lunes, 28 de junio de 2021

¿Volar, es posible?

Uno de los mayores anhelos del ser humano es poder volar, pero hacerlo como lo hacen las aves…



Al no encontrar aún la manera de lograrlo con solo nuestro cuerpo, nos hemos conformado con hacerlo mediante algunos artefactos auxiliares, como el que muestra la imagen superior.

Pero el que está más al alcance y se asemeja al vuelo deseado es el que se realiza a través del parapente. La sensación de sentirte en las alturas, con ese viento soplando y elevándote, dando la impresión de llevarte a un lugar lejano y maravilloso, no tiene comparación. 
De esto puedo dar fe porque lo he vividoen su momento lo he plasmado  en el blog en dos entradas, pinchen los enlaces si desean acercarse. 

También el paracaídas nos permite vivir esa misma emoción, y quizás más atrevida y emocionante, pues hasta no abrirlo podemos planear e imitar el vuelo de las aves y vivir por unos minutos esa sensación, al abrir el paracaídas supongo que todavía seguimos en éxtasis, felices de vivir esa experiencia. Esto que digo solo lo imagino así, pues lamentablemente es uno de mis deseos por cumplir…

Ahora bien, permítanme hacer esta pregunta, si, a ti que me lees, ¿Te gustaría volar?

Todo lo anterior ha sido a manera de introducción para empezar nuestro vuelo, porque una excelente manera de volar alto aún estemos con los pies en la tierra, es a través de la imaginación, que es una fuente inagotable de recursos, y por medio a ella, somos capaces de crear los mejores escenarios y las fantasías más increíbles, excitantes y atrevidas que pudiéramos experimentar. Así que usándola volemos a nuestro antojo.



Otra forma de volar permaneciendo en tierra firme, es mediante la sabiduría que contienen los libros, la lectura además de cultivar el intelecto y ampliar conocimiento, nos lleva por mundos desconocidos como si voláramos.
 
También dejarse cautivar por la belleza y grandeza de la naturaleza humana y la del planeta, alimentando el espíritu con la sabiduría almica que poseemos, es sentirse volar.

Pero más que todo eso, el no permitir ataduras y sentirnos totalmente libres, nos proporcionará el mejor y más elevado vuelo del alma, que nos hará sentirnos como si el cuerpo flotara, y voláramos bien alto en plena libertad. 

Hay varios tipos de ataduras, pero definitivamente la más peligrosa es la autoimpuesta. 
Aferrarse a cosas, personas, situaciones o cualquier tipo de vida, a lugares o estamentos sociales, y a petrificados estados de consciencia, es tan perjudicial como negarse a gestionarse la vida, a comer y a respirar o sentarse a esperar que la vida nos suceda a nuestro capricho, en lugar de sentir y vivir a plenitud lo que ya nos está sucediendo. Que lo creamos o no, es producto de nuestra manera de pensar y actuar, de nuestras convicciones, y elecciones, o peor aún, de nuestra cobardía o falta de valor para ser auténticos. 


Así que dejemos de quejarnos y añorar un cambio exterior, trabajemos para producir ese cambio en nuestro interior, y al hacerlo muy pronto se reflejará en el exterior. Mientras, en lo que esto ocurre, vivamos con alegría, esperanzados en lo que estamos creando y vendrá, pero enfocados 100% en lo que estamos viviendo ahora.  

Recordemos que somos semillas de vida, tenemos que darnos el tiempo necesario para germinar, crecer, florecer y dar frutos. No le pidamos a la vida que nos eleve en un par de días, porque si sucede, no habremos echado raíces fuertes, y nos quebraremos y marchitaremos. 


Nuestras alas son reales, crecen en nuestro interior, pero necesitan ejercitarse y fortalecerse antes de alzar el vuelo, si no nos damos ese tiempo de aprendizaje, alimentando y aumentando esa fuerza interior que nos llevará en alto vuelo, nos caeremos en el mismo lugar de intento.

Para volar y llegar lejos, nada como una buena dosis de ilusión, otra de confianza y voluntad con unas alas hechas de perseverancia y optimismo, que se desplieguen con aires de libertad total.

