lunes, 23 de marzo de 2020

El sentido de la vida

A pesar de la situación actual de nuestros países, el planeta (ese paraíso terrenal) y la naturaleza que mayormente lo ocupa, nos sigue regalando la hermosura de sus paisajes, sus agradables aromas a hierbas y flores, a tierra mojada, a canto de árboles, ríos y aves, a murmullos de mar, hojas secas, pisadas y sonidos de animales, y con ella el viento fresco, el sol, la lluvia, la tierra con sus frutos y alimentos..., y toda la vida que posee y vive en él, como un recordatorio de que sin importar lo que pase afuera, todo internamente sigue su curso, la vida florece y nos sigue sucediendo por doquier. El planeta tiene sus propios medios de subsistir y nos recuerda que nosotros también.



En más de una ocasión es casi seguro que quisimos dejarlo todo atrás, emprender un nuevo camino y olvidar ciertos sucesos y episodios que nos rompieron el alma. Hagamos un ejercicio almico y adentrémonos en nuestro mundo interior a ver que pasa en él. Es casi seguro que está a salvo de los agentes externos, pero corre peligro de ser olvidado y menospreciado por nosotros mismos, la solución no es huir, sino adentrarse en uno y desligarse un poco de lo exterior. 

La falta de autoestima y amor propio, de admiración y aceptación al Ser que nos habita y Somos, nos está consumiendo, y la mayoría de nuestras energías van enfocadas hacia afuera, a nada en concreto y a todo a la vez. Sería muy bueno aprovechar esta tregua obligada para emprender ese recorrido interior y hacer un análisis de daños y pérdidas, y ver con qué contamos todavía. Nos sorprenderemos al constatar que muchas de nuestras habilidades están aún intactas, y que otras tantas heridas dejaron de sangrar y ya cicatrizaron, y que fuimos nosotros quienes nos empeñamos en mantenerlas abiertas exteriormente para auto compadecernos y justificar nuestro proceder.




Cada día se hace más necesario conocernos a nosotros mismos y avanzar a grandes pasos, aunque no percibamos nuestro avance y su alcance, es cuestión de dar un paso a la vez, poco a poco nos iremos dando cuenta. Venimos solos y en cueros a la vida (a excepción de los partos múltiples), sin nada material excepto el cuerpo, lo cual quiere decir que nada ni nadie nos debe resultar imprescindible.
Tratemos de estar en calma, de no temer a nada ni a nadie y de dejar salir nuestro verdadero Yo. Todo lo demás es solo cuestión de dejarlo fluir y ser. 

Bueno y dando un pequeño giro, ya les había dicho que estoy tratando de practicar el hacer relatos cortos. A manera de distracción, aquí les dejo uno muy particular que nos habla de amor y transformación.

El carretel y el hilo (En el taller de costura)

No sé como empezó todo esto, solo recuerdo que comenzaste a darme vueltas y vueltas, parecías no tener intenciones de terminar. Yo me quedaba quieto, dejándome rodear y envolver por tu finura, incluso me pareció un juego divertido, hasta que de repente, no podía respirar.


Me mareabas, me sentía muy pesado, como si engordara, creía que no podía resistir más, y con mucha dificultad te pedí parar.
No lo hiciste de inmediato, me dijiste – Resiste un poco más, ya casi terminamos. 
Luego te escuché susurrar – Listo. 
Fue entonces cuando decidiste acabar. Te reíste algo exhausto y me confiaste la verdad, dijiste 
– En lo adelante seremos uno, no depende de mí deshacer esta unión, serás tú quien deba dar todas esas vueltas que yo di a tu alrededor, y te iras liberando poco a poco, mientras yo, poco a poco me iré extinguiendo sin poderlo remediar. 


Me acostumbré a mi nuevo grosor y pasamos mucho tiempo juntos, de aquí para allá, de tienda en tienda... charlábamos sin parar. De miradas en miradas nos tomaban y nos dejaban, hasta que un buen día nos metieron en una caja y salimos a pasear. 
Llegamos a un lugar lleno de máquinas ruidosas, atestado de gente y trapos viejos, al menos eso parecían. Casi sin darme cuenta, me fui sintiendo más ligero, cada día hablabas menos, parecías estar enfermo, y en varias ocasiones te escuché gritar.


