martes, 6 de octubre de 2020

Cada cabeza es un mundo

El título de la entrada, un dicho o refrán harto conocido, por si solo da explicación a la vida y a sus menesteres cotidianos, y nos insta a asegurar la existencia del libre albedrío, donde cada quien es dueño de su vida y de sí y tiene sus propias creaciones e interpretaciones a realizar en el teatro de la vida y el colectivo humano.

Cada alma tiene su reflejo donde se reconoce, así como lo muestra la imagen inferior, pero cada alma humana, como bien lo dijo el filósofo y sabio griego Sócrates, tiene su “daemon”, o sea, “su voz profética dentro de sí, proveniente de un poder superior”, por lo que cada alma, aunque dude qué debe hacer, sabe si está en el lugar y el momento exacto para ejercer cada representación de su acto, gracias a ese reflejo.


La realidad de la vida es que todos sin excepciones, tenemos un alma, un cuerpo y un espíritu, y es el espíritu quien conoce toda la información de su existencia y lo que ha venido a hacer en cada encarnación y en cada dimensión. El alma, acompañante fiel, nunca lo abandona, y ayuda a aclararle las dudas que la mente (ese procesador interno, en el que se materializa el cuerpo) pudiera crear por desvirtuar la realidad, pues en cada ser humano hay millones de posibilidades y percepciones, y es muy posible que todas sean válidas, aunque no en el mismo espacio tiempo.

“La brújula dorada” el libro de Philip Pullman (que no he leído pero ví la película) trata el tema de los daemon o daimonion un poco diferente a lo que los griegos definían como daemon “un término utilizado para referirse a diferentes realidades que comparten los rasgos fundamentales de lo que en otras tradiciones se denominan ángeles y demonios”, para Pullman daimonion es el alma de la persona que habita fuera de su cuerpo en forma animal, o sea que, el alma está afuera, en el cuerpo de un animal que siempre lo acompaña.



El libre albedrío nos permite tener almas libres, y aunque no siempre el cuerpo esté en libertad, al menos la imaginación nos da alas para volar y llegar a cualquier confín del universo. Transitamos generalmente acompañados la mayor parte de nuestra vida, pero también caminamos muchos trayectos a solas, buscando silencio para reencontrarnos con nuestro daemon perdido, y volver a escuchar esa voz del ser interior.

A los humanos siempre nos gusta hacer de críticos o jueces, y nos encanta llevar vidas ajenas, inferir y dilucidar sobre las acciones de los demás, recomponiendo su mundo y resolviéndoles la vida a nuestra manera, desde nuestras perspectivas, sin guardar el menor respeto a esas almas que han elegido su transitar y planificado con antelación y mucho cuidado cada paso a dar, poniendo avisos o piedras en el camino, que los hagan tropezar y recordar lo acordado.



Como agua y espuma, así conviven el alma y el espíritu, se unen y se separan, se tocan y se alejan, se crean y recrean entre olas de vida, se disuelven y evaporan para volverse a juntar, y aunque se perciba cierta dependencia, no dejan de ser libres, al igual que nosotros los humanos, que a pesar de los límites materiales, y de las fricciones, nos movemos con facilidad, ya que dentro de cada uno hay un universo infinito de libertades.

Quizás sea por eso que somos expertos montando al vuelo la obra en el teatro de la vida, y ejecutamos en la imaginación una actuación magistral, pero casi siempre en la vida de otros, no en la nuestra. Nos resulta tan espontáneo y fácil criticar y juzgar a los demás... mientras, en apariencia, nuestra propia vida sigue caminos a tientas, dudamos y erramos. Pero no es así en realidad, el espíritu puede dudar pero sabe, y el alma le hace el recordatorio.


 


Así como criticamos y juzgamos, de la misma manera somos criticados y juzgados por los demás, pero algo tenemos claro, cada episodio de la vida, por muy igual que parezca, es diferente, ya que son otros los protagonistas, y otras las sensaciones y emociones experimentadas.

Nadie piensa en cabeza ajena y no es lo mismo estar en la hoguera, que mirar al que lo está, e imaginar estarlo y arder junto a él, o suponer lo duro que debe ser el invierno, por ver a otros congelarse de frío.