Hey, te vuelvo a preguntar ¿Te gustaría volar?

¿Cuáles de estas maneras de volar te entusiasman? ¿De qué forma alzarías el vuelo?



Piénsalo bien antes de responderte, hay vuelos que duran muy pocos, y otros no nos elevan lo suficiente. Sin embargo, hay vuelos que son excitantes, reconfortantes y duraderos, pues nos mantienen siempre ligeros, libres de todo tipo de miedo, cargas y apegos…, precisamente ese es el que quiero hacer, y para el que cada día me entreno. 

P.D.  Por si les apetece saber todo lo relacionado con el afán del hombre por volar, dejo este otro enlace


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

sábado, 19 de junio de 2021

Vivimos atrapados

Para nadie es un secreto que vivimos atrapados en un cuerpo mientras permanecemos en este plano existencial. Por más libres que nos sintamos, el cuerpo nos limita y nos marca el ritmo a seguir, pues cuando queremos sobrepasar ese ritmo nos envía señales de alerta para que bajemos la intensidad, de no escucharlo y seguir a oídos sordos, nos pasa factura de manera drástica y muchas veces irremediable.


Pero a pesar de estar limitados y atrapados en el cuerpo físico, poseemos un espíritu libre, que es capaz de remontarnos a lugares a los que jamás pudiéramos llegar con el cuerpo físico, pero para lograrlo, debemos adiestrar la mente a través de pensamientos que sirvan de empuje, no de más limitantes. 
De ahí el dicho de que “El cuerpo puede estar prisionero, pero la mente es libre y nada ni nadie la puede aprisionar”, que es muy cierto, salvo con un condicionamiento, pues así como hay pensamientos que nos empujan a seguir, de esa misma manera, hay pensamientos que nos frenan, nos paralizan y mantienen a la mente prisionera. 

Lo lamentable y cierto, es que mayormente vivimos atrapados en cuerpos prisioneros más del miedo mental que del mismo cuerpo en sí, y de ese miedo se derivan un sin número de emociones negativas y dañinas que para nada contribuyen a nuestro bienestar y evolución consciente.

A continuación comparto un grupo de imágenes acompañadas de alguna frase o pensamiento que nos lleve a reflexionar.
 



Somos energía en constante movimiento. A pesar de estar atrapados en el cuerpo humano, irradiamos estelas de la luz que somos. Permite que esa luz siempre ilumine tu entorno y nunca se apague. 

El cuerpo físico no es nuestro enemigo, es nuestro aliado, nos permite llevar a cabo cosas que sin poseerlo, nos fuera imposible lograrlas en este plano terrenal. Ámalo, cuídalo y respeta su propósito.




Dentro del cuerpo físico está contenida toda la información vital de nuestra existencia, no es casualidad que dicha información contenida en nuestro ADN, trascienda incluso la muerte física.




Nuestros pensamientos no tienen límites, abarcan lo posible y lo imposible, lo visible y lo no tangible, van más allá de toda imaginación, trascienden lo real y lo fantástico…, pero cuidado con lo que piensas, hay un poder creativo en ellos que de no mantenerlos en control, podrían perjudicarnos en lugar de beneficiarnos.




La vida es un experimento único en cada persona, permítete sentir, pero no permanezcas atrapado en la angustia y la tristeza, no te quedes estancado en ese sentimiento, sigue su libre fluir, sus vibraciones son cambiantes, vibra en ese cambio también. 




No dejes que el ruido externo te contamine y te impida escuchar el hermoso sonido de la felicidad, ni que la ceguera de los demás te contagie y no te deje ver el brillo y belleza de tu magia interior, que desprende un perfume embriagador, capaz de purificar tu alma y llenarte de amor. 

Brilla cual estrella y esparce tu brillo por todo tu alrededor.




La vida es una maravillosa celebración, salta, ríe, baila, canta y llénate de gozo interior. 

Evita que las limitaciones físicas le pongan trabas a tu libertad de espíritu. 
Acepta tus limitantes y arriésgate a vivir plenamente con precaución. 