Poco a poco me fui deshaciendo de ti, no entendía la razón de este loco juego hasta que un día ya no estabas más, entonces lo entendí, pude ver terminado ese bello traje blanco, sentí alegría al ver en lo que te habías convertido, pero también me sentí solo y triste, y me puse a llorar...


Fuiste mi primera aventura, después vinieron muchas más. Vivo extrañándote, aunque sigo dejándome envolver por nuevos hilos hasta sentirme desmayar.
Ya no me asusto, doy vueltas y vueltas, me recupero y les cuento lo que con ellos pasará, les digo que no morirán, que solo se van a transformar.

Cada hilo que en mí se enrosca, sabe que se convierte en una preciosa confección, pero me duele tanto que ese primer hilo, a quien amé y me mostró mi utilidad, nunca llegó a saber que caminó feliz hacia el altar.

P.D. Espero les haya gustado el relato y dejado alguna reflexión, todo tiene un valor y una función especial, reconozcamos la nuestra.

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente.

Un extracto de esta entrada fue publicado en el periódico El Caribe:
https://www.elcaribe.com.do/2020/03/28/el-sentido-de-la-vida/ 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

15 comentarios:

  1. ¡Hola, Idalia!

    De cualquier situación por mala que sea nacen nuevas oportunidades. Ahora, en momentos de confinamiento, ya no existe para para para pararnos a reflexionar de donde venimos, dónde estamos y qué queremos hacer con nuestras vidas para alcanzar la felicidad plena. Respecto al relato es una preciosidad así como el vestido que ilustra tu texto. Como pienso en modo cine te voy a dejar el enlace a un cortometraje llamado: "Hilos". Es otro modo de ver determinadas situaciones utilizando también como metáfora narrativa los citados hilos.

    Hilos: https://www.youtube.com/watch?v=45A-570uOT0

    Buen día, amiga!

    ResponderBorrar
  2. *ya no existe excusa para pararnos a reflexionar

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. !Hola Miguel! Vengo de tu blog.

      Gracias por este puntual comentario que dejas acá. Así es, no hay excusa, por el momento disponemos de lo que siempre echamos en falta, de mucho tiempo para hacer todo eso que venimos postergando.

      Gracias tambien por el detalle del enlace, ya ví el vídeo, es una historia nostálgica y envuelta en hilos rojos, basada en el poder del amor. Muy linda la creatividad y el mensaje.

      Que sigas bien amigo. !A cuidarse!.

      Borrar
  3. Si algún momento es el idóneo para adentrarnos en nuestro interior y reflexionar, para conectar con nuestro yo auténtico, ese momento es sin duda ahora que por la situación de confinamiento a la que nos vemos abocados por causa del virus. Ahora no podemos hacer uso del tiempo como excusa para estar por nosotros mismos ya que disponemos de todo el tiempo del mundo. Tienes mucha razón, Harolina, al adentrarnos podemos descubrir cosas que ignorábamos sobre nosotros mismo, nuestra fuerza, voluntad, valentía para hacer frente al hecho por ejemplo del aislamiento. Particularmente lo estoy pasando sola ya que vivo sola y esa soledad la he llevado bastante mal en situación normal, ahora me doy cuenta cada día más de que realmente todo lo que necesito está conmigo, está en mí y eso me hace sentir que no estoy sola, sino en la mejor de las compañías, me voy adentrando cada vez un poco más en el ser que hay en mí y voy conociendo más sobre mis capacidades así como viendo los defectos y aceptarlos como parte de lo que soy. De las malas experiencias siempre hay un aprendizaje y cuando esto acabe me llevaré una gran lección aprendida.
    En cuanto al relato, me ha encantado, es una gran reflexión de vida en la que todo es importante y los cambios son transformadores a pesar de echar de menos los comienzos o las personas que han formado parte de nuestra vida y han ido quedando atrás por diferentes motivos. Cuestan pero merece la pena ver el resultado final.
    Las imágenes son preciosas y muy acertadas, como de costumbre.
    Te dejo un abrazo inmenso que acaricie el bello Ser que te habita y un cargamento repleto de besos desde todos los puntos de mi universo. Cuídate mucho querida Harolina.

