domingo, 31 de enero de 2016

Lo que se calla, enferma

Hola queridos lectores, el motivo de esta entrada es agradecer una vez más que este blog de ustedes y una servidora ha sido nominado para otro de los premios que circulan por este ciber espacio. 


Esta vez la nominación es por el premio “Very inspiring blogger award”, viene de la mano de +Julia C., y precisamente por tratarse de ella debo ser más que cortés y dedicarle estas líneas agradeciendo de manera especial su nominación, por el hecho de llevar poco tiempo conociéndonos a través de nuestras respectivas publicaciones, comentarios y blogs. Debo aclarar que hemos tenido una gran armonía espiritual mutua desde el principio, a pesar de no haber sido aparentemente muy gentil al hacer mi primer comentario en una de sus publicaciones, pero precisamente por este detalle ella me ha conocido mejor que muchos y ha aceptado de muy buena gana mi forma clara y directa de ser.

La realidad es que tal como lo expresa Julia, lo mejor de los premios son los compañeros que hay detrás de ellos, aunque aclaro que no me agradan mucho este tipo de reconocimientos, no se a que se debe pero desde niña gané muchos premios en la escuela y siempre me disgustó como me sentía al recibirlos, hoy día me sigo sintiendo igual y pienso que aunque la idea de otorgarlos es con una buena intención, eso no quiere decir que por ese hecho sean beneficiosos para todos, mayormente crean envidias y recelos.

Por suerte existe la diversidad y a la mayoría les encantan y los seducen, a otros les da igual recibirlos o no y los aceptan de buen agrado, un número muy reducido (como yo), simplemente los aceptan y agradecen, pero en el fondo les producen una incómoda sensación, y a unos pocos les desagradan y no suelen aceptarlos. Particularmente pienso que los premios en sí son inofensivos, pero tienden a ser peligrosos para las personas que no tienen un control eficaz sobre el ego (la gran mayoría de nosotros) y ayudan a engrosarlo, y sin darse cuenta este engrosamiento los hace competir y trabajar más por el deseo de conseguir reconocimiento que por el mismo deseo de dar lo mejor de sí desinteresadamente y se convierte en una lucha de intereses.

Dicen que lo que se calla enferma, todos en el transcurso de la vida callamos cosas por no herir o por no sentirnos señalados o excluidos, lo expresado anteriormente es simplemente una opinión que por supuesto pude callarme, pero esta vez quise expresarla y espero que no sea malinterpretada. Esta es la razón por la que en las ocasiones anteriores me he saltado las reglas de los premios (en la última hice mención de varias personas que han apoyado mucho el blog, no nominación) y nuevamente me las saltaré, pues como en las otras ocasiones, nomino a todos los que están dando lo mejor de sí en este espacio virtual para hacer nuestra vida más valiosa y verdadera.

Haciendo alusión a la entrada anterior, no es que me disguste…, pero lo descargo.

GRACIAS Y MIS RESPETOS PARA TODOS.

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

jueves, 28 de enero de 2016

Si te disgusta... descárgalo

Existe una vieja publicidad comercial de una tarjeta de crédito muy famosa, cuyo slogan era el siguiente: “Si te gusta… cárgalo” y no sé por qué me ha venido a la mente, pero me ha dado que pensar sobre la cantidad de cosas que cargamos en la vida que mayormente son innecesarias o nos disgustan, y a pesar de esto las llevamos en nuestra mochila emocional y con ella cargamos la mochila espiritual de cosas que nos restan en nuestro desarrollo y crecimiento personal y espiritual.

Este divagar de la mente que trabaja a favor del bienestar emocional, buscando soluciones para hacer más placentero y fácil nuestro aprendizaje, me trajo esta otra frase que resonó con fuerza en mi interior y que decidí usar como titulo de la entrada: “Si te disgusta… descárgalo”, suéltalo ya, déjalo ir que no te pertenece, nunca fue tuyo, solo trata de envolverte y retrasar tu aprendizaje, déjalo ir de una vez por todas, tanto el cuerpo como el alma, lo agradecerán.




¿Alguna vez te has visto en un momento sumamente dichoso o tremendamente peligroso? 
Si la respuesta es afirmativa ¿Recuerdas que te pasó por la mente o qué pensamientos te invadieron en ese instante? 

