martes, 30 de junio de 2020

Escudriñando y cavilando

Amables lectores, seguimos en este sinsentido que al parecer se ha vuelto la vida con la llegada de la pandemia, algo insufrible para la mayoría, y muy distante de volver a tomar el curso de antes, que esa misma mayoría prefiere retomar.
A sinceridad lo mejor es tomarlo con calma, eso sí, sin perder el sentido de discernimiento y tratando de mantenerse lo más consciente posible y al margen de la manipulación mental y las tóxicas influencias del pánico colectivo a nivel mundial.


Nos hemos vuelto seres andantes en medio de un mar de confusiones, temores y desconfianza que nos han convertido en carne de cañón de un número reducido de seres ambiciosos y extremadamente peligrosos, que se han resuelto a apoderarse de nuestras vidas y talentos para usarlos a sus servicios, como si les perteneciéramos o solo fuéramos sus títeres o esclavos y no tuviéramos derecho a pensar y actuar por cuenta propia, nos han vendido un paquete de sueños inalcanzables, que al igual que el horizonte, cada vez se alejan más.

La sociedad mundial, su economía, su política y su sistema de desarrollo y empuje, mayormente apesta, una democracia basada en la explotación del hombre por el hombre que viene de siglos atrás y cada vez se hace más inhumana y cruel, donde la ambición y el egoísmo prima sobre todo lo demás, y aunque se hacen protestas y revueltas masivas, nunca se llega a ningún lado, porque esas masas terminan exhaustas y derrotadas, pierden sus esperanzas o se dejan convencer y se pasan al otro bando, pensando en una mejoría personal y ya no colectiva.  Así que al final es como si acallaran esas ansias y sueños de libertad colectiva y se conformaran con una vida de mediocridad, o lo que es peor, con una vida aparentemente holgada y tranquila, basada en la venta de los valores morales, la mentira y engaño, la corrupción o el despilfarro irresponsable de los bienes naturales y materiales que nos pertenecen a todos y se han quedado en manos de unos cuantos... 


Aunque no es la primera vez que el colectivo humano se ve envuelto en un caso de pandemia, si es la primera vez que esta se expande o se hace eco tan rápido a nivel mundial y se toman medidas extremas nunca vistas a tan largo alcance. Esta rapidez y locura colectiva, es debida en parte al uso del internet y las redes sociales, en donde se divulgan las noticias, se distorsionan y también se inventan.

El actual uso colectivo y obligatorio de la mascarilla y el alejamiento, a mi entender, es un arma de doble filo, tiene el objetivo de proteger, pero al mismo tiempo hay un significado que va más allá de lo visiblemente apreciable.
El ver ese conglomerado en las calles y en todas partes con esos tapabocas, me produce pavor, es como si poco a poco nos fueran convenciendo de que somos presa fácil de dominación, y quisieran callarnos de una vez por todas. Además siempre se ha sabido que en la unión está la fuerza, y han encontrado la manera de desunirnos, nos han dado por nuestro lado más vulnerable, ya que somos tan querendones y apegados, lo último que deseamos es enfermarnos y contagiar a nuestros seres amados, amigos y prójimo, así que acatamos las órdenes creyéndonos todo el panorama pintado y aceptando y dando como válido esos argumentos.

Nos están haciendo conscientes de que somos el propio virus ambulante, de que estamos cada vez más cerca de enfermarnos y transmitir esa enfermedad, y somos portadores de pánico colectivo, nos obligan a mantenernos alejados unos de otros, o acercarnos con recelo, incluso a los propios familiares...


Si bien es cierto que tenemos el deber universal de protegernos y proteger a los demás, y a cualquier especie y al planeta, no es menos cierto que solo se hace hincapié en el contagio como algo único en la historia de la humanidad. Y pensar que es quizás lo más absurdo que hemos visto en muchos años, ya que estamos muertos de miedo por un virus más de los tantos a los que hemos sobrevivido, y de los que ha creado el hombre en su poderío y libre albedrío, con fines de sometimiento y genocidio para engrandecerse y controlarnos más. 

Salir a la calle y ver ese espectáculo deprime, parecemos momias andantes, pero noto que la mayoría ya está acostumbrada a la mascarilla y hasta le gusta ese flow, como dicen por aquí. Está claro que tiene sus ventajas pero también sus desventajas. 

