martes, 27 de junio de 2017

No..., mejor...

Amables lectores, hoy estoy algo poética y resuena una hermosa sinfonía en mi interior. 
A pesar de este “No” inicial del título, hay un “Sí” dentro de mí que desea salir al exterior y fundirse con el cosmos, vibrar en su armónica sintonía, latir y respirar a su compás, dormir y suspirar en sus brazos galácticos multiformes y multicolores y desvanecerse en la dicha y el gozo de saber que existo. 
Sin importar el por qué y para qué, solo lo que estoy sintiendo y viviendo, lo que soy.  


Como resultado de ese éxtasis y sensación de felicidad infinita, de gozo perpetuo, de ese fluir libre en armonía y complicidad exquisita, surgieron las siguientes líneas, espero les agrade leerlas.

NO…, MEJOR…

No me preguntes de donde vengo, es mejor que preguntes hacia donde voy.
No quieras saber por qué fui, mejor averigua por qué no me quedé.
No indagues con quien anduve, mejor descubre en que ando.
No gastes tus energías en hurgar en mi pasado, mejor intégrate a mi presente.
No rechaces mi tiempo, y mi amor, mejor aprovéchame, estoy de paso.
No sueñes con el paraíso, mejor despierta a la realidad.
No me pidas que te baje las estrellas, mejor lleguemos hasta ellas.
No renuncies a la vida, mejor fúndete en ella, te espero en la eternidad.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

viernes, 23 de junio de 2017

Memorias refraneras

Existe un viejo refrán que dice: “No hay peor ciego, que el que no quiere ver”, y es tan real como que la lluvia moja. 
Un buen ejemplo de esto es lo fácil que vemos y resolvemos mentalmente la realidad de los demás, pero somos incapaces de ver la propia con la misma claridad y objetividad. Somos perfectos analistas a la hora de buscar solución al problema ajeno, pero para sentarnos a analizar nuestra realidad, somos unos perfectos distorsionadores de ella, la desvirtuamos a nuestro gusto y medida.

Otro viejo refrán reza así: “Nadie aprende en cabeza ajena”, pero muchas veces ni en la propia. 
Nos repiten las lecciones una y otra vez y somos tan obstinados que se nos dificulta entenderla y asimilarla, y cada vez la lección se renueva con más ímpetu y sarcasmo, para hacerse sentir y cumplir su cometido, que abramos bien los ojos del entendimiento y apliquemos sus enseñanzas.

Me viene a la mente un refrán muy popular que tiene el siguiente enunciado: “Ojos que no ven, corazón que no siente”, muy apropiado y usado por las parejas y en las relaciones interpersonales. 
Si desconocemos las cosas (fallas y errores, malas intenciones, desastres y tragedias, infidelidades, alegrías, éxitos y logros, etc.), no hay forma de sufrir o sentir ningún tipo de emoción por ellas.

Los de mi generación (la del sesenta) y las anteriores, fuimos criados con el auxilio didáctico de los refranes, sabias herramientas literarias (populares y muy antiguas) para educarnos y enseñarnos a expresar ciertas cosas con discreción y una buena moraleja de por medio. 

+Julia C., una amiga bloguera muy versátil y eficiente en el arte literario, creó hace un tiempo en su blog “Palabras y latidos”, una sección de refranes, para la cual contaba con el apoyo de sus lectores y sus aportes refraneros. Los invito a conocerla y pasarse por su interesante blog, eso sí, no dejen de visitar la sección de refranes, además de didáctica, es amena y muy particular.

Tuve el privilegio de participar en su interesante sección con el siguiente aporte refranero que hoy deseo compartir con ustedes y que pueden ver directamente en su blog a través del siguiente enlace:

http://palabrasylatidos.blogspot.com.es/2016/11/los-refranes-de-tu-vida-idalia-harolina.html

MIS APORTES REFRANEROS (Para Julia Cambil)

Quiero contribuir con la novedosa página de Julia, aportando algunos refranes de mi infancia y de toda la vida, recibidos de boca en boca, especialmente de mi adorada e inolvidable madre, que por cierto era muy refranera.

Y EL TIEMPO QUE SE VA, NO VUELVE

Entre esos famosos refranes recuerdo especialmente algunos muy utilizados por ella y muy frecuentes a la hora de aconsejarnos:

“El que anda con cojo, al tiempo cojea” refiriéndose a las malas compañías, o el siguiente: “Hijo de gato, caza ratón”, refiriéndose a la reputación de los padres de algunos allegados, muy parecido al que reza así: ”De tal palo, tal astilla”, a veces añadía la siguiente frase: ”Quien sabe que pata puso ese huevo”

Sin dudas eran métodos protectores de crianza muy didácticos, que ahora es muy probable que resulten discriminatorios, ja, ja.

