Iniciaré esta reflexión con una frase que surgió de mí hace unos cuantos días sin ningún motivo en especial y por varios a la vez...
La mente divagaba en las realidades que nos acechan hoy día, y en la cantidad de personas que se sienten solas y olvidadas, aún estando acompañadas y teniendo supuestamente muchos amigos.
A continuación la frase que resonó fuerte en mí:
Prefiero pocos amigos, pero sinceros, a muchos que estén por figureo. Quiero amigos de corazón, no amigos por exhibición.
La imagen siguiente, al menos así me lo pareció, muestra un abrazo de los de verdad, con sentimiento puesto en él, y me gustó su sencillez, en ella y en ese abrazo, es como si nos acogiéramos y reconciliáramos con nosotros mismos, se percibe tal conexión álmica....
Particularmente yo, tengo muy pocos amigos, eso es muy cierto, entre mi timidez y mi introversión, la soledad ha sido siempre mi mejor amiga y compañera. Eso no quiere decir que no valore la amistad y la buena compañía, así sea silenciosa, tiendo a valorarla aún más, porque así nadie se siente en el compromiso de decir nada, o pensar que se está esperando alguna conversación en su compañía, precisamente es un tipo de acompañamiento más bien álmico, de saberse ahí para lo que se necesite, es como un ejercicio de conexión y liberación de ambas partes…
Ahora bien amistades por temporadas (como en la escuela y la universidad), amistades laborales, casuales y fortuitas, por razones de encuentros imprevistos o por gustos y aficiones comunes..., sí que las he tenido en más cantidad, ni que fuera una ermitaña, ja, ja. Pero no es lo mismo tener amistades, que tener amigos, hay un gran puente entre estas dos situaciones, por eso digo y sostengo que tengo muy pocos amigos.
Si anteriormente la amistad era muestra de sentimientos nobles y era muy preciada, hoy día, se ha relegado a un impulso social. Gracias a que el mundo se ha vuelto tan competitivo, y al postureo de las redes, la amistad verdadera está en franca extinción, se ha vuelto famélica, agoniza…
La amistad que se enarbola en estos tiempos resulta hasta mezquina, carente de sentimientos sinceros, y en su lugar se han introducido resentimientos, envidias, celos y una guerra posicional que a muchos podría llevarlos al peor estado anímico del ser humano.
Por esta razón, me parece que es necesario prestarle más atención al lenguaje no verbal, ese que revela nuestra condición de alegría o tristeza, y se manifiesta de diferentes maneras cuando estamos tristes, cuando sentimos frustración y amargura, cuando nos sentimos terriblemente solos y olvidados, o no somos amados.
En la entrada anterior toco este tema de manera generalizada, pero hay que ahondar bien en nosotros mismos, prestar atención al lenguaje del alma, para saber qué tan bien o tan mal nos sentimos, y cómo estamos interiormente. Fingir no sirve de nada, tarde o temprano salen a relucir nuestras emociones ocultas y reprimidas, que generalmente se manifiestan de manera muy desagradable.
Dejemos de hacer hoyos en la arena a orillas del mar, las olas rápidamente los desaparecen, y con esa misma rapidez, las olas de la vida desaparecen lo que en realidad no es auténtico, pues no es real, así que mejor dejémonos de fantasear y vivamos de cara a la verdad.
De nada sirve lo mucho, si de todas maneras es insustancial. Seamos sustancia de vida, no decoración superficial o de temporada.
No estamos nunca solos si gustamos de nuestra propia compañía. Seamos amigos nuestros, y no busquemos fuera lo que nadie puede darnos mejor que nosotros, amor, aceptación y comprensión.
Es hermoso tener amigos, pero dejemos de fantasear jugando al amor y a la amistad. En el mundo virtual es fácil hacerlo, pero en el mundo real no hay manera de fingir por mucho tiempo, el lenguaje del alma nos delata. No pasa nada ni es una tragedia si no tenemos muchos amigos, lo importante es que sean verdaderos y sinceros.