Por el lado de las ventajas, además de supuestamente protegernos, gastamos menos energías y dinero en arreglarnos y maquillarnos (las mujeres), y en afeitarse y acicalarse (los hombres), es común ver que los rostros de las personas no lucen tan extremadamente arreglados como antes, se anda más al natural, a veces hasta ni las reconocemos pues se daban tanto ferré.... Otra ventaja es que vamos más alertas y conscientes de no ponernos las manos en la cara para no contaminarnos al tocar las cosas, y estamos menos expuestos a cualquier otro virus. Pero poco a poco nos iremos adaptando y esa alerta que ahora tenemos, se irá haciendo rutina y volveremos a ese estado de inconsciencia y a accionar en automático ya con el nuevo uniforme mental que incluye la mascarilla y a veces guantes, no tocarse la cara y mantener distancia, los estamentos de la supuesta nueva normalidad.


Por el lado de las desventajas, el uso continuo nos roba salud, al respirar el dióxido de carbono que expulsamos las enfermedades de la boca y garganta afloran o se agudizan, y en países tan calurosos como este, también son causa de ahogo, asfixia y hasta de infartos por falta de oxígeno, y de una correcta respiración donde se debe expulsar fuera ese dióxido. Otra desventaja es que no reconocemos bien a cierta distancia los rostros de las personas, y poco a poco vamos perdiendo el interés por sociabilizar, y más cuando hay que guardar cierta distancia. También eso nos pone en desventaja pues hasta les sirve a los delincuentes para hacer sus fechorías con menor riesgo de ser reconocidos. Y quizás lo menos pensado, pero muy significativo, nos mantiene mentalmente vulnerables, con un miedo constante a contagiarnos, y mayormente subyugados, con la boca cerrada y tapada como mansos corderitos, aunque a muchos les parece buena idea, ya que como dice el viejo refrán “En boca cerrada, no entran moscas”.

A la corta o a la larga, la gente se acostumbra a todo, y últimamente a una velocidad que asusta, solo tiene que aparecer algo en las redes para que se llene de “Me gusta”, mientras más descabellado mejor, y al poco tiempo empiezan a imitarlo... Así que nos acostumbraremos al virus o a las mascarillas, los guantes y el alejamiento como forma de vida; o de muerte diría yo.

El hombre es un cúmulo de conocimiento y de información transmitida de etapa en etapa y de generación en generación, nuestra condición y estructura genética se presta para una fácil manipulación, tanto mental como física. Dale a un niño dos piedras y las frotará tratando de hacer fuego, dale un tambor y lo tocará, ponle un celular en la mano y al rato estará familiarizado con el artefacto, y así sucesivamente, lo que aprendemos se queda, y nos pasamos la información por una red invisible de conexión neuronal que existe entre los seres o individuos de una misma especie, todos los inventos se vuelven a reinventar como por arte de magia, y son pan comido ya.



También las emociones se transmiten de esa manera, así que el miedo a sociabilizar crecerá, y nos iremos aislando más y más físicamente y conformándonos cada vez más con el acercamiento virtual, hasta que nos engañen de nuevo con la aparición de una vacuna, que es lo que se quiere para ir desmontando el viejo formato de la humanidad y poder implantar el nuevo orden mundial del que tanto se habla y especula... Cada día se tendrá a más personas trabajando en casa y a menos personas movilizándose en las calles, cada día que pasa estaremos más quietos que una foto dentro del hogar, con la mente en blanco y una atrofia física irreversible, que obligará a sustituirnos por maquinarias robóticas sin sensibilidad, no en vano se están invirtiendo tantos millones en eso de la tecnología de punta y demás hierbas...

Los niños dejarán de querer salir a jugar, de hecho han dado una muy buena muestra de conformidad en estos cuatro meses, y se meterán cada vez más en el mundo virtual (ya celebran allí los cumpleaños y otros eventos), donde se les hará mas fácil todavía la manipulación a nivel mundial que es  lo que aparentemente se quiere, y los padres en su afán de protegerlos y salvaguardarlos de posibles contagios, dejarán que el mundo virtual los arrope por completo y se conviertan en niños virtuales. Las futuras generaciones no conocerán otro mundo fuera del virtual, su vida se desarrollará frente a un ordenador, o peor aún, se convertirán en un ordenador humano, autómatas sin capacidad de pensar por sí mismos.


Todo esto podría ser solo especulación, locas cavilaciones pensarán muchos, pero si algo tengo seguro, es que nada ha sido al azar, todo esto está muy bien dirigido hacia un fin específico que quizás no sea el que creo, ojalá que no, y si lo fuere, que sea menos nefasto.


