Cada etapa de la
vida es diferente y conlleva retos, aprendizajes y compromisos distintos, lo
que nos da la oportunidad de fortalecernos en variados tópicos.
Al principio es
difícil, dudamos, desconfiamos de nuestra sabiduría, nos equivocamos, a veces
caemos y luego nos levantamos, cada paso inseguro nos obliga a aprender y afianzarnos
cada vez más.
Según vamos avanzando, vamos confiando en que a la hora de la
verdad, sabremos cómo hacer las cosas, al
igual que las madres primerizas brindan calor, protección y seguridad a su bebé con tan solo tomarlo en brazos.
Aprender cuesta, y hay que usar la inteligencia, prestar atención, observar
con detenimiento, entender, asimilar, ensayar, practicar y tener muy buena
memoria.
Saber se nos concede gratuitamente, solo hay que bloquear el intelecto,
desviar la atención, cerrar los ojos, recordar, reconocer y actuar.
Siempre que
somos primerizos sentimos inseguridad y dudamos de nuestro desenvolvimiento y
potencial en nuestro primer día en: la escuela, el deporte, la universidad, el
trabajo, el amor, etc.
En lo que sea, siempre hay una primera vez, luego una
segunda, una tercera y así sucesivamente hasta que nos volvemos expertos y nos sentimos más que seguros.
Pero
independientemente de que sea la primera vez, la quinta o la vigésima, olvidamos
algo muy importante, y es que debido a nuestra sabiduría innata, a la hora de
dar un paso importante y decisivo en la vida, si confiamos en nuestra intuición
y conectamos con el centro de nuestro ser, siempre sabremos que hacer.
Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente.
Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
VALORAMOS Y AGRADECEMOS TUS HUELLAS.