viernes, 30 de agosto de 2013

La magia del insomnio

Aunque el insomnio resulta ser clínicamente hablando una desorden o patología del sueño, no deja de haber algo mágico y enigmático detrás de él. Si no puedes conciliar el sueño, si te visita el insomnio, la cosa nunca se queda ahí, siempre se hace necesario combatirlo, enfrentarlo o simplemente entretenerlo, y es ahí donde se encierra su magia, el insomnio frecuente (el que no es casual), es enemigo del ocio, pues no se conforma con quedarse dando vueltas en la cama, o entretenerse con cualquier cosa, no,  te lleva a hacer cosas generalmente útiles, que incluso no acostumbras a hacer o que ni siquiera se te ocurren estando totalmente despierto, además en estado de vigilia somos más prolíferos, mas lucidos y más fértiles que  de costumbre, al menos yo lo soy.


Es cierto que necesitamos dormir y que la salud se deteriora si no lo hacemos diariamente, pero también es cierto que no todos necesitamos la misma cantidad de horas de sueño para sentirnos bien, si dormimos al menos cuatro horas corridas y bien dormidas, con un sueño de los que llaman reparador, estamos más que listos para enfrentar el nuevo día.

El insomnio es uno de mis grandes males por así decirlo, pero también es mi gran bendición, mi compañero de tantas horas, me ha ayudado a resolver un sin número de interrogantes y de cosas, gracias a la magia que encierra. Cuantas conversaciones conmigo misma no he sostenido yo, las que me han ayudado a ver la luz, cuantos escritos me ha inspirado y cuantas pesadillas me ha evitado (enfocando lo positivo).


Frecuentemente cuando me dispongo a dormir, el insomnio se acerca suavemente y me acaricia, me susurra al oído y poco a poco me conquista y me seduce y no puedo negarle mi entrega, sí, se apodera de mí como por arte de magia, y me confieso con él, le cuento todo, le hablo de mi vida y mis cosas, mis dudas y temores, mis triunfos y fracasos, mis anhelos, ¡Y con qué atención me escucha!, sé que en el fondo me niego a dormir para no separarme de él, pues definitivamente está tratando de purificar mi alma. 

Aunque el cuerpo, sea quien pague el precio, que a veces es muy alto, sé, que está sacando lo mejor de mí en cada encuentro.

Harolina P. Fluyendo armoniosamente. 



Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

martes, 27 de agosto de 2013

Melancolía

Hoy estoy un poco melancólica, cuando los días están así, medio nubosos, con amenaza de lluvia o lloviendo no sé porque me pongo triste, es como si sintiera deseos de llorar junto con el cielo. Traté de alégrame escuchando música en la PC, y ¡Que error!, porque mientras buscaba algo, me topé con este vídeo que tengo guardado y obviamente me deprimió más.

Además de que me fascina esta canción “Imagine”, de John Lennon, para mí la más bella que escribió y que también me encanta Josh Groban (que por cierto hay varios vídeos de él con esta canción), pero este vídeo en particular me gusta porque retrata parte de la realidad del planeta, y podemos darnos cuenta de que no todos somos tan afortunados de vivir en el lado privilegiado del mundo, ni tan afortunados de vivir en paz y tener tantas alegrías y cosas porqué agradecer diariamente nuestra vida.

Este vídeo deberíamos llevarlo insertado de alguna forma bajo la piel y cada vez que nos quejemos, cada vez que nuestro egoísmo pida más y estemos inconformes, se encienda automáticamente en nuestros ojos, y ese anhelo que teníamos que era la causa de nuestra queja e inconformidad, lo canjeáramos por satisfacer al menos una verdadera necesidad en esa parte del mundo, por un profundo deseo de paz,  alegría y amor para todas aquellas personas que sufren diariamente este calvario.


Tanto las letras de la canción como las imágenes encierran un mensaje de amor, pues aún en la guerra hay amor y solidaridad, es probable que sea ahí donde más amor y solidaridad encontremos en la vida y los privilegiados sean ellos después de todo, aunque resulte absurdo decirlo. 

Imaginamos cuanto sufren, nunca lo sabremos a ciencia cierta, pero también encuentran algún consuelo a su dolor, nosotros la gran mayoría, ya ni siquiera somos capaces de sentir, la vida nos pasa por encima y ni cuenta nos damos, ya que vivimos en un limbo de vacuidades.  