¿Reflexionaste sobre ese episodio y notaste la cantidad de cosas que aparentemente mantenemos vivas en el pensamiento y que realmente nos importan un rábano a la hora de la verdad? 
Esas cosas son las que debemos descargar, pues no son nuestras, y si lo pensamos bien, esas son la mayoría de las cosas que nos atribulan el pensamiento. 




Desde que empezamos a tener una consciencia de separación y carencias, decidimos acumular cosas y empezamos a competir, por ejemplo: antes había una bodega en el pueblo o comunidad y nos surtíamos de ahí, ahora hay un sin número de ellas por todas partes y todos tenemos una mini bodega en casa. Había una biblioteca o varias al servicio de la ciudadanía, luego todos quisimos tener una biblioteca en casa, llena de libros que alguna vez leeríamos o leímos y queremos tener a mano por si alguna vez queremos volver a leer, muchos todavía la tenemos y nos cuesta soltar esos libros a pesar de que la moda actual es tener esos libros en la computadora o algún disco duro externo, al menos para mí es más placentero sentirlos en mis manos, pero en el fondo no hay necesidad de acumularlos en la casa, si algún día necesitamos leer un libro determinado, podemos estar seguros que de alguna forma ese libro caerá en nuestras manos, así funciona el universo y su ley de atracción que es 100% segura y cumplidora, pero ¡cuánto nos cuesta soltar algunas cosas!

Al igual que con los libros podemos enumerar cientos de cosas que de la misma manera fuimos innecesariamente acumulando en nuestra casa mental.
Para poder continuar nuestro desarrollo se hace imprescindible soltar esas cosas que no nos dejan avanzar, nos mantienen apegados y atados a un mismo estado de consciencia enfermizo y dependiente.

El aprendizaje hasta ahora es dejar ir, soltar, pero no te quedes ahí, da un paso más, asegúrate de que eres capaz de mantener la estabilidad necesaria para sostenerte suelto, ligero, sin ataduras, eso es lo primordial, aprender a ser infinita y eternamente estable, armónico, equilibrado, libre y por ende… feliz, como en esencia se supone que somos todos.


Vivimos en un eterno, constante y sutil movimiento, las cosas que permanecen atrapadas pierden su encanto y hermosura, una cosa es estar ahí, en aparente calma pero sustentando el crecimiento y desarrollo interior, como las semillas en su proceso de germinar y otra estar inerte por fuera y por dentro.

Si te disgusta…descárgalo, déjalo a un lado, pero si te gusta no lo poseas, úsalo para tu crecimiento pero luego suéltalo, ponlo a circular para que lo puedas compartir con otros, si alguna vez lo necesitas, volverá a ti para repetir el mismo ciclo del fluir de la vida. 

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

Un extracto de esta entrada fue publicado en el periódico El caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2016/02/09/correo-los-lectores

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

domingo, 24 de enero de 2016

El resurgir de la vida

 En muchas ocasiones escuchamos historias de personas que tienen un largo camino andado y aun siguen batallando y dando de si, no les ha llegado su hora de partir. En otras ocasiones escuchamos de personas que a pesar de su corta trayectoria desean partir lo más pronto posible, pues sienten que su vida ya no tiene sentido en la tierra.

Existen historias sobrecogedoras, que nos erizan la piel, sobre personas que ya prácticamente se han despedido y han resurgido de las cenizas por así decirlo, seres que quizás tienen una misión especial y la han recordado a última hora, o se la han recordado en su trance de despedida y vuelven con más energía de la que acostumbraban tener, el hecho del recordatorio les inyecta un amor y pasión por la vida que a partir de ese regreso es cuando realmente se sienten vivos y motivados.


Otras historias nos llenan de emoción cuando sentimos que lamentablemente no hay nada que hacer, entregamos nuestros seres amados al poder divino para que proceda con lo que consideramos irremediable y para nuestra sorpresa, sucede el milagro que ya no esperábamos, por alguna razón desconocida e incomprensible al intelecto y la ciencia, para nuestra alegría y felicidad, la enfermedad o dolencia que aparentemente cegaría esa vida, cede o desaparece del todo, como si fuera solo un mal sueño. Muchos aseguran que esto se debe a que la lección que nos quiso dejar esta situación se ha aprendido y ha cumplido con su finalidad.

