lunes, 7 de junio de 2021

Integración

En muchas ocasiones de nuestra vida hemos escuchado decir que lo que nos falta a las personas hoy día, es saber integrarnos, meternos de lleno en las cosas que hacemos, porque aparentemente, vivimos separados de nosotros mismos. 

El cuerpo nos mantiene firmes en este plano terrenal, la mente nos sostiene gracias a la memoria (el aprendizaje, y conocimiento de las cosas), pero el espíritu se encarga de fijar a la mente en ese cuerpo y de paso, conectarse a ellos a través del alma, dando lugar a la comprensión de lo aprendido y vivido a diario. 


Mayormente andamos como mutilados, un cuerpo con su mente dispersa y sin su espíritu junto a él, siente mucho miedo, y este dúo (cuerpo / mente), sin un espíritu que lo guíe y unifique su estar y su ser, es como un barco navegando en alta mar, sin timón ni capitán, a la deriva. 

Mientras nuestro cuerpo en determinado momento ocupa un lugar específico sobre la tierra, nuestra mente divaga por los cielos y nuestro espíritu está en conflicto, pues no sabe en dónde se encuentra en realidad, si en la tierra, en el cielo, o en el más allá.

Algo que es muy común hoy, es que cuando le hablas a alguien, ese alguien (tu interlocutor), sea lo que sea que le digas, su primera respuesta es ¿Eh?, aun te haya escuchado. 
Como su mente anda dispersa, no está seguro de haberlo hecho, y menos de haber entendido, solo sabe que escuchó un murmullo y cuando por fin reacciona, solo atina a decir ese, ¿Eh?

Un globo inflado es un espectáculo en sí. Imaginen que el globo es el cuerpo, y la mente el aire que se introduce en él, pero sin un mecanismo para inflarlo y cerrarlo luego (que sería el espíritu), el globo nunca llegaría a ser una atracción, pues permanece flácido y sin gracia. 
Así mismo lucimos todos cuando estamos alejados de nuestro espíritu y deambulamos a la deriva en un mar de confusiones y temores. 

El cuerpo viene a ser como la comida y la mente como la bebida, pero el espíritu, es como el gran procesador que nos permite asimilar esas calorías y nutrientes, y nos hace respirar y vivir sanamente, sin él la comida y bebida no son nada, sin su presencia, no hay integración ni asimilación.



La integración es como esa sabrosa torta, todos los ingredientes son buenos por separado, pero nada como ese delicioso resultado final al fundirlos todos. 

Cuando el cuerpo, la mente y el espíritu se mantienen en completa integración armónica, la vida se convierte en una hermosa celebración. Porque al unificarse todos en una misma energía, no hay desequilibrios ni descompensación. Todo fluye en una misma dirección, sin dudas o conflictos internos, sin contradicciones o incoherencias.
   
Si nos permitimos ser auténticos y mantener integradas todas las partes de nuestro ser absoluto, nos convertimos en nuestra propia perfección. Somos todo un espectáculo, ni nos falta, ni nos sobra nada, todo danza a nuestro alrededor, irradiando un aura pura, alegrando cada centímetro de tierra, purificando cada molécula de aire que respiramos y expulsamos, y embelleciendo cada pedazo del hermoso cielo que nos cubre.   



Si nos sentimos separados, empecemos a definirnos como personas integradas, a sentirnos completos. Digámosle adiós a la separación de uno mismo, que es semejante a esa maquinaria industrial, cuyas partes nunca podrán hacer el trabajo que requiere el conjunto. Desarmándola no obtendremos ningún resultado.

Reconozcamos cada pedazo de nuestro ser, y su vital importancia, pero no permitamos que ninguna trabaje sola, o que gobierne más que las otras dos, tratemos de que todas estén en el mismo nivel de importancia, sintonía y armonía. 
La mejor forma de medir esta equitativa y balanceada interacción, es a través de la integración, la cual nos genera una sensación de gozo y serenidad que nos envuelve en un halo de felicidad.  