Aquí les dejo el vídeo, no se enfoquen solo en lo negativo, vean cuanto amor y solidaridad hay en estas imágenes, por favor "IMAGINE".


Harolina P. Fluyendo armoniosamente. 




lunes, 26 de agosto de 2013

Información

Mis queridos lectores, a los amantes de la buena lectura, les exhorto a que entren en la página "Proyecciones", lamentablemente no la puedo hacer como la principal, que se vean los títulos en el lateral, así es que hay que seguir bajando el cursor para ver los nuevos aportes, quise aplicarle el salto de linea, pero no me funciona, así que hasta que de "pie con bola", como dice el refrán, seguirá siendo de esa forma.     

Llevo par de días buscándole la vuelta a eso, porque sé que resulta tediosa la búsqueda de nuevos aportes de esa forma, si alguno sabe como hacerlo mas sencillo le agradeceré la ayuda, mientras les prometo que seguiré subiendo buenos artículos y mensajes a esa página, y ¿Saben algo? cuando copié el cuarto aporte y vi toda la longaniza interminable de letras pensé: "el nombre no pudo ser más apropiado", "Proyecciones". ya que se proyecta y se seguirá proyectando a medida que siga subiendo escritos. Otra vez la casualidad, !Que coincidencia!, el sincro destino sin duda.  


Harolina P. Fluyendo armoniosamente. 


domingo, 25 de agosto de 2013

La esclavitud

Sin duda que uno de los pasajes más oscuros y tristes de la historia de la humanidad, fué la época de la esclavitud. Si bien es cierto que existen muchas historias bellas de respeto, solidaridad y amor en ella,  no es menos cierto que fué una época de dolor, deshonra e irrespeto al ser humano.

La pregunta es, ¿De verdad se terminó?, me dirán que sí y así parece ser aunque todavía quedan algunos vestigios de ella en algunos rincones del planeta.

La realidad es que aunque ese tipo de esclavitud terminó, la verdadera esclavitud no ha terminado ni terminará hasta que la muerte nos rescate y nos liberemos del cuerpo.

El cuerpo es siempre un esclavo, el alma es libre mientras no esté encerrada en el cuerpo, o sea, cuando morimos, o cuando dormimos profundamente y salimos de nuestro cuerpo temporalmente, o simplemente nos desconectamos mentalmente de él, su libertad es relativa pues en este plano está limitada por el cuerpo.

Somos auténticos esclavos y mientras no lo aceptemos del todo, seguiremos sufriendo calladamente o a viva voz jugando a ser libres. Sí, mis queridos lectores, somos esclavos de la vida y sus consecuencias mientras estemos vivos.



Somos esclavos del tiempo y la edad, del aire que contaminamos y aún así estamos en la obligación de respirarlo continuamente una y otra vez, esclavos del hambre y la sed (nuestras necesidades fisiológicas de absorción) que deben ser saciadas para subsistir, esclavos de nuestras necesidades fisiológicas de desechar las toxinas, de nuestro género sexual y las obligaciones, responsabilidades y necesidades fisiológicas que encierra, de nuestra necesidad psicológica y espiritual de amar y sentirnos amados, esclavos de las elecciones que hacemos a diario y sus inevitables consecuencias, del pensamiento, de los sentimientos y las emociones, del placer, del día y de la noche, de los cambios climáticos y las estaciones del año, de la familia, de los amigos, del entorno y la comunidad, esclavos de la sociedad, su organización y leyes, su cultura, sus tradiciones, del trabajo, del jefe, de la política, del gobierno, del dinero, …, la lista puede parecer infinita, pero nuestra mayor esclavitud radica sobre todo en nuestro ego y en la ambición de dinero y el estatus y poder que creemos que nos da. Pero recientemente algo ha ocupado un lugar privilegiado en el listado, la tecnología, que ha revolucionado por completo el mundo de hoy, con un sinfín de cosas positivas y un número muy inferior, pero muy inferior en cantidad, de cosas negativas aunque en potencialidad y en apariencia se vean más, por los efectos devastadores que provoca su uso equivocado y contaminado de sentimientos negativos y ambición y por la propaganda que se hace de estos.