Lo mismo pasa con otros tipos de vida, como por ejemplo un rio, apreciamos que está seco, solo vemos lo que una vez fue su cauce, de repente bastan tres días de lluvia torrencial para que ese rio, que estuvo dormido bajo esas piedras secas, se deslice y corretee nuevamente entre esas piedras. Otro ejemplo es la vida vegetal, vemos una planta prácticamente seca o muerta y un día reparamos en que cobró vida, tiene verdes hojas o brotes por empezar a desperezarse y mirar al sol. A veces sucede con las mascotas, las vemos apagadas, no quieren comer y casi hasta lloramos su partida, de pronto en un momento dado, se levantan echan a correr meneando la cola como si nada les hubiera pasado.

   







Los recursos se agotan, lo inagotable es la semilla de vida que los engendra, que tiene la capacidad de resurgir de las cenizas como el ave fénix. (Harolina Payano)



Podría seguir haciendo historias de situaciones de esta índole, pero la intención no es llenarlos de historias conocidas y desconocidas, sino más bien hacerles ver que la vida tiene el poder de regenerarse, resurgir y renacer, empezar de cero o mejor aun de 100, pues la sabiduría y claridad que nos deja ese irnos y volver, nos coloca muy por encima de nuestras expectativas y nos pone en un punto de partida ventajoso con respecto a los demás que no han tenido este tipo de experiencias.


Si te sientes desanimado, apagado, sin ganas de vivir, busca con afán el sentido de tu existencia, busca ese motivo principal de sentirte vivo, averigua que es lo que realmente enciende tu pasión por la vida, y déjala surgir, así tengas que deshacerte de tu zona de aparente confort, en realidad muchas veces no lo es, es más bien tu tumba, el ataúd que día a día te esta carcomiendo los huesos, chupando tu sustancia de vida, tu salvia deliciosa y tu gusto por esa maravilla que llamamos vida.


Déjate mojar por la lluvia, deja que el sol te caliente, échate a correr meneando la cola, haz lo que tengas que hacer, pero permite que la vida resurja en ti. 

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2016/02/27/correo-los-lectores

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

martes, 19 de enero de 2016

Enseñanzas del viaje al Pico Duarte

Vuelvo a retomar el Pico Duarte, me he convertido en “piquera”, ja, ja.

Cada momento del viaje es importante, especialmente aquellos en donde se te revelan tantas cosas que ni en sueños sospechamos. Momentos en compañía y otros en soledad y un gran silencio interior donde solo escuchas el canto de la naturaleza.


Aquí posando con mi hija menor y anfitriona en mi viaje, Emilia Harolina.







Pinos con gotas de rocío heladas, parecen árboles navideños con luces de colores al darle los rayos del sol. Un hermoso espectáculo.

Pasas rápidamente de un paisaje a otro, de un estado de desánimo a uno vigorizante, de un estado de contemplación y entrega a otro de suma concentración en ti, lo que haces es lo único que cuenta, vives el presente al máximo, y esto, sin dudas para mí fue una grandiosa y novedosa experiencia, ya que siempre estoy cuidando de los demás y pensando en ellos.

Te entregas de tal manera a esta aventura, que pareciera que no hay un antes ni habrá un después, solo vives ese momento como si se perpetuara cada minuto en ti.


El frío hace hielo el rocío mañanero y hasta congela las telas de araña como muestran las fotografías.



Abajo Emilia, posando nuevamente para la cámara. El paisaje, inolvidable... 


Trataré de hacer una lista de algunas de las cosas importantes que esta aventura me hizo ver y recordar.

• Vivir el momento presente, como si no hubiera nada más importante que esto, sin pensar en el ayer ni el mañana, eso te libera y aligera el pensamiento y percibes con mayor capacidad el paso que das.

• Soltar cargas pesadas, ajenas o propias, que nada le aportan a mi bienestar presente, a mi salud y mi integridad física, moral y espiritual. Cuando viajamos ligeros de equipaje indiscutiblemente que el viaje es más placentero.

• Disfrutar de cada experiencia y aceptar con agrado y dignidad cada cosa que tenga que recibir, cada detalle es una bendición, nunca una vergüenza ni un fracaso.

