Por más que quisiéramos hacer desaparecer las normas de exigencias de esta sociedad mundial, resultaría agotadoramente insoportable lograrlo, ya que su base principal, y en la que siempre se sostiene, es invisible, intocable e indestructible.
Por si no lo han entendido, hablo del tiempo, ese implacable tirano, gobernante de nuestros días y noches, de nuestras etapas de vida (crecimiento y envejecimiento), incluso en nuestras horas de sueño suele marcar el compás, interrumpiendo el espacio onírico sin ningún tipo de consideración. Y por si fuera poco, toma el control hasta de nuestra muerte.
Pues bien, en esta ocasión El Tintero de Oro ha convocado a escribir un microrrelato de no más de 250 palabras, tomando como eje central el tiempo.
Tentada por el tema, aquí les dejo un micro, espero les agrade.
Misión imposible 250 palabras.
Nunca acepté con agrado el mote de olvidadizo que desde niño me asignaron. Tenía seis años cuando mis tres hermanos empezaron a llamarme así, decían que era porque todo se me hacía más lento que a los demás y siempre estaba retrasado en los deberes. Mis padres solían decir que no me preocupara, que conmigo el tiempo era más escurridizo de lo normal.
Como no entendía nada de eso siempre me despreocupaba. Ajustarme a las exigencias nunca fue un propósito en mí, prefería tomarme las cosas con calma y llevar mi propio ritmo de vida, sin importarme el tiempo.
Esto hizo que me pusieran otro mote en mi adolescencia, el lento. Para un chico que empieza a experimentar sus albores amorosos, este mote no ayudaba mucho, las chicas se reían de mí...
A mis veinte años me llamaban el sin tiempo, tenía una pequeña colección de todos los relojes que me habían regalado como insinuación de mi despiste y lentitud, pero yo seguía viviendo a mi ritmo. Eso sí, sufrí varios desplantes amorosos, porque cuando por fin me decidía a cortejarlas, después de mucho ensayar, ya iban de novia con otro.
Me propuse acelerarme más, para no seguir perdiendo en el amor. Luego de un mes llevando una velocidad que no podía aguantar, colapsé. Desistí y retomé mi velocidad natural.
Aunque conservo todos los relojes aún, el tiempo sigue sin importarme mucho, controlarlo es misión imposible, mi mote definitivo. Y voy de novio, de todas y de ninguna, pero feliz...
Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.
Hola, Idalia.
ResponderBorrarLa vida exige demasiado, la sociedad y su corre, corre, por lo que si algo debemos tener presente es que, en nuestra vida, la privada, los tiempos nos corresponden a nosotros, si esa persona no era para uno, pues no lo era, ya llegará o no. Pero la aceptación hacía uno mismo es el primer paso. Así que tu protagonista ya hizo bien a su ritmo y a vivir.
Un beso.
Hola, Irene, gracias por venir y dejar tus huellas en favor del micro, asi deberia de ser, vivir cada cual a su ritmo para evitar sofocones y amarguras.
BorrarUn beso y mi cariño.
La sociedad tiende a apartar y en cierto modo maltratar a aquellos que se desvian de ciertos patrones considerados como "normales". Al "lento" sin embargo le hubiera podido ir bien con las mujeres en algunas situaciones. La cuestion era encontrar a la persona complementaria.
ResponderBorrarJose, muchas gracias por el comentario. Las normas de la sociedad siempre han sido motivo de etiquetas y juicios condenatorios, y lamentablemente la mayoría se presta a ese juego burlón. Buen punto a favor del lento el que señalas, ja, ja. Grata semana.
BorrarHola, Harolina. Pues me encanta este personaje capaz al final de mantener su propio ritmo y no dejarse contagiar por el de los demás. Muy buen micro.
ResponderBorrarHola, Marta, a mi tambien me encanta el personaje, al menos es auténtico y coherente, como debe de ser. La clave es conocerse a sí mismo y actuar en consecuencia, así nos acercamos a la felicidad.
BorrarGracias por tu impresión de micro. Un abrazo.
Buena filosofía la de tu personaje al encarar la vida sabiendo de sus carencias, pero también de sus virtudes. El tiempo es indomable y como dice la canción "reloj, no marques las horas porque voy a enloquecer" je, je. La realidad es que desde el momento en que nacemos comienza una cuenta atrás inexorable que el hombre aún no ha sabido dominar. Y justo en debate sobre el tiempo nace la paciencia como la mayor virtud que pueda tener un ser humano.