Pero no desmayemos, la  buena noticia es que esta esclavitud la escogimos nosotros mismos, para enriquecer nuestra alma y ayudarla en su evolución, además es temporal, por más aferrados que estemos a la vida, la muerte nos rescatará de ella, que aparentemente nos cuesta tanto abandonar y nos negamos a aceptar el rescate. Supongo que la negativa se debe a que sabemos que no hemos completado nuestra evolución y tendremos que retornar nuevamente a padecer en otro cuerpo, ¡Que fastidio! ¿No?, con razón nos negamos a morir y generalmente se le teme tanto a la muerte.

Reconozcamos y aceptemos la esclavitud del cuerpo con alegría y amor, para que nuestra alma pueda sentirse libre y fluir con armonía y nuestro espíritu se ennoblezca y se eleve al infinito con gracia y magia encantadoras.
  
Deseo que puedas completar tu evolución en esta vida.

Aclaración: para mí, el alma es lo que en realidad somos, y usamos el cuerpo como vehículo en este plano para manifestarnos, el espíritu es la esencia del alma, está dentro de esta, es como su corazón, al menos así lo creo. 


Harolina P. Fluyendo armoniosamente. 

Un extracto de esta entrada fue publicado en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2016/04/07/correo-los-lectores

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viernes, 23 de agosto de 2013

La hora del almuerzo

Hoy mi hija menor se quejaba de que no la esperé para comer, y le respondí que no quería que se enfriara mi comida, y que tampoco lo consideraba necesario, y no entendía por qué la gente hace de la hora de la comida un ritual familiar, si esto era una necesidad fisiológica y cada cual comía con su boca, y que además nunca me ha gustado que me vean comer, a lo que respondió, tú con tus misterios y rarezas, y con su respuesta me surgió la siguiente interrogante:

¿Por qué si comer es una necesidad fisiológica también, no es normal que prefieras hacerla igual que las demás, en solitario?,  ¿A qué se debe que generalmente gusta realizarse acompañado o en grupo como un acto social?


Sí, imagino que es una cuestión cultural, que fuimos adquiriendo de generación en generación y como todo tiene sus orígenes, que desconozco totalmente por cierto y que no me interesa averiguar tampoco, lo que no entiendo es: ¿Por qué tengo que aceptarlo, hasta el punto de que diferir de esto llegue a ser casi una patología, y decir sí, me gusta comer acompañada, aunque no sea así?

Al menos en esta etapa de mi vida en la que soy consciente de mi total libertad y derecho de elegir, puedo decir a todas voces y escoger mis preferencias, especialmente estas, las fisiológicas, que solo me atañen a mí, que nadie las puede hacer por mi y que nadie por lo tanto tiene derecho a controlarlas y ponerle horarios excepto yo.

Según mi hija yo todo lo quiero profundizar y me voy en sentimiento y filosofía pura y de cualquier cosa hago un discurso, supongo que tiene toda la razón, en realidad así es como soy, esa es mi naturaleza, escudriñar, crear interrogantes, hasta que me sienta lo suficientemente clara y segura de las cosas.

No soy de las que le dicen: “el mar es azul”, lo ve verdoso y aun así afirma que es azul. No soy una persona polémica, eso lo odio, así que no me interesa discutir un punto de vista ni mucho menos convencer a nadie de que puede estar equivocado, simplemente me quedo con la duda y hasta que no haga una investigación exhaustiva y quede bien clara en un asunto que desconozco, no voy por ahí afirmándolo. 
Puedo opinar y dar mi punto de vista si tengo seguridad de algo, pero no hasta el punto de entrar en una inútil discusión. 
  
Ahora bien que quede claro que eso no quiere decir que no pueda comer delante de la gente y que si hay que hacer un esfuerzo y hacer de la comida un acto social y un ritual, tedioso a veces con tanto protocolo, no lo haga, pero sepan que no me gusta, no lo disfruto y por lo tanto la hora de comer muchas veces resulta mi peor pesadilla, así es como siempre le he llamado a la hora de sentarse a la mesa. 

Definitivamente me gusta la privacidad a la hora de hacer mis necesidades fisiológicas.

Harolina P. Fluyendo armoniosamente. 