Seamos verdaderos amigos. Saquemos el máximo beneficio y el máximo de alegría de todo lo que nos rodea. Veamos el mundo con ojos de amor, con ternura y admiración, con luz propia, veámoslo tal cual es, hermoso, sabio y generoso…
Dejemos de centrarnos en lo que nos desagrada de los demás, pues nos impide ver lo mejor de cada ser humano.
Hay tanta gente olvidada, triste y sola por doquier... Dediquémonos a sembrar amor en lugar de odio, sonrisas, risas y alegrías en lugar de lágrimas, llanto y dolor. Esperanza, templanza, confianza, y fe, en lugar de dudas, desesperanzas, desconfianza y resquemor...
La sencillez, y la simpleza de las cosas, son el mejor remedio del alma, es cuestión de saber apreciar sus encantos.
Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.
¡Hola, Idalia!
ResponderBorrarCreo que los verdaderos amigos deberían poder contarse con los dedos de la mano. La entrada de hoy es bastante profunda en relación a la amistad y lo que ello conlleva. Creo que es un sentimiento de mayor pureza que incluso el amor romántico. No hay intereses ni sexuales, ni económicos ni en teoría de posición social. Por otro lado, me quedo también con la imagen que expones y con ese abrazo con ojos cerrados que lo dice todo.
Abrazos hasta tu hermosa tierra y felicidades por esa pestaña con tus artículos para el Periódico El Caribe.
¡Hola Miguel!
BorrarQue buen comentario me dejas, con ese análisis o definición de amistad tan elocuente y veraz. Me alegra que te quedes con ese abrazo de la imagen, cala hondo.
Gracias por tus huellas, siempre es grato leerte aquí o allá, y por la felicitación, que por cierto llevo unos meses sin mandar nada, las últimas dos colaboraciones se quedaron sin publicar, el espacio está muy solicitado ja, ja.
Creo que ya habias hecho esta observación, pero ha servido para que retome los envios al menos.
Te envío una gran sonrisa, agradecida por la lluvia...
Me has dejado pensando un texto al cual me relaciono soy un poco asi
ResponderBorrartal cual vos
Abrazo
Hola Mucha, gracias por la visita, que bien que el texto te haya puesto a reflexionar.
BorrarOtro abrazo para ti.
Harolina no sabes cuánto coincido contigo y con Milguel cuando dice que las amistades deberían contarse con los dedos, al respecto, siempre digo que para contarlas nos sobran dedos. No es lo mismo conocer gente que tener una verdadera amistad. La amistad es amor auténtico, del que se da sin esperar nada, es recíproco y en esa reciprocidad no se necesitan palabras, el simple hecho de estar en silencio hay una comunicación un saber que estamos y nos damos apoyo cuando lo necesitamos. Hay veces en que ese mismo silencio es más elocuente que las mismas palabras, un abrazo como el que muestra la imagen expresa todo el sentimiento que se da cuando la amistad es verdadera. Que ese sentimiento se genere requiere tiempo, no se da de un día para otro, podemos entablar amistad por coincidencias en la manera de pensar, por afinidades pero llegar a ser "Amigos" va más allá de todo eso. Mis amistades son pocas, me gusta relacionarme con los demás pero no con todo el mundo se conecta por igual. En las redes, pues ya sabemos como está el tema de la amistad, se cuentan por cientos y a una gran mayoría ni siquiera los conocemos.
ResponderBorrarCreo haberte comentado ya anteriormente sobre la soledad, en mi caso siempre fue mi talón de Aquiles, pero durante el confinamiento pude darme cuenta y entender precisamente lo que apuntas, no estaba sola estaba conmigo y a partir de ahí eso ha ido mejorando mucho. También quiero decir que no es lo mismo estar que sentirse solo, son dos cosas distintas y hay muchos motivos o causas por las que ese sentimiento de soledad, aún estando con una multitud de gente se siente.
Amiga mía, creo que me he extendido más de la cuenta pero es que es un texto muy profundo sobre el que reflexionar y sobre el que hablar.
Un placer siempre entrar en tu bello y plácido hogar y reflexionar de tu mano.
Te dejo un abrazo inmenso y cálido que envuelva tu hermoso Ser.
¡Hola Marina!
