¿Alguna vez te has topado con algo que a simple vista
es tan frágil que temes que con un simple roce se rompa?
¿Has tenido en
tus manos un vaso o copa cuya fragilidad casi te obliga a colocarlo nuevamente
en la vitrina y luego ves que uno de tus hijos decide usarlo, lo friega y no
pasa nada? ¿Te has fijado que la fragilidad de ese cristal es relativa, pues resulta
ser mucho más resistente de lo que parece? No es que sea irrompible, sino que
necesitas ser brusco, golpearlo o dejarlo caer para verlo hecho trizas, pues no
es tan frágil como pensamos.
Significado de fragilidad de Wikipedia:
“La fragilidad se relaciona con la cualidad de los objetos y materiales de romperse con facilidad. Aunque técnicamente la fragilidad se define más propiamente como la capacidad de un material de fracturarse con escasa deformación. La fragilidad de un material además se relaciona con la velocidad de propagación o crecimiento de grietas a través de su seno. Esto significa un alto riesgo de fractura súbita de los materiales con estas características una vez sometidos a esfuerzos”.
En general se entiende por fragilidad la facilidad de romperse de las cosas y su opuesto es la ductilidad, que es la capacidad de resistencia a la ruptura por su facilidad de deformación. La fragilidad es inversamente proporcional a la deformación y la ductilidad directamente proporcional a esta. Me explico, a mayor fragilidad menor deformación y a mayor ductilidad, mayor deformación.
El punto es el siguiente:
¿Existe la irrompible fragilidad? Por definición claro
está que la respuesta es No.
¿Y si lo intercambiamos?
¿Existe la fragilidad irrompible? En este caso no estoy tan segura, podría existir,
me parece un buen tema de tesis.
No puedo evitar
hablar de fragilidad y pensar en la mujer, ya que en sentido figurado nos han
etiquetado con ese adjetivo, que a muchas les agrada porque lo relacionan con
delicadeza y a un número (diría yo) que mucho más elevado, les desagrada porque
lo relacionan con debilidad y no se consideran débiles.
La relación de la
fragilidad con la delicadeza es muy
estrecha, ya que con las cosas frágiles hay que ser sumamente suave y delicado para no romperlas.
La relación de la
fragilidad con la debilidad también es
muy estrecha ya que las cosas frágiles no
aguantan mucha fuerza o presión sobre ellas y colapsan.
¿Me pregunto si en cualquiera de estos dos casos
aplica el adjetivo para la mujer? Mi respuesta es rotundamente No.
El primero de los casos está muy claro, si la mujer
fuera frágil necesariamente habría que tratarla con delicadeza y mayormente es
tratada con dureza, tanto por la sociedad, como por el jefe, el marido o
compañero y muchas veces hasta por los propios hijos. Está claro que la mujer es
la delicada aquí y la fragilidad es de la sociedad, del jefe, del marido o
compañero y de los hijos.
En el segundo
caso está más claro todavía, no hay un ser humano que tenga más aguante que una
mujer, resistencia muy elevada para soportar dolor físico, dolor emocional,
desagravios, desconsideraciones, vejaciones, presiones, etc., y aun así todavía
exhibe un alto grado de compasión y ternura. El ejemplo más vivo lo tienen en
el reciente caso del secuestro de las tres mujeres en Cleveland, Ohio.
¿Entonces qué opinan? ¿Sería mucho más aceptable el
adjetivo de “dúctiles” para las mujeres?
¿Podría ser?
Yo pienso que Si, ya que pocas veces colapsamos y casi
siempre nos deformamos sosteniblemente bajo las presiones diarias, transformándonos
en infinidad de facetas, con capacidades sorprendentes y sin perder nuestras
propiedades o mejor dicho naturaleza intrínseca.
En última
instancia si nos van a poner el adjetivo de frágiles, por favor acompáñenlo de
la palabra irrompible, suena mucho más aceptable decir que las mujeres tenemos
una “fragilidad
irrompible” (aunque parezca una contradicción), a decir que las mujeres somos
simplemente “frágiles”.
