lunes, 31 de julio de 2017

Responsabilidad / necesidad

Abordar el tema de la responsabilidad es de por si abrir un debate público acerca de lo que cada cual entiende por este vocablo, que independientemente de su significado según el diccionario, le hemos dado otro más particular y acomodaticio a las conveniencias sociales, generalmente de otros, no las nuestras, por eso es un tema algo engorroso y muy delicado para muchos, que se han familiarizado y fanatizado con ese significado acomodaticio pero que en realidad nos resulta bastante incomodo y sacrificado llevar a cabo por su carácter de obligatoriedad.

Según el diccionario de la RAE, responsabilidad es:

*Cualidad de responsable. Entendiendo por responsable al que pone cuidado y atención en lo que hace, al que está obligado a responder por algo o alguien y al que tiene a su cargo la dirección o vigilancia de algo. 

*Es la obligación o cumplimiento de algo. 

*Es la habilidad que posee el ser humano para medir y responder ante las consecuencias producidas luego de un acontecimiento que ha sido logrado o malogrado con pleno consentimiento e intención. 


Esta última definición nos habla de actuar de forma consciente y voluntaria, se entiende como una virtud.

Significado generalizado de responsabilidad

Es el cumplimiento de obligaciones, compromisos, acuerdos generacionales y sociales..., también se refiere a la obligación de responder por nuestros hechos y palabras expresadas, a hacer lo que la mayoría entiende por correcto, sin importar si te hace feliz o no.

Como podemos ver, “responsabilidad” siempre tendrá un matiz de obligación y hasta de resignación, ya que no siempre el ser responsables nos agradará y producirá felicidad, muchas veces es todo lo contrario, nos deja una gran amargura en el alma, porque no necesariamente es lo que deseamos hacer, lo hacemos por no romper los esquemas y reglas, por complacer, para evitar castigos, por costumbre, pues suponemos que si no actuamos de tal o cual manera nos censuraran, o incluso, hasta sin saber por qué.

Todo lo que necesitamos saber para cumplir la misión que tenemos en esta vida, lo sabemos al llegar. Luego desde que prácticamente nacemos empiezan a darnos un cumulo de instrucciones, bueno a nuestros padres y ellos la acatan y nos las transmiten a nosotros. 
Desde el horario para comer, asearnos y dormir, hasta la posición correcta de hacerlo, si el bebe quiere dormir boca arriba voltéelo, es peligroso les dicen, y a esto le siguen los consejos de las abuelas, madres, tías y amigas, y una secuencia de visitas periódicas al pediatra, cada una con su respectivo instructivo.

En vista de todo eso, parece que somos como un juguete valioso y a la vez peligroso en manos inexpertas, empezamos a confundirnos, entretenernos y distraernos, molestarnos y defendernos..., y a olvidar lo que trajimos aprendido. 

Luego..., adivina que, nos captura la escuela y el sistema educativo social, con una caterva de disciplinas tormentosas y régimen casi militar, con un exceso de instrucciones y deberes por cumplir, nos preparan para una guerra que ni ellos mismos entienden, y nos enseñan a ser res-pon-sa-bles, o sea, a responder automáticamente a sus convenientes reglas, desde luego convenientes para el sistema, no para ninguno de nosotros, ya que nos privan de libertad, nos quitan el libre albedrio que debemos tener y ejercer para bien de todo el conglomerado universal, no para satisfacer el deseo de unos cuantos. 


Nos reclutan, nos mal educan, nos reforman y nos moldean, nos pisotean y boicotean toda nuestra personalidad y felicidad, nuestros más ardientes anhelos, y si nos dejamos, nos reducen a nada o en el mejor de los casos a mas de lo mismo. Nos echan en cara errores ajenos, sus errores, nos crean falsas responsabilidades, basadas en sus necesidades, no las nuestras. Necesidades mezquinas de poder y manipulación.

La responsabilidad debería ir de la mano con la armonía y la felicidad, la justicia, el respeto, la empatía y la paz, tanto externa como interna, ir de la mano con la necesidad de cada cual, si bien es cierto que vivimos en un mundo compartido y debemos cooperar con el colectivo, también es cierto que no somos reses rumbo al matadero, tenemos aspiraciones, emociones y sentimientos diferentes, pero sobre todo tenemos sabiduría y conocimiento del poder que poseemos y somos, de nuestra valía y valentía, que van tomadas de la mano con la libertad, la pasión por la vida y el verdadero gozo, el interior.


