viernes, 2 de agosto de 2019

Honra la vida

Vivimos en un planeta que de por sí, es también un ser vivo, pertenece a una galaxia que nació hace millones de años. 
Respira, se nutre y además necesita cuidados, respeto y consideración. Y al igual que cualquier ser vivo y los humanos, tiene un alma y un propósito que cumplir.

Este se renueva constantemente, evoluciona periódicamente, renace cíclicamente y se transforma eternamente, según los estudiosos de las ciencias de la vida, como la mineralogía, arqueología, astronomía y todas las demás que nos dan pistas de la antigüedad del planeta y el universo. 
Pero también nosotros lo sabemos, porque llevamos millones de años, de vidas, de transformaciones y evoluciones junto a él.


La mejor forma de agradecer y cuidar del planeta, y con él, de toda la vida que alberga, y sobre la que ejerce influencia, ya sea directa o indirectamente, es honrando su propósito de vida y su generosidad; siempre cobijándonos, alimentándonos y sustentando nuestra permanencia mediante futuras generaciones. 

Siempre se habla de felicidad como si fuera algo exclusivo del ser humano, pero vemos a diario en la alegría de nuestras mascotas, un gozo muy semejante a esa felicidad de la que hablamos muy a menudo. Esto también lo podemos percibir en las plantas, ver su brillo, percibir esa sensación de alegría y felicidad por poder brindarnos cobijo y sustento (agua, alimentos, medicinas, etc.).

También los minerales tienen su manera de manifestar su felicidad, aunque nos cueste más observarlo, si no me crees has la prueba, recoge una piedra o un puñado de arena, sácala de su habitad y notarás su cambio, ya no tiene ese brillo que llamó tu atención, no luce tan viva y esplendorosa, pierde ese magnetismo encantador, es porque ya no es tan feliz.

O cuando la lluvia se acerca, las aves no paran de cantar, y surge ese olor a tierra mojada, incluso antes de que empiece a llover. Los ríos se alegran y ni hablar de los bosques y montañas. Incluso el hombre (en menor grado el de la ciudad), se regocija en la vida que renace con la lluvia.  

Si no te has fijado, presta atención cuando llega la primavera... Toda la vida nos habla y canta, nos sonríe..., y el planeta con ella.


Como bien lo expresó Rabindranath Tagore, toda vida, es una vida idéntica a la mía. Todos los seres vivos conocen la felicidad y se sienten felices, o tristes y desanimados, al igual que nosotros.

Cuida la vida y honra su propósito, y lo mejor es empezar por tu propia vida, si no tienes amor por tu vida, no tendrás amor por otras vidas.

Respetar la vida de los otros, no es tan difícil de hacer, quizás nos resulte más cuesta arriba, respetar su propósito de vida, ya que no es fácil entender su punto de vista, y menos fácil aún, es ponerse en el lugar del otro de manera empática y objetiva, porque siempre arrastramos juicios, condicionamientos, influencias y prejuicios muy arraigados en nuestra manera de pensar y actuar. 

La finalidad no es entender su punto de vista, si no más bien, respetarlo y honrarlo.

Cuídate, ámate y respétate, de esa forma das ejemplo de amor, respeto y cuidado, a todos los demás.

Cuidar tu vida y honrar el propósito de la misma, significa ser la mejor versión de ti, y honrar y bendecir la vida de todos nuestros semejantes, de los demás seres vivos, el planeta y el universo.

...Es respetar su propósito de existir.

