martes, 28 de abril de 2020

¿Oímos o no?

Empezaré esta entrada compartiéndoles un pasaje del libro de Osho “El ABC de la iluminación”
Se titula “Oído” y dice así:


"Una vez oí lo siguiente. Dos hombres iban andando por una concurrida acera de la zona comercial del centro de la ciudad. De repente uno de ellos exclamó « ¡Escucha el bello canto de ese grillo! ». Pero el otro no lo oía. Preguntó a su compañero cómo podía detectar el canto de un grillo en medio de aquel bullicio de gente y de tráfico. El primero, que era zoólogo se había preparado para escuchar las voces de la naturaleza, pero no dijo nada. Se limitó a sacarse una moneda del bolsillo y dejarla caer en la acera. Acto seguido una docena de personas se puso a buscar a su alrededor. 
– Oímos – dijo – lo que queremos oír..."

Hasta aquí lo dejo, siguen unas cuantas líneas más resaltando que somos tan pobres que solo el dinero nos estimula... 

En los inicios del blog, compartí una entrada “La sub–utilizada capacidad de escuchar”, está enfocada en la falta de escucharnos y prestarnos atención unos a otros, solo queremos ser escuchados y no somos capaces de escuchar a los demás.

En esta lectura que les compartí más arriba, se trata de oír y prestar atención a los sonidos que nos rodean a diario, y resalta lo encerrados que estamos en nuestra propia música de miseria, en nuestros intereses que no van más allá de lo insulsamente económico.

También voy a aprovechar la ocasión para traer a colación otra entrada que hace unos años compartí "El canto de la naturaleza", no les tomará mucho tiempo leerla si gustan hacerlo.

Estos largos días de cárcel domiciliaria, a la que estamos sometidos una gran parte de la población mundial, nos han hecho ver que lo que nos molestaba a diario, era una compañía agradable, que nuestra insufrible agitación y estrés cotidiano, hoy no tiene ningún sentido ni protagonismo, y que de casi todo eso podemos prescindir, pues no es muy relevante, desde luego no hablo del derecho de movernos a libertad... 


Ustedes pongan sus neuronas a funcionar, hagan un análisis de todo lo que los esclaviza y no les suma nada primordial o esencial a la existencia plena, y saquen sus propias conclusiones...
Ahora, la soledad, el silencio, esas ganas de hablar de cerca con las personas, de abrazarlas..., son nuestra compañía, y los deseos de salir a disfrutar de la vida y la naturaleza, son nuestro mayor anhelo. Algunos tenemos el privilegio de estar juntos en familia, pero otros están muy distanciados, nos están vetadas todas las cosas que desdeñamos y ahora valoramos y anhelamos como locos.



Ni siquiera podemos afirmar en qué momento la vida se volvió metálica, superflua e insulsa, poco apasionante y gratificante, nunca pusimos el oído y prestamos atención... Se fueron masificando, globalizando y mecanizando, las emociones. Los sentimientos se volvieron insípidos, fingidos; empezaron a estorbar, y desapareció la magia y el encanto. La hiperactividad cercenó la sensibilidad, el ser humano se volvió tosco y agrio, nos aturdimos, el romance pasó de moda, se convirtió en lujuria, manipulación, miedo y posesión. La educación de los hijos se convirtió en un problema mayor, pasó a ser una máquina tragamonedas de azar, los intereses materiales tomaron el control y el dinero, ocupó el lugar del amor.

Pero a pesar de eso, la música de la vida, la naturaleza la sigue tocando y sigue siendo hermosa, aunque no le prestemos atención ni la escuchemos, nunca dejará de sonar armoniosamente. 



Si nos retiráramos a un lugar apartado en comunión con la naturaleza, lejos de la cuidad o del bullicio mental, notaríamos ese concierto hermoso que diariamente nos regala junto a ese maravilloso panorama visual. ¡Cuánto daríamos por hacerlo ahora!




En algún momento no fuimos capaces de conformarnos con toda esa belleza, no solo que no nos conformamos, sino que además quisimos callarla y anularla, ya no era por necesidad de cobijo, era por mero ego y ambición, pero no nos saciábamos, pedíamos más y más, pues en nuestro interior seguíamos insatisfechos, ya que nunca pudimos crear o imitar esa bella música, lo que muy en el fondo sigue atormentándonos. 



Pues aquí lo tenemos, ese más que tanto propiciamos, nos ha llevado a menos de la cuarta parte de lo que se nos regalaba, ahora tenemos que trabajar como esclavos, y por el momento, atenernos al encierro y quién sabe a qué más... Estamos en sus manos.

Mientras podamos hacerlo tratemos de oír y escuchar, de vivir el momento por completo, no escuchemos solo el ruido de la moneda, sino lo que en verdad nos provoca gozo en el alma y nos llena de plenitud, no de esclavitud. 


