El pasar de los
años trae consigo siempre novedades y reformas necesarias, cambios en la
conducta y niveles de adaptación, que hasta cierto punto son normales y
justificables de acuerdo al grado de desarrollo y madurez emocional del
individuo en particular, a la transformación social alcanzada por el conglomerado
humano y a la influencia directa de la evolución y cambios drásticos en la
naturaleza de nuestro planeta.
Producto de esos
cambios y novedades surgió algo que todos conocemos como “moda”, término que
bien podría definirse como: Tendencia de los mismos gustos o intereses en un
grupo significativo de personas por un tiempo determinado.
En estadística
se usa este término para nombrar al dato que se presenta con mayor frecuencia
en una distribución de probabilidades.
Al principio la
moda se identificó con la vestimenta y la forma de arreglarse, o sea, con la
apariencia personal, luego se fue extendiendo más su significado y abarcó otros
tópicos, como la música, el lenguaje hablado y corporal, las actividades
sociales y políticas, en fin se fueron integrando actividades y actitudes poco
a poco, y hoy día para muchos la moda resulta un ardid imprescindible a la hora
de actuar y tomar decisiones.
Actualmente esta
se ha impuesto como una manera de protesta ante las costumbres tradicionales de
la sociedad en general, se ve toda clase de incongruencia y desfachatez en la
apariencia personal y en las normas morales y éticas de conducta social, impera
un abuso excesivo por romper esquemas y patrones formales y naturales y rayar
en lo estrafalario, grotesco, vulgar y obsceno, desafiando todo tipo de norma
tradicional.
Los patrones de
conducta de preferencias sociales masivas y los diseños modernos, especialmente
de productos tecnológicos, son los que están a la vanguardia de la moda.
Muchas veces
esta corriente “moderna para cada época determinada”, llamada moda, que se
fundamenta en dos parámetros esenciales; cantidad
(abundancia o frecuencia de uso) y duración
(tiempo que prevalece), se aplica sin hacer ningún tipo de cuestionamiento o
consecuencia posterior, la mayoría se introduce en ella porque sí, por falta de
autenticidad y personalidad y por temor a ser rechazados o tildados de
anticuados, porque todos lo hacen, es lo que se vende y no se pueden quedar
atrás, hay que tenerlo o hacerlo porque está de moda..., craso error.
Es cierto que
hay una gran cantidad de cosas que están de moda en un momento determinado que
no afectan de manera negativa nuestra imagen o conducta, pero hoy día existen
muchas cosas que definitivamente nos dañan irreversiblemente, tanto física,
como psíquicamente hablando. El lavado de cerebro necesario para seguir esa
corriente moderna degenerativa y perjudicial, es arduo si se tienen bien
arraigados los principios morales tradicionales y se posee un carácter
definido, en cambio si se es un cabeza hueca con personalidad de veleta, se
cree que la moda es el mejor aliado para parecer inteligente.
El problema de
hacer las cosas por moda, es la falta de personalidad y dignidad, no es la moda
en sí, sino como se propaga y se adueña del escenario
y de las personas, como si fuera una epidemia que solo se cura al cumplirse el
tiempo que tenga de vida el germen que la produce.
M ovimiento
O portuno
D emasiado
A gresivo
Están de moda los hombres-mujeres (homosexuales) y
las mujeres-hombres (lesbianas), los hijos-padres (los que gobiernan) y los
padres-hijos (los que obedecen), las madres solteras y los niños probetas, los
tatuajes de todo tipo y las cirugías reconstructivas y reformativas, las
ejecutivas y funcionarias y los amos de casa y niñeros, los impotentes (jóvenes
usando viagra) y las insaciables (no hay forma de satisfacerlas), los
insubordinados y desacatados, las marionetas de la tecnología, los enajenados
mentales y cualquier comportamiento antinatural y pernicioso, y todo tipo de
extravagancias, que se le ocurra a cualquier persona con un poco de influencia
en el medio social.
Quizás el famoso
slogan de que “La moda no incomoda”, anteriormente no era tan difícil de
digerir como hoy, pues la única forma de que los cambios de moda bruscos y
constantes por los que atraviesa la sociedad mundial no incomoden, es si se
carece por completo de personalidad, autenticidad y dignidad.
Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente.
Esta entrada fue publicada en el periodico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2015/09/18/correo-los-lectores
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