• Siempre tenemos el poder interior y la fuerza necesaria para realizar nuestros sueños, solo es cuestión de ponerle fecha y manos a la obra, del resto se encargan el universo y ese poderoso espíritu invencible que poseemos.

• Cuando sientas que no puedas mas no dudes en pedir o aceptar ayuda, esto es un regalo divino, bendice todo y a todos los que se encuentran envueltos en ese regalo que el universo ha escogido tan exquisitamente para ti, nunca desprecies una dádiva que se hace generosamente con el corazón.

• Nunca dudemos de nuestra capacidad, nuestro poder es ilimitado si estamos sintonizados y armonizados con esa fuente de poder que todo lo transforma en vida, energía, alegría y amor.

• La naturaleza siempre estará ahí para ti, cuídala, obsérvala como ella te observa a ti, aprende de ella y con ella, el mundo es hermoso y se sostiene y sustenta de tu belleza interior, cultívala y exprésala como el arte milenario que es, da siempre lo mejor de ti y recibirás lo mejor de todos. 

• Cuando te liberas y conectas con tu ser esencial, todo habita en ti y emana de ti, todo se mueve contigo, respira contigo y vive contigo, muéstrale tu mejor cara y sonríele, eres parte de esa hermosa magia llamada vida eterna.   

• Cuando subes a la cima de una montaña tan alta, te das cuenta de tu pequeñez y al mismo tiempo de tu grandeza al poder lograrlo, todo está a un segundo de tus ojos y a muchos kilómetros de distancia, todo es tuyo pero sabes que nada te pertenece.  

• Deja fluir las cosas, dales su justo lugar de origen como debe de ser, respeta, honra y venera la vida a tu alrededor, ella es tan sagrada como la tuya, amarla es la mejor bendición y disculparte con ella por cualquier herida, tu más preciada gratitud.

• Agradece cada minuto, cada segundo, cada vivencia, gracias a ella estás cada vez más cerca de trascender.


Fue mi primera vez en escalar una montaña, en subirme a una mula, en dormir en casa de campaña y a la orilla de un río, en fin mi primera vez en muchas cosas.




¿A tu maldita edad? como dicen los jóvenes en mi país, pues ¡Sí, a mi bendita edad! Ja, ja.

Le estoy muy agradecida al universo y a ese poder divino por hacerme sentir privilegiada, mimada y feliz.
  
El 2015 lo empecé realizando un sueño y la verdad es que después de ese se sumaron otros que ni siquiera tenía en mente, ahora este 2016 también lo inicio con la realización de otro sueño y presiento que también será un buen año, ojala y lo fuera para todos.  

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

jueves, 14 de enero de 2016

El problema puedes ser tú

Hoy quiero enfocar mis luces y oscuridades en un tema muy de moda y al mismo tiempo entiendo que muy mal enfocado, hablo de lo que comúnmente llamamos personas tóxicas.

Cuando leo algún artículo sobre este tipo de personas que son catalogadas de tóxicas siempre me queda una sensación de irresponsabilidad ante el mismo, los seres humanos siempre tratamos de justificar nuestra conducta y echar culpas ajenas por nuestro proceder, craso error, a menos que seas un niño muy pequeño o una persona sometida por la fuerza y la violencia a hacer cosas que no van contigo, no justifico el término de personas tóxicas, al menos no el significado que se le da o a quienes se les llama así.

A mi humilde entender una persona tóxica se debería definir como aquella que te contagia una enfermedad o quebranto viral, las demás definiciones que les otorgan, me parecen injustas y acomodaticias para justificar nuestra debilidad de carácter emocional e integral y por qué no, también espiritual, y si lo pensamos bien el hecho de contagiarnos no se debe necesariamente a la persona enferma, sino más bien a nuestra debilidad física e inmunológica, o sea que, en todos los casos somos nosotros los verdaderamente tóxicos, los culpables de no poder evitar la toxicidad.

En estos días he leído algunos artículos donde se dice que la gente tóxica te oscurece la vida, te contagia su pesimismo, te hace perder la alegría y energía, te sonsaca a hacer lo que no deseas y un sin número de quejas, negatividades y barbaridades más y que lo mejor es alejarse de ese tipo de personas. 