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

12 comentarios:

  1. Lo ideal para mantenernos en equilibrio, en armonía es llegar a integrar todos los ingredientes, cuerpo, mente, espíritu, como bien dices, querida Harolina. Llegar a ese estado de paz interna y por ende con todo lo que nos roda es sin duda la máxima aspiración de muchas personas, entre las cuales me incluyo. No dejar el poder ni dominio a ninguna de las partes que componen nuestra persona a veces resulta de lo más complicado, sobre todo con la mente, ésta a la que nos descuidamos un poco puede llevarnos por senderos bien abruptos y confundirnos. Personalmente, pienso que es ahí, en la mente donde radica el mayor de los problemas y supone una ardua tarea mantenernos al margen o ignorar sus diálogos en los que nos hace entrar sin darnos cuenta y creo que si somos capaces de llegar a aquietarla es un gran paso para poder alcanzar integrar todos los ingredientes y fluir con lo que somos y con la vida en general.
    Me ha encantado la comparación que haces del espíritu como motor integrador del resto de partes esenciales de las que nos componemos. Las imágenes todas de lo más significativas y acertadas. Un placer siempre reflexionar en tu compañía.
    Te dejo un abrazo inmenso con todo mi cariño y mis deseos de una muy feliz y plácida semana, querida.

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    1. Mil gracias Marina, por este comentario tan generoso y explícito, reforzando y ampliando esta entrada reflexiva.

      Gracias por tomar en cuentas esos pequeños detalles que son igualmente importantes, y por la mención de las imágenes, que son un buen complemento de lo expresado, y de sobra sabes lo difícil de dar con ellas y quedar conformes y a gusto.

      Te dejo otro fuerte abrazo y que sigas disfrutando de la semana.

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  2. ¡Hola, Idalia!

    Creo que la integración nos lleva al equilibrio y este a la felicidad. Pero claro, incluso estos aspectos requieren trabajarlos y ser pacientes en la consecución de estos objetivos espirituales. Ese ejemplo que has puesto del ¿eh? es muy clarificador. Y también sucede con la comprensión lectora aunque me estaría saliendo ya del tema.

    Como siempre un placer pasar a leerte y aprender contigo.

    Un cariñoso abrazo y dos besos marcianos.

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    1. Buenas tardes Miguel, muchas gracias por tu comentario, práctico y muy objetivo.

      Me ha encantado que resaltaras ese ejemplo del ¿eh?, porque se está haciendo viral, ja, ja. Muy bueno que mencionaras también lo de la comprensión lectora, y para nada te salías del tema, es un hecho también, hay cierto entumecimiento o embotamiento mental que hace más difícil la concentración y la comprensión, y a eso hay que ponerle "OJO", más temprano que tarde.

      Me han gustado tus huellas sobre el tema, gracias y recibe un fuerte abrazo.

      P.D. los besos marcianos los recibo con agrado y muchas expectativas, ja, ja

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  3. Integración, otra palabra que trae consigo distorsiones. Cuando vinimos mi esposo y yo a vivir al pueblo nos decían; tenéis que integraros, saludar a todos, etc. Aquí esto se ve así. Y fíjate, nada que ver con la verdad que aquí expones de manera bellísima y considero acertada.

    Me resulta difícil, saber cuando mis tres cuerpos están en lo mismo, sería lo ideal saber interpretarlos para cubrir las necesidades que tanto bien hacen al conjunto. La plena atención y estar presente con todo lo que abarca, el SER. Vamos en pos de la felicidad, buscando afuera lo que el cuerpo o la mente o espíritu parecen querer por separado. Y que importancia tiene sentir de verdad, la integración, a ser posible en cada instante.

    Muy buenos ejemplos, Harolina, el globo y la maquinaria industrial.
    Te confieso que, desde hace un tiempo intento alinear los tres vehículos, pero cuesta...al menos lo intento aunque no es suficiente.

    Las imágenes son muy elocuentes, hablan de serenidad, de esa, que manejas muy bien.
    Gracias, mi querida amiga, por aportar este pedazo de luz.
    Un abrazo inmenso, a tu bello Ser.