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martes, 20 de agosto de 2013

Fortaleza de porcelana

El titulo de este tema me parece una muy buena definición para el matrimonio hoy día. Sí, en realidad eso es el matrimonio, una fortaleza de porcelana.

Cuando nos sentimos lo suficientemente listos (¿O muy enamorados?), decidimos dar un paso importante en nuestra vida, casarnos y formar una familia, o al menos un hogar, esa es la intención, compartir y dar lo mejor de nosotros y claro, siendo felices. Pero para esto contamos con que el otro también piense igual, en compartir, dar lo mejor de sí y ser feliz.


Nos disponemos a pertrecharnos, compramos de todo o lo pedimos en una ridícula lista de bodas, (como se acostumbra hoy), discutimos haciendo planes, nos atrincheramos, pero al final salimos a camino y nos casamos. Pasan unos cuantos meses y toda va más o menos como lo imaginamos, con sus altas y bajas, pero en sentido general bien. A partir del día en que fijamos la fecha comenzamos a trabajar en construir nuestro hogar, lo llenamos de cosas materiales, además de sueños, ilusiones, fantasías, caricias, caprichos, intransigencias, exigencias, y nos agenciamos todo lo que el egoísmo de la juventud y la inmadurez nos permiten y olvidamos muchas veces lo más importante, la dosis diaria de amor, comprensión, respeto y consideración.


Cada día ponemos un granito de arena más y subimos otro poquito el muro, estamos sumamente entusiasmados con la idea de que nuestro hogar será hermoso, tranquilo, cálido y acogedor, hasta que por fin un día nos paramos a contemplarlo y nos damos cuenta de que ya lo terminamos, ¡está listo! y nos sentimos orgullosos de él, de haberlo construido.


Luego sucede algo muy singular, como nos mantuvimos la mayor parte del tiempo fuera de él, desde afuera se veía espectacular, pero adentro es muy distinta su visión, estuvimos tan ocupados construyendo su fachada  que nos olvidamos de verificar el tipo de diseño interior, el material  e incluso el lugar donde estábamos levantándolo, y no tuvimos tiempo de divertirnos, de reír y gritar de alegría, de cantar y bailar, apenas susurrábamos, ni siquiera había tiempo para coquetear o secarse el sudor, por lo que no nos dimos cuenta de que construimos una Fortaleza de Porcelana y al primer movimiento brusco, al primer grito, los muros se empezaron a agrietar, cada movimiento en falso lo empeoraba más, nos sentimos presos e incómodos, actuando como marionetas, casi paralizados, todo es muy calculado y metódico para no quebrarlo por completo, hasta que irremediablemente un día se derrumba, nos pasa como a los niños que se sientan a construir castillos en la arena, entusiasmados y felices, ignorando el movimiento de las olas, y la subida de la marea, hasta que llega una ola y derrumba todo su esfuerzo y llega la desilusión.


Eso es lo que son la mayoría de los matrimonios de hoy “Fortalezas de Porcelana”, además de que son sumamente frágiles, también te privan de alegría y libertad. Hay que escoger bien el lugar, verificar y reforzar el material, pero sobre todo hay que cambiar el diseño, dejar espacios amplios y abiertos para que podamos respirar, reír y bailar en una danza familiar.

El hogar debe ser como un refugio, que te mantiene seguro, caliente y a gusto, pero el refugio es algo temporal, y el hogar debe ser para el resto de la vida, por lo tanto no construyamos un pabellón de esgrima, tampoco uno de arte marcial, mucho menos una fortaleza de porcelana, aunque esta sea fina, bella y delicada, no es duradera, se quiebra con facilidad.

Construyamos nuestro hogar como quien prepara solo un refugio para pasar la navidad, decorado con risas y alegrías, guirnaldas de ternura debemos colgar, entonando villancicos que calientes nos mantendrán, compartiendo los alimentos, dulces y regalos, juntos como un gran árbol hecho de dicha y felicidad.


Harolina P.
   
Pedimos excusa si alguna imagen tiene derecho de autor, avísenos y la retiraremos.



CELEBRANDO EL PRIMER MES



Hoy estamos celebrando nuestro primer mes en el blog, gracias a todos los que han entrado a conocer mi nueva experiencia.
Espero que hasta el momento les haya gustado mi estilo y también espero ir mejorando el contenido según voy madurando en esta nueva etapa de mi vida. 