No es la responsabilidad lo que te debe empujar a actuar, si no el respeto a tu libertad y el deseo o necesidad de conservarla (tanto para ti como para todos los demás), es el deseo de vivir en armonía y amor, son tu valentía y sabiduría interior quienes deben marcarte el paso, y darte las instrucciones para lograr tu propósito final, que por el hecho de estar conectados y relacionados todos y todo, este propósito final tiene un común denominador que contribuye a que se cumpla el propósito final de todos, del colectivo universal.

Por más que le busquemos la vuelta, la responsabilidad no es vista como una virtud, huele y sabe a obligación, represión y falta de libertad. En cambio necesidad huele bien, sabe bien, implica algo primordial y pone a prueba nuestra capacidad de discernir, decidir, obrar y cooperar, de resolver por nosotros mismos y participar de lleno en la vida, su expansión y evolución, y no hay mejor forma de lograrlo que ser felices.

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2017/08/05/responsabilidadnecesidad/

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

martes, 25 de julio de 2017

¿Ausente, distante o presente?

Cuando surgen las ideas, aunque parezcan repetitivas, siempre traen alguna novedad o es necesario reforzarlas de cuando en cuando por alguna razón. En este caso el tema de estar presente, el cual ya he abordado en varias ocasiones, lo retomo para afianzar esa necesidad de estar en el aquí y ahora, consciente de cada segundo que vivimos, que respiramos, que somos. 



En este preciso momento lo único que ocupa mi mente, cuerpo y alma es esto que estoy escribiendo, estoy en consciencia plena de estos pensamientos, estas palabras..., este ahora. Pero no siempre el estar presente se hace tan fácil y obvio, mayormente conlleva incertidumbre, temores, sorpresas que en otras ocasiones no nos han resultado gratas y en muchas nos resultaron muy dolorosas. Ese no saber y tener esos recuerdos desagradables, nos suele marcar y nos impulsa inconscientemente a desatender el momento preciso que estamos viviendo, lo que nos pasa en la actualidad, es una forma de protegernos de lo que las cosas nos podrían inferir. 

El miedo a estar presente hace que te adormezcas, y te refugies en un futuro imaginario o en el pasado, ya sea cercano o lejano, sientes que allí nada ni nadie te podrá hacer daño, y de hecho es así, ya que no estas presente y en consciencia de lo que te esta sucediendo en ese preciso instante, te crees a salvo, por eso te haces el desentendido o inconsciente de cada momento presente que vives. Empezaste a hacerlo como un truco o recurso engañoso como auto defensa y se ha vuelto costumbre, incluso hasta en los buenos momentos te falta presencia, consciencia de estar plenamente ahí, y ni cuenta de eso te das. 


Si estamos medio presentes la manera en que nos afecten las sorpresas será en termino medio también, ya sean agradables o desagradables, la mayoría prefiere no arriesgarse y disfrutar a medias o sufrir a medias. 
Otros prefieren incluso perderse toda la participación y se mantienen abstraídos de la realidad, imagino que se escudan en el viejo refrán “Ojos que no ven, corazón que no siente”, el hecho es que no se dan por aludidos hasta que el evento se convierte en pasado, allí lo manejan con menos miedo, ya que se convierten en inofensivos recuerdos. 

Solo unos pocos se arriesgan a estar plenamente ahí, atentos, alertas y conscientes, y de esa manera vivir lo que tenga que llegar, sin nostalgias o interferencias pasadas, y sin miedos ni expectativas futuras, con consciencia despierta, con valentía y muy dispuestos, ya sea a disfrutar o a enfrentar cada evento de sus vidas a plenitud.


Aunque eso esta cambiando ya, esos pocos han aumentado, la humanidad esta creando consciencia de su inconsciencia y empieza a despertar de su letargo. Ya saben que el pasado siempre se va, que hay que dejarlo marchar en paz y vencer el miedo a lo que llega e irremediablemente vendrá. 
Saben que el problema es que nosotros le queremos caer detrás al pasado, sin importar como fue, si fuimos felices para eternizar esa felicidad, y si no lo fuimos para echarle en cara su supuesta culpabilidad, pero mas que todo saben que eso es una forma de esquivar y no afrontar el presente, la sorpresiva realidad, esa que mayormente rememoramos cuando se convierte en pasado, donde ya no nos puede dañar. 

¿Ausente, distante o presente? 
Hazte consciente de tu inconsciencia ya, súmate a los que se arriesgan a vivir el aquí y ahora, elige de una vez por todas estar presente.