Otro refrán muy conocido por estos patios caribeños es el siguiente: “A mal tiempo, buena cara”, creo que en parte por eso es que los dominicanos tenemos la costumbre de hacer humor de las peores tragedias que nos ocurren, eso nos ha servido para desarrollar esa característica tan nuestra de ser muy campechanos y ocurrentes.

Un refrán que considero muy aleccionador y con mucha sapiencia es el siguiente: “De cualquier yagua vieja, sale tremendo alacrán”, nos invita a no subestimar a nadie y a no hacer conjeturas.

Los refranes los oímos siempre por todos lados incluso hasta con connotaciones religiosas como este: “Donde Dios no puso, no puede haber”, que va de la mano con el siguiente, “Aunque el mono se vista de seda, mono se queda", su significado está bastante claro.

Siguiendo la corriente de Dios, tenemos este otro: “A quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos”, (Y que sobrinos, ja, ja), muy popular por estos predios y muy veraz. 

Y hablando del diablo existe un viejo refrán que se presta para debate y dice así: “Más sabe el diablo por viejo, que por diablo”, habrá quienes piensen diferente, pues hay viejos muy inmaduros y desconocedores, pero en el fondo como dice una famosa frase “La experiencia no se improvisa”.

En nuestro folklor tenemos refranes tan famosos como estos:
”Burro no come bizcochitos”, que se refiere a menospreciar la valía de alguien y resulta algo despectivo. 

“En boca cerrada no entran moscas”, que nos convida a hablar lo necesario. 

“Barco grande, ande o no ande” algo muy característico del dominicano es ser bultero, así que nos va como anillo al dedo, ja, ja.

Y “Amor de lejos, amor de pendejos”, sin comentarios, ja, ja.

Finalizo esta entretenida colaboración con el siguiente refrán y expresión universal que usé para felicitar a Julia por su iniciativa: “El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”.

Gracias de corazón amiga por ser ese buen árbol y permitirnos arrimarnos a tus “Palabras y Latidos” y disfrutar de su grandiosa y esplendorosa sombra.

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

sábado, 17 de junio de 2017

El milagro de la vida

Amables lectores, deseo compartir este corto relato que escribí en la comunidad Escribiendo que es gerundio, usando la frase: “Ahora, con más años por detrás que por delante, los misterios se desvelaron”.

El milagro de la vida

Siempre me gustaron las interrogantes, ese no saber, o hacer creer no saber, para tener motivos sobrados para cuestionarlo todo, y de un enunciado vendido como verdad absoluta, construir un castillo de arena muy pegado a la playa, para verlo desecho por la primera ola que osara alcanzarlo y derribarlo.



Trataba de hacerle ver a los demás que nada permanece estático, que todo se mueve y por más que lo aseguremos, nada es lo que parece. Que todo es relativo y cambia constantemente de forma y composición, de fondo y dirección, de sentido y visualización, de velocidad y vibración... Que la vida era siempre un misterio por descifrar.



Indagaba y descubría, observaba y aprendía, razonaba e intuía, pero las respuestas se escurrían, se desviaban, y escudaban en nuevas interrogantes y teorías, el misterio se hacía más grande con cada descubrimiento, y poco a poco, el tedio y el paso del tiempo, me llevaron al mejor descubrimiento…

“Ahora, con más años por detrás que por delante, los misterios se desvelaron”. Cada pregunta encontró respuesta, lo curioso es que sin importar la pregunta, la respuesta siempre era la misma, “No hay respuesta”.

Así que llegó el día en que dejé de cuestionar, simplemente me dediqué a observar, sentir y vibrar, dejarme poseer por la sensación que me producían las cosas, los sucesos que vivía, empecé a soltar el deseo de saber y de descubrirlo todo, a fluir y danzar con el ritmo y la cadencia de la vida. 



No imaginan lo que sucedió, un maravilloso día todo se me reveló, y al hacerlo todo se impregnó de una hermosa alegría, de un indescriptible gozo y una apacible paz interior. 

El amor brotó como una flor y lo inundó todo con su aroma, y se esparció como lluvia por los confines de mi vida, y esta dejó de ser un misterio por descifrar, para convertirse en una alegría a celebrar… !El milagro de la vida!