Tarde o temprano saldrá a relucir la verdadera intención y razón de todo ese largo derrotero mundial que la humanidad ha venido sufriendo y que la pandemia ha llevado a su clímax, esperemos que sea más temprano que tarde, para que de tiempo a reaccionar, antes de convertirnos en momias vivientes a las que nada les queda por hacer, crear o disfrutar.

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente.

Un extracto de esta entrada fue publicado en el periódico El Caribe:
https://www.elcaribe.com.do/2020/07/04/escudrinando-y-cavilando/ 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

martes, 23 de junio de 2020

Comprensión espiritual

En la vida acostumbramos a ir de la mano de alguien o de algo que nos ayude a solapar y comprender el sentido de este peregrinar, pues no tenemos claro los objetivos, los caminos, ni los propósitos para transitarlos muchas veces a ciegas, o llevados por una fuerza de atracción mayor a nuestro entendimiento inmediato.

A medida que avanzamos todo tiende a complicarse, a verse distorsionado, y nos sentimos a veces incapaces de seguir adelante, unas pequeñas dudas empiezan a crecer y a convertirse en grandes interrogantes a las que difícilmente les encontremos respuestas que nos satisfagan, y se convierten en los monstruos horripilantes que nos asechan y nos llenan de miedo, o en los grandes enemigos y muros a derribar.



Las personas no videntes conocen sus limitaciones y sin ningún complejo o reparo se ayudan de un bastón o lazarillo, de alguien que pueda ofrecerle la seguridad que ellos no tienen al no poder ver el entorno ni el lugar que pisan, si bien lo sienten y presienten, gracias a lo desarrollada de su audición e intuición, no tienen muy claro lo que puedan encontrar a su alrededor inmediato que los exponga al peligro.

Nosotros, los que sí podemos ver, mayormente no necesitamos las ayudas, y muchas veces las rehusamos, nos creemos autosuficientes porque tenemos bien claro lo que nos rodea, pero realmente tampoco tenemos claro lo que podamos hallar más adelante en el camino, es por eso que acostumbramos a ir de la mano de otros, de las reglas y leyes, del comportamiento colectivo, etc. Esa ayuda externa que rehusamos ya sea por no molestar o por tercos, hace surgir una ayuda mayor que nos viene desde dentro, es la comprensión espiritual, que nos llega gracias a la consciencia superior de la que somos parte y a la intervención divina que nos sirve de lazarillo para evitarnos las caídas innecesarias.

Muchas personas optan por lugares apartados para alcanzar el recogimiento emocional que los llevará a esa comprensión espiritual que las grandes ciudades y sus bullicios los privan de alcanzar.


Que les parece estar en este lugar, en medio de todo y en el centro de la nada, rodeado de tanta paz y belleza natural, en un lugar así, la comprensión espiritual surge en pocos días como por arte de magia, y el sentido de la vida cambia inmediatamente por ofrecernos una claridad imposible de ser distorsionada o perturbada.

Otros no son capaces de alejarse mucho, pues son dependientes de esa forma alborotada de vida, se escabullen en lugares paradisíacos muy visitados, allí se dicen descansar y disfrutar de unas merecidas vacaciones, pero en realidad, solo han cambiado el escenario de las grandes ciudades, pero el bullicio es el mismo, y siguen internamente en ese caos del que no son capaces de salir, necesitan estar aturdidos mentalmente para no sentir ese silencio doloroso que les revelará cosas que aún no están listos para enfrentar, entender y asimilar.


Las hermosas y concurridas playas son sus lugares preferidos, o los cruceros y tours en grupos, nada en soledad y alejados de la gente, las necesitan como el mar la sal, por eso difícilmente elijan ir a las montañas y lugares solitarios, impregnados de un silencio espectacular y sagrado, de una comunión especial con la naturaleza y su silbo apacible y revelador. 

Un grupo significativo se mantiene en un balance y equilibrio intermedio, ni muy apartados y solitarios, ni muy conglomerados y acompañados, más bien alternando sus momentos de compañía con sus necesarios momentos de soledad. El recogimiento emocional poco a poco se va haciendo parte de su cotidianidad y llevan un buen ritmo de vida, con sus altas y bajas, pero siempre nivelando la situación y tratando de mantenerse centrados en sus objetivos de vida y su reconocimiento interior, lo cual más temprano que tarde, los llevará a la comprensión espiritual.