Vence tus miedos y no te quedes a medio vivir, ni desperdicies el tiempo en temores y rencores, sal de tu propia prisión, disfruta de todos los privilegios de estar humanamente vivo. 
No escatimes alegrías, libera tus emociones y date el permiso para ser feliz y alegrar otros corazones.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

sábado, 12 de junio de 2021

Contando historias

No sé si lo habrán notado, pero después de participar en varias ocasiones en los microrretos del Tintero de Oro que propone David Rubio Sánchez, me he seguido dando unas escapaditas para allá, con el fin de mejorar mi escritura, y también de crecimiento personal, pues no solo se aprende a escribir mejor, también se aprende a compartir y ser mejores personas al interactuar con él, con sus seguidores y con sus versados escritores... 

Llevo dos temporadas participando en los microrretos, pero en su blog, la guinda del delicioso pastel son los relatos que van a concurso y sus enriquecedoras entradas literarias.
En esta ocasión se rinde homenaje al polifacético escritor Roald Dahl, y su libro “Matilda”. 

No es que vaya a participar en este reto con fines de concursar, ni he leído el libro, a decir verdad, ni siquiera sabía que fuera un libro el que diera origen a esa entretenida película "Matilda", pero me ha seducido el recuerdo de esta película vista hace años con mis hijos. Y esta adorable niña me ha hecho un guiño, y he escrito un relato sobre una niña, pero no tan adorable como ella..., espero les guste. 

Aclaro que el relato está fuera de concurso, solo quise publicarlo en el blog como una muestra de lo que he aprendido con ellos, pues ni siquiera me atrevía a escribir micros.



Dejo la imagen y el enlace de esa jugosa entrada del Tintero de Oro, que David ha recopilado, para que no se pierdan la interesante vida del autor de "Matilda", Roald Dahl. 

Y ahora el relato

Contando historias… La Muerte  

Esta historia es sobre Ella, una niña que tenía un extraño don, solía presentir las muertes en la familia, días antes soñaba cosas extrañas. Le costaba hasta conciliar el sueño, y daba cabezazos en la almohada para terminar mareada y finalmente dormirse. Ella, no sabía la razón por la que no podía dormir, pero cuando lo conseguía, siempre soñaba.

Supo por su madre, que recién nacida tuvo un encuentro directo con la muerte, y su madrina le contó que apenas lloraba por hambre siendo una bebita, o por el cambio de pañal. Esto la hizo recordar que tuvo otro encuentro muy cercano estando aun en el vientre, del que su madre nunca se enteró. Quizás en su subconsciente, Ella, se negaba a dormir por temor a que la muerte volviera y la tomara desprevenida.



Desde pequeñita fue tímida y callada. Desconfiada y muy reservada, poseía una personalidad dominante y autoritaria, pero a la vez atrayente. A pesar de su delgado cuerpecito tenía una fuerte resistencia, le gustaba medir fuerzas con los varones, por ser aparentemente más fuertes, así entrenaba hasta vencerlos. Tenía una extraña forma de divertirse, aunque en Ella, nada era de extrañar.

Sentía una imperiosa necesidad de enfrentar el miedo y vencerlo una y otra vez, al punto que hizo un hábito de esa especie de tortura. A pesar de la fortaleza que siempre exhibía, era extremadamente sensible, emotiva y sentimental, aunque trataba de disimularlo.

A medida que crecía, su don aumentaba, y tenía otras experiencias de adivinación. Tal vez esos encuentros tempranos con la muerte desarrollaron mucho su sexto sentido, o se trajo algún tipo de don del más allá, su oído era muy agudo...

Un día, pasando frente a una casa, la reconoció como la que veía en sus sueños, por fuera era igual a como la soñaba, incluso del mismo color, al entrar lo comprobó, se la sabía tal cual sin nunca haber entrado allí. Ese día le empezó a dar importancia a sus adivinaciones. Luego descubrió un poder que le sirvió para hacer realidad muchos de sus deseos, por suerte eran siempre nobles, lo último que deseaba era dañar a alguien.