Dejemos salir ese canto que llevamos dentro, aprisionado con mascarilla y mordaza desde hace tiempo, que suene en nuestro interior con libertad y claridad y que resuene por todos los confines de la Tierra y las almas, escuchemos esa voz y canto interior, y con él, todo lo que nos cuenta el hermoso mundo exterior, ese mundo de amor y libertad.  

P.D. Mi mayor interés es crear consciencia de nuestros actos dañinos e irresponsables, para tratar de remediarlo, y en lo sucesivo, evitarlos por el bien del planeta y toda la humanidad.

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periodico El Caribe:
https://www.elcaribe.com.do/2020/05/02/oimos-o-no/

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

18 comentarios:

  1. No recuerdo dónde, pero en cierta ocasión escuché aquello de: "¿Sabes por qué tenemos dos ojos, dos oídos, pero solo una boca? Para recordarnos que en la vida debemos ver y escuchar el doble de lo que hablamos."
    Y es que como mencionas nuestros intereses dirigen nuestra mirada y oído. Cuando esperábamos nuestro primer hijo, de repente, parecía que las calles eran un aluvión de cochecitos de bebé y mujeres embarazadas. En la radio solo escuchaba cosas de partos y la terrible "muerte súbita". Todo aquello parece haber desaparecido de mis sentidos conforme mis hijos han ido haciéndose mayores.
    Nada más despertar, nuestro cerebro recibe millones de bytes de información, algo inasumible. Es por ello que selecciona, como hacen los navegadores, según nuestra manera de pensar o nuestras querencias aquello que sabe que nos va a interesar. El resto pasa completamente desapercibido.
    Creo que muchos libros de autoayuda explotan este sesgo cognitivo. Si consigues domar tus pensamientos y enfocarlos a lo positivo, la realidad se te mostrará así. De toda su complejidad será solo eso lo que llame la atención de tus sentidos. Sí, por el contrario, tus pensamientos son atormentados la realidad solo te ofrecerá aquello que alimente ese tormento.
    Aun sabiendo esto, creo que la lista que propones sobre lo que nos esclaviza sería muy larga en mi caso, ja, ja, ja... Me encantó tu reflexión y esas imágenes que nos llevan a centrarnos en los sonidos que merece la pena escuchar entre tanto ruido. Un fuerte abrazo!!

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    1. Gracias David, que buen recuento haces en tu comentario, y todo es tan cierto, y con la mención que haces al inicio, que tambiéen lo he leído y escuchado en varias ocasiones, es un buen recordatorio...
      Lo que cuentas de tu experiencia al esperar a tu primer hijo encaja bien con la teoría de la atracción, en lo que enfocamos el pensamiento, eso atraemos. Y creo que si por el contrario no pensamos en nada en particular, estaremos receptivo a todo a nuestro alrededor, todo será captado pues la mente está vacía de condicionamientos, pero cuán dificil es actuar así.

      Muy agradecida de tu visita y de tu impresión siempre jugosa.
      Espero que hayas disfrutado el que pudieran salir hoy. Te dejo un abrazo.

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  2. Hola, Idalia.

    Cuando dices: "Solo queremos ser escuchados y no somos capaces de escuchar a los demás" estás dibujando un comportamiento humano que suele pasar desapercibido por lo general que se ha vuelto. De hecho, creo que muchas ni escuchamos, ni oímos a nuestro interlocutor. Solo estamos preparando la respuesta para imponer nuestro ego o nuestras ideas.

    La anécdota del sonido de las monedas es genial.
    Abrazos.

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    1. !Hola Miguel!

      Gracias por las huellas. Muy bueno lo que resaltas, esa es la primera causa de los malestares sociales, nadie escucha a nadie pues cada cual tiene la razón y la verdad en sus manos...

      Sí, la anécdota me gustó y nunca la había escuchado.

      Ojalá que hayas disfrutado la salida aunque fuera por poco tiempo. Abrazos para tí también.

