domingo, 29 de octubre de 2017

Aclaración sobre "El amor más puro"'

Amables lectores, hay algo que deseo aclarar de la entrada anterior “El amor más puro”, y es lo siguiente:

Al recibir la inspiración me inundó el amor que sentimos por nuestro propio Ser. 

El diálogo es con nosotros mismos, con el amor que poseemos y somos, es tratando de que reconozcamos que el amor más puro debe ser el que sintamos ante todo por nosotros, los demás amores vienen y van, pero este, el amor hacia nosotros, nuestro amor almico y espiritual, que es el amor más puro, porque en él no hay guerra de intereses, perdura por toda la eternidad.

De seguro, porque no conoces el amor más puro

Pero por supuesto que se presta a simple vista para la interpretación que mayormente le han dado, para el amor carnal y pasional de nuestra vida. 

Para poder descubrir el amor que se esconde detrás de cada palabra, hay que profundizar un poco más, leer entre líneas, +Mila Gomez y +Julia C. lo captaron con la intención que lo escribí, pero mi intención es que todos lo capten así.

Por eso agradezco mucho la intervención de +Olivia/Alex Howard, que me llevó a escribir esta nueva entrada, para que lo vieran desde el ángulo inicial, aunque es bastante válida la interpretación, de un gran amor hacia otra persona.


Ese YO, del mensaje de la imagen, en mi manera de hacerlo ver eres “TU”, aunque todos algún día te fallen, mientras no te falles Tu, todo sigue vivo, latente, alcanzable…

Ese diálogo con el amor, es una invitación del amor, para que nos amemos sin reservas y no escatimemos en darnos mimos y caricias.

Al decir la frase:

"El amor más puro, acaba de despertar", estoy dando a entender que aceptamos esa invitación, nos reconocemos como amor y nos damos y amamos a nosotros mismos sin reservas.

Por eso termino así:

Hechicémonos, respiremos y toquémonos, que dancen nuestras pupilas a la par, en el silencio que grita cuanto nos amamos, sin siquiera pestañear. Cerremos los ojos, soñemos...

Como nada ocurre por azar, me alegra sobre manera el comentario de Olivia/Alex Howard, me ha servido para saber que el mensaje no se entregó de manera correcta.

Y aquí estoy reescribiendo esta entrada, resaltando el objetivo, el motivo y el desglose principal que quería hacer llegar… 

Armémonos sin reservas ante todo, para poder así, amar a los demás de manera incondicional. 

Ayudemos al amor más puro a despertar.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

lunes, 23 de octubre de 2017

El amor más puro

Amables lectores. Hoy quiero compartirles esta inspiración, que a decir verdad no sé cómo llamar. 

Simplemente lo llamaré…

“Diálogo con el amor”


– Mírame a los ojos y dime ¿Qué ves?
– Un camino de luz para andar.

– Y tu ¿Qué ves en mis ojos?
– Un mundo de ternura sin entregar. Un montón de “Te quiero” sin pronunciar. Muchos amores sin estrenar. Besos, miles de besos para dar. Días y noches de soledad, de fríos y silencios, tantas palabras sin pronunciar.
Un alma noble, inocente, hecha para amar.

– ¿Y qué tan deslumbrante es esa luz, hay algo que puedas apreciar?
– Si, una inmensa necesidad de llegar, de volcar esa mágica sabiduría en el interior de los demás. De darte tal cual, sin reservas. Ansias de soltar, de abrir tus alas y echarte a volar, lejos de nada y cerca de todo.
Un mágico hechizo que provocas al mirar, al respirar, al tocarte, al quedarse absortas tus pupilas, danzando con el silencio, que grita cuanto me amas, sin pestañear.

– Anda pues, tomémonos de las manos, y transitemos ese camino. Con tu ternura, tus “Te quiero”, tus amores, besos y silencios. Posa tu alma noble en la mía, volquemos la mágica sabiduría, démonos sin reservas, soltemos las cargas, expandamos las alas y volemos, lejos de todo y cerca de nada.

