Inspirada en lo que representa el jardín botánico
para la ciudad, decidi escribir sobre Loma Miranda, ya que justamente el lunes
viajaba al Cibao y pude nuevamente apreciar que cuando sales de la capital
hacia esa región cibaeña, el único lugar de la carretera donde se respira a
naturaleza pura, donde a medida que te vas acercando empiezas a sentir un clima
diferente, fresco y húmedo, un olor y sensación de libertad que te recuerda los
verdaderos orígenes de la naturaleza humana, y que formamos parte de todo ese
verdor y riqueza natural intrínseca de
ese lugar, hasta el punto de transformarnos en él y llegar a sentir su queja y
su temor por perder todo eso y escuchamos su petición de que no destruyamos lo
que todos llevamos en nuestro interior.
No tengo idea de cuáles serán los intereses que
perciben los que están en contra, como los que están a favor, ni los verdaderos
intereses ocultos de los organismos nacionales e internacionales, pero lo que
si tengo bien claro es que sea cual sea la decisión, los pobres seguirán siendo
pobres y los ricos seguirán siendo ricos, el país seguirá endeudado igual o más
y las riquezas que se extraigan las aprovecharan como siempre un grupo
minoritario, el de turno, y el resultado final en unos cuantos años más, será
otro pulmón menos por donde respirar salud para equilibrar y desintoxicar una región tan productiva e
importante como la del Cibao, será un oasis menos en este desierto en el que
cada vez escasea mas el agua lluvia y el agua potable, un recurso natural menos
para que nuestros ríos dejen de agonizar ante una depredación brutal del
hombre, para seguir sembrando nuestros campos de concreto, que por cierto han
perdido tanto su belleza, que ya no sabes si estas en el campo o la ciudad,
pues en el rincón más remoto, te encuentras con tremenda mansión de puro
concreto armado.
Todavía queda mucha belleza y verdor en nuestro país,
pero si seguimos eliminando sus respiraderos tarde o temprano se acabaran, no
todos los recursos son para explotarlos, también existen los que se encargan de
mantener el equilibrio de la región y me parece que Loma Miranda es uno de
esos.
Es una pena que a pesar del paso de los años y los
supuestos progresos, siendo una nación tan pequeña, seguimos divididos,
viviendo entre dos bandos (“Los conservadores y los liberales”, “El azul y el
rojo”, “Los bolos y los coludos”, “Los mansos y cimarrones”), en fin cada uno
sigue jalando para su bando, de esa forma nunca podremos unirnos como nación
para luchar juntos por los mismos ideales que beneficien al pueblo y al país en
sentido general y obtener el verdadero progreso nacional.
Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2014/09/19/correo-los-lectores
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