BorrarCuanto me alegra recibir tu generoso comentario, muy buena esa retroalimentación que haces sobre el tema de la amistad.
Aunque me lo habías comentado, me ha encantado leer esa parte del darte cuenta durante el confinamiento, de que no estabas sola, que estabas contigo y que a partir de ahí ese talón de Aquiles, ha ido mejorando mucho.
Marina, me encanta cuando te extiendes un poco más de lo usual, pues significa que resonó en ti, y eso es muy bueno, ademas de que me deja bien parada con lo que escribo, ja, ja.
El placer es mio de contar contigo, con tu lectura y comentario, además de tus escritos y poemas y tu amistad.
Que mi abrazo también te alcance querida.
¡Hola, Harolina! Creo que más de una ocasión te he comentado que leyéndote a veces tengo la sensación de mirarme a un espejo. En esta reflexión que nos regalas, ni te cuento. Como en tu caso, soy bastante tímido y suelo huir de aglomeraciones o eventos en los que me siento como pez fuera del agua. Amigos, al menos que quepan en la definición que nos has dado, actualmente no tengo. Se quedaron en la adolescencia o en mi vida prelaboral, prefamiliar y pretodo, diría. Es curioso, pero casi te diría que en tu página es donde comento pensamientos o sentimientos que en la vida real suelo tragarme para mis adentros. Además de tímido soy muy introvertido en cuestiones emocionales.
ResponderBorrarEso sí, la verdad es que me llevo bien con la soledad. Suelo decir que la soledad es un infierno cuando no es deseada, pero el paraíso cuando buscas su refugio para desarrollarte en según qué cosas. Como bien dices, las redes sociales hay que tomarlas con alfileres, en España hay un dicho "por el interés te quiero Andrés", que lamentablemente se ve mucho en redes sociales, sobre todo en esos "horrores" como Facebook, Twitter e, imagino, las demás. Es el mundo de la apariencia, apariencia por quedar bien, por mostrar una realidad falsa o incluso para mostrar algo que a mí me produce una especial repugnancia: el marquetin emocional. Esa práctica en la que alguien aprovecha la solidaridad para hacer de ella una especie de anuncio de lo buena gente que es.
Me gustó esa parte en la que mencionas algo así como que no busquemos fuera el cambio. Ese cambio o actitud, para que sea sustancial, tiene que salir de dentro de uno mismo. No hay otra. Lo demás es un especie de huida o intento de camuflaje.
Y por hoy termino mi rollo, ja, ja, ja, pero es que tras leerte las teclas casi van solas. Un fortísimo abrazo!!
¡Hola David!
BorrarMe das un ánimo increíble al volverme a decir que mi espacio es un espejo para ti, a veces creo que este tiempo invertido en estos escritos reflexivos es fructífero solo para mi, luego me digo que aun sea así, no dejaré de escribir mientras blogger lo permita, porque además de ser una necesidad emocional, es una terapia álmica, ja, ja.
No me extraña para nada eso que me cuentas, los capricornios somos muy parecidos, tímidos, introvertidos, valoramos la soledad, no tememos a estar con nosotros como la gran mayoría, y eso si, somos muy reservados.
Yo cada vez me siento más fuera de contexto, porque no asimilo ni encajo para nada en este mundo loco de hoy, y me siento como dices, como pez fuera del agua, si no fuera por lo que me llenan la escritura y lectura, la naturaleza y esas caminatas, además de la familia, por supuesto, sentiría que mi vida no cuenta para nada ni nadie, porque ya no hablo el mismo idioma de la mayoría, ja, ja.
Pero estamos con vida y hay que aprovecharla de alguna manera, así que sin perder la cordura seguiremos viviendo a nuestro gusto y medida, y lo demás, que siga girando a nuestro alrededor...
David, mil gracias por la generosidad y sinceridad con que siempre me comentas y por todo lo que me has llevado a aprender a través de tu blog y tu persona.
Me alegra que esas teclas se vayan solas y saques algo de ti, por experiencia se que no es tan saludable ese hermetismo.
Te envío otro fuerte abrazo de vuelta, como el de la imagen. Feliz resto de la semana.