– Hechicémonos, respiremos y toquémonos, que dancen nuestras pupilas a la par, en el silencio que grita cuanto nos amamos,  sin siquiera pestañear. 

– Cerremos los ojos, soñemos…

El amor más puro acaba de despertar. 

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

martes, 17 de octubre de 2017

Escalando "El Mogote"

Amables lectores, en esta ocasión deseo hacerlos participes de otra experiencia de montaña. Junto a un grupo de jóvenes y compañeros piqueros, escalé la montaña “El Mogote”, en Jarabacoa.

Parte del grupo en el punto de encuentro antes de partir

Esta entrada del blog es más bien para contarles a groso modo la travesía, y agradecer públicamente la solidaridad y apoyo del grupo con algunas menciones especiales, y plasmar así en este blog (que se ha convertido en cómplice de mis aprendizajes y vivencias, y en mi amigo y confesor personal), una experiencia más de senderismo, y de lo que se puede lograr a través de la voluntad, la fortaleza interior y la fe en la protección divina, y por supuesto, con la ayuda del trabajo solidario en equipo, confirmándonos que la unión, hace posible el triunfo.

Antes de contarles, quiero compartirles este fragmento de “La Palabra Diaria” del día 12 de octubre, el día dedicado a la raza, dice así:

“Mis palabras están llenas de energía —oigo y siento su vibración. Así que elijo decir palabras de ánimo, amor y luz, utilizando la energía creativa para fortalecer la autoestima, elevar los corazones, iluminar los días y ofrecer consuelo. Confío en que el Espíritu amoroso en mí inspira mis palabras para que éstas sean palabras de luz.”

Al leer este fragmento no pude evitar asociarlo con la escalada del domingo 8, ya que las palabras de ánimo, cargadas de emergías, abundaban, los más agiles y fuertes, ayudaban y daban aliento a los menos preparados físicamente (como yo), que lucíamos más agotados y a punto de rendirnos. Sin dudas fuimos inspirados con palabras de luz y energía para apoyarnos unos a otros, Eduardo de los Santos es un buen referente de esto.

Recuento

El Mogote de Jarabacoa, es una elevación natural a 1,560 msnm en la provincia de La Vega. Una de las rutas principales es la que se encuentra al lado del camino del Monasterio Cisterciense, donde comienza el ascenso al mismo. 

Justo detrás del monasterio, pasa el rio.

El grupo de 23, antes de iniciar el ascenso

Al llegar al monasterio el entusiasmo nos invadió, eran las 10:10 am aproximadamente cuando empezamos el ascenso. El grupo era numeroso, 23 personas en total, la mayoría habíamos subido el Pico Duarte más de una vez, así que íbamos más que confiados, aunque unos compañeros que subieron el día anterior, nos advirtieron que no les resultó nada fácil la aventura. 

Al poco tiempo pudimos comprobar por qué. La maleza era abundante, hiriente y picante, el trayecto es muy accidentado, exageradamente escalonado y empinado, lo que dificultaba más el ascenso. 
 
La Dra. Wendy, siempre sonriente
Manuel Herrera posando a la cámara

Algunos tramos muy resbalosos y otros muy peligrosos, con precipicios a ambos lados y alguno que otro impresionante derumbe pedregoso. El terreno llano casi inexistente. El sol nos azotaba a ratos, la vista desde lo alto, cada vez más espectacular.

Juan Carlos y Yantery, nuestros modelos profesionales del flow

Durante todo el camino no se divisa el río, y en una parte del trayecto, ya bastante avanzados, se puede escuchar el correr de sus aguas. 

Arturo, Yantery y Eduardo

Por lo tupida de la vegetación se aprecia menos el paisaje y aunque nos protege un poco del sol, el calor es agobiante, y la comezón y los ramalazos, inquietantes. 

Algunas de las chicas se sintieron realmente mal y agotadas, y optaron por no llegar hasta el final, solo hasta el Mogotico, la loma más próxima al Mogote, a partir de ahí, el grado de dificultad se hizo mayor. 

