viernes, 19 de febrero de 2021

El enfado

Amables lectores quiero empezar esta reflexión con la siguiente frase de Aristóteles, dice así:

“Cualquiera puede enfadarse; eso es fácil. Pero, enfadarse con la persona precisa, en la medida justa, en el momento oportuno, por un motivo seguro y de manera acertada, no es fácil”.

A partir de esta verdad, y pensando en ella cada vez que creamos tener razones para el enfado, reflexionar nos ayudará a no dejarnos controlar por la situación o provocación, y nos dará tiempo para apaciguar nuestra reacción, y actuar con calma.


El enfado es una emoción de sacudida momentánea, su peligro radica en lo que nos lleve a hacer o decir en ese momento; pero puede ser aun mas peligroso, no hacer o decir nada para palear ese malestar, esa sensación de incomodidad que produce la sacudida, porque esa emoción, ese enfado que se queda adentro, sin exteriorizar, va en aumento, y puede dar origen a:









El enojo, malestar interno difícil de disimular.








La rabia, emoción que nos ciega la razón.












Al resentimiento, y al rencor, emociones negativas que se van alimentando día a día.


Estas emociones mal manejadas o reprimidas, están a un paso del odio, y este, es un sentimiento que envenena el alma.

Hay personas que tienen a flor de piel el oficio de provocadores, y hay quienes tienen aun mas a flor de piel, la sensibilidad ante estas personas, son muy vulnerables a la provocación. Pero existe algo que nos hace mantenernos en control, se llama ecuanimidad, un vocablo definido como: “Cualidad de la persona equilibrada y constante de ánimo”, una definición que dice mas de lo que parece.

Podemos enfadarnos, eso esta bien, pero no actuemos por resorte bajo el influjo del enfado, pensemos en esta frase de Aristóteles antes de actuar, y aunque hayamos acertado en todos sus puntos, aun así, es casi seguro que esa persona no merezca nuestro enfado, pues hay mucho gasto de energía en ello, y la desperdiciaríamos inútilmente. 




Para hacerlo más fácil aun, en lugar de la frase, pensemos en el vocablo ecuanimidad, y actuemos conforme a ella, con serenidad, sin dejar que se desborden nuestras emociones negativas. Creo que la mayoría de las veces lo mejor es dejar a un lado el enfado, como si lo separáramos de nosotros, surge, pero no nos pertenece, como si nos fuera ajeno, y con esto en mente, contar hasta diez, o hasta que sea necesario mientras nos calmamos, así ni nos dañan, ni dañamos a nadie, y no tenemos nada de que arrepentirnos luego por habernos excedido, razón o sin razón, y me parece, que en los excesos, siempre falta la razón. 




Como dicen, con la cabeza caliente, no se piensa bien, lo mejor es enfriarse, en frío se piensa mejor y se actúa con ecuanimidad, ademas, para los provocadores, esa actitud de aparente indiferencia, o de no efervescencia (que es lo que esperan), es mas hiriente que cualquier otra acción que tomemos. Y no lo digo incitando a ser hirientes o vengativos, si no mas bien a ser pacificadores, entes de paz que actúan con serenidad y entendimiento, por sabiduría y no por instinto, que en lugar de hacer de yunque frente al martillo, hacen de arena, les hacen ver lo inútil de su proceder.

Otro punto a reflexionar es el por qué hay cosas que nos enfadan, a veces es entendible fácilmente, pero otras veces no, están sujetas a malos recuerdos o situaciones no trabajadas de nuestra propia personalidad, y el enfado viene a ser un nuevo recordatorio del trabajo interno que aun nos falta por hacer. 
Revisa que cosas te enfadan mas y por que, y como reaccionas ante ellas, son un buen termómetro para mejorar los arranques repentinos y superarlos con creces.

Estas en tu derecho de enfadarte, hazlo, si lo crees prudente y necesario, pero controla tu enfado, no permitas que el te controle a ti.
 
Para terminar, quiero dejarles este glosario de palabras, son las que marqué en negritas, reflexionen en ellas, busquen su significado en su interior, identifíquense con ellas y visualicen las acciones que les generan y las cargas emocionales que hay en cada una de ellas.

Enfado / provocación / apaciguar / reacción / calma / emoción / sacudida / peligroso / incomodidad / enojo / rabia / resentimiento / rencor / odio / vulnerables / sensibilidad / control / ecuanimidad / equilibrada / serenidad / dejar a un lado / dañan / arrepentirnos / razón / excesos / actitud / indiferencia / efervescencia / hiriente / incitando / vengativos  / pacificadores / entendimiento / sabiduría / inútil.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe: 
https://www.elcaribe.com.do/opiniones/correo-de-los-lectores/el-enfado/

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

14 comentarios:

