jueves, 28 de noviembre de 2013

Hay que dar con gozo y recibir con gratitud

Siempre se nos ha inculcado a la mayoría de los seres humanos la cultura del dar, de ser desprendidos, de compartir y cooperar con los demás y está más que claro que es una de nuestras mejores actitudes, pues lo que no se comparte difícilmente se disfrute en su máxima capacidad.

Ahora bien también se viene haciendo hincapié tiempo atrás en saber recibir, ya que muchos opinan que para el ser humano es más fácil dar que recibir, supongo que esto sucede por la asociación que hacemos con una cosa y otra, el que generalmente da, se tiende a percibir que le sobra, que tiene abundancia, aunque esta no sea la realidad y del que recibe se tiende a pensar que tiene carencias y necesidades insatisfechas y sin posibilidades de podérselas satisfacer por el mismo, aunque esto tampoco sea así de cierto.




Existen personas cuya felicidad consiste en dar y darse a los demás y no les importa si necesitas o no sus dádivas, solo quieren dar, compartir lo que poseen y con este tipo de personas hay que ser receptivos aunque no tengamos necesidad de aceptar sus dádivas, pues también son bastantes receptivas a la hora de aceptar cualquier tipo de ayuda o cooperación. Pero también hay personas cuya felicidad es que les hagan dádivas y regalos, les encanta recibir y ser distinguidos con algún obsequio o halago personal, eso las hace sentir verdaderamente queridas y mimadas y no tienen ningún inconveniente en dar y compartir con los demás lo que poseen.

Existe un dicho que reza: “Hay de todo en la viña del Señor”, así que existen además otros dos tipos de personas, las que están muy dispuestas a dar pero detestan recibir y las que están siempre bien dispuestas a recibir pero no les gusta dar ni compartir lo suyo.

En el patio contiguo a nuestra casa hay una gran mata de mango, no he visto árbol más generoso que este, siempre está dando de si, por épocas nos da sus hojas marchitas y secas, diariamente nos cubre el piso con ellas, por épocas nos da sus flores que también a diario cubren el piso, en su mejor época nos da su jugoso, sabroso y dulce fruto que también cae abundantemente en nuestro patio y durante todo el año nos regala su grandiosa sombra, ¿Se puede pedir más? Si somos realmente agradecidos de sus favores no solo debemos agradecer su sombra y sus deliciosos frutos, también debemos agradecer sus hojas y sus flores caídas aunque dejen el piso impregnado de su trementina y eso nos obligue a limpiar a diario, esa limpieza la debemos hacer con agrado, dando las gracias y bendiciendo su dadivosa abundancia todo el año.




Para lograr un sano equilibrio debemos dar con gozo y recibir con gratitud, no hay nada más hermoso que saber compartir y además ser agradecidos por las cosas recibidas, aunque en el momento no las percibimos como bendiciones o como necesarias, lo son, si no para nosotros, al menos para el que las da, más tarde lo podremos constatar.

Así que cuando te toque de nuevo dar algo tuyo o dar de ti, hazlo con gozo y cuando te toque recibir algo de alguien o aceptar alguna dádiva, ayuda o compañía, hazlo con agrado y da siempre las gracias de corazón.

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 


Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2014/10/24/correo-los-lectores


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jueves, 21 de noviembre de 2013

Reconocimiento especial

Recientemente pude constatar que todavía hay profesores que les ponen trabajos escritos a mano a los estudiantes, ojala y el numero de estos profesores fuera significativo en las escuelas y colegios, y las universidades contaran con muchos de ellos también, ya que esto aunque fastidia sobre manera al estudiante, lo que verdaderamente hace es instruirlo, pues se ve en la obligación de leer, escribir, resumir y sacar conclusiones propias, y por muy mecánico que lo haga, una buena parte se le queda impregnada en el cerebro, a diferencia del copia y pega cuando usan las computadoras, donde leen por arribita, sin prestar la menor atención, importancia o interés, y por ende lo poco que captan es superficial y lo olvidan en pocas horas.


Por eso quiero hacer un reconocimiento especial para estos profesores que son verdaderos maestros y reconocen y están bien conscientes de su rol como educadores en la sociedad. Este es el tipo de enseñanza a la que hay que darle crédito y reconocerle sus méritos, no a la que está plagada de mecanismos y accesorios que facilitan y tienden a aniquilar los dotes y facultades especiales del cerebro y del ser humano, que de seguir como vamos nos olvidaremos hasta de escribir por falta de hacerlo manualmente.