La siguiente entrada se las quiero ofrecer como un aporte a las familias, por favor luchemos con mas ahínco por salvarla y darle lo mejor de nosotros a cada integrante del hogar. 
Cuando nos embarcamos en esta empresa es mucho lo que hay que sopesar antes de echarlo todo por la borda, especialmente cuando hay hijos. 

Gracias a todos por seguir mi blog. 

martes, 13 de agosto de 2013

Recuerdos del olvido

Leí hace unos años un pequeño libro de Mario Benedetti, “La borra del café”, ¡Excelente libro!, definitivamente me encantó. Lo volví a leer de nuevo hace unos meses, me induce a hacer remembranzas, lo considero como un refrescante y relajante baño usando como jabón y sales aromáticas, los recuerdos del pasado que supuestamente se quedaron en el olvido, pero que dicha lectura hace que afloren a la memoria tan vívidos como si fueran recientes.


Este libro me mostró como la vida, que es tan simple y sencillamente magnifica, está hecha de pequeños momentos que uno a uno van conformando nuestra existencia y felicidad. Pero como la felicidad es el estado natural del ser, la damos por sentada y muchas veces nos pasa desapercibida y emprendemos un fatídico viaje en su búsqueda, corriendo tras unos sueños que creemos nuestros, pero que si lo pensamos bien no son tan nuestros, nunca lo fueron, sencillamente alguien hábilmente los instaló en nuestra mente y lo creímos nuestros. Al alcanzarlos, si es que lo logramos, caemos en la realidad de que estos sueños no son nuestros puesto que no nos proporcionan felicidad, y si no los logramos, la lucha que libramos para alcanzarlos resulta tan agotadoramente cruel y necia que nos convierte en seres amargados, cuya amargura se debe más a saber íntimamente que no es lo que anhelamos, que al fracaso en sí.

  

Las narraciones tan cotidianas, tan humanas, tan sinceramente vividas, tan magistralmente contadas por Mario Benedetti, me han refrescado la memoria y me han devuelto imágenes de mi infancia, adolescencia y juventud que estaban perdidas en algún lugar de la mente (en el olvido) y me han hecho ver que lo que realmente importa en la vida son esas pequeñas vivencias cotidianas, esas que tal vez creímos olvidadas porque pensamos que no les dimos importancia, pero calaron hondo y están escondidas en el recuerdo, esperando aflorar y decirnos que ellas así de pequeñas y aparentemente insignificantes, son las que han hecho nuestra vida grandiosa, alegre y hermosa, que nos hicieron intensamente felices alguna vez.

                

Un lugar, una casa, un paisaje, un árbol o una flor, un olor, un ensueño, un profundo sentimiento, un amor,… cualquier recuerdo que podamos evocar y al revivirlo sentir una cálida caricia en nuestra alma, un suspiro de satisfacción o una silenciosa y deliciosa alegría interior, cuya añoranza nos deja un poco de melancolía y un dejo de tristeza en la voz, pero más que nada un corazón rebosante de felicidad.
Esas pequeñeces son las que nos están gritando que no perdamos la objetividad, que sigamos saboreando la vida en pequeños sorbos, con la misma intensidad y que no confundamos las cosas que verdaderamente nos llenan el alma.   


Las pequeñas cosas, son las que hacen grandes los momentos vividos. No perdamos el sentido, ese que da el saborear la vida en toda su esencia, el simple hecho de caminar entre los árboles, de sentarse a contemplar una puesta de sol, de dejarse acariciar por el viento o sentir la hierba húmeda bajo nuestra ropa y apreciar su olor, cada instante que se vive con el corazón y los sentidos bien atentos, es una enorme vivencia y de eso se compone la vida, de vivencias, las que muchas veces el recuerdo olvida; los días de inocencia, alegría, incertidumbre, amor, dolor, desconcierto, risas, lágrimas, desamor, éxitos, fracasos, desvelo, dicha, perdón, fe…, en fin, todas esas cosas que son las que poco a poco van construyendo  la vida.

“La vida es una fiesta en la que somos los anfitriones y al mismo tiempo los invitados, debemos velar porque todo este bien, pero también debemos disfrutar el festín”.   