La situación actual nos ha puesto entre la espada y la pared, confinados a vivir alejados, algo que el ser humano mayormente repudia. Este es un buen momento para poder darle paso a esa comprensión que va más allá de los sucesos de la vida material y mundana, donde cada cual está viviendo experiencias y condiciones de confinamiento diferentes, unas tolerables, y otras amargas o tristemente dolorosas. 


Aprovechemos este tiempo para abrir una brecha a un entendimiento mayor de nuestra existencia, que nos ayude a descifrar y desmitificar los misterios de la vida y sus por qué y para qué, interrogantes que tan insistentemente nos han impactado y marcado a lo largo de cada experiencia vivida, tanto las satisfactorias y gratificantes, como las insatisfechas y decepcionantes. 

La manera de conseguir esas respuestas, no es precisamente hurgando y esperando encontrarlas, si no más bien, luego de formular las preguntas, olvidarnos de ellas y de encontrar respuestas, y observar con detenimiento lo que va ocurriendo a nuestro alrededor y al mismo tiempo en nuestra vida interior, sin oponerle resistencia, ni exigiendo que las cosas sean a nuestra manera y enfoque, si no dejarnos fluir con la vida, por momentos apoyándonos y tomándonos de la mano y por momentos soltando toda amarra y liberándonos.



Llegado el momento se disiparán todas las nubes y dudas sobre nuestra existencia, como un rayo portentoso y deslumbrante, se nos abrirán todos los canales de entendimiento mayor y quedaremos arropados por la comprensión espiritual, plenos de respuestas a preguntas que nunca nos formulamos, rebosantes de gozo y felicidad, no nos hará falta nada, pues nos daremos cuenta de que lo tenemos todo, siempre lo tuvimos al alcance, es solo que nuestra búsqueda errónea nos ofuscó. 
Y no es que lleguemos a descubrir el misterio de la vida, si no que entenderemos que la vida en sí es un misterio revelado, decodificado desde su mismo origen. Somos protagonistas y espectadores al mismo tiempo, y estamos completamente rodeados y sumergidos en un profundo mundo de simbolismos que son la savia de la existencia y la raíz de la esencia. 


Nuestro afán de búsqueda y respuestas lo contamina todo, lo distorsiona y lo convierte en una indescifrable mezcla de aguas turbias y pantanosas, donde cada descubrimiento nos hunde más y más.

Algún día comprobaremos que todo está cristalino y que es nuestra visión y la falta de entendimiento la que lo empaña, ese día, comprenderemos que nada sobra, ni nada hace falta, que cada cosa y ser existencial está completo, íntegro, perfecto, puro y maravillosamente entrelazado con todo. 
Ese día habremos alcanzado el afamado cielo espiritual y abandonaremos el engañoso paraíso terrenal mental en el que vivimos, por así decirlo, se nos hará la luz, y veremos que es buena... 

Ese día sabremos quienes y qué somos, y dejarán de importar el por qué y el para qué de nuestra existencia, pues podremos por fin manifestar nuestra verdadera esencia existencial. 

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periodico El Caribe:
https://www.elcaribe.com.do/2020/07/25/comprension-espiritual/

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

sábado, 13 de junio de 2020

Vivir a tope hasta morir

Se dice que nuestro bien más preciado es la vida, el hecho de tener un cuerpo capaz de respirar y hacer miles y miles de funciones vitales en automático, y poseer el don del raciocinio, es en sí una manifestación primordial de la vida y su libre albedrío. 
Contar con el tiempo, como aliado para poder manifestarnos como entes humanos andantes, pensantes e inteligentes, viene a complementar ese preciado bien, porque...

¿Qué resulta ser la vida si no contamos con el tiempo para poderla materializar, y disfrutar nuestros mayores anhelos? 

Seria igual que cualquier otra vida animal, vegetal o mineral, sin más pasión que la mera existencia.



Tener vida y no disponer de tiempo para disfrutarla, saborearla y respirarla a todo pulmón, es realmente tener vida sin privilegios, como el resto de los seres vivos. Tener un cuerpo activo, pero permanecer en un estado de parálisis o inercia mental, como cuando estamos bajo el influjo de una fuerte depresión, o cuando actuamos en automático, de modo inconsciente, sin prestar atención ni pensar por nosotros mismos, siendo víctimas de la manipulación social y sus requerimientos y demandas, es mantenernos al margen de la vida que se nos ha otorgado, y la alegría que produce vivirla a tope.

En el caso contrario, donde el cuerpo aparenta estar inerte pero la mente puede seguir activa, como cuando estamos en estado de coma, o sufrimos daños severos y tenemos limitaciones físicas aunque no mentales, es también mantenernos al margen de la vida, pero en este caso al tener claridad mental, la impotencia nos causa un sufrimiento mayor.