ResponderBorrarFelicidades por tu contribución al reto tintero.
Un gran abrazo, Idalia.
Ay, Miguel, me encanta esa canción que señalas. Si pudiéramos detener el tiempo a nuestro antojo sería genial, ja, ja.
BorrarPienso que si no usaramos el tiempo como referente y a nadie se le dijera que tiene tal cual edad, o que para todo hay un límite horario y la vida es corta etc., quizás viviríamos más y mejor. La mente es la que gobierna y convierte al tiempo en verdugo imparable y persecutor.
Si no pensáramos en función del tiempo, quién sabe qué tipo de vida mas placentera tendríamos, sin tanta agonía y libres...
Te hare una anécdota muy cercana, dos personas estaban encargadas del montaje de un evento en un área bastante grande, tenían tres semanas para todo el montaje, dividieron el área de trabajo por la mitad, una de ellas se presionaba mucho para no quedar mal y la otra lo tomaba con calma, sin presión, a pesar de los reclamos del otro seguía a su ritmo, pues ambos terminaron en el tiempo estipulado y el que lo cogió con calma no quedó tan exhausto como el otro.
Moraleja: somos nosotros los que nos montamos en el carro del tiempo y nos volvemos adictos a él.
La actitud de vida lo es todo. Y la paciencia, como señalas, que es el arte de manejarnos con calma, de apaciguar los impetus, es primordial.
Gracias Miguel, te dejo un cálido abrazo caribeño.
Así es Harolina, cada época quiere marcar su ritmo y si no puedes lograrlo, tendrás que soportar algunos motes como mínimo. De niña, mis compañeras de juego me llamaban "colita de perro" porque siempre llegaba última. Un abrazo
ResponderBorrarJuana, gracias por venir a dejar tus huellas y agregar esta anécdota de vida.
BorrarCreo que la mayoría ha pasado por eso de asignarle motes por la razón que fuere. Mi madre solía decirme que conmigo se podía mandar a buscar la muerte, ya sabes que significa que era lenta, ja, ja. Un abrazo.
Lo mejor es pasar lo más desapercibido posible. No ser el más rápido, ni tampoco el más lento
ResponderBorrarGracias Noelia por la visita y las huellas, en eso estoy de acuerdo contigo, quizás porque ha sido mi bandera la mayor parte de mi vida el pasar desapercibida, lo malo es que aunque no me lo propusiera, llegaba a sobresalir por alguna razón, al menos era por bien, no por mal, ja, ja.
Borrar¡Hola, Idalia! Ay, el tiempo. Me encantó cómo has mostrado esa confrontación entre el tiempo objetivo y el subjetivo. El primero es inexorable, el segundo depende de cada persona y momento. En el caso de tu protagonista el conflicto se muestra en que su tiempo de pensamiento y emoción es más largo que el requerido para el flirteo amoroso. El problema es que si actuamos más rápido de lo que somos nos volvemos ansiosos y precipitados, con lo que el resultado puede ser todavía peor.
ResponderBorrarLo mejor, aceptar cómo somos, así al menos ganamos tranquilidad y, quién sabe, si por ahí encontramos una media naranja con la misma "lentitud", como se dice en España siempre hay un roto para un descosido. Un abrazo!!!
¡Hola, David! Interesantisimo tu comentario sobre esas dos formas de tiempo. Precisamente le contaba a Miguel una anécdota que deja ver bien claro eso.
BorrarY qué buen señalamiento haces después, el no ser coherentes con lo que somos nos vuelve ansiosos y hasta nerviosos, lo cual podría terminar en un desequilibrio emocional y mental.
No conocía la frase del roto y el descosido, ja, ja. Muchas gracias David y un fuerte abrazo.
jaja Me ha gustado mucho tu historia. Yo soy despitada por naturaleza desde siempre, pero al contrario que el protagonista de tu preciosa historia, soy muy acelerada y nerviosa, bueeeno, lo era más que lo soy porque he aprendido a pararme, aunque mis despistes siguen tal cual.. Me da envidia la gente que es capaz de vivir al márgen de tiempo, de hecho creo que me gusta tanto al blogosfera, justo por eso, aquí no existe el tiempo y esa sensación es deliciosa.. Tenemos que tomar aire para poder disfrutar de los instantes irrepetibles que se nos van sin a penas daros cuenta, enfocar en corto para apreciar lo que ocurre a nuestro al rededor, porque ahí, justo ahí, está la esencia de la vida misma. Un abrazo fuerte y buen finde HAROLINA!