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  3. Una buenísima introducción a esta nueva reflexión, Harolina, el pasaje de Osho es sin duda de lo más acertado. Lamentablemente es muy cierto que los seres humanos tenemos la tendencia de no escuchar a los demás reclamando únicamente el ser escuchados, no es lo mismo oír que escuchar. Podemos oír un millón de sonidos y no prestar atención plena que sería la diferencia entre oír y escuchar. Prestamos de entre millones de cosas solo la parte que nos interesa, en ello quizá haya una dosis de egoísmo, no nos interesa saber lo que nos cuentan solo nos importa que sea nuestra voz la que se escuche. Por otro lado está la parte material que nos mueve a agudizar nuestros sentidos y enfocarnos en conseguir cuantos más bienes materiales mejor, la pregunta es para qué. En estos momentos en que nuestra libertad está reducida al confinamiento obligatorio es cuando nos damos cuenta del valor que tienen las pequeñas cosas, las que antes no le dábamos importancia y las teníamos relegadas a un segundo o tercer plano. Los abrazos, estar cerca de las personas que amamos, en mi caso no veo amis hijos y nieto desde que estamos encerrados y se hace muy duro, la verdad. La mayor prioridad de hoy es poder abrazarlos, sentirlos cerca, salir a la calle en libertad y prestar atención a cada detalle de lo que vamos encontrando, mirar observando, no pasando la vista al entorno echando una ojeada. El contacto físico con los seres queridos, sean familia o amistades es primordial y el dinero en estos momentos no lo hace posible.
    Lo positivo de esta difícil situación es pensar que nos llevamos un gran aprendizaje y las prioridades no van a ser las mismas cuando esto acabe. Y una vez más vuelvo a repetir que deseo que se produzca el mayor de los cambios en las conciencias de los seres que habitamos este planeta y que un mundo mejor vea el nuevo despertar.
    Te dejo un abrazo inmenso con todo mi cariño y un cargamento repleto de besos desde todos los puntos de mi universo.

    P.D: No quiero irme sin decirte que has hecho una magnífica selección de imágenes, muy elocuentes y acertadas como siempre, son preciosas. Ahora ya salgo del ordenador pero mañana vuelvo para leer los enlaces que nos has dejado, no me los quiero perder jajaj

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    1. Querida Marina, mil gracias por tu elocuente comentario, tus razonamientos y ejemplos que le dan más calor a lo expresado en la reflexión.

      Y sí que lo mejor es que aprendamos la lección y estos largos días no se queden en el vacío, al menos los que como tú no están con sus seres amados valoran aún más esas pequeñas cosas que conforman la grandeza de la vida.

      Gracias por el contenido y por el detalle de las imágenes, me alegra que te gustaran. También te dejo abrazos y besos, ojalá que hayas salido y respirado aire fresco.

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  4. Hola Idalia, querida amiga, escuchar a una pájaro, plantar un árbol y esa moneda cayendo que todos a su alrededor escucha... cada uno nos habituamos a escuchar, discernimos unos sonidos de otros, deformación profesional le llaman uno, sordera natural le llaman otros. Me gustó tu historia, como no. Un abrazo y cuídate.

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    1. Hola Emerencia, un gusto tu visita y comentario, si que cada cuál toca su sinfonía favorita y no le interesa escuchar otras.

      Cuidate tu también, espero que hayas dado un paseo hoy, y que pronto lo puedan hacer cuando les apetezca. Abrazos amiga.

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    2. Idalia, sí que lo hice, con el papá. Estrenamos calle y brisa del mar. Qué maravillosa sensación, dos horas para estar con sus más noventa años. Me dijo que a todo te acostumbras y que es lo que le va a tocar ahora. Mi padre siempre fue un callejero, no paraba en casa solo comer y dormir. Incluso con mi madre enferma el salía, para no toparse con la realidad, así, de lleno. Yo le llamo el "sociabilismo callejero, es lo que más le gusta; su mente dispersa en la vía pública se llena de sensaciones, estímulos y hace que no se marchite. Siempre pensé que si se recluía podría pasarle algo, y no, estaba engañada. Lo ha superado y se ha convencido que no es tan malo. Sabe que llegará el momento de estar en casa y no podrá salir. No se porque te cuento esto, tal vez por ser mi amiga. Pero maduro descubriendo a un padre en sus últimos años. Un abrazo grande

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    3. Emerencia mil gracias por este detalle tan bello de compartirme tu experiencia y en especial la impresión de tu padre, que felicidad poder tenerlo y disfrutarlo, mientras a tu padre la calle lo mantiene energizado y entusiasta, al mío con 91, lo que le da esas energías es mantenerse al tanto de todo lo que ocurre, por eso escucha la radio y ve los programas en la tele, en especial la política, para así poder tener material para conversar, que es su hobby número uno, ya que también es muy sociable.

      Me alegra que lo disfrutaras y pasaran bien amiga. Un abrazo bien fuerte para vos.

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  5. Cuánta razón tienes, Harolina, y qué necesaria es tu reflexión. ¿Sabes?, aquí en España, a partir de este sábado podremos salir a pasear los adultos un rato, y no solo éso, es que podremos hacerlo en compañía de la persona con la que vivamos habitualmente. No puedes ni imaginarte la ilusión que tengo por poder dar un paseo cogida de la mano de mi marido. ¡Increíble! Y es que como tú dices, ahora valoramos cosas a las que antes no les prestábamos ninguna atención. Yo he salido estos días a ver a mi madre, a hacerle recados y a hacer mi propias compras, pero siempre sola. Poder salir ahora en compañía, la suya, es para mí un auténtico regalo.

