia a las maquinas y confiamos menos en la capacidad medica intelectual. Las razones las hay y si bien es cierto que estos adelantos han detectado problemas que se han podido solucionar antes del alumbramiento, no es menos cierto que en la mayoría de los casos son innecesarias, la manipulación de la vida y el desafío científico se basa más en proporcionar riquezas que en ayudar, mas en ejercer un control absoluto en la población mundial que en proporcionarle bienestar. 




Cerrar los ojos es todo un deleite, es como si de repente te metieras de nuevo en el vientre de tu madre, donde estabas en calma, tranquilo y feliz, meciéndote suavemente en el vaivén del liquido amniótico, es la sensación más genuina y agradable que se puede sentir, especialmente cuando tus ojos necesitan descanso, cuando la emoción resulta muy agradable, el espectáculo a tu alrededor es desagradable o cuando simple y sencillamente te quieres desconectar del exterior y conectarte con tu divinidad sagrada y adentrarte en tu paz interior, por eso las meditaciones que se realizan con los ojos cerrados, dan mejores resultados.

Con solo cerrar los ojos y dejarte llevar, empiezas a perder peso y a flotar, a soltar ese peso agobiante que te carga de energías negativas, te abruma y hace que pierdas el verdadero enfoque de tu vida.

Muchas veces no solo es necesario cerrar los ojos a la hora de ir a la cama, es bueno relajarse y dejarse guiar por ese foco triangular de luz blanca que da vueltas en círculo sin detenerse dentro de la oscuridad, al igual que la imagen que salía cuando se empezaba a rodar una película, de esa misma forma empiezas a vivir toda una aventura de serenidad y luz, te descargas y te sientes ligero, te conectas con el todo, ves todo un mundo dentro de ti, observas como flotan las energías de la vida, los espíritus, las luces hermosas a tu alrededor, una verdadera fiesta de paz y gozo interior y aunque tus ojos están aparentemente cerrados es cuando verdaderamente están abiertos hacia tu mundo interior.


Si quieres vivir una experiencia inolvidable aíslate dentro de ti por un rato, cierra los ojos, así te resultara más fácil poder aislarte y conseguirás una mayor concentración, pon atención a lo que sientes, a lo que ves dentro de ti, al tipo de emociones que genera tu aislamiento, a lo despierto que estas y sabrás que tan conectado estas con la fuente de la vida y que tan cerca estas de ti, de tu verdadero yo.

¡Que tengas un feliz viaje y una excelente aventura! 

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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miércoles, 5 de noviembre de 2014

La redondez

Me llama la atención sobremanera que entre todas las formas la más común es la redonda, quizás no sea la que más abunde, pero si la que tienen la mayoría de las cosas vitales e importantes de la naturaleza.


Veamos algunos ejemplos:
Una gota de agua, sangre o lo que sea, es redondeada
Los planetas, el sol, la luna y la mayoría de los astros son redondeados
La cabeza, cerebro, ojos, hombros, senos, glúteos, testículos, rodillas y punta de los dedos son redondeados
Un vientre en gestación especialmente el de la mujer, es redondeado
Un punto, la rueda, una moneda y el recorrido de las agujas del reloj son redondeados
Los movimientos de las olas, los huracanes, tornados y sismos son ondulados y redondeados
Las ondas sonoras, las burbujas y los huevos son redondeados
La mayoría de las frutas son redondeadas
Una pelota, el juguete o herramienta deportiva por excelencia, es redondeada


En fin, la lista es interminable, pero lo que quiero destacar es que muchas de las cosas primordiales de la vida son redondeadas, ¿Por qué, nuestra mente al igual que el cerebro será redondeada? ¿Será por esa razón que siempre le damos vueltas y vueltas a las cosas, y mayormente nos desenvolvemos y nos movemos en círculo?
De hecho estamos regidos por tres movimientos circulares importantes: el de rotación de la tierra sobre su eje, el de traslación del planeta alrededor del sol y el de la luna rotando alrededor de nuestro planeta tierra que nos afecta cuantiosamente, además controlados por el  movimiento oscilatorio de las ondas marinas, oceánicas y terrestres y el movimiento circular de las agujas del reloj imaginario creado por el hombre que psíquicamente nos afecta más que ninguno, alimentados por semillas y frutos mayormente redondeados, y atraídos y fascinados por todo lo que encierra la redondez. 

Todo en la vida es cíclico y circular, partimos de un punto y tarde o temprano volvemos a él. De no existir y ser nada, pasamos a existir y ser alguien, para luego dejar de existir y volver a ser nada y repetir este ciclo de la vida una y otra vez mientras sea necesario para alcanzar nuestro propósito de vida.

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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