Pero otro repentino encuentro con la muerte, en el transcurso de unos días, la llevaron a hacer cosas que nunca pensó, desde desear la muerte de algún molestoso animal, lo cual conseguía de inmediato, hasta hacer que las personas se enemistaran sin ninguna razón aparente, así empezó a desarrollar su poder y a hacerse un poco malvada. Llegado un momento crucial, había desarrollado su poder casi sin poderlo controlar.

En una fiesta patronal en la que estaban casi todos los del pueblo, logró hacer caer al mismo tiempo a todas las parejas que bailaban, incluyendo a sus padres, aquello fue muy extraño para todos, y en medio del caos, ella reía a placer, no podía parar de reír cada vez más maliciosamente, por lo que sus padres se vieron obligados a sedarla y retirarse con Ella a la casa.

Al despertar, su rostro tenía una expresión maquiavélica y parecía otra niña, comenzó de nuevo a reír de aquella manera y sus padres, por recomendación médica, tuvieron que recluirla en un centro psiquiátrico. 




Lo que allí ocurrió durante los ocho meses de su estadía es casi inenarrable, aunque no se podía afirmar que fuera ella la culpable, todo apuntaba a que sí lo era.

Sus padres decidieron sacarla de allí y llevársela a casa. Por un tiempo, todo marchaba tan tranquilo como antes de ese extraño suceso en la fiesta, incluso le pidieron perdón por haber dudado de ella y trataron de olvidar todo lo sucedido. La niña, que ya contaba con 10 años sonrió feliz y los abrazó.

Al cabo de un año, llegó al pueblo un nuevo cura, el otro había enfermado desde que la niña hizo su primera comunión, cuentan que ella lo miró a los ojos y quedó ciego en ese mismo instante, luego de unos días empezaron las convulsiones, hasta que murió.

También sus padres al poco tiempo murieron, el mismo día ambos, sin encontrar ninguna explicación a su muerte, y Ella, nuevamente reía descontrolada y con esa mirada malévola de antes.

Nadie se atrevió a llevársela y la enviaron a un convento de la ciudad.

 

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Han pasado 10 años, en su pueblo natal la tierra se volvió árida, y todos fallecieron de una extraña enfermedad.

Cuentan que se hizo monja, que su vida cambió. Pero de noche, fuera del convento, ocurren cosas muy extrañas Aseguran que la han visto deambular por las calles oscuras, vestida de la muerte, y que han escuchado su risa descontrolada y malévola retumbar las paredes del convento. Sus puertas y ventanas siempre permanecen cerradas, ya nadie entra ni sale de allí.  

De vez en cuando un forastero tocaba a la puerta, y se veía a una monja asomar y sonreírle, un buen día, este apareció muerto, de causa sobrenatural. Se corrió la voz y nadie viene ya, la gente no hace vida nocturna y son pocos los habitantes que hay.

Ella, sigue deambulando y riendo sin parar, aunque cada vez lo hace con menos fuerza.

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Hace un mes la vieron tirada frente al convento, desnuda en posición fetal, parecía una niña inocente, reía, más su sonrisa, era angelical. Tenía un bebé en brazos, pero nadie se acercó, solo su fiel guardián...

890 palabras

P.D. Su nombre era Ella.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

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lunes, 7 de junio de 2021

Integración

En muchas ocasiones de nuestra vida hemos escuchado decir que lo que nos falta a las personas hoy día, es saber integrarnos, meternos de lleno en las cosas que hacemos, porque aparentemente, vivimos separados de nosotros mismos. 

El cuerpo nos mantiene firmes en este plano terrenal, la mente nos sostiene gracias a la memoria (el aprendizaje, y conocimiento de las cosas), pero el espíritu se encarga de fijar a la mente en ese cuerpo y de paso, conectarse a ellos a través del alma, dando lugar a la comprensión de lo aprendido y vivido a diario. 


