Sin
lugar a dudas y sin temor a equivocarme, todos, absolutamente todos, pasamos los
primeros años de nuestra vida haciendo gala de este intercambio de alegrías, la
del corazón y la del alma, entre risas y lágrimas.
Quizás
como una cuestión de karma o elección estos primeros años, para unos son más
risas que lágrimas, para otros es lo contrario, pero sea cual sea la opción, si
al pasar de los años, las cosas cambian o no, el verdadero significado de esto
y por consiguiente, la auténtica finalidad, es la alegría.
Aunque
suena a locura es así, estas dos expresiones van muy ligadas, a veces de tanto
reír terminas llorando y viceversa, ¿la razón de eso?, ser feliz en cuerpo y
alma. Por eso, la risa es la alegría del corazón y las lágrimas son la alegría
del alma.
Haz
memoria y recuerda..., cuando lograste esa meta tan anhelada en tu corazón, cuando
te graduaste, cuando te casaste, cuando nació tu hijo, cuando… Aunque no todos,
pero una gran mayoría, se ve tan afectada de la emoción de alegría que le
embarga, que simplemente llora, no puede evitar demostrar también la alegría de
su alma. Otras veces, al conseguir un ascenso en el trabajo, al ganar un
concurso o ganar su equipo favorito, al comprar un carro o un ticket de avión, al..., generalmente ríes, está más asociado a la alegría del corazón, que es la del
cuerpo.
Independientemente
de si ríes o lloras ten presente que ambas cosas representan alegría, expresiones
de sentimientos y emociones de vida, de ninguna manera se deberían asociar las
lágrimas a la tristeza, y la infelicidad, estas son expresiones de ausencia de vida,
de su aliento, que es quien produce la risa y las lágrimas, esa fuerza
emocional interior provoca tu alegría y te hace expresarla desde donde más
fuerte la sientes, desde el cuerpo, con el corazón, a través de la risa o desde
el espíritu, con el alma, a través de las lágrimas.
Cuando
pasas por una dura prueba, tu alma se alegra porque sabe lo importante y
significativa que esta será para tu crecimiento espiritual, por eso lloras,
pero tu corazón lo ignora y aparentemente sufre, por eso no puedes reír, la
alegría del alma es tan fuerte y natural que bloquea la alegría del corazón. Es
tan sencillo como eso, recuerda que más que cuerpo, eres espíritu y todo lo que
venga de él predomina en tu vida, el cuerpo es prestado, el espíritu es lo que
en realidad eres.
El
dolor es una sensación física, puedes vociferar, retorcerte, hasta golpear por
causa del dolor, es una reacción física normal a ese estímulo, pero no lloras a
causa del dolor, si no que la incapacidad de reír desde el corazón cuando estas
bajo su efecto, hace que tu alma venga en tu defensa, y recuperas tu alegría
mediante las lágrimas que brotan de tus ojos, y de alguna forma se disipa ese
dolor. Tanto la risa como las lágrimas, son como los anticuerpos y defensas superiores
del ser emocional.
Permite
que tu ente emocional se defienda y te defienda a través de las risas y las lágrimas,
no las reprimas o te mutilarás en cuerpo y alma, ábrete a la vida plena, al
gozo de vivir en armonía, amor y equilibrio universal.
Quiero
terminar esta reflexión con este hermoso vídeo, tomen lo que sientan que les resuena y dejen el resto como está, a alguien más le resonara, cada cual tiene
un camino diferente que tomar.
I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente.
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