¡Sal del sueño y ven a la realidad que es el, AHORA!

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2017/08/21/correo-los-lectores-568/

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jueves, 20 de julio de 2017

CUARTO AÑO DEL BLOG

Queridos amigos, con grato placer les anuncio el cuarto aniversario del blog.



Amables y consecuentes lectores, agradecerles a todos ustedes su participación y apoyo, tanto a los que dejan huellas, como a los que solo leen y no lo hacen, me resulta poco, e insignificante, para la satisfacción recibida por su solidaridad. 
Ustedes son la mejor muestra de que tuvo sentido seguir la guía interior y lanzarme a esta gratificante, enriquecedora y gozosa travesía virtual. 

Lo que empecé con la intención de compartir las experiencias de cambios de: pensamientos, perspectivas, objetivos, sentimientos…, en fin de despertar a la verdadera vida, ha sido un grandioso y beneficioso aprendizaje de vida para mí, y espero que también lo haya sido en parte para todos ustedes.

El privilegio de poder ver que la idea central de: acercar, compartir y fluir, ha dado sus buenos frutos, el poder comprobar también, a través de ustedes, la diversidad y la sencillez y complejidad del ser y su belleza existencial, que enuncia el blog como subtitulo, y constatar que definitivamente estamos pariendo felicidad auténtica, como lo plantea el enlace del blog, no tiene precio ni manera de agradecer personalmente a cada uno de ustedes como se merecen, a no ser por la intuitiva revelación de que también ustedes se han beneficiado.


Por su lealtad y con motivo de la celebración de este cuarto aniversario, quiero hacerles este humilde obsequio del cual ya les había hablado en la publicación de la última adquisición del blog, la pagina PDF libros, se trata de uno de mis libros inéditos, con el que me inicié en este arte de escribir sobre mis pensares y experiencias reflexivas de vida. 
Como fue mi primer libro lo atesoro con amor, aunque quizás se encuentren con algunas incongruencias con mí pensar de hoy, no olviden que la vida es una caja de sorpresas y una fuente de transformación y de cambios.

Espero que “Monólogos del Alma” les deje un buen sabor en el paladar almico y tengan algún tipo de beneficio emocional o espiritual al leerlo. Lo pueden encontrar accediendo a dicha página. 

Gracias del alma a todos, por acercarse, compartir y fluir, y motivarme a seguir escribiendo lo que la fuente divina me revela y me induce a compartir. Gracias a ella, porque es quien me ha traído hasta aquí. 

También a blogguer y sus representantes, y por supuesto gracias a mi Ser y a esa voluntad y disposición de hacer las cosas, que me caracteriza, a esa guía interior y poder de decisión que me lleva a crear y ejecutar las metas y los sueños que me harán fluir, volar y trascender.

!FELIZ ANIVERSARIO BLOG!, SIGAMOS FLUYENDO... 

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

P.D. Esta publicacion es la numero 300

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viernes, 14 de julio de 2017

Patentizando mi locura

Amables lectores, empezaré por hacerles una sugerencia, no lean esto como si se tratara de algo fuera del contexto habitual, léanlo entre líneas, como siempre me leen, esto también va muy en serio.


“El loco se cree cuerdo, mientras que el cuerdo reconoce que no es sino un loco”. William Shakespeare

El hecho de que hoy les escriba es porque quiero patentizar mi locura, y quienes mejor que ustedes y esta plataforma virtual (este blog a unos días de cumplir 4 años), que me han regalado vivencias impensables e inolvidables, me han enseñado tanto a través de sus comentarios sabios, reflexivos, hermosos y gratificantes, para dejar constancia de ella. 

Sí…, de mi locura, esa que me da alas, que me ayuda a vivir el día a día y me inspira a seguir descubriendo, aprendiendo, creciendo, escribiendo, y en silencio riendo, sintiendo, siendo…,  y poco a poco, vida tras vida… ¡Trascendiendo!


“Me volví loco, con largos intervalos de horrible cordura”. – Edgar Allan Poe

Es un tipo de locura nueva, pero bien arcaica a la vez, hace años la padezco, es más, estoy segura que nació conmigo, hemos vivido miles y miles de años ya, nos engendramos y amamantamos juntas, nos disolvemos y renacemos juntas por una eternidad.  
Aunque es invasiva, no es para nada dañina, me hace ser feliz, por suerte que no es contagiosa, no vaya a ser que en otra mente degenere en otra cosa.
 