ResponderBorrarMaria, muchas gracias por volver a visitar el blog. Es extraño que se conjuguen el ser despistada y a la vez acelerada y nerviosa, creo que probablemente más que despiste es desinterés, pues a lo que nos interesa, nos gusta o atrae, les ponemos atención y lo tenemos al pendiente. Esa forma de actuar la veo muy coherente con lo que somos y sentimos en realidad. Ahora, qué bueno que has bajado la velocidad, porque el nerviosismo no es nada sano.
BorrarPor otro lado, una de las cosas que más ayudan a vivir al margen del tiempo es no montarte presión por nada ni por nadie, sentirse dueño y seguro de sí es una de las mejores formas de lograrlo, porque no temes a nada ni nadie y el miedo ni te controla ni te posee, te sientes libre y eso te da libertad para evadir el tiempo. Hay que vivir sin agonizar tanto, lo hicimos tranquilamente
en el vientre de la madre, pero después empezaron a adiestrarnos y marcarnos el compás del tiempo y todo se descontroló.
Gracias Maria por la gentil visita y el interesante comentario-
Un abrazo y gratos días.
Hola Harolina me parece genial que el protagonista se tomara su tiempo y no el de nadie más. Muy bien escrito. Un abrazo.
ResponderBorrarAinhoa, muchas gracias por venir y dejar tu impresión y calificación del micro. Otro abrazo.
BorrarLas etiquetas son peligrosas y encasillan. Nada mejor que ser una mismo y ya. Saludos!
ResponderBorrarlady_p
Muchas gracias Lady por las huellas, y si, hay que ser uno mismo y soltar cualquier etiqueta. Un abrazo.
BorrarA su bola, me ha gustado mucho. Enhorabuena.
ResponderBorrarGracias Guille, me alegra que te gustara. Feliz semana.
BorrarEl tiempo va muy acelerado. Sobrellevarlo y ser uno mismo es la mejor opción. Un placer leerte. Abrazos
ResponderBorrarAsí es Nuria, esa es la clave para vivir mejor y más sanos. Gracias por las huellas. Un abrazo.
BorrarUn muy buen aporte al reto de El Tintero. Cada persona tiene su ritmo, querer ir al ritmo de los otros no es bueno, tu relato lo ilustra perfecto. Me gustó. Enhorabuena.
ResponderBorrarMuchas gracias Ana Piera, por venir y plasmar tus huellas resumiendo a la perfección el micro, me alegra que te gustara, un abrazo.
BorrarSin duda, el control del tiempo no es el fuerte del protagonista! Aunque bien mirado, quien lo controla? No es él quien nos controla a nosotros? Un abrazote!
ResponderBorrarMarifelita, muchas gracias por la visita y por dejar tu impresión del micro. Otro abrazo.
BorrarPrueba y error. intento cambiar, pero supo rectificar a tiempo. ¿ ves? Para eso llego en el momento justo.
ResponderBorrarTendrá que esperar a que llegue su media naranja, que parece que viene más despacio que él, aun. Es cuestión de tiempo.
El que espera, desespera. Pero, y si no desespera, ¿ quién hay más feliz que él?.
Abrazooo
Gabiliante, que genial lo expresas, y hasta de manera jocosa, muchas gracias por venir y por las huellas. El que vive acorde con su naturaleza sin duda es feliz. Otro abrazo.
BorrarDicen que las prisas solo son buenas para los ladrones y los malos toreros.
ResponderBorrarUn abrazo, I. Harolina.
Hola, Chema, muy gracioso y realista tu comentario. Gracias por pasar y dejar tus huellas. Un abrazo.
ResponderBorrarHola Idalia. Buen relato! Gracias misión imposible
ResponderBorrarHola, Santiago, bienvenido al blog y gracias por venir y dejar huellas.
BorrarHola Harolina. Quizás no todos tengamos la misma percepción del paso del tiempo, al fin y al cabo son nuestros sentidos los que se adaptan a las exigencias del entorno físico en el que estamos. En el caso del protagonista esto es quizás más exagerado, pero apuesto a que disfruta más de las pequeñas cosas que necesitan tiempo para saborearlas. Un abrazo.