Por eso es muy verás el dicho que reza, “Antes de juzgarme, ponte en mis zapatos y transita mi senda”, le agregaría “con mis pies”, pues estos tienen diferentes presiones y puntos de apoyo al pisar.

Así que solo nos queda aceptar y afirmar que definitivamente, cada cabeza, es un mundo, y agregaría “a conquistar”, pues cada mundo creado es maravillosamente perfecto.

Completando ambas  frases, diría a boca llena que:

“ANTES DE JUZGARME, PONTE EN MIS ZAPATOS Y TRANSITA MI SENDA CON MIS PIES”

Y “CADA CABEZA, ES UN MUNDO A CONQUISTAR”.   


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.


12 comentarios:

  1. ¡Hola, Idalia!

    Efectivamente cada cabeza es un mundo o varios mundos. Pero fíjate que esa frase da a esas cabezas por perdidas en el caso de que sus mundos no sean positivos, Por eso me parece mucho más completa la frase con la que acabas el texto. Es decir, cada cabeza es un mundo a conquistar para el bien y la primera la nuestra ;)
    Un fuerte abrazo querida.

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    1. !Hola Miguel!

      Gracias por el comentario que dejas y lo que en él resaltas, muy oportuno, desde luego que debemos empezar por la nuestra y su mundo interior...

      Disculpa la tardanza en contestar. Que pases bien la semana, te dejo un abrazo de los de verdad.

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  2. Hola Harolina,mi abuelo solía decir que cada cabeza era un mundo y algunas,dos,por eso creo que ya con nuestro propio mundo tenemos para estar entretenidos toda una vida sin tener que adentrarnos y juzgar,, el mundo de los demás.

    Muchos besos y miles de gracias:)

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    1. !Hola Teresa!

      Muy buena esa observación de tu abuelo, la comparto, con lo nuestro es más que suficiente para hacer de jueces, y hay quienes tienen su dualidad tan marcada que terminan siendo bipolares y viven en dos mundos diferentes al mismo tiempo, aqui hay trabajo doble, ja, ja.

      Te dejo un abrazo y mi agradecimiento por tu tiempo.

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  3. ¡Hola, Harolina! En España hay un refrán "Ver la paja en ojo ajeno, pero no ver la viga en el propio". Y es que nos encanta prejuzgar y juzgar comportamientos de otros. Quizá es una especie de terapia, por aquello de que el mal ajeno parece paliar el mal propio por aquello de pensar que otros están peor que uno.
    Otro enfoque es el que nos traen estos tiempos en los que las redes sociales parecen estimular el maniqueísmo del esto está bien y esto está mal. Como si la vida solo tuviera el blanco o el negro, como si cada persona no tuviera derecho a dudar, a equivocarse, a contradecirse... Frente a ello solo nos queda la lectura, la reflexión... La pausa en definitiva. Pero los tiempos buscan lo contrario, la simplicidad y la rapidez de un titular o una sentencia. Menos mal que nos quedan espacios como el tuyo. Un fuerte abrazo!

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    1. !Hola David!

      Gracias por este comentario reflexivo que dejas plasmado, si que ver la paja en el ojo ajeno es muy común y fácil de lograr, pero en la nuestra..., como dicen "mal de muchos consuelo de tontos"...

      Me alegra saber que este rinconcito sirve al menos para mostrar otras tonalidades, y encontrar un espacio para la reflexión e introspección.

      Que tengas una semana deliciosa, gracias por tu tiempo y recibe un fuerte abrazo.

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  4. Una vez más nos propones otra reflexión bastante profunda acerca de nuestra naturaleza humana y divina, conjugando elementos bastante importantes para atar bien los cabos sueltos y llegar a la comprensión del mensaje.
    De entrada la imagen que va al principio refleja estupendamente el alma invisible, aunque energética que tenemos todos los seres vivos (plantas, animales y humanos). La unión de ese mundo vegetal (hojas) que da forma al alma del pájaro (mundo animal) nos habla de esa esencia divina en cualquiera de sus manifestaciones en esta tercera dimensión.
    En cuanto al término "daemon" tiene según qué contexto distinto significado, pues en la mitología y religión griegas tiene ese concepto del que nos hablas, pero si lo traducimos, literalmente significa demonio.
    Pienso que la fantasía que supuestamente ha sabido dar Philip Pullman a su obra "La brújula dorada", se basa en lo que precisamente se nos ha venido ocultando desde miles y miles de siglos a la especie humana, por quienes han creado la matrix o realidad aparente que oculta el conocimiento de nuestro origen y de nuestros "carceleros", que gracias a la llegada de esta nueva era de acuario y a todo el despertar cósmico que experimentaremos todos los humanos, comenzaremos a atar cabos y a ser conscientes de la verdad oculta y de todo cuanto se nos ha manipulado para desconectarnos del SER y hacernos creer que todo ese "universo de fantasía" de las novelas de este estilo es pura ficción, cuando es todo lo contrario.
    Esto lo iremos descubriendo a partir de finales de este año y comienzos del siguiente, donde experimentaremos esa gloriosa energía iluminadora.