P.D. 
Como complemento de lo expresado, los invito a leer esta antigua entradaTodo está vivo

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

4 comentarios:

  1. Estoy plenamente de acuerdo contigo, querida amiga I. Harolina, como habitantes e inquilinos de nuestro Planeta Azul, que nos regala vida, a través de sus frutos generosos que nos ofrece sin pedir nada a cambio, lo mínimo que se merece es Amor incondicional, respeto y cuidado para evitar estas locuras humanas que arrasan y consumen todas sus riquezas.
    Seamos conscientes, de una vez por todas, en que somos hermanos de la Tierra, procedemos de la misma savia divina y regresaremos a ella cuando termine nuestro «viaje existencial» y agotemos el «envase». El hecho de habernos desconectado de ella, también nos ha separado de nuestra esencia y de ahí ese vacío existencial que nos sorprende y sirve de acicate para comprendernos mejor a nosotros mismos.
    Me encantó releer a Tagore con este precioso texto poético que forma parte de su fragmento lírico: Las cosas y el espíritu.
    Efectivamente no es tan fácil ponerse en la piel del otro comprendiendo su realidad, sintiendo lo que le duele y acompañándole en su camino. Tenemos costumbre de prejuzgar en lugar de actuar para mejorar esa convivencia.

    Gracias por abrir sendas por donde transitar buenos propósitos y ser felices.

    Precioso domingo para disfrutarlo.

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    1. Hola Estrella, perdón por la tardanza en contestar, agradecida en grande por tener tu comentario complementando la idea central.

      Nos hemos dado cuenta del daño ocasionado al planeta, y aunque sea a paso de tortuga, se han tomado algunas medidas reparadoras, por desgracia se sigue actuando con inconsciencia y algunas medidas que si ayudarían a una rápida solución, se echan a un lado porque dañan los intereses ambiciosos de un pequeño, pero poderoso grupo de insensatos y desalmados.

      Seguimos en pie aportando nuestro grano de arena y con la esperanza firme de que vendrán tiempos mejores.

      Me alegra haberte dado la oportunidad de releer a Tagore.

      Recibe un gran abrazo y disfruta el fin de semana querida.




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  2. Querida Harolina, me quedo con la parte final porque creo que es la base de todo lo demás: cuidar la propia vida, amándonos y respetándonos es la única forma de amar el planeta, la vida que hay en ella, todo ser viviente por insignificante que sea. Si no somos capaces de darnos amor aceptándonos tal y como somos y respetándonos no lo haremos con los demás. Parece algo muy sin importancia y como muy asumido que nos amamos pero en la mayoría de casos no es así, de lo contrario entenderíamos perfectamente el valor que tiene cada ser, amaríamos, mimaríamos y respetaríamos nuestra amada madre tierra y no la maltrataríamos como lo hacemos. Cuidamos de nuestros hogares, las viviendas que habitamos y descuidamos nuestro verdadero hogar y lo estamos degradando. Sí que es cierto que el planeta se va regenerando pero aún así no pensamos en las heridas que le producimos y que están siendo catastróficas, la mayor parte de responsabilidad viene por parte de cuestiones políticas, de ambición por poseer más sin importar el precio que al final acabamos pagando todos. El planeta nos habla y nos muestra su dolor y nos advierte que estamos acelerando un proceso, como el calentamiento global en el que se dan cada más fenómenos "naturales" en lugares donde no son habituales. Por suerte cada vez hay más voces que se escuchan y se levantan en favor de cuidar y proteger y respetar nuestro hogar, nuestra madre Naturaleza.
    Muchas gracias por traernos una vez más un gran tema sobre el que pararnos a reflexionar.
    Te dejo un abrazo enorme con todo mi cariño querida Harolina. Que tengas un muy bonito fin de semana.

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    1. Marina que generoso y reflexivo es tu comentario, le pones la tapa al pomo resaltando la parte final y cuando dices "Parece algo muy sin importancia y como muy asumido que nos amamos pero en la mayoría de casos no es así, de lo contrario entenderíamos perfectamente el valor que tiene cada ser, amaríamos, mimaríamos y respetaríamos nuestra amada madre tierra y no la maltrataríamos como lo hacemos".

      Gracias a ti por venir y dar mas voz a esta entrada reflexiva y a este llamado a la prudencia, al amor y la consideración hacia todo.

      Espero que estes pasando bien alegre el fin de semana. Abrazos a tu hermoso Ser.

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