viernes, 6 de marzo de 2015

Más por menos

Son muchas las generaciones que han escuchado decir a sus abuelos: “Estas son los finales del mundo”, la diferencia esta vez, es que contamos con demasiada ayuda tecnológica para que esta profecía se cumpla. Cada generación ha tenido sus incongruencias y revoluciones sociales por así decirlo, y todavía aquí estamos, nos gustaría decir que los males fueron solucionados y los enemigos vencidos, lamentablemente no ocurrió así, simplemente nos fuimos adaptando, soltando, cediendo y dejando pasar las cosas, absorbiendo muchas dañinas y rechazando unas pocas, el resultado de esta actitud irresponsable lo estamos viendo hoy. 




En esta ocasión podría ser diferente, el mundo como lo conocimos hasta hace poco agoniza, ya que el enemigo mayor, el número uno, quien posee una ambición desmedida y es despiadado, se presenta engañosamente  seductor y encantador, como el mejor amigo, el solidario y desinteresado, a ofrecernos la mejor herramienta (la tecnología avanzada) para proveernos una vida placentera, a muy bajo costo o casi sin costo alguno, al menos eso es lo que la gran mayoría cree o creía, ya empezamos a pagar muy alto el precio.




“El mundo seguirá girando y los tiempos obviamente seguirán cambiando y todo continuará su curso como debe de ser”, ese es el pensar común, ojala y así sea, porque esta vez, la mano del hombre con la ayuda de la revolución tecnológica, está llegando anticipadamente al lugar de los hechos, y ya sea con sana intención o no, su pretensión de alterar el curso de las cosas, de seguir como vamos, será un éxito y desapareceremos antes de lo previsto.  

Estamos que damos la hora (como dicen), por alcanzar un nivel de vida que nos permita cada vez tener más a costa de hacer menos y eso es enfermizo. Además de atrofiarte físicamente, también la atrofia cerebral es sumamente dañina e irreversible Puede ser que en pocos años, la tecnología permita que la vida sea más fácil y cómoda, pero no más grata y placentera, se perderá la magia y el encanto de descubrir, del misterio, de no saber que resultará…, de vivir. Nada hay más excitante y atrayente que las cosas inexplicables o misteriosas, si todo lo sabemos y tenemos todo a la mano y se nos da sin ningún esfuerzo, nuestras cualidades humanas, tan especiales y únicas, no tendrán razón de ser y pasaremos a ser un animal más, viviremos una vida sin sentido. 


Nos inclinamos hacia dos extremos, o nuestra agenda abarca más de las 24 horas diarias disponibles y queremos ajustarla a como dé lugar sin dejar cabos sueltos (nadie soporta ese nivel de estrés por mucho tiempo sin consecuencias desastrosas), o en el caso contrario, a la vagancia y a esperar que otros resuelvan. Ambos extremos son dañinos, siempre el centro o término medio, será mejor opción, debemos mantenernos equilibrados. 

El cambio ha resultado ser engañoso, “más por menos”, donde el “mas” representa lo negativo y el ‘menos’ lo positivo, contrario a la lógica y a las reglas, esto desconcierta y crea inconformidad. Me parece que ya va siendo tiempo de encausarnos y exhibir un comportamiento más acorde con nuestra naturaleza humana y divina, un comportamiento más equilibrado, respetuoso, considerado y honesto y menos incongruente, irresponsable, perverso y denigrante (ver imágenes de la entrada anterior). 
Despertemos a la realidad, ya basta de fantasear, somos adultos y ante la modernidad (tecnológica y social), nos estamos comportando como niños o peor que ellos, pues estos tienen una etapa que quemar y lo hacen, los adultos estamos revolcándonos en nuestras propias cenizas y quemando las futuras etapas de la vida de esos niños. 
¡Reaccionemos ya!

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente.

Esta entrada fue publicada en el periodico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2015/03/17/correo-los-lectores

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