Divisando el Mogote desde el Mogotico

Al llegar a la cima a eso de las 2:10pm, divisé una mula, la torre de vigilancia contra fuegos y la caseta del guardabosque, un señor algo mayor que conversaba con los compañeros que iban en la delantera y ya habían llegado. 

El guardabosque observando el parapente

Di gracias a la providencia divina por haber llegado, y bendije a todos en silencio, sentí una alegría a medias, no les puedo decir que sentí una alegría mayor, no, algo me preocupaba, nos esperaba un descenso muy difícil. Pero me detuve a vivir el momento presente y contemplar el hermoso paisaje que nos ofrecía aquella altura. 


Se aprecia todo el pueblo de Jarabacoa, sus casas que lucen diminutas a la distancia, sus montañas y el enorme verdor a todo alrededor. 



Fue un momento hermoso, la brisa bien fresca, la espectacular vista y algunos jóvenes pasando bien cerca de la cima y de nosotros en parapentes, me hizo revivir esa experiencia que había vivido de tirarme en parapentes, precisamente en lo alto de Jarabacoa, a principios del 2015. 


Como me hubiera gustado que pudiéramos tener esa oportunidad desde allí, y evitarnos el largo y tortuoso descenso que nos esperaba. 

Luego de hacernos algunas fotos individuales


Y de grupo



Descansamos y conversamos un rato


Sonrientes nos dispusimos a emprender el camino hacia abajo, eran las 2:40 pm y no podíamos darnos el lujo de perder mucho tiempo, ya que se esperaba lluvia y oscurecería más temprano.

Sonrientes en la cima





Frandys en primer plano, a la derecha, detrás, está Yelsen, el adolescente que formó parte del grupo y que lo hizo muy bien.



Lo dificultoso del descenso no se hizo esperar, ese tramo del Mogote al Mogotico, fue terriblemente peligroso. Los demás tramos no eran muy diferentes, al tener que tomar tanta precaución, el descenso se hace casi tan largo y tedioso como el ascenso, y si le sumas el esfuerzo y la fatiga que causó este, pues se hace más duro aún.

Cristiam y Eduardo, bajando.

Para colmo nos sorprendió la lluvia, que empezó algo tímida y luego arreció, nos faltaba más de media hora de camino, los charcos no se hicieron esperar, el agua bajaba por el estrecho sendero cual pequeño arroyuelo, la lluvia golpeaba la cara y afectaba la visión, se puso bastante oscuro en un momento dado, por suerte las nubes negras se dispersaron, aunque el agua continuó, pero cada minuto bajaba mas la intensidad. 


Por fin llegamos al punto de partida, a eso de las 5:45 pm, al ver los vehículos y la carretera, sí que esta vez fue una alegría mayor, pero el cuerpo no tenia ánimo para expresarlo, así que al igual que al llegar a la cima, agradecí en silencio a todos, y a la divinidad por permitirnos llegar todos sanos y salvos, después de haber enfrentado tan difícil prueba física. 


El río nos esperaba para darnos un merecido y necesario baño, pero las fuerzas me abandonaron, apenas pude subir la carretera hacia donde estaban los vehículos, así que el baño me lo di en la lluvia, y en un caño que bajaba desde la montaña por una tubería. Había visitado el monasterio unos años antes y conocía el río y sus aguas y sabia lo incomodo del camino, por eso no llegue hasta él, no me creía con fuerzas suficientes para lograrlo, y aunque las tuviera, me negaba a bajar y a subir un paso más. 

Agradecimientos

Les confieso que no lo hubiera logrado de no recibir la gran ayuda que me brindaron algunos de los compañeros participantes, entre ellos un dúo dinámico, los mellizos Guillermo y Arturo Román, a este último le debo el poder completar esta fuerte travesía (tanto en la subida como en la bajada), ya que además de auxiliarme en los peores tramos ofreciéndome su mano, dándome tácticas para agárrame de las plantas y diciéndome que lo podía lograr, confió en mi destreza al arriesgarse a que lo arrastrara camino abajo, cosa que gracias a su fortaleza física y a mí desempeño, prudencia y por qué no, también a mi fe, no sucedió. 
Gracias del alma Arturo, por tu valiosísima colaboración, bendiciones abundantes a tu Ser. 