ResponderBorrarHola, Jorge, así es, todo es relativo y el tiempo también lo es, al menos el tiempo de cada cual.
BorrarEl tiempo global es establecido dependiendo del lugar en que vivamos en el globo terráqueo. Aunque en todas partes el dia consta de 24 horas, es muy cierto que a cada uno le rinde y lo siente pasar de manera diferente.
Gracias por venir y dejar huellas. Otro abrazo.
Magnífico relato, querida Harolina, nos pones frente a un personaje que desde niño ya se marcó su ritmo, como si hubiera nacido ya lento, ja,ja, pero pese a todos los motes y tal vez desilusión por no agradar, él siguió firme en su propósito; es difícil un cambio cuando no está dentro de nuestras posibilidades, deseos, espectativas o personalidad. Los relojes no le dicen nada, pues solo marcan unas horas que no puede cumplir ni quiere ni sabe. Intentar agradar creo está en nuestros genes, pero valiente es, quien sigue su camino a pesar de los "peros", en este caso, también el no encontrar novia a tiempo y desilusionarse, pero firme, se repone y consigue seguir siendo lo que es, ¡fantástico!
ResponderBorrar"Misión imposible", tiene dos vertientes, la de no conseguir nada, o que a todo llegue a su debido tiempo y triunfe, y el ser feliz con la aceptación es un logro que no toda la gente consigue. Me gustaron los motes, la trama, lo bien desarrollado que está el relato, y todas las reflexiones que contiene en torno al tiempo real y al manejado por los relojes. El final para aplaudir. Gracias amiga, por estas motivadoras y entretenidas letras.
Abrazos y besos :)
P. D. ¡Me encanta el nuevo look del blog! En breve te escribo.
Muchas gracias Mila por tan genial y exhaustivo comentario.
BorrarSi supieras que el protagonista se parece mucho a mi, ja, ja, desde luego para algunas cosas estaba siempre presta a quedar bien, pero para otras (la gran mayoría) nada ni nadie podía marcarme el tiempo, siempre iba a mi ritmo y he cambiado muy poco. Los relojes nunca me gustaron y mira que me han regalado unos cuantos, ja, ja. Le comentaba a Juana que mi madre solía decirme que conmigo se podía mandar a buscar la muerte, ja, ja, sí que era lenta yo, lástima que no la mandó a buscar conmigo y partió tan temprano.
Buscando imágenes de relojes al terminar el micro, apareció esta de Tom Cruise que dicen los colecciona (está algo viejito el buenmozo galán), y como es el actor de la película misión imposible, pues le cayó como anillo al dedo la foto. Y es posible que el final también le vaya igual. Ya que todas quisieran ser su novia, es el novio de todas, pero de ninguna, ja, ja.
Me divertí escribiéndolo y al encontrar la imagen me gustaron las coincidencias que te menciono.
Un fuerte abrazo querida Mila.
P.D. Gracias y tómate el tiempo que quieras, recuerda lo libres que somos en ese aspecto, te quiero mucho amiga. Besos.
Me ha gustado mucho tu personaje. Acabé con una sonrisa en los labios... El hombre acepta su naturaleza, es un ejemplo de integridad y de valentía romper con las espectativas ajenas y seguir el propio camino. Sí señor. ¡Muy bueno y simpático!
ResponderBorrarUn abrazo grande :)
Maite, muchas gracias por venir y por el puntual comentario, me gustó. Otro abrazo para ti.
BorrarMe gusta mucho tu relato, está muy bueno que una persona pueda vivir a su ritmo, seguir sus tiempos y no los de los demás, sin dudas ya encontrará a esa persona que viva a su ritmo, justamente es cuestión de tiempo.
ResponderBorrarSaludos.
PATRICIA F.
Muchas gracias Patricia, por la visita y las huellas que dejas, me alegra que te gustara, la vid hay que dosificarla porque se pierden las mejores emociones con las prisas. Un abrazo.
BorrarEl tiempo me agota... el tiempo me roba vida, el tiempo es una ilusión. Pare el reloj y me siento tan extraño cuando el segundero no avanza, pero, creo que logre ser feliz, agotado el tiempo, alargada la vida. Tendrá algo que ver??????
ResponderBorrarHola, Rodrigo, bienvenido al blog.