Yo me pregunto:
¿Si tuvieras un claro sentido de la vida, una definida personalidad y unos criterios bien arraigados, alguien podría hacerte cambiar con tan solo quejarse a tu lado, hablarte negativamente o proponerte e insistir que aceptes hacer cosas que no deseas?

Me parece que la respuesta es: No. 

El hecho de que seamos débiles de espíritu, de que estemos faltos de carácter, convicciones valederas, valores bien arraigados y sobre todo autenticidad, poder de decisión y control de nuestros pensamientos y nuestra vida, no es culpa de nadie más que de nosotros mismos.

De esta reflexión deduzco que las personas tóxicas son aquellas que se dejan contaminar y contagiar, pues sacan a relucir su verdadera identidad al tener el más leve roce con los que verdaderamente se sienten identificados, con lo que por más que quieran no pueden negar y dejar de asociarse y hacerlo parte de ellos, pero que quede claro que no es por contagio, si no por debilidad o por su propia naturaleza tóxica.


Las personas seguras de sí, fuertes de carácter y con una muy bien arraigada visión positiva y altruista, nunca se dejarán llevar ni contagiar aún estén mezcladas entre cientos de personas negativas y quejumbrosas, siempre saldrá a relucir su luz entre tanta oscuridad, así que el problema no está en ellos, si no en los opacos, los que se dejan contaminar por su debilidad, por lo tanto, los verdaderos tóxicos son estos últimos, ya que no poseen altas defensas que los inmunicen.

No existen personas que contagien la toxicidad, existen personas cuya toxicidad se oculta a flor de piel y tan pronto hacen contacto con ella, esta sale a flote y se dejan seducir de su estilo pesimista como una manera irresponsable de hacerle frente a su falta de personalidad de carácter positivo. 

Por eso fíjate bien antes de acusar a alguien de ser una persona toxica, el problema podrías ser tu.


Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

sábado, 9 de enero de 2016

Expedición al Pico Duarte

Llevaba años acunando un sueño, me caracterizaba por un espíritu aventurero y atrevido, luego al ir acatando roles fui soltando algunas aventuras y tomándome las cosas más en calma, eso sí, sin dejar de ser lo que en esencia soy, un espíritu libre, indomable y auténticamente atrevido y explorador.

Luego con el pasar de los años fui soltando roles y acatando aventuras pospuestas y otras que aparecieron en el camino y me resultaron irresistibles. Una de las aventuras pospuestas fue escalar el Pico Duarte, la montaña más alta de mi país y el Caribe y vivir lo que implica esa experiencia como uno de los propósitos que no quería dejar de realizar antes de salir de este cuerpo. El 2016 me ha obsequiado como regalo de inicio de año hacer este sueño realidad.
  

Fue una experiencia increíblemente aleccionadora, cuando el cuerpo está a punto de rendirse sacas fuerzas de donde no sabías que tenias para continuar, en mi caso el hecho de no tener la preparación física adecuada para tanto esfuerzo físico, me obligó a usar la ayuda de las mulas, esos bellos e inteligentes animales que son capaces de llevarte por el sendero más peligroso, tanto de subida como de bajada con la mayor seguridad y naturalidad, como si estuvieran desplazándose por la más tranquila y hermosa pradera.

Demás está decir que al ser la primera vez que me subo a una mula creí morir al bajar por esos peñascos tan empinados y bordeados de profundos precipicios, pero la ayuda de los guías y coordinadores, la fe en la providencia divina y la confianza en uno mismo junto al deseo de lograr la meta, hace que lo hagamos confiados en que todo saldrá bien, aunque no les niego que a veces temía por mi vida y afloraban dudas de poder lograrlo.

Tanto la caminata extrema como el auxiliarse de las mulas es todo un reto y al mismo tiempo una satisfacción, al constatar la cantidad de poder ilimitado que poseemos los humanos.

Las bajas temperaturas en las noches y madrugadas y el agua helada de los ríos pasan a ser peccatas minutas frente al hermoso cielo plagado de estrellas, un espectáculo sin igual.

El calor humano, la solidaridad, amistad y gentileza de los participantes hacen esta travesía más agradable y alegre, además de la belleza del paisaje, el encanto del silencio y la naturaleza, combinado con los hermosos atardeceres y amaneceres, la majestuosidad de las montañas, la amabilidad de los guías y el cuidado y precaución de los coordinadores, definitivamente que borran o disminuyen cualquier vicisitud o cansancio.