Arturo en el centro y su hermano Guillermo frente a él

También en esta ocasión tuve la dicha de contar con Cristiam Zamora, que se mantuvo cerca cuidando mis pasos, y ayudándome a levantar en las caídas. Si, es casi obligatorio sufrir al menos una caída en el descenso, es tremendamente peligroso, hay ocasiones en que hay que descender sentados para no irnos a toda velocidad rodando hacia abajo. Confieso que abusé demasiado de esta estrategia, pero me daba mayor seguridad bajar así, aunque más tarde el cuerpo me pasó factura, de la ropa ni hablar, ja, ja. Gracias Cristiam por toda tu amabilidad.

Cristiam detrás a la izquierda, de negro.
Eduardo al centro detrás (gorra azul).

Otro de los compañeros que siempre está cerca dando ánimo y apoyo moral es Eduardo de los Santos, su gentileza y palabras de luz son un aliciente en momentos de baja moral. Gracias Eduardo por esa forma de apoyar, al hacer senderismo, lo haces más ameno y llevadero, ya sea dando ánimo, contando historias, usando palabras halagadoras, o acompañando los pasos, es bueno contar con compañeros así, especialmente porque sabes que las mujeres necesitamos más empuje, ese saber que los demás confían en que lo podemos lograr. 

Frandys Luciano y Carlos Méndez, que forman parte de los coordinadores del viaje al Pico Duarte, nos acompañaron, y no puedo dejar de sacarles su comida aparte. 

Carlos Méndez, es un joven es a todo dar, sepan ustedes que la mayor parte el camino lo pasó al frente abriéndonos paso entre la maleza con machete en mano. Carlos, gracias por todo lo que nos cuidaste a pesar de tu juventud, y aunque tu madre Carmen (una veterana piquera) y tu esposa Maite formaban parte del grupo, no dejaste de ocuparte de todos los demás. 

Definitivamente eres un chico fuera de serie. Dios te bendiga y proteja siempre.

Carlos y esposa al centro. Carmen al lado de su nuera.

Leí en la web un comentario de alguien que subió el Mogote, donde decía que es parecido a alcanzar el último descanso de un edificio de 10 plantas subiendo los peldaños de la escalera de dos en dos, o de tres en tres, es algo muy parecido, eso nos deja ver el esfuerzo que tienen que hacer las piernas al levantarlas tan alto y por mucha distancia, pero a mi juicio se quedó corta en la altura del edificio, yo diría un mínimo de 50 pisos por tramos interrumpidos. Y si a eso le sumamos lo descuidado que está el sendero, y el exceso de maleza que corta el paso y hiere, no hay manera de negar que es una proeza hacer esta travesía y salir ilesos. 

Pues sí que lo hicimos, arañados y adoloridos pero sanos y salvos, y aunque no lo crean, nos divertimos mucho también. Cada uno di lo mejor de sí, sus emergías, fortaleza, sentido del humor, solidaridad, compartir su merienda, el agua…, una colaboración en equipo para que todo el grupo lo pasara bien a pesar de los pesares. 

Fue una experiencia extenuante pero divertida y fortalecedora, amistosa, de compañerismo y camaradería, Danny y Hamlet, que lo hicieron muy bien, pueden dar fe de eso.

Los nuevos integrantes, capitaneados por Jaime Vargas (asiduo piquero), también lo hicieron muy bien, especialmente los mas jóvenes, aprovecho para felicitarlos. 



Para cerrar el día y la travesía con broche de oro, fuimos a cenar a un restaurante de Jarabacoa, famoso por sus costillitas de cerdo, lo pasamos muy bien allí, se formó una gran mesa para todo el grupo, fue un momento muy ameno y divertidísimo, hicimos bromas, anécdotas del día, comimos y bebimos a gusto…, 

En fin, se sufrió físicamente, si, pero también reímos, se gozó y lo pasamos muy bien, y quedó plasmada en nuestra sangre y nuestra piel, y más que todo en nuestros corazones, una escalada mas, y al igual que las otras, vestida con lazos de hermandad.  