Hoy día aprender no es el reto, sino pasar de curso, pasarle la materia al profesor y graduarse valiéndose de mecanismos modernos o fraudulentos y adoptando como último recurso para conseguir el objetivo, estudiar.

Hago mención de honor para ustedes, maestros de escuelas, colegios y universidades que entienden la necesidad imperiosa de salvaguardar nuestro magnifico, espectacular, hermoso y sin igual  cerebro y con él, nuestro cuerpo y sus cualidades, habilidades y funciones sicomotoras, receptoras, reproductoras y transmisoras. 


Es bueno y hasta indispensable agregar mecanismos modernos a la enseñanza siempre y cuando esto no equivalga a sustituir los básicos y esenciales, sino a complementarlos, ni siquiera a facilitarlos, pues lo que fácil se adquiere, fácil se pierde, y lo que fácil se “aprende” fácil se olvida.

Los exhorto a seguir así y que nada los haga tirar la toalla, cualquiera que sea el tipo de calificación al que sean sometidos, siempre obtendrán la máxima calificación a su arduo trabajo y esfuerzo. Aunque la remuneración no sea económica, aunque no reciban un reconocimiento especial como se merecen, estoy segura de que la satisfacción del deber cumplido es mucho más valiosa y reconfortante y la paz interior de saber el bien que hacen es mucho más duradera.


¡Bendiciones multiplicadas para ustedes! 


Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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domingo, 17 de noviembre de 2013

¿Avances tecnológicos o atrasos psicológicos?

En la actualidad escuchamos las siguientes frases:

“La tecnología ha hecho que avancemos a pasos de gigante”, “Los avances tecnológicos han revolucionado el mundo”, “La ciencia debe su deslumbrante progreso a los avances tecnológicos”…, etc.

Aunque definitivamente esto es algo real, la palabra “tecnología”, se repite por doquier casi como si fuera un mantra, pero a diferencia de este, en vez de relajar y liberarnos tiende a inquietarnos y esclavizarnos.

Hay un dicho que reza así: “Todo es según el color del cristal con que se mire”
También existe un ejemplo muy típico del optimista y el pesimista, es el del vaso medio lleno o medio vacío.

Como nunca me quedo con lo que se ve a simple vista, sino que analizo todos los ángulos posibles y trato de que los demás lo hagan también, ya que de esa forma se es mas objetivo y no recibimos sorpresas desagradables inesperadas, visualizar los pro y los contra y buscarle la quinta pata al gato siempre, es motivo para que generalmente me tilden de pesimista y aguafiestas, cosa que realmente me tiene sin cuidado, ya que lo que no acostumbro es a hacerme falsas ilusiones y a quedarme embelesada con el primer impacto, tiendo a reaccionar enseguida y aunque no se la causa, mis pensamientos vuelan a una velocidad que muchas veces me sorprende.



Esta forma de pensar y de ser es la que me lleva a hacer esta interrogante ¿Avances tecnológicos o atrasos psicológicos?

Definiciones de psicológico:

1.  Relacionado con el estudio de la vida psíquica y la conducta de las personas
2.  Relativo a la manera de sentir, de pensar y de comportarse de una persona o un grupo.
3. Se aplica a la situación o suceso que provoca una rápida alteración de la manera de sentir y de pensar de una persona o de un grupo de personas.

Sabemos que todo tiene su opuesto, oscuridad / luz, pequeño / grande, frio / caliente, vacio / lleno, etc., así que para que haya avance debe existir su opuesto, atraso.  


Así también, desarrollando y acrecentando la sabiduría y los conocimientos de algunos cerebros privilegiados que han existido a través de la historia de la humanidad, explotándolos producto de la ambición, consecuentemente atrofiamos y disminuimos la sabiduría y los conocimientos de los cerebros menos privilegiados (que son la mayoría), o sea, un pequeño grupo estuvo antiguamente y otro está actualmente rompiéndose el cerebro en los laboratorios, para que el resto no tenga necesidad de usar el suyo, eso realmente me parece “patético, exagerado, innecesario y extremadamente degradante” y lo peor de todo es que no sabemos al final quien resulta más dañado, si el que vivió o vive como un zombi, insaciable de conocimientos y deja toda su vida petrificada en un laboratorio, o el que vive como una momia con su cerebro atrofiado y todo su cuerpo vendado y atrapado por la tecnología, a excepción de sus ojos para ver las diferentes pantallas.




Recuerden que me llaman pesimista, así que en este caso prefiero ver el vaso medio vacío. Si queridos lectores, prefiero verlo como atraso psicológico en vez de avance tecnológico, aunque, mi pesimismo no me impide reconocer que gracias a ese atraso, hoy estoy escribiendo esto en una laptop y subiéndolo al blog para que todo el que tenga acceso a esto y lo desee, lo pueda leer.