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

jueves, 8 de junio de 2017

Atravesando puertas

Para los que estamos transitando por caminos de cambios interiores y despertares de consciencias, los inicios del trayecto resultaron muy aleccionadores y en algunos casos hasta dolorosos y dramáticos, no es fácil lidiar con tantos patrones de conducta tan arraigados, y desmontarnos tantas creencias antiguas que se han sustentado de generación en generación, y mucho menos, ir en contra de la corriente y mantenerse a flote entre tanta oposición, desamparo y soledad.

Existe un primer flechazo, por así decirlo, que te sacude y sobrecoge la consciencia, algo inusual, advirtiéndote que estas a punto de volver a nacer, aunque ese “a punto”, mayormente resulta demasiado extenso. 


Después de ese primer impacto, empiezas a librar tu batalla interior, a derrumbar altares y deshacer entuertos, al estilo Don Quijote, resuelto a darle cabida a todo lo novedoso que se te revela, por muy descabellado que pueda parecer al resto, para ti esta tan claro y coherente, que nada te detendrá.

Primero comienzas a vislumbrar otras dimensiones y acceder a ellas de tanto en tanto como si fueras una estrella fugaz. Luego poco a poco empiezas a cruzar otros portales dimensionales y a descubrir cosas aparentemente nuevas, pero tan antiguas como la vida misma, más bien empiezas a recordar el motivo de tu existencia y a palpar tu esencia.  

Cada puerta que traspasas es un aprendizaje, un despertar más, te conduce a un nuevo nivel de consciencia, y ya no podrás dar marcha atrás, seguirás atravesando puertas y descubriendo tu esencia, hasta estar totalmente consciente de tu verdadero Ser, de su Esencia Primordial en cada momento de tu Existencia.


Puertas o portales dimensionales los hay por doquier, es cuestión de quererlos ver, de estar lo suficientemente atentos para visualizarlos. Existen tantas puertas como necesidad de acceder a ellas hay, cada una se abre en la dimensión  y el estado de consciencia que lo amerite el Ser. 
Esas puertas son especie de agujeros de gusano, nos transportan hasta donde queremos o debemos llegar, las hay por todas partes y en diferentes situaciones vividas (de armonía y paz, de gran alegría y gozo o de intenso dolor), pero nos resultan invisibles hasta que decidimos dar el salto y atravesar el puente de la liberación material y emocional, enfrentar uno a uno todos nuestros miedos y trascenderlos, incluyendo el miedo a la muerte, que no es otra cosa que renacer a una nueva vida.

Una de esas puertas es la maternidad, el momento justo después de parir a tu hijo, siempre y cuando lo hagas de forma natural y estés consciente de la envergadura de esos lazos y del proceso de ese rompimiento físico que acentúa más los lazos invisibles y la conexión espiritual (de alma a alma), de la madre con ese Ser que acaba de traer al mundo físico y hasta con su propio Ser. Cuando damos a luz, literalmente traemos a la luz a dos nuevos seres, al hijo y al ser que renace en nosotros. 


Las puertas, encierran o dejan pasar, de ti depende para lo que las quieras usar.

Cada día que empieza es una puerta que se abre, y cada día que termina es una puerta que se cierra. Es tu mera responsabilidad que esto ocurra así, de lo contrario corres el riesgo de quedar atrapado entre una puerta y otra, en una especie de mundo insustancial e irreal, plagado de pánico y disfrazado de metas por alcanzar, que son más bien estancamientos o fracasos existenciales, miedos sin enfrentar y disolver, vida… sin vida.

Hay situaciones que ameritan abrir una puerta y permanecer un tiempo encerrado allí, observando, aprendiendo, transformando…, trascendiendo, hasta tener la llave para salir y abrir la próxima puerta. Hay otras ocasiones en que abrimos la puerta solo para usarla de puente, atravesarla sin detenernos, no hay nada que necesitemos obtener de allí. La sabiduría y guía interior, a través de nuestra intuición, nos hará saber en cual puerta entrar y detenernos, y en cual debemos seguir de largo.


Las puertas siempre han sido un símbolo de descubrimiento para la humanidad, anteriormente eran la entrada a cuevas y cavernas, a refugios y lugares aparentemente seguros, a un estar diferente, a una nueva dimensión, luego se fueron modernizando, pero han conservado ese enigmático simbolismo hacia la seguridad, la protección, hacia el descubrimiento de lo que se oculta, hacia lo nuevo... hacia el interior.

Abre puertas, todas las que necesites abrir, ten coraje y valor de enfrentar tus temores, interiorízate, descubre, transforma, trasciende y no olvides cerrar cada puerta que dejas atrás, es la única forma de avanzar y evolucionar.

Les dejo este video con una hermosa canción de la autoría de Kike Santander, interpretada por la carismática Gloria Estefan.



I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.