!GRACIAS A TODOS, FUERON GENIALES!

P.D. Gracias por las fotos, y a mis hijas (que no pudieron participar), gracias por hacérmelas llegar.

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

jueves, 12 de octubre de 2017

La vida como un tren

Siempre se ha comparado la vida de los humanos y sus relaciones con los demás, como los pasajeros que suben y bajan del tren, algunas estadías son más largas que otras, y muy pocas nos acompañan hasta el final o durante toda la vida.


En esta ocasión, quiero enfocar esta semejanza desde un punto de vista diferente. En el caso en particular, el tren viene siendo nuestro Ser Existencial. 
Sus partes son: la máquina o motor que lo mueve y lo guía, que viene a ser nuestra alma, y los vagones, que vienen a ser las diferentes vidas y experiencias que atravesamos desde nuestro origen existencial en este plano terrenal, hasta culminar la totalidad de esencias probatorias. 

Cada vagón representa una de nuestras tantas vidas, pero no es la totalidad que somos, es un pedazo de nosotros. Por eso es que nos resulta imposible entender muchos de nuestros pensamientos, anhelos, actitudes y actuaciones en una determinada vida, pues estos se derivan de una vida anterior que generalmente olvidamos.


Cada vagón es diferente, tiene sus especificaciones y su vida propia, pero debe alimentarse de la memoria del anterior para poder cumplir a cabalidad su función, su propósito final y no puede bajo ningún concepto desligarse del motor, de la fuente álmica, pues permanecería estancado. Por lo que el número de vagones podría variar dependiendo de cómo nos desenvolvamos en cada vida, pues podría ser necesario repetir algunas o agregar otras al proyecto que inicialmente elaboramos y nos trazamos como meta en nuestra estadía terrenal. 

¿Han visto lo que pasa con el mercurio cuando se rompe un termómetro? al caer, el mercurio se fragmenta, pero cada porción conserva las propiedades del mercurio intactas, y cuando tratamos de recogerlas, se vuelven a dividir. 


Algo parecido nos ocurrió a nosotros los seres humanos, somos un solo Ser, que sufrió un pequeño big bang y nos fragmentamos, y cada parte cobró vida propia y tiene la potestad o libre albedrío de seguir dividiéndose o multiplicándose, y permanecemos como un colectivo en el planeta Tierra.
 
Cada uno de nosotros es como un tren independiente y autónomo, y fabricamos tantos vagones como experiencias de vida necesitemos vivir para pasar a usar otro tipo de vehículo, otro medio existencial, y traspasar los límites de la dimensión terrestre o tridimensional.


Cuando hayamos llenado todos los vagones de vivencias esclarecedoras, y finalizado todos los proyectos trazados desde nuestros inicios, los vagones se fundirán unos a otros , y formaran un condensado de información, y el motor (nuestra alma) cesará definitivamente su carrera, se detendrá, y transformará dicha fusión o condensado en memoria cuántica, para abordar el próximo vehículo para la siguiente fase evolutiva, que podría ser por ejemplo un gran camión tanquero, de esos indivisibles que llevan todo en su interior y no tienen necesidad de interactuar con el exterior como los trenes, ya que estos camiones son sólidos, autosuficientes y completos, así seremos nosotros al termino de nuestro aprendizaje tridimensional.  

La siguiente fase evolutiva no se hará en este planeta Tierra, ni probablemente en este universo, conocido y desconocido a la vez, pasaremos a un plano existencial más independiente, menos denso y confuso, menos vigilado y observado por otros seres vivos que también están en proceso de evolución, un plano que no necesita contraerse y expandirse constantemente. Pasaremos a un plano más absoluto, más soluble e ilimitado, y también más autónomo, un plano que se crea y se disuelve instantáneamente a cada necesidad del Ser que lo habite. 