Mayormente andamos como mutilados, un cuerpo con su mente dispersa y sin su espíritu junto a él, siente mucho miedo, y este dúo (cuerpo / mente), sin un espíritu que lo guíe y unifique su estar y su ser, es como un barco navegando en alta mar, sin timón ni capitán, a la deriva. 

Mientras nuestro cuerpo en determinado momento ocupa un lugar específico sobre la tierra, nuestra mente divaga por los cielos y nuestro espíritu está en conflicto, pues no sabe en dónde se encuentra en realidad, si en la tierra, en el cielo, o en el más allá.

Algo que es muy común hoy, es que cuando le hablas a alguien, ese alguien (tu interlocutor), sea lo que sea que le digas, su primera respuesta es ¿Eh?, aun te haya escuchado. 
Como su mente anda dispersa, no está seguro de haberlo hecho, y menos de haber entendido, solo sabe que escuchó un murmullo y cuando por fin reacciona, solo atina a decir ese, ¿Eh?

Un globo inflado es un espectáculo en sí. Imaginen que el globo es el cuerpo, y la mente el aire que se introduce en él, pero sin un mecanismo para inflarlo y cerrarlo luego (que sería el espíritu), el globo nunca llegaría a ser una atracción, pues permanece flácido y sin gracia. 
Así mismo lucimos todos cuando estamos alejados de nuestro espíritu y deambulamos a la deriva en un mar de confusiones y temores. 

El cuerpo viene a ser como la comida y la mente como la bebida, pero el espíritu, es como el gran procesador que nos permite asimilar esas calorías y nutrientes, y nos hace respirar y vivir sanamente, sin él la comida y bebida no son nada, sin su presencia, no hay integración ni asimilación.



La integración es como esa sabrosa torta, todos los ingredientes son buenos por separado, pero nada como ese delicioso resultado final al fundirlos todos. 

Cuando el cuerpo, la mente y el espíritu se mantienen en completa integración armónica, la vida se convierte en una hermosa celebración. Porque al unificarse todos en una misma energía, no hay desequilibrios ni descompensación. Todo fluye en una misma dirección, sin dudas o conflictos internos, sin contradicciones o incoherencias.
   
Si nos permitimos ser auténticos y mantener integradas todas las partes de nuestro ser absoluto, nos convertimos en nuestra propia perfección. Somos todo un espectáculo, ni nos falta, ni nos sobra nada, todo danza a nuestro alrededor, irradiando un aura pura, alegrando cada centímetro de tierra, purificando cada molécula de aire que respiramos y expulsamos, y embelleciendo cada pedazo del hermoso cielo que nos cubre.   



Si nos sentimos separados, empecemos a definirnos como personas integradas, a sentirnos completos. Digámosle adiós a la separación de uno mismo, que es semejante a esa maquinaria industrial, cuyas partes nunca podrán hacer el trabajo que requiere el conjunto. Desarmándola no obtendremos ningún resultado.

Reconozcamos cada pedazo de nuestro ser, y su vital importancia, pero no permitamos que ninguna trabaje sola, o que gobierne más que las otras dos, tratemos de que todas estén en el mismo nivel de importancia, sintonía y armonía. 
La mejor forma de medir esta equitativa y balanceada interacción, es a través de la integración, la cual nos genera una sensación de gozo y serenidad que nos envuelve en un halo de felicidad.  


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

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martes, 1 de junio de 2021

Humildad

Amables lectores, quiero empezar esta reflexión con una frase que me resonó hasta salir fuera, es la siguiente:
“La destreza se mide por lo que haces, la inteligencia por lo que dices, y la humildad por lo que callas”.

Entendiendo por humildad el gesto o comportamiento noble de no hacer ostentación de nuestras virtudes, actuando con modestia y sencillez, sin alardear de nuestras aparentes ventajas.




Como siempre digo, nada es exclusivamente de nuestra autoría, todo surge de esa fuente de inspiración que nos llega como un susurro, pero que es el eco de muchas voces que se han expresado silenciosamente mediante el fluir y conexión de la consciencia universal a través de los siglos.