Quiero dejar bien claro que
no soy de la nueva corriente feminista, que no pertenezco a ningún tipo de afiliación
ni nada por el estilo, simplemente estoy a favor de la igualdad de derechos del
ser humano independientemente del genero, entendiendo que la diferencia de género
existe y que arrastra consigo unas diferencias que nada ni nadie por mucho que se
luche y tergiversen las cosas va a poder cambiar, cada quien con lo suyo y a lo
suyo.
Admiro a esas mujeres que fueron pioneras de muchos de los
logros de hoy día: estudiamos, votamos, estamos insertadas en el ámbito laboral
de la sociedad aunque muy mal pagas por cierto, hemos alcanzado grandes puestos
gubernamentales, etc., también hemos pagado un precio muy alto por eso. Estoy
en desacuerdo con muchas mujeres que hoy día han malinterpretado la lucha y quieren
derrumbar la base que tanto les costó a ellas, pues su lucha está enfocada en
objetivos mezquinos que nada tienen que ver con la femineidad y los derechos de
la mujer como ser humano que es.
Soy de la opinión que mientras nuestros apellidos paternos
nos sigan siendo arrebatados al casarnos y sigamos siendo, María de… fulano o mengano,
o teniendo el apellido del marido a secas como se adopta en muchas culturas,
seguiremos siendo vistas como objetos de pertenencia de la sociedad y del
hombre, relegadas y hasta cierto punto hasta desvalorizadas por los hijos,
abogo por una abolición total de la ley que nos obliga a ser pertenencia de
nadie, a llevar el apellido de nadie que no sea el de nuestros progenitores al igual que
los hombres, si he de entablar alguna lucha, empezare por ahí.
Quiero dejarles este interesante vídeo que recibí hace poco por e-mail a propósito del tema.
Bendita sea nuestra fragilidad irrompible.
Harolina P.
Notificarnos si por razones de derecho de autor debemos retirar alguna de estas imagenes
Notificarnos si por razones de derecho de autor debemos retirar alguna de estas imagenes
Bendita sea nuestra fragilidad irrompible, Harolina, Bendita sea!!!
ResponderBorrarUna magnífica reflexión que has complementado con gran acierto con este vídeo que me ha conmovido enormemente, la piel se me ha erizado. Una gran verdad amiga mía, llevamos sobre nuestras espaldas cargando con todo tipo de injusticias desde la noche de los tiempos, soportando todo tipo de vejaciones, dolores, sufrimientos, abusos, violaciones y una gran lista de tormentos, al igual que tú, no pertenezco a ningún movimiento feminista pero pienso que la igualdad como seres de una misma especie que somos debe darse, entendiendo y aceptando que las diferencias entre géneros existen y siempre será así. Queda mucho camino todavía para que esa igualdad basada en el amor y el respeto hacia los seres pueda darse pero confío en que lleguemos a despertar y ver ese amor que habita en nosotros, ese amor que somos y que será lo que haga que el milagro se produzca.
He venido aquí desde el enlace que nos has dejado en tu reciente entrada, ahora vuelvo a ella para comentarte.
Muchas gracias querida Harolina por tanto como aportas en mi vida con tus sabias reflexiones.
Te dejo un abrazo inmenso con todo mi cariño. Deseo que estés disfrutando mucho del fin de semana, Ser bello y maravilloso.
Marina querida, que joya de visita y comentario, !Bendita seas tú también mujer privilegiada!
BorrarGracias por pasarte también por esta entrada y dejar esa huellas tan claras amiga. Como bien dices, queda mucho camino por andar y espero que obre el milagro de vivir con respeto, amor y armonía todos, sin importar géneros ni razas.
Tus comentarios y reflexiones, además de tus hermosos versos también son un gran aporte y dejan huellas en mi.
Que pases bien la semana, te envío un fuerte abrazo y mi agradecimiento a tu maravilloso Ser.