Que quede claro que no estoy renegando a la realidad moderna, sino mas bien tratando de que puedan visualizar el precio a pagar por esta, llamando las cosas por su nombre real. Tal vez, si en lugar de promocionar tanto el avance tecnológico lo llamáramos por su otro nombre, el verdadero, atraso psicológico, quizás el efecto de la forma negativa de expresarlo cree un efecto positivo en nuestro cerebro y seamos menos dependientes, menos ignorantes y por ende más astutos y sabios.  


Si concebimos un mundo como lo fue en sus orígenes, y actuamos para forjar un mundo sano en todos los aspectos, libre de enfermedades fabricadas en los laboratorios y propagadas por sus fabricantes como plagas para hacernos dependientes de sus fármacos, un mundo que nos aporte todo lo necesario para vivir alegremente, como de hecho fundamentalmente lo es, no creo que los avances tecnológicos tengan mucha relevancia en un mundo así, libre de contaminación, egoísmo, ambición desmedida, guerras, discriminación y falsedades.
En un mundo donde prime lo sano y limpio, la confraternidad y hermandad, el desapego material, la igualdad y la verdad, la convivencia armoniosa, donde el amor sea lo básico, esencial y primordial, la tecnología sale sobrando, en realidad tuvo que perderse todo eso para que la tecnología apareciera y se desarrollara como lo ha hecho, pues aquí también prevalece la ley de los opuestos, para poder crear también hay que destruir.

Ustedes saquen sus propias conclusiones y elijan el nombre que más se acomode a su forma de pensar.

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2015/02/11/correo-los-lectores

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miércoles, 13 de noviembre de 2013

¿Hay vida en el exterior?

Siendo el universo todo lo inmenso que es, resulta casi una utopía pensar que somos la única forma de vida inteligente que lo habita. Cuando digo vida, me refiero a la vida material, a las formas, a la materia viva en sí, no a vida abstracta, antimateria, espiritual, o energía, pues esta pulula en todas partes del universo.
Deben existir miles de especies inteligentes con características parecidas y con cualidades superiores y ¿por qué no?, también inferiores a la de los humanos y muchos miles más muy distintos de nosotros.

Si en el planeta tierra la hay no lo sé, pero creo que en caso de haberla deben ser inferiores a nosotros y por eso se esconden, si fueran superiores ya se habrían dejado sentir y nos estuvieran gobernando o por el contrario ayudándonos y dándonos las pautas para superarnos, cosa que obviamente no están haciendo porque de ser superiores no se equivocarían al contactarnos, y pondrían su sabiduría al servicio de los ambiciosos y perversos depredadores del universo, por lo que creo que en el planeta Tierra, los humanos somos la especie más avanzada, pero no necesariamente la forma de vida más inteligente. 


Como soy experta en ideas descabelladas se me ocurre pensar que somos algo así como los juguetes caros de especies superiores a nosotros, de vidas más inteligentes y más avanzadas que viven en otros planetas y galaxias, por decirlo en términos modernos, nuestra galaxia es como el juego de nintendo o wii, de estos seres y estamos a su merced, quizás para ayudarlos a descifrar algún código oculto del universo. Así como nosotros hacemos experimentos y enviamos satélites y naves espaciales para observar, estudiar y conocer mejor el exterior que nos rodea, de esa misma forma, ellos hacen experimentos más avanzados con nosotros y están observándonos y estudiando nuestros pasos.

Donde quiera que nos movamos en el planeta hay vida, inteligente o no, la hay y quién sabe si a lo que llamamos vida no inteligente resulta ser más inteligente que nosotros y lo que ocurre es que nos falta un tipo de inteligencia  superior y sabiduría para entenderla y establecer comunicación con ella. Soy de la opinión de que toda vida es inteligente y sabia, lo que cambia es la forma de expresión y comunicación de estas y la capacidad o incapacidad de interpretación, de entendimiento.


¿Acaso el agua, que es vida en movimiento continuo, incesante, cambiante, no es inteligente?, me parece que su inteligencia es superior a la nuestra, pues tiene un poderío, un control, un comportamiento y una armonía que desearíamos tener los humanos, simplemente es otro tipo de inteligencia desconocida por nosotros y necesaria para descifrar su lenguaje, para lo cual hay que tener un alto grado de desarrollo auditivo, los animales, las plantas, el universo de seguro que la entienden a la perfección, los humanos sabemos escuchar muy poco, además de no tener tan desarrollado ese sentido, solo oímos lo que está próximo a nosotros y nos llega con interferencias que distorsionan el verdadero sentido de lo expresado.