El corto a continuación (Iam) me pareció una excelente muestra de esto.


El tiempo en ambos casos viene a complementar ese tesoro que es la vida, pues muchas veces es nuestro mayor aliado, ya sea para salir del trance o..., al igual que lo es desde el momento de la concepción, para crecer y desarrollarnos, para nacer y luego manifestarnos ejerciendo de niño, adolescente, joven, mayor y anciano, si es que tenemos la dicha de llegar tan lejos disponiendo de mucho tiempo.
A lo largo de este ejercicio de vida en sus diferentes etapas, nos relacionamos con otros seres humanos, que al igual que nosotros tienen sueños, anhelos, metas e ilusiones por alcanzar. Nos acompañamos en este peregrinar, mayormente nos apoyamos y tratamos de dar lo mejor, manteniendo relaciones sociales armonizadas y llevaderas a través del intercambio, del dar, recibir y acompañar...

Al estar sumergidos en una sociedad hiperactiva y demandante, tiempo es de lo que menos disponemos, al menos, es lo que la generalidad no se cansa de pregonar, aunque todos contamos con las mismas 24 horas al día, así que lo diferente, lo que hace que nos haga falta, es la manera como las gestionamos diariamente, lo cual está dado por las múltiples cosas en las que nos involucramos (el que mucho abarca, poco aprieta), o por la falta de valor para decir “No” y someternos a esa esclavitud laboral o apasionantemente enfermiza que nos roba la vida sin percatarnos de ello.

A continuación comparto un vídeo cuyo mensaje hablado y escrito, lo pueden leer al tocar sobre el título.



Por eso, si algo debemos valorar en la actualidad es que alguien nos regale de su tiempo, es su más valioso tesoro, así que no te comprometas si no estás seguro de poder cumplir, o de que solo una adversidad puede hacerte fallar, es muy feo dejar plantado a alguien que te está regalando ese preciado tiempo, o más feo aún, fallarle a alguien que está en problemas, necesita compañía o ayuda y al tu ofrecérsela, deja de seguir solicitándola pues confía en ti.



Dicen que lo que va, viene, que el que da, recibe y que todo vuelve a ti como un boomerang, así que pon atención a tus actos y no des aquello que no deseas recibir de vuelta. Ya que la vida puede ser tan corta como larga, lo mejor es plantar buenas semillas, así recogemos buenos frutos. 

Muchas personas que piensan que han vivido una vida muy larga, y no encuentran un incentivo para seguir viviendo, esperan con ansias la hora de partir, pero cuando creen que ya no hay razones para seguir viviendo, y aparece un nuevo motivo para vivir y respirar, es porque aún no es su hora. 



Cuando en cambio, sentimos que aún tenemos ganas de vivir, pero irremediablemente hay que partir, no valen las aparentes ganas y razones, el llamado es crucial...



Valora la vida y ten en cuenta la vida de los demás, son tus iguales y también tienen tus mismos derechos, existir y ser feliz. Sin importar su edad, cada cuál es digno de respeto y consideración, tanto los niños como los ancianos tienen propósitos de vida, no lo olvidemos. Hay niños que cumplen sus propósitos en apenas días u horas de vida, y hay personas que aún a los ochenta y tantos, tienen propósitos pendientes, respeta eso y de ser posible, ayúdalos a alcanzarlos.



Lo importante es vivir el día a día atentos a lo que nos rodea, y disfrutar del paisaje y de todo lo que nos ofrece como si fuera el último día de nuestra vida, con todos los sentidos puesto en ello, en gozarlo y agradecerlo, en irradiar salud, amor y bienestar, en compartir alegrías y penas, y de ser posible, repetir la hazaña de vivir a tope el día siguiente. 

Porque después de todo 

¿Qué resulta ser la vida si no contamos con el entorno y con todo lo que nos ofrece para poderla compartir, y disfrutar nuestros mayores anhelos?

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente.

Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
https://www.elcaribe.com.do/2020/06/20/vivir-a-tope-hasta-morir/ 

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viernes, 5 de junio de 2020

!Simplemente hermoso!

¿Cómo están amables lectores y amigos? Espero que todos sigan bien y dentro de cada país y situaciones específicas, se sigan cuidando.

Hoy 5 de junio, se conmemora el día del medio ambiente, y es un buen día para pensar en como lo estamos agobiando, y hacer un esfuerzo por detener nuestra inconsciencia.