  1. ¡Hola, Harolina! Hay un dicho que dice: Dos no se pelean si uno no quiere. Lo tengo muy destacado en mi manual de instrucciones. Leyéndote he intentado recordar la última vez que me enfadé por algo, y la verdad es que ni me acuerdo, al menos en la vida que me afecta. Me enojan muchas cosas que veo en los informativos, pero eso es algo que no hace mella. Quizá sea la frustración, una emoción que me resulte más cercana y que quizá sea un enfado con uno mismo por no ser capaz de algo o por equivocarme, y es que en realidad siempre suelo cuestionar mi papel en cualquier circunstancia que devenga adversa antes que enfadarme por la actuación de otra persona.
    Desde luego, el contar hasta diez o esperar al día siguiente es la mejor opción para evitar que el enfado haga el problema mucho más grave. Total, pasado un tiempo poca gente recuerda ni el enfado ni el "grave" hecho que lo provocó. Un fuerte abrazo!!

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    1. !Hola David!

      Excelente frase para enmarcar, la conocía como "Se necesitan dos para pelear", aunque de hecho hay personas que tienen tantas ganas de hacerlo que se pelean hasta solas, ja, ja.

      Me pasa como a ti, me enojan mas las cosas ajenas a mi directamente, que las de mi circulo cerrado de amigos y familia, y si lo hago se me pasa seguido, y hablo de cambios de estado de animo mas que de enojo. La verdad es que siempre he tenido mucho autocontrol y a veces me he cuestionado si no me haría bien enojarme y gritar fuerte..., pero no me veo en esas, ja, ja. Quizás es por eso que tu dices, porque se que no debo enfadarme por lo que otro haga o diga, ya que no depende de mi, ahora bien a veces hay situaciones que te hacen perder esa aparente clama y te obligan a fruncir el ceño.

      Y lo mejor sin dudas es mantenerse en frío, ya sea contando o respirando fuerte hasta nivelar la marea. Y en estos casos, tener mala memoria es lo mejor.

      Gracias David por tu grata presencia y tu comentario, que siempre suma.

      Pasa bien el fin de semana, recibe otro fuerte abrazo.

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  2. ¡Hola, Idalia!

    Me ha encantado esta entrada porque es algo sobre lo que no se suele hablar. El caso es que dándole una vuelta al asunto creo que sí el enfado existe alguna función cerebral debe de cumplir. Lo más lógico es que sea una forma de expresión de la frustración pero como muy bien dices tenemos que tener la cabeza muy fría para medir nuestras palabras en un momento así. En lo personal voy evolucionando y siendo consciente de que me enfado algunas veces, creo que soy muy poco rencoroso porque luego no me acuerdo de porqué me enfadé jajaja.
    Me encantó el listado de palabras que pusiste al final y qué bien pueden servir para hacernos pensar en cómo gestionar las emociones. Y aunque el humano por lo general es un mal gestor de esas emociones, no debemos descansar hasta que sepamos hacer un correcto manejo de ellas.

    Un fuerte abrazo querida y feliz fin de semana.

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    1. !Hola Miguel!

      Me alegra que te encantara la entrada. Y mas que todo me alegra saber que te enfadas poco y pronto olvidas el asunto, es lo mas sano, por eso digo que el enfado es momentáneo. Y si, como emoción alguna función cerebral debe tener, lo importante es saber gestionarla sin daños colaterales.

      Gracias por resaltar el listado de palabras, ni se porque se me ocurrió, es como todo, te susurran cosas y las haces, pero si que es una forma de hacernos reflexionar mas a profundidad lo que sentimos y el como manejamos eso que sentimos.

      Que tengas un buen fin de semana, también te dejo un fuerte abrazo.

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  3. ¿Sabes cuál creo que es uno de los problemas más comunes que yo encuentro con relación al tema que nos planteas hoy?,... la crispación, ese estado continuo de crispación que vivimos. Y no solo desde que vivimos confinados por la pandemia,... desde mi punto de vista ese estado convulsiona a la sociedad de tal forma que nos limita hasta en el desarrollo personal.
    Me gusta la reflexión que propones para esta entrada para conocer lo que es esa chispazo e intentar acomodarlo en una reacción más amable.
    Feliz domingo Idalia!

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    1. Cuanta razón lleva Norte, pues vivimos como bien dice en ese estado de crispación, tan tensos que si nos pinchan no botamos sangre (como dicen por aquí,) constantemente a la defensiva, anticipándose a la explosión...

      Toño, un buen punto el que Norte añade, porque la crispación esta latente antes de que se presente el "aparente" motivo por el que nos enojamos.

      Gracias Toño por tu tiempo y grata presencia, que sigas pasando bien la semana.

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  4. Hola!

    Lo de contar hasta diez para controlar la emoción del enfado y no dejarnos llevar por la rabia es lo ideal, para actuar desde el equilibrio y la serenidad.

    Muy cierto que a veces el enfado no va en concordancia con la magnitud de los hechos, sino a heridas no curadas o sanadas.

    Me ha encantado tu blog. Felicidades!
    Un abrazo gigante!

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    1. Yolanda bienvenida al blog.