Transitaremos por él con la elasticidad de una plastilina o masilla y la consistencia de una gelatina, o sea, que mientras este plano es toda rigidez, aquel será toda flexibilidad, es por eso que debemos tratar de ser lo más flexibles posible en este plano terrenal, soltar la rigidez y fluir, para poder trascender al otro.

Si por alguna razón nos vemos en la necesidad de entrar nuevamente a este plano, al planeta, al auxilio de algún alma con la que interactuamos y a la que amamos y extrañamos, lo haremos de manera inmaterial, solamente como presencia energética, como destellos de luz a través de fuerzas invisibles, intocables y mayormente imperceptibles. Le susurraremos en sueños aquello que deben hacer para avanzar en su proceso evolutivo, o le iremos dejando pistas y señales visibles, esas que solemos llamar coincidencias, suerte o sincrodestino.  

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

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lunes, 2 de octubre de 2017

Hacer lo correcto

Amables lectores, deseo compartir este relato que escribí para la comunidad “’Escribiendo que es gerundio”, ya que tiene una connotación reflexiva.

Debían usarse estas tres palabras para construir el relato: 
“Desvergüenza / comparecer / cristalino”.

A continuación el relato

LA REUNION


La reunión se extendió demasiado, estaba en su punto más candente para unos, para otros ya había pasado lo mejor. En cambio para mí, todo era un tremendo fastidio, tenía una inquietante sensación de nauseas, estaba asqueada de escuchar tantas barbaridades, de ver como disponían de la vida de otros con tanta desvergüenza, sin un ápice de compasión.

Para ellos, los dueños de la compañía, los promotores del proyecto y las autoridades del país, solo importaba el dinero. Su desmedida ambición y su despiadado egoísmo, lo disfrazaban de progreso, “será un importante foco turístico”, decían, así defendían y justificaban el demoledor e inhumano desalojo. Que no solo afectaba a la gente, también a las demás vidas que allí habitan, afectaban al ecosistema completo, pero eso a nadie parecía importarle, solo a mí, y pensé para mis adentros “No debí comparecer a esta reunión”. 

No aguanté un minuto más después de escucharle decir a alguien, que esas personas estarían mejor muertas, porque nada bueno tienen que ofrecer a la sociedad, y ver como todos rieron y asintieron.

Me paré como de un resorte y dije lo siguiente: 

Mi presencia aquí es innecesaria y estoy fuera de contexto, mi trabajo ya terminó, he escuchado y grabado lo suficiente para que a nadie le queden dudas de lo que aquí se perpetuó.

Dicho esto, salí huyendo despavorida, pensando que podrían correr detrás de mí para quitarme la grabación, pero al parecer o no me prestaron atención y no escucharon mis palabras, o no les importó, después de todo, son los dueños y señores de la nación.

Conduje por una hora sin rumbo fijo, solo deseaba poner en orden mi cabeza, sacar de ella esas últimas palabras escuchadas, esa risa colectiva y esa maldita reunión.

Necesitaba calmarme, ansiaba estar en paz, y recordé ese hermoso lugar en las afueras de la ciudad, que por cierto, sin darme cuenta, pareciera que yo conducía hacia allá, porque estaba a escasos minutos del lugar.


Al llegar me detuve y me quedé un rato en el auto, para asegurarme de que todo estaba bien y que nadie me siguió, luego me acerqué a ese tranquilo rio, lo vi mas cristalino que de costumbre, mi imagen reflejada parecía navegar junto a él, me invitaba a sumergirme y purificarme, relajarme y soltar todo allí, así lo hice y mis lágrimas se fundían con sus aguas y le contaban de mi tristeza, le decían que muy pronto su hermoso entorno iba a cambiar, y era muy probable que también a él lo fueran a violentar.

Salí renovada y decidida a hacer lo correcto, al menos lo debía intentar, hice una llamada y conduje serena, al llegar al programa de televisión me esperaban con ansias para dar las primicias de algo que desencadenaría un revuelo, y ojala que también un cambio favorablemente humano, y vital para encausar la nación por el camino del amor.

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

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