A veces aturde la razón y al mismo tiempo la aclara, nos llevamos muy bien las dos…, si señores es al igual que yo, enigmática y contradictoria, nunca se sabe por dónde va a aflorar, si me hará reír o llorar, pero no saben cuánto me ha enseñado, nos llamamos locura cuerda y otras veces, cordura loca, por momentos no sé quién es la cuerda, o cual es la loca.


“Más cuerdo es, el que acepta su propia locura”. – Edgar Allan Poe

Ustedes sabrán que pensar, yo de mi parte, lo único que deseo es poder patentizar mi locura, que quede claro que nació conmigo, que vivió conmigo y que por supuesto, conmigo se irá el día en que me vaya a fundir con la eternidad. 
Espero que no sea hereditaria, y así, con mi partida definitiva, se pueda erradicar, no quiero dejarla sola en tan irreverente humanidad.

Como pueden ver de locos está lleno el mundo, ¡Pero qué cuerdos también suelen ser! 
Y para muestra un botón. Les dejo una hermosa locura hecha canción, cuyos locos responsables son el músico argentino Astor Piazzolla con letra del poeta uruguayo Horacio Ferrer. Además de unos cuantos locos que se han atrevido a interpretarla, sumado una gran cantidad de locos que como a mí, les encanta escucharla… 


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

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lunes, 10 de julio de 2017

Tiempos modernos

Esta entrada surgió de un comentario que hiciera en la publicación de un relato reflexivo de +Ziortza Moya Milo una amiga bloguera con un blog muy interesante y versátil; los invito a pasarse, y conocerla.
Su relato nos mostraba dos caras: la apatía de una vida sin pasión y alegría, versus la felicidad artificial, inducida por fármacos que obnubilan los sentimientos y la razón.


De manera clara y explícita, el relato nos deja ver la verdadera situación por la que atraviesan los jóvenes hoy día, y el papel que los padres han dejado de asumir, para tomar un nuevo camino en detrimento del bienestar emocional de los hijos y de la sociedad en sentido general. 



Que conste que con el mensaje de la imagen, no estoy abogando por el maltrato físico, pero me pareció hasta cierto punto inofensivo, comparado con las consecuencias de la falta de atención y responsabilidad amorosa de los padres de hoy. 

No sé en qué momento los padres dejamos de ser entes pensantes para convertirnos en entes danzantes al son que nos toca la sociedad, provocando en nuestros hijos mucha infelicidad.

Nos hemos convertido en una comunidad de almas vacías, sin sentimientos, autómatas por demás, victimas del sistema actual que a diario nos empuja al desfiladero del consumismo, con ausencia casi total de valores morales y con un grado de aprobación y permisividad ante todo lo que les genera dinero y aparente tranquilidad emocional, que no es más que mera pantalla social, en el fondo las familias se han quebrado, desmembrado y desmantelado el hogar para convertirlo en un ring de boxeo, en un coliseo romano donde el lema es “Sálvese quien pueda”, o en el peor de los casos, en un convento de clausura donde está prohibido hablar y relacionarse, cada quien en lo suyo. 



Me parece que nuestra mayor responsabilidad es asumir las responsabilidades propias, no las de los demás, si nuestro jefe quiere hacerse rico y poderoso es su problema, no el nuestro. Debemos ponerle límites al trabajo y los horarios, y no permitir la explotación, a cambio sacrificamos a nuestros hijos, a la familia, para conseguir cosas materiales y superfluas que al final no nos proveen ningún tipo de felicidad. 

Lo que no se va en llanto, se va en suspiros, como dice el dicho. La vida es una y es corta, cada cual es responsable de lo que acepta y hace, de lo que piensa y de lo que crea con ese pensamiento, de lo que hace con esa creación y de las consecuencias que de ella se derivan. 


La modernidad está matando nuestra amorosa y valiosa humanidad, nos estamos convirtiendo en meros robots, máquinas de producción para generar dinero y una vida licenciosa de opulencia y despilfarro a unos cuantos. Tiempos modernos, donde la mayoría, responde a un patrón de conducta preestablecido por un sistema opresor, y hasta cierto punto carcelario, pues te mantiene atrapado entre la espada y la pared, te hace sentir indefenso e impotente ante su demoledora, encantadora y seductiva vestimenta, “nada como la tecnología, los lujos y la buena vida”, ese parece ser el mantra más repetido a nivel mundial, y la vida que la mayoría aspira tener.