      Gracias por pasar, leer y dejar huellas. me alegra que te haya encantado el blog. Vi que también tienes un interesante blog, éxitos para ti y tu vida.

      Expreso mi admiración a tu maravilloso Ser interior.

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  5. Hola, Harolina.
    Tengo una entrada de reflexión pendiente de colgar desde hace una semana, y la verdad, no termino de atreverme a colgarla, trata en parte sobre el enfado, las formas que se han derivado de la situación actual, y me doy cuenta que la tuya, aun tratando sobre estas emociones tan negativas abren una puerta al entendimiento sano de ellas, y si antes era necesario, ahora desde luego lo es mucho más. No soy de enfadarme, no tengo carácter para la disputa, pero eso no quiere decir que no sienta enojo, animadversión, frustración, y otras emociones dañinas, somos humanos, todos en un grado u otro sentimos de igual forma, luego eso sí, cada cual con su carácter actuará de una forma u otra. Lo importante es que si algo nos daña expresarlo dentro de un buen diálogo para que haya aproximación y entendimiento entre las partes afectadas.
    Genial entrada para pensar, que buena falta nos hace.
    Un beso, y feliz día.

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    1. !Hola Irene!

      Pues anímate a subirla, ya ves que hay muchas cosas por decir y cada cual tiene su toque personal de enfoque, me encantaría leer el tuyo, pues de seguro que abre otras brechas al entendimiento.
      Como bien dices, todos pasamos por momentos donde el equilibrio se altera, pero no pasa nada si sabemos manejarnos desde una perspectiva de orden, respeto y control emocional.

      Gracias por dejar tan claras y certeras huellas. Espero tu entrada querida Irene. Que estés disfrutando de la semana. Besos.

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  6. La verdad es que a mí también me pasa que me suelo enfadar o indignar, mejor dicho con cuestiones ajenas o situaciones que por desgracia ocurren que con las personas de mi entorno, y si alguna vez me enfado la verdad es que no me dura demasiado ese estado. Eso lo he ido aprendiendo con los años, también debo decirlo, porque siempre fui muy impulsiva, así que hoy me quedo más con esa hermosa palabra que nos dejas:ECUNIMIDAD. Y, por supuesto, seguir trabajando para mejorar.
    Coincido plenamente contigo, Harolina, pienso que el enfado o cualquiera de estas emociones llamadas negativas deben ser liberadas y no reprimirlas, la cuestión está en saber cómo gestionarlas `para evitar que puedan derivar en una auténtica enfermedad ya que todo lo que se reprime acaba dañando de alguna manera nuestro organismo y manifestarse incluso en el cuerpo. Un exceso de todo es malo para mantener el equilibrio y el bienestar físico, mental y espiritual.
    Gracias por esta gran reflexión que nos dejas querida, nos hace mucha falta mantener la calma ahora y siempre.
    Te dejo un abrazo con todo mi cariño. Feliz semana querida Harolina.

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    1. Marina, sin dudas los años son la mejor escuela de la vida, se aprende a vivir de manera mas madura y consciente, a ser ecuánimes.

      Gracias querida amiga por dejar puntos de vista tan importantes, lo que no se libera, termina aprisionando y asfixiando sin dudas... Y es sabido que muchas enfermedades se derivan de esos aprisionamientos emocionales.

      Te deseo un feliz resto de la semana y me despido con un fuerte abrazo.

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  7. Es cierto lo que dices, Harolina, que, la mayoría de las veces, lo mejor es dejar a un lado el enfado, como si lo separáramos de nosotros, como si nos fuera ajeno, y con esto en mente, hacer una pausa del tiempo necesario para calmarnos. Lo que pasa es que entramos en un estado de "no reflexión" que nos va dando manija y nos cuesta parar y evaluar lo que estamos sintiendo y por qué. Utilizar la "ecuanimidad", como tú bien dices, es muy importante.
    ¡Me encantó eso de ser "arena" y no "yunque" frente al martillo!
    Un abrazo.

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    1. Marlen, de nuevo muchas gracias por renovar estos comentarios y dejar tu firma tan interesante aquí.
      Tanto la provocación, como el enfado, tienen causas internas de mas peso que la aparente causa de ambas cosas, si molestamos, en el fondo es para disolver un poco nuestra propia molestia, y si nos enojamos con facilidad, es porque llevamos escondida una causa mayor para nuestro aparente enojo.

      Hay personas a las que les hablas con naturalidad y te dicen enojadas, "no me grites así", cuando en realidad no le has gritado, lo que pasa es que llevan ese grito en su interior, porque se han contenido tanto..., por eso es bueno dejar salir moderadamente el enojo, todo es hasta un día, como dicen.

      Lo de ser arena y no yunque, es tan fundamental, ya que el martillo necesita golpear duro, y el yunque le resulta fantástico, pero la arena frustra sus planes por completo, y el martillo se siente blando al golpear y deja de hacerlo, así lo veo.
      Otro abrazo.

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