La palabra humildad, proviene de la raíz humus, que quiere decir 'tierra'. Se ha relacionado con varias situaciones diferentes. Hay quienes la relacionan con la pobreza económica, otros con la sumisión y otros con la sencillez y modestia aun teniendo de qué presumir, que es precisamente el enfoque que he querido darle en esta reflexión. 

Para mí el hecho de su raíz provenir de la palabra tierra, ya me da pistas de que el enfoque más apropiado es este último, ya que la tierra lo tiene todo para presumir: abundancia, riqueza y belleza, pero también generosidad para dar a montones, por eso no estoy de acuerdo con relacionar esta palabra con la miseria y pobreza, con la escasez.




Relacionarla con la sumisión suena aparentemente apropiado, ya que la tierra es sumisa, se deja pisar, hoyar y abusar casi sin protestar, pero llegado el momento lo hace, con sacudidas bruscas (terremotos, huracanes y volcanes), con llanto incontrolable (tormentas de lluvia y nieve en exceso), o con fuertes deshidrataciones (sequías y falta de alimentos). Así que esa sumisión es relativa, más bien la naturaleza exhibe un alto grado de tolerancia, hasta que cae la gota que rebosa el vaso y ¡Bum! 

La humildad hace gala en el silencio, es allí donde se percibe todo su aroma, es enemiga de la jactancia, por eso es esencial mantener un cierto nivel de control y no soltar la lengua demasiado, ni hacer gestos insinuantes de grandeza que denoten desprecio o superioridad sobre los demás. 

Una de las mejores muestras de humildad, es ese prestar atención al prójimo, saber escucharlo y que se sienta considerado, valorado y apreciado. Lamentablemente esa sencilla actitud hacia los demás, se ha vuelto muy escasa, ya que todos están enfocados en sí mismos como el centro de atención del universo, su tiempo es valioso y no están por desperdiciarlo escuchando las tonterías de los demás, solo ellos tienen derecho a ser escuchados. 




Hoy día, el posicionamiento en las redes sociales ha tirado a la humildad al zafacón del olvido, todos quieren protagonismo y fama, destacarse en la sociedad o en la nube virtual, sin importarle si es sobre la base de una conducta decente o indecorosa, da igual con tal de adquirir fama, y de paso, hacer dinero. “Dinero, dinero, dinero; dinero vil metal…”, como dice una canción de Serrat.

Son tiempos de cambios, a decir verdad, siempre lo han sido, pero de vez en cuando estos cambios paulatinos, se aceleran repentinamente con un detonante inesperado y llegan a su punto de inflexión, donde no hay vuelta atrás, y provocan una revolución social que termina en un caos moral y una incontrolable crisis emocional colectiva, afectando tanto la mente como el cuerpo, y ni qué decir del porvenir de las futuras generaciones y de la vida en el planeta en sentido general.

La falta de humildad, va en aumento a diario. Es necesario abrir bien los ojos del entendimiento y ver hacia donde nos llevan los estamentos de esta sociedad actual, que al parecer, nos guían como a ciegos, sordos y mudos, a una guerra a muerte contra nuestros propios hermanos y contra nosotros mismos.



Recordemos que el planeta es nuestro único refugio por el momento, que fue de nuestros antepasados y será de nuestros descendientes, nos pertenece a todos por igual, y por la misma razón hay que cuidarlo. 
La mejor forma de hacerlo es agradeciendo lo que recibimos, bendiciendolo, valorándolo y brindándole protección, y de ser posible, mejorando su condición para beneficio nuestro y de los que vendrán. 

Todo lo que es, ya fue antes, nada es nuevo bajo el cielo ni sobre él, no conocemos a ciencia cierta el inicio y menos el final, de hecho creo que no los hay, la vida fue antes de nosotros, es con nosotros y será después de nosotros. 

No hemos inventado ni creado nada, todo ya estaba ahí, solo hemos jugado un poco al inventor con lo que nos ofrece la naturaleza y lo que hemos heredado de nuestros antepasados, así que no busquemos protagonismo ni demostremos arrogancia, más bien, seamos humildes con una muy sutil elegancia.  

  
I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.