Lo más lamentable del caso es que no lo queremos ver ni aceptar, y si lo aceptamos, de ahí no pasa, no hacemos nada por cambiarlo, seguimos repitiendo el mismo mantra, siendo carne de cañón, haciendo cola para ser uno más del montón de enajenados mentales, con tal de no perder los supuestos privilegios con los que contamos en la actualidad, que de manera adictiva y alucinante, nos tiene fármacos dependientes de cualquier tipo de droga, medicamento o entretenimiento, que nos alivie un poco el estresante e insaciable cáncer (perdonen las palabras) de la maldita y azarosa modernidad. Y lo peor de todo eso es que inducimos a nuestros hijos (para eso si que somos enérgicos y exigentes) a seguir por ese mismo derrotero.

Despertemos ya de ese sueño devastador de vidas libres y felices y promotor de ausencia total de alegrías, de simple gozo, felicidad y libertad de vivir y realizar nuestros mayores anhelos del alma, para bien de la humanidad.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Un extracto de esta entrada fue publicado en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2017/08/12/tiempos-modernos/

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miércoles, 5 de julio de 2017

Pulsaciones


Según el enunciado de este proverbio Zen en la imagen superior, pienso que somos igual que los árboles, meditamos cuando envejecemos, que es el invierno de nuestras vidas, y luego morimos. Gracias a ello, reencarnamos, y en la primavera de nuestra nueva vida florecemos. 
En el verano (nuestra época más ardiente) con juventud y madurez, damos sombra y frutos. Luego en el otoño de nuestras vidas, hacemos limpieza y nos despojamos de todo lo superfluo, para nuevamente meditar, morir en invierno y renacer de nuevo. En cada renacer damos nuevos frutos y evolucionamos. 


Todo en esta vida es cíclico, ayer fui joven, y mañana seré vieja, aunque hoy me siento viva y llena de vitalidad, el cuerpo a veces me dice que he vivido muchos años ya. Llegará el día en que el cuerpo me diga que ya no puedo postergarlo más, que me debo marchar para poder regresar.

Nadie quiere hablar de la muerte, pero de alguna manera tampoco la dejan de pensar. Primero teníamos miedo de entrar a este mundo y lo hicimos llorando, y luego nos aterró el saber que teníamos que salir y vivimos temblando de miedo, pensando en cuando, dónde y cómo será. 
Imaginando cual será el momento indicado, muchos viven angustiados, y entre apegos y miedos, se olvidan de vivir y salir al ruedo.


Dicen que el tiempo no existe, que solo es relativo, entonces para que tanto revuelo, acerca de la edad, si esta también es parte, de esa relatividad. 

Que los años pasen, no debe ser motivo de preocupación, si no de celebración. Unos dicen tener menos, otros perdieron la cuenta ya, y a la gran mayoría les preocupa, que les vayan a poner de más. 
Son muchos los mecanismos para engañar a la edad, pero hagamos lo que hagamos, el tren de la vida no se detiene, ni da marcha atrás.

Si dejas de respirar en un cuerpo, es porque respiras en otro cuerpo ya. La muerte no existe, solo cambiamos de cuerpo y nos mudamos de lugar; aprendiendo, enseñando, limpiando el karma, o acelerando la evolución colectiva de la humanidad, aunque muchas veces, preferimos quedarnos, en el mismo círculo familiar. 


En definitiva, la vida se presenta con sus altas y sus bajas, se comprime y se expande constantemente, aprieta por un lado y libera por el otro, hiere y sana a la vez. Te mantiene un instante al frente y al siguiente te coloca en la retaguardia. Te venera y luego te ignora, te regala y después te roba, te mece y acuna y más tarde te estremece y sacude, te sumerge y te sube a flote, te moldea y te pule, te acorrala, te elude, te alecciona..., pero nunca te abandona.   

Si te detienes un momento, le prestas atención a tus movimientos, y te fijas en todo lo demás; cada respiración, cada parpadeo, cada escalofrío, cada sentimiento y emoción… Cada semilla que germina, cada soplo de brisa que te toca, cada gota de lluvia que te moja, cada ola que se disuelve y se va…, te vas a dar cuenta de algo maravilloso y sensacional, todos los momentos y acontecimientos, son pulsaciones no más. 


Esas pulsaciones, son la eternidad de la existencia, son la vida; meditando, envejeciendo, muriendo, renaciendo y despertando, floreciendo, creciendo sin parar, madurando y dando frutos, soltando y fluyendo, siendo…

Evolucionando a través de cada una de sus expresiones. 
Eternizándose al compás de cada una de sus infinitas pulsaciones.   

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.