Desde hace unos días en mi cabeza ronda un pensamiento reiterativo que me ha llevado a hacer esta interrogante
¿En realidad estamos despiertos o solamente vivimos soñando un sueño dentro de otro en un bucle sin fin, sin poder despertar nunca?
Y es que al menos en mí, los sueños, en especial los lúcidos, son una constante y parecen tan reales que no me acabo de convencer si es que estoy despierta y sueño, o si por el contrario, solo sueño todo el tiempo.
Aunque quizás podría ser también que nunca esté soñando y solo viva una realidad tras otra, o mejor dicho realidades simultáneas que me hacen creer que estoy soñando, cuando la verdad es que siempre estoy despierta, y soñar es solo una ilusión de la mente para hacer presencia en esas otras realidades.
Aunque no lo crean, no he fumado, ni bebido, ni consumido nada fuera de los estándares normales de conducta, nunca lo he hecho (sí, que aburrida soy, ja, ja).
Lo cierto es que de un tiempo acá, ya no sé de qué va toda esta vida y cuál es la parte en que Soy y me reconozco, y cuál la que creo estar soñando fuera de mí y del Ser que me habita, como un simple observador.
Es bien sabido que los sueños siempre han sido un misterio, y aunque se ha estudiado, investigado y escrito mucho al respecto, aún queda mucho por descifrar y entender, lo que me lleva a preguntarme
¿Por qué el estar despierto no encierra también misterio y se da por sentado que es la realidad?
Creo que podríamos estar despiertos dentro de un sueño terrenal, pero en realidad estamos durmiendo eternamente. Sumidos en un estado de hibernación constante, creando diferentes mundos alternativos y vidas donde podamos desplegar nuestra capacidad de movimiento mientras permanecemos inertes.
Por poner un ejemplo, en la película Avatar, donde el protagonista mientras está en la máquina, vive a toda intensidad otra vida muy diferente a la suya, y aunque esto sea una fantasía, quién quita que no sea así en realidad. Que seamos como zombis, caminando dormidos en busca de aventuras…
Lo que ocurre en los sueños produce las mismas sensaciones y emociones que en la realidad, el miedo, el placer, el dolor, la vergüenza, etc., son experimentados al igual que cuando estamos despiertos, incluso con la misma intensidad fisiológica según los experimentos realizados.
Entonces ¿Cómo saber si estamos despiertos en realidad, o simplemente soñamos que estamos despiertos?
Una frase del escritor portugués Fernando Pessoa, que me hace sentir identificada con él, es la siguiente:
“Estoy casi convencido de que nunca estoy despierto. No sé si es que no sueño cuando vivo, o es que no vivo cuando sueño, o si es que el sueño y la vida no pasan de ser en mí intersecciones de cosas mixtas, de las que mi ser consiente se forma por interpenetración.”
No sabía de la existencia de este peculiar escritor portugués, pero definitivamente por lo que pude encontrar de sus escritos y vida, era todo un personaje polifacético, excéntrico y sobre todo muy inteligente. Muchas de sus frases nos ponen a pensar a profundidad.
La cuestión es que a ciencia cierta no sabemos si vivimos en una realidad, si estamos viviendo en los sueños de otros soñadores, o si solo soñamos creando el mundo en nuestros sueños y todo resulte ser una fantasía onírica.
Sea como sea, y aunque nada vayamos a resolver con saberlo, es muy agradable la idea de ser soñadores creativos que se mantienen bien despiertos en una realidad inexistente.
Si estuviéramos bien seguros y conscientes de esto, nunca temeríamos a nada ni a nadie, pues todo no sería más que un sueño, y como dijo Calderón De La Barca, «Los sueños, sueños son».
Se dice que “Somos luz”, y de acuerdo a esto, nuestra única manera de vernos de forma física es mediante las proyecciones, ya que el ojo humano no es capaz de ver la realidad energética tal cual.
¿Y qué, si sólo somos ondas eléctricas cuya proyección crea este cuerpo humano tan imperfectamente perfecto y capaz de soñar?
Mejor lo dejo aquí, pues creo que terminaré dándome cuenta de que la que aparentemente soy, no existe y que más bien vengo a ser un holograma. Desde luego existo como energía que soy, y esa energía se proyecta de múltiples formas y colores, una mezcla de elementos químicos revueltos en leyes físicas para su desarrollo terrenal y evolución existencial.
¿Y qué, si sólo hemos estado soñando vidas imaginarias y cual videojuego, escalando mundos alternativos con diferentes personalidades y las mismas inseguridades?
¿Vivimos gracias a que estamos soñando o despiertos?
Comparto una antigua entrada que en su momento causó mucha impresión, Usando comodines
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