    El pasaje del libro con el que comienzas el post me ha parecido alucinante. Con un ejemplo muy sencillo nos explica cómo hemos ido "perdiendo oído" para los demás y para lo que nos rodea que no consideramos prioritario. Tendríamos que reeducarnos para quitarnos ese feo vicio que además nos priva de muchos placeres.

    Te dejo un fuerte y cariñoso abrazo, amiga. Ojalá tus musas sigan tan inspiradas como ahora por mucho tiempo :))

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    1. Querida Julia, cuanto me alegra que puedas disfrutar ese paseo con tu marido. Eso ya es un avance, y bueno, aún hay que cuidarse.
      Aqui el encierro no es tan estricto, bueno los que somos prudentes lo llevamos bien pero muchos salen y hacen todo lo que les apetece y nadie los detiene, solo se cumple el toque de queda y hasta eso lo incumplen muchos.

      Un gusto leerte querida. Recibe un fuerte abrazo virtual.

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  6. lO QUE ESCRIBES LOS COMENTARIOS ME HAN HECHO PASAR UN MOMENTO DELICIOSAMENTE HERMOSO UN ABRAZO DESDE SIEMPRE

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    1. Muchas gracias Mucha, me alegro que hayas pasado un buen momento.

      Otro abrazo de vuelta.

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  7. Qué bonita entrada nos has dejado Idalia,... hace un momento le hacía un comentario a Miguel sobre el valor de las cosas sencillas,... especialmente en este mundo artificioso que creamos y que a menudo no nos deja ver lo verdaderamente importante de la vida. A menudo hacemos tanto ruido que nos incapacita para sentir, para ver, para comprender,...
    Cuídate!
    Por mi parte

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    1. !Hola Norte!

      Gracias por el calificativo de la entrada y por la generosidad y elocuencia reiterativa de tu comentario.

      Cuidate mucho también Toño.

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  8. La mala costumbre de hablar por hablar e imponer nuestro criterio a los demás conduce a la agresividad y a una gran incomunicación social.
    El ejemplo que nos compartes, con este reflexivo y sabio pasaje de Osho es muy didáctico al mostrarnos con claridad esta falta de atención, que nos lleva a desperdiciar tantos mensajes que nos transmiten los demás y la propia naturaleza.
    También lo veo así como tú nos comentas, querida amiga, los casi cincuenta días de "cárcel domiciliaria" nos han hecho comprender a todos el valor de la compañía de los demás, lo dañino para la salud mental que es el estrés cotidiano que llevábamos antes (aunque en esto, afortunadamente no me incluyo). Y otro valor que también hemos perdido con la pandemia y la ineptitud de los políticos de turno, es la libertad y el derecho a la intimidad, ya que con tanta dependencia de las nuevas tecnologías acabamos por sufrir un control absoluto de nuestra intimidad, además del perjuicio para la salud (informaros de los daños que ocasiona la tecnología 5G) y la pérdida del pensamiento propio, dejándonos manipular por toda la sobrecarga de información manipulada como se ha podido comprobar con todo este tema del "coronavirus", para inculcarnos el pánico y el rechazo a manifestar nuestro afecto a los demás.
    Ganarse la vida no es esclavizarse, ya que no vivimos para trabajar, sino que trabajamos para vivir.
    Tratemos de ser buenos observadores escuchando y advirtiendo las pequeñas sorpresas que nos ofrece la vida, que por supuesto no se compone de sonidos de monedas, ya que es necesario equilibrar lo material con lo espiritual.

    Una reflexión llena de sabiduría que engrandece el alma y despierta la conciencia.

    Te mando un gran abrazo, mi querida amiga, y mi gratitud por tantas enseñanzas.

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  9. !Hola Estrella!

    Gracias por tu elocuencia y los aportes haciendo hincapié en lo expresado.

    Si que de alguna manera cambiaremos, y espero que sea mayormente para bien, que no olvidemos este episodio y tampoco lo que se hizo relevante en nuestra vida en esos largos días y meses, porque de hecho creo que usaremos mascarillas como parte de la vestimenta diaria por mucho tiempo...

    Querida, con todo respeto mi humilde opinión es que la vida ya nos la hemos ganado, sino no estuvieramos aquí, creo que el término sería mas bien, ganarse las demandas materiales que la sociedad ha ido institucionalizando en cada época de la vida, con la idea de comodidades y bienestar. Creo que después de todo, antes éramos más libres y felices, ahora estamos más cómodos físicamente, pero psíquicamente somos más infelices, solo que lo disfrazamos de libertad y felicidad para engañarnos a nosotros mismos. Antes se trabajaba para vivir, ahora se vive para trabajar (tanto los ricos como los pobres), pues el horario de trabajo actual no termina, ni siquiera en la cama cuando mal dormimos...

    Gracias por las palabras del final amiga. Te dejo un fuerte abrazo y que sigas dándote tiempo para el descanso.

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