    ResponderBorrar
  4. Marina que belleza de comentario has plasmado, y además compartes parte tan tuya aquí, dándonos ese aliciente para seguir adelante y avanzando en nuestro autodescubrimiento y aceptación.

    Gracias por las palabras y retroalimentación del relato, me alegra que te gustara y las imágenes.

    Otro abrazo fuerte y sentido que te acompañe en estos días tan fuera de nuestra comprensión habitual. Cuidate mucho amiga hermosa.

    ResponderBorrar
  5. Me ha gustado mucho la metáfora utilizada en el relato, me gusta la manera en que lo acabas no me asusto, doy vueltas y vueltas...no morirán, solo se van a transformar. Esa idea de que no acaba, se transforma. Recuerdo que me explicaron una anécdota de dos albañiles, les preguntaron qué hacian, uno dijo que una pared, el segundo una escuela. Me parece importante enfocarse de esta manera, al menos se está mucho más satisfecho y feliz.
    Un abrazo y cuídate

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Conxita muchas gracias por pasarte y por este comentario que dejas, con esa interesante anécdota. No es lo que vemos y hacemos, si no más bien el cómo lo interpretamos y entendemos.

      Gracias y a cuidarnos todos.

      Borrar
  6. Veo claro que podemos aprender de la Madre Tierra, ella a pesar de todo sigue en pie de guerra fluyendo como vida que es. Es lo que debemos aprender el ser humano, que al igual que ella, contamos con los recursos necesarios para conquistar cualquier obstáculo. Ahora tenemos la oportunidad de demostrarlo, en lugar de quejas, miremos que recursos nos habitan para disfrutar de la hermosura que somos y tenemos.

    **
    Un relato estilo prosa, Harolina, según te leía pensé en el ego, en su voz arrolladora filtrándose en la mente y haciéndonos engordar con esas pesadas cargas, sin embargo, una vez descubierto, adviene otra voz más dulce y serena, la mente se va aquietando y se comienza a escuchar la verdad. La transformación de la vida en sí misma.

    Qué bonitas y tiernas imágenes escogiste, amiga. Al final, nos quedamos puesto el mejor y más selecto traje. El puro, el original. Hermosa inspiración, sobre todo, buscar en nuestro interior ese traje de novia y salir airosos más ligeros que una pluma.

    Un bello conjunto nos regalas, con connotaciones divinas.
    Cuídate, querida, te dejo un gran abrazo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Querida amiga, ante todo !feliz cumpleaños! acabo de dejarte un correo.

      Lo segundo agradecerte este comentario tan apropiado y elocuente. Le has impreso ese sello personal que nos hace ver más allá, desde una introspección imparcial hacia lo más externo y mundano que poseemos, ese ego tan pesado si se deja engordar mas de lo imperioso, y que si no se deja engordar se vuelve ligero y llevadero.

      Gracias amiga por las palabras, si le ves connotaciones divinas, seguro que son las que te acompañan querida.

      Tu también *cuidate mucho y pásalo bien hoy*

      Borrar
  7. ¡Hola, Harolina! Bueno, leyendo tu precioso relato me vino a la cabeza el mito de las tres parcas hilanderas. Y es que los hilos son una metáfora estupenda de la vida, o más en concreto, la vida humana. En tu relato ese carretel que somos cada uno de nosotros se ve enrollado y desenrollado por esos hilos que son esas circunstancias externas que a veces nos ahogan y en otras nos liberan.
    Nunca debemos perder la perspectiva de lo que somos y de lo que circunstancialmente pasamos. En física cuántica, los andamios de nuestra realidad, existe un fenómeno el llamado principio de incertidumbre de Heisenberg. Según el mismo, es el observador quien determina la realidad de la partícula subatómica. Solo cuando la medimos podemos concretar su existencia, hasta ese momento los ladrillos de la realidad son un océano de posibilidades. Y es que la realidad no es algo fijo e inmutable, es nuestra mirada la que la conforma. Debemos aprender a mirar de dentro a fuera y no de fuera a dentro. Un fuerte abrazo!!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. !Hola David!