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    1. Hola Mila, tal como expones, tambien aqui se le da ese significado a la integración, como sinónimo de compenetrarse con los demás, pero nos olvidamos de la integración principal, la de uno mismo.

      Pienso y así lo siento, que la mejor forma de saber cuando tus partes están sintonizadas, es cuando te sientes con una ligereza fuera de lugar, como si apenas tocaras el suelo con tus pisadas, y además tienes esa sonrisa en tu rostro que irradia paz y felicidad. Nada te preocupa ni te distrae, estas presente 100% contigo y en ti, y al mismo tiempo te sientes una con todo lo demás, una sensación gratificante y fantástica, y de alguna manera los demás te lo notan, sienten tus vibraciones de felicidad...

      Al menos es así como lo he vivido, pero como dices es muy difícil mantener ese estado de gracia y gozo, permanentemente, pero seguiremos intentándolo hasta lograrlo, creo que de eso se trata todo esto del despertar de la conciencia.

      Gracias por la mención de los ejemplos, y las imágenes, y mil gracias por tu gratísima presencia querida amiga.

      Te envío otro abrazo cálido y lleno de cariño hacia tu maravilloso Ser.

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  4. El todo de la nada Cuando vivimos o escribimos
    Un placer leer tus letras

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    1. Y la nada del todo... Gracias por tus huellas Mucha.

      Que pases bien el fin de semana.

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  5. ¡Hola, Harolina! Jo, tendrías que verme la cara que pongo en varías de las entradas que te leo. A veces pienso que si algún día pudiéramos tener la ocasión de vernos en persona, creo que ya sabrías más de mí que mucha de la gente que me rodea.
    Soy el rey de los ¿eh? Quizá ahora menos, pero en mi adolescencia hasta mis padres pensaban que podía tener algún problema de oído porque siempre respondía con un ¿eh? cuando me decían algo. Siempre pensé que era una muestra de inseguridad o un simple tic. Tu entrada me ha puesto de manifiesto que quizá sea algo más profundo y es que rara vez estoy con los cinco sentidos en algo como se dice aquí. Normalmente, mis pies van por un lado y mi cabeza por otro, no sé si por falta de interés o por todo lo contrario, por intentar abarcar demasiadas cosas a la vez. Desde luego esta entrada tendré que leerla habitualmente como una especie de medicina. Un fuerte abrazo!!

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    1. ¡Hola David!

      Ja, ja, como me haces reir David, tu comentario ha sido genial.

      Me da gusto que sirva para sacarte de dudas y hacerte volver tantos años atrás, y reflexionar a fondo buscando una razón convincente a tu accionar, y creo que te estas acercando a la verdad, pues esas dos razones que expones son bastante acertadas, o falta de interés, o muy complicado en muchas cosas a la vez, sigue hurgando y se te revelará el porqué.

      Pero hay otra razón que se ha generalizado mucho en la actualidad, y que estoy segura para nada es tu caso. Es el ensimismamiento en nada en particular y en todo lo que decida la manada de humanos, ese letargo que atrapa y adormece la agilidad mental de pensar por uno mismo, y convierte en zombi, ausente de la realidad, como si se estuviera perdiendo el tiempo todo el tiempo...

      Un gusto recibir tus huellas y que te sirva de referente esta reflexión.

      Gracias por esos trozos de ti, que al destacarlos, te hacen conocerte mas y mejor a ti mismo.

      Recibe otro abrazo bien fuerte.

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  6. Hola Harol. Las obras maestras se logran poniendo atención en los detalles. No se puede efectuar un proceso de integración de nuestra existencia en esta vida, sin poner atención a los primordiales detalles que bien has explicado. Un abrazo y saludos amiga.

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  7. Hola Emilio, muchas gracias por pasarte y dejar este comentario tan puntual y certero.

    Me encantó tu frase y aquí la vuelvo a colocar, "Las obras maestras se logran poniendo atención en los detalles". Eso es una auténtica genialidad.

    Gracias por el crédito que me das, un placer tu visita.

    Otro abrazo y sigue cuidandote mucho.

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VALORAMOS Y AGRADECEMOS TUS HUELLAS.