miércoles, 13 de mayo de 2015

¿Moda o ausencia de personalidad?

El pasar de los años trae consigo siempre novedades y reformas necesarias, cambios en la conducta y niveles de adaptación, que hasta cierto punto son normales y justificables de acuerdo al grado de desarrollo y madurez emocional del individuo en particular, a la transformación social alcanzada por el conglomerado humano y a la influencia directa de la evolución y cambios drásticos en la naturaleza de nuestro planeta.
Producto de esos cambios y novedades surgió algo que todos conocemos como “moda”, término que bien podría definirse como: Tendencia de los mismos gustos o intereses en un grupo significativo de personas por un tiempo determinado.

En estadística se usa este término para nombrar al dato que se presenta con mayor frecuencia en una distribución de probabilidades.




Al principio la moda se identificó con la vestimenta y la forma de arreglarse, o sea, con la apariencia personal, luego se fue extendiendo más su significado y abarcó otros tópicos, como la música, el lenguaje hablado y corporal, las actividades sociales y políticas, en fin se fueron integrando actividades y actitudes poco a poco, y hoy día para muchos la moda resulta un ardid imprescindible a la hora de actuar y tomar decisiones.
Actualmente esta se ha impuesto como una manera de protesta ante las costumbres tradicionales de la sociedad en general, se ve toda clase de incongruencia y desfachatez en la apariencia personal y en las normas morales y éticas de conducta social, impera un abuso excesivo por romper esquemas y patrones formales y naturales y rayar en lo estrafalario, grotesco, vulgar y obsceno, desafiando todo tipo de norma tradicional.

Los patrones de conducta de preferencias sociales masivas y los diseños modernos, especialmente de productos tecnológicos, son los que están a la vanguardia de la moda.


Muchas veces esta corriente “moderna para cada época determinada”, llamada moda, que se fundamenta en dos parámetros esenciales; cantidad (abundancia o frecuencia de uso) y duración (tiempo que prevalece), se aplica sin hacer ningún tipo de cuestionamiento o consecuencia posterior, la mayoría se introduce en ella porque sí, por falta de autenticidad y personalidad y por temor a ser rechazados o tildados de anticuados, porque todos lo hacen, es lo que se vende y no se pueden quedar atrás, hay que tenerlo o hacerlo porque está de moda..., craso error.

Es cierto que hay una gran cantidad de cosas que están de moda en un momento determinado que no afectan de manera negativa nuestra imagen o conducta, pero hoy día existen muchas cosas que definitivamente nos dañan irreversiblemente, tanto física, como psíquicamente hablando. El lavado de cerebro necesario para seguir esa corriente moderna degenerativa y perjudicial, es arduo si se tienen bien arraigados los principios morales tradicionales y se posee un carácter definido, en cambio si se es un cabeza hueca con personalidad de veleta, se cree que la moda es el mejor aliado para parecer inteligente.  


El problema de hacer las cosas por moda, es la falta de personalidad y dignidad, no es la moda en sí, sino como se propaga y se adueña del escenario y de las personas, como si fuera una epidemia que solo se cura al cumplirse el tiempo que tenga de vida el germen que la produce.

M ovimiento
O portuno 
D emasiado
A gresivo
Están de moda los hombres-mujeres (homosexuales) y las mujeres-hombres (lesbianas), los hijos-padres (los que gobiernan) y los padres-hijos (los que obedecen), las madres solteras y los niños probetas, los tatuajes de todo tipo y las cirugías reconstructivas y reformativas, las ejecutivas y funcionarias y los amos de casa y niñeros, los impotentes (jóvenes usando viagra) y las insaciables (no hay forma de satisfacerlas), los insubordinados y desacatados, las marionetas de la tecnología, los enajenados mentales y cualquier comportamiento antinatural y pernicioso, y todo tipo de extravagancias, que se le ocurra a cualquier persona con un poco de influencia en el medio social.

Quizás el famoso slogan de que “La moda no incomoda”, anteriormente no era tan difícil de digerir como hoy, pues la única forma de que los cambios de moda bruscos y constantes por los que atraviesa la sociedad mundial no incomoden, es si se carece por completo de personalidad, autenticidad y dignidad.

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periodico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2015/09/18/correo-los-lectores

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