      Gracias por sacar a relucir ese mito, y sí que los hilos han dado y siguen dando para muchas historias más, y en el caso de mi relato, los carreteles (nosotros) se prestan de maravilla para hilar y deshilar sucesos y acontecimientos que poco a poco van conformando el traje de la vida.

      El principio de incertidumbre de Heisenberg, ha dado pie a muchas teorías físicas y filosóficas, y diría que la frase atribiuda a Jiddu Krishnamurti "No vemos las cosas como son, sino como somos" va de la mano de este principio, pues alteramos la realidad con solo verla, imprimiéndole nuestro sello personal e impidiendo establecer una verdad o realidad única.hay tantas realidades como seres humanos habemos y cada segundo nacen muchos y mueren otros tantos, imposible estimar un número exacto de ellas.
      Mirar de dentro hacia fuera resolvería en parte la ecuación de la realidad.

      Gracias por tu enriquecedor comentario y tu interesante visita David.

      Seguimos cuidándonos,te dejo otro abrazo.

      Borrar
  8. Hola, querida Harolina, ¡ya de vuelta en tu casa! :)

    Me ha gustado mucho la reflexión con la que comienzas este post, y ha sido sobre todo porque la encuentro novedosa. Estos días leemos en muchas partes cómo hacer para pasar el rato, para estar entretenidos, para no aburrirnos con mil y una actividades. En ningún lado, excepto aquí, leí que debemos parar y volvernos hacia el interior. Yo creo que todo puede ser beneficioso según el momento y la persona, pero es cierto que muchas veces nos quejamos de falta de tiempo para hacer meditación... ¡pues se acabaron las excusas, ahora lo tenemos! :))

    Respecto al relato, qué precioso. Es bonito pensar que a lo largo de nuestra vida, o incluso de nuestras vidas, todo lo que hacemos y que consideramos como pérdida, tal vez solo es transformación. Así pues haríamos bien en enfocarnos para que esas transformaciones, como en el caso del hilo, fueran constructivas, cumplieran objetivos positivos y enriquecedores.

    Una publicación muy completa, amiga. Me llevo mucho material para reflexionar en las muchas noches en que el sueño me esquiva. ¡Muchas gracias!

    Un fuerte abrazo en la distancia :)

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Querida Julia, mucho tiempo sin tener tus interesantes comentarios aquí, bienvenida a tu casa.

      Me alegra, además de tu presencia, tu observación sobre el hecho de que mayormente en este encierro nos instan a seguir manteniéndonos muy ocupados, como si los seres humanos no disfrutaramos el no hacer nada y tuvieramos miedo a encontrarnos solos con nosotros mismos, de hecho muchos le temen a eso, al que no le agrade la persona que en realidad son.

      Gracias también por apreciar el relato y extraerle esa conclusión exhortándonos a mejorar los resultados de nuestro hacer.

      Aunque me alegra que tengas tema de reflexión aquí, lamento que el insomnio siga fastidiando tus horas de sueño, pero viéndolo del lado positivo, muchas buenas creaciones surgieron en las horas de insomnio.

      !Muchas gracias a ti querida! Por pasarte, leer y dejar huellas tan hermosas.

      Sigue cuidándote y que se mantengan a salvo los tuyos. Otro abrazo para ti.

      Borrar
  9. Creo que si somos capaces de encontrar un objetivo, el sufrimiento no solo podrá tolerarse, sino que se convertirá en todo un reto...
    Cuídate!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias Norte, pienso lo mismo, objetivos los hay, como dices el tema es encontrarlos, y así manejarnos mejor, viéndolo como una buena oportunidad de cambios necesarios y casi inevitables o impostergables.

      El momento se presta para hacerlo yá, aquí y ahora, en adelante será por un resultado favorablemente mejor.

      !Cuidate mucho tu támbíen viajero!

      Borrar

VALORAMOS Y AGRADECEMOS TUS HUELLAS.