BorrarCreo que el tiempo no le hace nada a nadie, solo lo envejece, todo lo demás nos lo hacemos nosotros mismos por vivir bajo su sombra. Un reloj no es nada y el tiempo no es nadie frente a una vida sabia y dueña de sí.
Gracias por venir y dejar huellas.
¿Cuál es el tiempo más importante, el que más necesitamos, deseamos, quisieramos detener o hacer interminable? El que disfrutamos cuando somos felices. Y ese tiempo hay que beberlo en sorbos pequeños, a un ritmo pausado para degustarlo a placer.
ResponderBorrarMi abrazo, Harolina.
Hola, Francisco. Gracias por la visita y las huellas.
BorrarEl tiempo más importante sin dudas es el presente, pase lo que pase en ese ahora, y si estamos felices lo degustamos mejor y más despacio.
Rememorar un pasado feliz es casi volverlo a vivir. El futuro es una ilusión, no existe ni existirá nunca, así que el presente es lo único palpable.
Cada uno tiene su ritmo y hay que respetarlo, a menos que afecte a la vida de los que le rodean. Intentar acelerar el ritmo de vida puede resultar arriesgado y contraproducente. Que cada uno viva la vida a su manera. El tiempo pasará de todos modos, hagamos lo que hagamos y no debemos dejarnos infuir por la opinión ajena.
ResponderBorrarUn abrazo.
Hola, Josep, muchas gracias por venir y dejar tu impresión del micro y por la retroalimentación que dejas. Otro abrazo..
BorrarMe gusta este personaje, que acepta vivir a su propio ritmo, sobre todo en una sociedad tan acelerada como la que tenemos. Seguro que al final encuentra a alguien que mida el tiempo como él. Estupendo relato, Harolina. Un abrazo.
ResponderBorrarLola, muchas gracias por venir y por plasmar tu impresión del micro.
BorrarOtro abrazo.
Tu personaje me gusta por como lleva su tiempo a su ritmo sin importarle los que opinen los demás .
ResponderBorrarSe ve feliz a su ritmo sin prisas .
Me ha gustado mucho .
Un abrazo Harolina
Puri
Puri, muchas gracias por pasarte y dejar tu impresión del micro.
BorrarA mi tambien me gusta el personaje, se parece un poco a mí pero quisiera parecérmele más aún...
Y sí, Tom Cruise se ve bastante feliz... Me alegra que te gustara el micro.
Un abrazo.
Hola, ,Haroliana. Tienes razón, vivimos en una sociedad donde el tiempo es escaso pues tenemos que gastarlo sin demora en cualquier otra cosa. ¿Dónde quedó esa meditación, ese pasar la vida por pasar, esas nubes que cogían formas? Ahora no hay tiempo para eso, siempre hay algo que hacer, ver, pregonar. Con lo que me gusta a mí pensar en nada, jaja. Pensemos en nada, que eso siempre viene bien.
ResponderBorrarUn abrazo!
Hola, Pepe, perdón por la tardanza, he estado fuera de combate unos largos días.
BorrarGracias por venir y por las huellas que como esas nubes que mencionas son muy gratas a la vista. Debo ser un bicho bien raro porque aun me complazco en ver el cielo y deleitarme con todos esos dibujos que nos regalan sus nubes gracias a la imaginación y al relacionarlas con algo conocido.
Bueno debo admitir que tengo un gran parecido con el protagonista en eso de que el tiempo no me lleva a su ritmo, ja, ja.
Un placer tu visita, iré a leer tu relato. Un abrazo.
Harilina, el tiempo es pasar la vida y sin darnos cuenta vamos demasiado rápido hoy nace un hijo y sin darnos cuenta crecen y se hacen mayores y el tiempo se vive a la par. Sin darnos cuenta la vida se esfuma. Me ha gustado mucho este personaje de tu micho, esa lantitud que ve pasar la vida, Quizás la disfruta más que los que bamos deprisa. Un abrazo.
ResponderBorrarHola, Mamen, que grato recibir tu comentario y saber que has participado también. Y tal como lo dices, todo se esfuma deprisa, lo mejor es tomarnos nuestro propio tiempo para un mejor disfrute de los días y sus avatares, a mi se me antoja así, y desde luego se aprecia mucho más el sabor de la vida.
BorrarUn abrazo. Iré a leerte.