El agua es la vida por excelencia del planeta, es quien sustenta la vida en él, por eso está constituido mayormente de agua al igual que el cuerpo humano. Esta se encarga de saciar nuestra sed, de regar y fecundar la tierra para producir sus alimentos, de regular el clima, de equilibrar, compensar y combatir cualquier fenómeno que quiera dañarnos, es nuestro guardián. Por eso es que en las exploraciones de otros planetas para saber si existe o es posible la vida, se busca la presencia de agua antes que nada, pues sin ella no hay vida, al menos no como la conocemos los humanos.


No me cabe la menor duda, no estamos solos en el universo, aun sea un tipo de vida totalmente desconocida, inconcebible, incomprensible, inimaginable e inaceptable a nuestro escaso entendimiento racional, aun no tenga nada parecido a nosotros, nada que ver con nuestro raciocinio o capacidad de imaginación, tanto la lógica, el sentido común, la razón y sobre todo el corazón, en fin la vida misma me revela que así como nosotros observamos el cielo, de esa misma forma ellos nos observan a nosotros, respetándonos y guardando distancias, así lo percibo y lo siento y este sentir me lleva a hacer esta afirmación:
¡Hay vida en el exterior! 

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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lunes, 11 de noviembre de 2013

Y así sucesivamente

Desde que tengo uso de razón, vengo escuchando decir esta frase “Y así sucesivamente”, entendiendo que se trata de una especie de resumen para decir cosas que resultan repetitivas o se sobreentienden porque van en secuencia, o sea, se suceden unas a otras. Por ejemplo: “Si quieres entrar en la universidad primero debes ir a la escuela y hacer el primer curso, el segundo, el tercero y así sucesivamente hasta terminar el bachillerato”, hay infinidad de ejemplos pero todos básicamente tienen el mismo fin, acortar o economizar tiempo o palabras. Supongo que el “etcétera”, es su primo hermano, que aunque también sirve para acortar o economizar tiempo o palabras, tiene diferente sentido de uso, ya que en este caso no necesariamente hay sucesión, sino mas bien numerosos eventos o recursos sobre el tema en cuestión y para ponerle fin usamos el etc., o los puntos suspensivos (…) que son otra forma de abreviar cosas que a veces resultan ser, más de lo mismo.


Hace un tiempo ya, escuche a alguien decir: “Y  así subversivamente”, a manera de broma y desde luego que me causó risa. No sé por qué se asomó al pensamiento ahora ese recuerdo y fue lo que motivó este escrito, pero al igual que la vez que lo escuche, me provocó risa recordarlo, y créanme si les digo que en seguida me vino a la mente una nueva perspectiva de la broma y como siempre le doy el beneficio de la duda a muchas cosas, enseguida vino la interrogante ¿Y si en vez de una broma lo hubiera dicho en serio?


Ahora bien, el mundo colorido de hoy, en comparación al en blanco y negro de hace 50 años atrás no se parece en nada en cuanto a desarrollo científico, tecnológico, industrial, cognitivo, didáctico, culinario, sociológico, sicológico…, y sin embargo seguimos escuchando las mismas frases de antes: “El mundo está mal”, “Esta vida se ha puesto muy difícil”, “La economía anda por el suelo”, “El mundo se está acabando”, ”Antes las cosas eran mejores”, ”Todo está muy caro”, etc., etc.

Entonces concluyo que en esencia, seguimos siendo y haciendo lo mismo, lo cuál es la verdadera causa de que los problemas de la sociedad mundial se mantengan inalterables, casi con el mismo orden jerárquico y conserven su vigencia y malestar generación tras generación, avance tras avance, como si fuera un software que viene adherido a nuestra medula ósea en el empaque de vida que nos toca vivir.

Quizás sea correcto decir “… Y así subversivamente…, el mundo cambió”, ya que tal vez sea ahí donde está la solución a la raíz de nuestros males (en alterar el orden político, social o moral establecido)*, lo cual solo se consigue “Evolucionando” pues hasta el momento, masivamente nos hemos comportado como mansos corderitos, siendo sumisos y ya es hora de dejar tanta sumisión y ser subversivos de una manera objetiva, eficaz y firme sin excedernos en violencias. 


