sábado, 17 de diciembre de 2022

Seamos lluvia fresca

Dicen que un buen ejercicio para el corazón, es inclinarse para ayudar a otros a levantarse.

Esa me parece una muy buena idea para empezar a practicarla en estos días en que despedimos el 2022. 
Podemos dejar de andar a ciegas y prestar atención a lo que nos rodea y pasa a nuestro lado, no sabemos lo que un pequeño gesto de amor puede lograr en los corazones, como alegrarle el día a alguien, remover viejas durezas, o abrir portales de esperanza a muchos olvidados.

A veces nos “solidarizamos” con los más lejanos a sabiendas de que no podemos hacer nada, y ni miramos a los que sí podemos ayudar y están a nuestro alcance.
 



Para finalizar el año, quiero compartirles parte del mensaje de ayer del devocional “El aposento alto”, no sin antes desearles toda la prosperidad que puedan lograr sin perder la ecuanimidad y todo lo sano y verdadero que sean capaces de agradecer y merecer.

Aquí el mensaje

«Un simple mensaje»  Sr. Tom Smith (Utah, EE. UU.)

Parte de mi tarea es presentar programas de computación nuevos a agencias de viaje en todo el país. Uno de ellos era especialmente complicado. Emily, la persona a cargo de la capacitación, estaba nerviosa porque tenía que enseñarlo a nuestros clientes. Finalmente, ella lo hizo muy bien y como una forma de demostrar mi aprecio, le escribí una nota agradeciendo su colaboración y buen desempeño.
Dos semanas más tarde, recibí una carta manuscrita de Emily. No he podido olvidar una parte de lo que decía: «Hace más de 15 años que trabajo aquí y jamás me habían dirigido un mensaje personal como el suyo. Cuando llegó su nota, estaba pasando un mal día y la nota fue de muchísima ayuda. No sabe lo mucho que significa esto para mí».
Al terminar de leer, pensé con modestia: « ¿Cómo es posible que una nota manuscrita, que redacté en apenas unos minutos, pudiese tener tal efecto?». Y me pregunté por qué no lo hacía con más frecuencia si podía significar tanto para otra persona.




Que pasen unos días maravillosos en familia, en salud y con mucho amor, y que el 2023 sea tan suave, condescendiente y revitalizante, como una lluvia fresca en el desierto.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

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