En esta ocasión solo deseo mostrarles unas cuantas fotografías de las que he tomado estos días en mis caminatas en el parque, que está más hermoso si cabe, a pesar de la sequía y...










Fíjense en el arcoíris, lo presencié hace días en medio de una rica llovizna mañanera.

Después de una larga y gozosa contemplación, fue que atiné a fotografiarlo.


En momentos así es cuando lamento no andar con una buena cámara, mi celular es muy corriente. 













Ni la pandemia ni las autoridades, han podido evitar que muchos sigan subiendo a ejercitarse, al principio eran muy pocos los que se atrevían a ir, yo resguardando a mi familia tampoco lo hacía, hasta que no aguanté más, el alma se impuso y subí, ese día fue que tomé la foto del arcoíris que muestro arriba.


Hace unas dos semanas se está volviendo a la normalidad, y si se toma en cuenta que los gimnasios están cerrados, en estos últimos días ya se puede decir que la concurrencia al parque es la acostumbrada. 

Los flamboyanes ya están floreciendo...





















Al fondo, en la siguiente fotografía, el azul del Mar Caribe se une al cielo.





















Los robles están preciosos... 































































Y que decirles de las plumerias o plumarias ¡Son hermosas! Y que rico huelen... 
Están muy próximas al lago artificial.


     


Hace años me dije que  subiría a un árbol para recordar mi niñez y adolescencia, y hace unos días al subir en compañía de mi hija mayor Viola Milagros, aproveché para al menos intentarlo y capturar la imagen. Así que subí solo un tramo, como pude, no quería ayuda y ya no es tan fácil hacerlo, pero lo hice sola y tuve la osadía de pararme y posar para mi hija, que me decía,
«agárrate bien, no te vayas a soltar», puse un brazo en mi cintura y le dije estoy segura descuida. Sí que me gocé el momento.
Este no era el árbol más apropiado para subir bien arriba, ya hoy divisé otro con ramas más fáciles de trepar...

     

Creí que iba a necesitar ayuda para bajar, pero no, lo hice sola. Caray a veces debemos seguir haciendo ciertas cosas que nos gustan para no perder facultades, ya que al darle descanso indefinido al cuerpo de algunas de nuestras viejas actividades, lo vamos aniquilando. De tanto llevarnos de los dichos y las estadísticas, nos hacemos viejos antes de en verdad serlos. Y no se confundan, no hablo de usar minifaldas ni andar vestida de jovencita seductora, eso ni de joven lo hice, era muy rescatada a la hora de salir, ahora dentro de la casa, ya era otra cosa, ja, ja.  

Subir al parque siempre será una gozada almica y física también, así que decidí terminar mi encierro hace unas tres semanas más o menos, creo que el aire puro y el mantener mi cuerpo en forma, son los mejores antídotos para esta increíble e indeseable situación mundial.   

La Palabra Diaria (el devocional que siempre leo), en su contenido del día 3 del corriente mes, empieza así:
“En el universo existe un fluir constante de dar y recibir. Cada vez que doy, también recibo. Incluso el aire que respiro ilustra la ley de circulación. Las plantas emiten el oxígeno que necesitamos para vivir y nosotros exhalamos lo que ellas necesitan para crecer y prosperar. Si ese intercambio no existiera, nosotros tampoco.”

Este recordatorio me ha dado que pensar de nuevo, y es lo siguiente, si todos andamos con las mascarillas puestas todo el tiempo por unos cuantos meses, me parece que el dióxido de carbono que expulsamos va a escasear, pues no sale al aire, regresa a nosotros, algo que es perjudicial tanto para nosotros como para las plantas que nos sostienen. 
También he sabido de fuentes médicas confiables, que a muchos de los que se enferman con gravedad y lo superan, les aconsejan no usar mascarillas, ustedes pregúntense porqué.

En mi caso particular no puedo llevarla sin sentir que me asfixio y empezar a sudar y sentirme muy mal, así que la uso solo en lugares obligatorios a los que trato de no entrar a menos que sea inevitable y por momentos me la retiro para no desmayar. 





Con motivo de dicha conmemoración, les dejo estos enlaces (en orden descendentes) de entradas anteriores en las que hago referencias a experiencias vividas en el parque...
El cual siempre me brinda, además de purificación física y relajación espiritual, la oportunidad de aprender, reflexionar y crecer en consciencia.

"Los árboles de mi vida"
"Creer, confiar y agradecer"
"Diferencias muy marcadas"
"Caminata reflexiva"

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.