Dicen que hasta que no aprendamos lo que vinimos a aprender a este mundo seguiremos repitiendo el curso, mientras sigamos cometiendo los mismos errores, dando las mismas vueltas como el trompo, seguiremos viviendo vidas repetidas hasta superarnos y pasar de nivel, si esto es cierto y para mi tiene bastante lógica y sentido, debo caer en la triste realidad de que aunque individualmente hayamos avanzado y pasado de nivel, si el numero de promovidos no es significativo, colectivamente seguimos estancados, repitiendo el curso una y otra vez, razón más que valedera para pensar que somos mas individualistas que ninguna otra especie, mas egoístas que ninguna, y que mientras no determinemos y fijemos un centro con un objetivo común para el bienestar colectivo a partir del cual todos giremos al igual que lo hacen los planetas alrededor de su eje y también alrededor  del sol (no como el trompo solo alrededor de su eje), lamentablemente seguiremos repitiendo el curso como especie, una y otra vez, una y otra vez y así sucesivamente.

* Subversivo: que intenta alterar el orden político, social o moral establecido.


Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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jueves, 7 de noviembre de 2013

¿Hacia donde nos lleva el barco?

No soy muy versada en temas bíblicos, pero tengo entendido que Noé subió en la famosa arca a toda su familia y de cada especie animal subió una pareja para preservarla por orden de Dios. Imagino que a Noé no se le ocurrió preguntar hacia donde los llevarían las aguas, solo hizo lo que mejor sabia hacer, obedeció con fe.

Imagino que de igual manera nos subimos todos a este enorme barco llamado planeta tierra, nadie sabe exactamente cómo llegamos aquí y hacia dónde nos lleva este barco que navega en el universo sin capitán visible, ni proa, ni popa, solo obedece a una fuerza gravitatoria superior que lo dirige a la perfección evitando su colisión con otros barcos que también navegan en el mismo mar (universo).




Aquí estamos, al igual que Noé, confiados, protegidos, enviando palomas (satélites y naves espaciales) para ver si ya nos podemos bajar, pero hasta no estar 100% seguros de lo que hay afuera, por mucho que nos quejemos, nadie se quiere apear, pues sabemos menos todavía hacia donde lleva el barco fantasma de la muerte.

El mundo es inmenso, y comparado con todo lo que se conoce hoy día como universo, el planeta Tierra es insignificante, pero aun así, resulta sumamente enorme para nosotros (sus habitantes), aunque muchas veces escuchamos decir lo siguiente: “Este mundo si es chiquito, esto es un patio”, lo cual también es muy cierto.

Entonces llego a la siguiente conclusión, somos grandes, pero a la vez somos muy pequeños y eso es más que obvio. Por ejemplo el desierto es enorme pero está formado por minúsculos granos de arena, el mar es inmenso pero está formado por insignificantes gotas de agua, el aire está formado por incontables partículas microscópicas, el fuego está formado por millones de chispa, la tierra constituida por millones y millones de partículas, minerales, especies animales y vegetales y le sigue un largo etc.

Los animales y los seres humanos nacemos de un tamaño muy diminuto y luego nos hacemos más grandes. En el caso de los humanos imagino que esa semilla que somos originalmente antes de tomar forma humana, tampoco se pregunta hacia donde lo llevara ese barco llamado cuerpo humano, solo se deja guiar y obedece con fe, para lograr su propósito de vida, aunque a veces “aparentemente” nos equivocamos. 
   
En resumen, estamos subidos en un barco gigantesco llamado “Planeta Tierra” y este está formado por infinidad de pequeños barcos (continentes, océanos, naciones, ciudades, comunidades, familias, etc.), pero a su vez es un pequeño barco que forma parte de uno más grande llamado “Sistema Solar” y este forma parte de uno mayor llamado “Vía Láctea” y esta forma parte de… y… este forma parte del “Universo” aparentemente infinito. Todo está compuesto por múltiplos y submúltiplos. Todo es grande y pequeño a la vez.


Moraleja:

Por muy orgulloso que estés, recuerda siempre que tu barco va subido en otro mayor cuyo capitán tiene el mando, y por insignificante que te sientas recuerda siempre que eres el capitán de un barco en el que van subido muchos otros también.

Eres pequeño con relación a unos, pero eres grande con respecto a otros. Y sin importar lo grande o pequeño que seamos, el común denominador de todo es que no sabemos hacia donde nos lleva el barco y no creo que sea relevante saberlo, lo importante es tomar cada cual su remo y ayudarlo a navegar en la dirección correcta, sin oponerle resistencia, solo una buena dosis de fe como hizo Noé y dejarlo fluir, para así fluir nosotros con él, y es precisamente en ese fluir donde se nos hará la luz, donde alcanzaremos un alto grado de conciencia y sabremos con seguridad, hacia donde es que el barco nos lleva.  


Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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