I. Harolina Payano T.

Nota. Por favor disculparnos si alguna imagen tiene derecho de autor, avísenos para retirarla

miércoles, 7 de agosto de 2013

Enfocando lo positivo (La belleza de las rosas)

Si te fijas en un rosal, verás que sus tallos mayormente están formados por hojas y por grandes y pequeñas espinas, pero… ¿quién se detiene a mirarlas?, ¿quién ante la belleza de las rosas se fija en las espinas?, ¿Quién ante su aroma no se siente tentado de acercarse más para olerlas mejor?  Y… ¡Zas!, de repente somos heridos por una de ellas, pero ¿quién repara en esa herida ante tal belleza y tan agradable aroma?, el placer y deleite que nos produce un rosal florecido vale el dolor de mil espinas.


Lo mismo ocurre con todo en la vida, no hay belleza sin espinas, no hay amor sin heridas, pero… 
¿Quién repara en las heridas, ante el placer y deleite del amor? ¿Quién repara en los malestares y los dolores del parto ante la dicha de tener un hijo? ¿Quién no es capaz de sanar mil heridas ante la presencia del amor? 
Cuando las rosas desaparecen solo vemos las espinas, perdemos de vista la belleza, ni siquiera nos fijamos en el rosal. 


De igual manera cuando el amor desaparece perdemos de vista la belleza, el deleite y el placer y nos fijamos en las heridas, reparamos en ellas y nos causan dolor, la belleza se ha esfumado y nos detenemos a quejarnos, a llorar y sufrir. 

Busca la belleza, siempre la hay, ¡la hallarás!, si la perdemos de vista en una cosa, busquémosla en otras, hay infinidad de cosas y motivos donde buscar belleza, y recordemos que en nuestro interior hay mas belleza que en el exterior.

                    

Esa es la fórmula para la vida, todo tiene su lado bello (positivo) y su lado desagradable (negativo), no hay uno sin el otro, gracias a uno podemos disfrutar del otro, así que no reparemos en el lado negativo de la vida, enfoquémonos en el lado positivo siempre, desde luego sin olvidarnos y estar agradecidos del lado negativo que es el que completa la razón de ser de la belleza. 

Sabemos que el lado negativo está y siempre estará, pero no pongamos nuestro enfoque principal en él, mantengámonos siempre del lado positivo de la vida.

Hoy día está muy en boga lo contrario pero haz caso omiso de eso, mantente enfocando positivo y  busca sobre todo tu belleza interior, cuando la encuentres, encontrarás la belleza de todos y de todo lo demás y nunca más la perderás de vista, pues la verás en todo momento y lugar con los ojos del alma y la verdad.

Harolina Payano T.

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viernes, 2 de agosto de 2013

Fragilidad irrompible

¿Alguna vez te has topado con algo que a simple vista es tan frágil que temes que con un simple roce se rompa?

¿Has tenido en tus manos un vaso o copa cuya fragilidad casi te obliga a colocarlo nuevamente en la vitrina y luego ves que uno de tus hijos decide usarlo, lo friega y no pasa nada? ¿Te has fijado que la fragilidad de ese cristal es relativa, pues resulta ser mucho más resistente de lo que parece? No es que sea irrompible, sino que necesitas ser brusco, golpearlo o dejarlo caer para verlo hecho trizas, pues no es tan frágil como pensamos.

                   

Significado de fragilidad de Wikipedia:
“La fragilidad se relaciona con la cualidad de los objetos y materiales de romperse con facilidad. Aunque técnicamente la fragilidad se define más propiamente como la capacidad de un material de fracturarse con escasa deformación. La fragilidad de un material además se relaciona con la velocidad de propagación o crecimiento de grietas a través de su seno. Esto significa un alto riesgo de fractura súbita de los materiales con estas características una vez sometidos a esfuerzos”.

En general se entiende por fragilidad la facilidad de romperse de las cosas y su opuesto es la ductilidad, que es la capacidad de resistencia a la ruptura por su facilidad de deformación. La fragilidad es inversamente proporcional a la deformación y la ductilidad directamente proporcional a esta. Me explico, a mayor fragilidad menor deformación y a mayor ductilidad, mayor deformación.


El punto es el siguiente:

¿Existe la irrompible fragilidad? Por definición claro está que la respuesta es No.