    Espero haber podido aportar más Luz a este tema tan interesante y que el Amor nos libere de tanto engaño y sufrimiento.

    Un abrazo inmenso mi querida amiga I. Harolina.

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    1. !Hola querida Estrella!

      Que bueno es leer este generoso y muy interesante comentario, claro que siempre aportas luz al tema, y además le pones un tópico extra, ese descubrir la verdad por nosotros mismos que ya es tan próximo, pues son muchas las almas que están colaborando en ello.

      El cine ha sido una herramienta para ayudarnos a ver las cosas con más claridad, aunque se haya valido de la supuesta ficción, al igual que la literatura y otros artes.

      Te dejo un fuerte abrazo y toda mi gratitud por tu valioso tiempo invertido.

      He estado algo ausente estos días, te debo la lectura del relato para el concurso. Sigue cuidándote y siendo un ente de luz en este despertar querida.

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  5. En efecto, Harolina, la tendencia como humanos es siempre enjuiciar y criticar a los demás sin saber por las circunstancias que pasan en sus vidas. El dicho o refrán que has utilizado como ejemplo es de lo más acertado, hay que calzar los zapatos ajenos con los propios pies para saber con exactitud cómo es de dificultoso el camino por el que anda. Muy acertada por tu parte al añadir "con mis pies". Nos resulta muy fácil intervenir en la vida ajena sin haber sentido en la piel sus mismas sensaciones, tanto físicas como psíquicas. Como dice David, vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el nuestro ( mi padre lo citaba a menudo, era muy aficionado a los refranes)
    Y muy cierto también, cada cabeza es un mundo y como bien has añadido, por descubrir.
    Muchas gracias por este nuevo texto reflexivo querida Harolina.
    Te dejo un abrazo inmenso con todo mi cariño que envuelvan tu hermoso Ser.
    Feliz comienzo de semana, querida.

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    1. !Hola Marina!

      Que bien que resaltes ese refrán y el añadido y que abundes en su comprensión, pues además del calzado, influyen como corrobora, las sensaciones...

      Un buen ejemplo de que cada cabeza es un mundo a conquistar, es ese concurso de David, ahí vemos como cada cual da rienda suelta a su mundo bajo la misma inspiración.

      Te envio un fuerte abrazo y mis deseos de una gratificante semana.
      Gracias por tu presencia, portadora de luz y belleza.

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  6. Hola Idalia,... a mi siempre me llamó la atención la facilidad con la que nos damos cuenta de los defectos ajenos, cuando los nuestros pueden ser mayores...
    Me gustaría destacar un aspecto de tu reflexión,... y es es absurda necesidad de reconocimiento social. A pesar de que alguno de nuestros defectos sea muy notorio, tendemos a enmascararlos, y solemos proyectar hacia el exterior, solo lo que queremos que se vea de nosotros, y lo que necesitamos creer que somos. Quizás sea esa necesidad reconocimiento, la que nos hace que, cuando recibimos críticas, unas veces las encajemos, pero otras no.
    Un abrazo Idalia!

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    1. !Hola Norte!
      Gracias por el regalo de tus huellas y tu tiempo.

      Un buen punto ese que resaltas, esa necesidad imperiosa de aparentar y de ser aceptados a toda costa, lo que nos lleva a juzgarnos a nosotros mismos y enmascarar lo que entendemos son nuestros defectos, y juzgar de la misma forma a los demás. Sin dudas un tema que da mucha tela que cortar.

      Que pases bien la semana Toño, te dejo un abrazo y una sonrisa.

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