Mi hija menor Emilia, junto a mí en la cima.









La subida al Pico Duarte fue algo emocionante e inolvidable, verte en esa altura, justo en la cima junto al busto y la estatua del patricio Juan Pablo Duarte es una sensación inexplicable, la belleza que se puede apreciar desde esa altura, la majestuosidad de la cordillera central, todas esas lomas y montañas sembradas de pinos y arboles enormes que se elevan en conjunto hasta el mismo nivel de altura, como si esa fuente de poder divino que armoniza y equilibra todo, absolutamente todo este multiuniverso, las podara a todas guardando la misma altura, es algo impresionante. 




Mirar hacia abajo nos ofrece una panorámica inolvidable, es como si vieras el mundo desde antes de que hubiera vida humana, desde el principio de los tiempos, y supieras que aunque no en ese cuerpo que ahora posees estuviste presente en otra forma de vida, y ese espíritu y ser que siempre te ha acompañado en todas las vidas sigue latente en ti, conectándote con cada centímetro del universo, haciéndote sentir que cada planta, animal, piedra, mineral y cualquier tipo de vida existente, forma parte de ti y de todo lo que vibra y respira en el universo.


Mirar hacia arriba, al cielo, las nubes y ese hermoso sol que nos regala el día desde esa altura, te deja absorto, sin palabras, en franca contemplación, ver cómo cambia tan rápido el paisaje de un lado a otro es como si la grandeza de esa fuente de poder supremo la sintieras una vez más en ti, pero con mayor fuerza y convicción, lo admiras y agradeces a tus ojos, piernas y pies y a todos los que te acompañaron y dieron ánimo y ayuda incondicional para que pudieras alcanzar esa cumbre, pero sobre todo a esa fuerza de voluntad que proviene de la fuente divina de poder de la que todos somos parte y todo.


Ver un grupo de personas tras un fin común, apoyándonos como si fuéramos un todo, fue mágico, hermoso, impresionante, aleccionador. Sentir nuestro poderío interior y al mismo tiempo sentir nuestras grandes debilidades y comprobar que ambas conviven en nosotros y afloran cuando menos lo esperamos, pero más que todo que solos quizás lo podríamos lograr, pero juntos es seguro que lo lograremos, nos da esa sensación de hermandad y amor hacia todos y todo.


Escalar el Pico, vivir tantas experiencias maravillosas llenos de ilusión por alcanzar la meta y ya alcanzada, cansados, gozosos y alegres emprender el descenso llenos de satisfacción y jubilo, con un fuerte deseo de volver al hogar triunfantes, renovados y definitivamente cambiados, distintos a los que salimos y subimos, no tiene sin igual, es una experiencia que de alguna forma te cambia la perspectiva de la vida, te enseña la grandeza y la pequeñez del ser humano.
   
Las experiencias de unificación vividas en esta travesía definitivamente que han abierto canales de percepción que difícilmente se vuelvan a cerrar, siento que he alcanzado una meta mayor que la de subir a la cima del Pico Duarte, he subido a la cima de mi vida, me he visto en varias vidas anteriores, he recordado muchas de mis experiencias de antaño, me he sentido una con el rio, la piedra, el fuego, el cielo, las estrellas, la tierra…

He sido mecida y acunada por el viento y la tierra y bendecida por antiguos espíritus de la naturaleza, he bajado al fondo del rio, he visto el interior del suelo, sus raíces, sus acuíferos, me he adentrado en las rocas, caminado por túneles en el interior de ellas...



Se me han revelado secretos ocultos a ojos humanos pero perceptibles al despertar del ser que nos habita, y que respira al compás del universo, he navegado con el fluir del río, caí varias veces, me levanté unas y otras me han levantado.

He regresado adolorida y agotada físicamente, pero más sabia, gozosa, renovada y fortalecida espiritualmente.



¡Gracias fuente universal de poder! 

!Gracias Emilia, hija amada.

¡Gracias compañeros de viaje! Sin ustedes no lo habría logrado.

¿Qué más se puede pedir? He sido una con el todo. 



Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.