¿Y si lo intercambiamos? ¿Existe la fragilidad irrompible? En este caso no estoy tan segura, podría existir, me parece un buen tema de tesis.

No puedo evitar hablar de fragilidad y pensar en la mujer, ya que en sentido figurado nos han etiquetado con ese adjetivo, que a muchas les agrada porque lo relacionan con delicadeza y a un número (diría yo) que mucho más elevado, les desagrada porque lo relacionan con debilidad y no se consideran débiles.

La relación de la fragilidad con la delicadeza es muy estrecha, ya que con las cosas frágiles hay que ser sumamente suave y delicado para no romperlas.

La relación de la fragilidad con la debilidad también es muy estrecha ya que las cosas frágiles no aguantan mucha fuerza o presión sobre ellas y colapsan.

¿Me pregunto si en cualquiera de estos dos casos aplica el adjetivo para la mujer? Mi respuesta es rotundamente No.

El primero de los casos está muy claro, si la mujer fuera frágil necesariamente habría que tratarla con delicadeza y mayormente es tratada con dureza, tanto por la sociedad, como por el jefe, el marido o compañero y muchas veces hasta por los propios hijos. Está claro que la mujer es la delicada aquí y la fragilidad es de la sociedad, del jefe, del marido o compañero y de los hijos.

En el segundo caso está más claro todavía, no hay un ser humano que tenga más aguante que una mujer, resistencia muy elevada para soportar dolor físico, dolor emocional, desagravios, desconsideraciones, vejaciones, presiones, etc., y aun así todavía exhibe un alto grado de compasión y ternura. El ejemplo más vivo lo tienen en el reciente caso del secuestro de las tres mujeres en Cleveland, Ohio. 


¿Entonces qué opinan? ¿Sería mucho más aceptable el adjetivo de “dúctiles” para las mujeres?  ¿Podría ser?

Yo pienso que Si, ya que pocas veces colapsamos y casi siempre nos deformamos sosteniblemente bajo las presiones diarias, transformándonos en infinidad de facetas, con capacidades sorprendentes y sin perder nuestras propiedades o mejor dicho naturaleza intrínseca.

En última instancia si nos van a poner el adjetivo de frágiles, por favor acompáñenlo de la palabra irrompible, suena mucho más aceptable decir que las mujeres tenemos una  “fragilidad irrompible” (aunque parezca una contradicción), a decir que las mujeres somos simplemente “frágiles”.

Quiero dejar bien claro que no soy de la nueva corriente feminista, que no pertenezco a ningún tipo de afiliación ni nada por el estilo, simplemente estoy a favor de la igualdad de derechos del ser humano independientemente del genero, entendiendo que la diferencia de género existe y que arrastra consigo unas diferencias que nada ni nadie por mucho que se luche y tergiversen las cosas va a poder cambiar, cada quien con lo suyo y a lo suyo.

Admiro a esas mujeres que fueron pioneras de muchos de los logros de hoy día: estudiamos, votamos, estamos insertadas en el ámbito laboral de la sociedad aunque muy mal pagas por cierto, hemos alcanzado grandes puestos gubernamentales, etc., también hemos pagado un precio muy alto por eso. Estoy en desacuerdo con muchas mujeres que hoy día han malinterpretado la lucha y quieren derrumbar la base que tanto les costó a ellas, pues su lucha está enfocada en objetivos mezquinos que nada tienen que ver con la femineidad y los derechos de la mujer como ser humano que es.

Soy de la opinión que mientras nuestros apellidos paternos nos sigan siendo arrebatados al casarnos y sigamos siendo, María de… fulano o mengano, o teniendo el apellido del marido a secas como se adopta en muchas culturas, seguiremos siendo vistas como objetos de pertenencia de la sociedad y del hombre, relegadas y hasta cierto punto hasta desvalorizadas por los hijos, abogo por una abolición total de la ley que nos obliga a ser pertenencia de nadie, a llevar el apellido de nadie que no sea el de nuestros progenitores al igual que los hombres, si he de entablar alguna lucha, empezare por ahí.




Quiero dejarles este interesante vídeo que recibí hace poco por e-mail a propósito del tema. 

Bendita sea nuestra fragilidad irrompible.

Harolina P.


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