domingo, 13 de diciembre de 2020

Analicemos nuestro despertar

En esta ocasión quiero ponerlos a pensar un poco en cuál es esa primera sensación al despertarse, o más bien, llevarlos a analizar la forma y actitud en la que generalmente se levantan de la cama. 

Para esto he preparado algunas interrogantes…

¿Cómo es diariamente tu despertar? 
¿Te levantas con entusiasmo, o lo piensas mucho para levantarte? 
¿Lo haces con demora y pocas ganas de pisar el suelo, o te levantas de un tirón al baño, lleno de energía y entusiasmo, o impulsado como un autómata por tus obligaciones?

¿Te tomas un tiempo bajo la ducha para disfrutar el agua y dar gracias?
¿Besas y abrazas a los tuyos antes de salir, o sales todo amargado con el ceño fruncido y pocas ganas de hablar?
¿Eres consciente del regalo que se te ha dado al ver el nuevo día? 
¿Sopesas lo que tienes y valoras ese bienestar?


Son preguntas quizás inapropiadas o necias, pero tal vez sean de las mejores preguntas que nos podemos hacer para evaluar nuestra actitud frente a la vida día a día. Por eso vuelvo a la carga…

Al amanecer vivo

¿Qué esperas del día, y que piensas hacer con esas próximas horas que te regala la vida?
¿Piensas en darte gusto y mimarte, y en cumplir tus responsabilidades con entusiasmo, o en cumplirlas como una obligación, solo por complacer a los demás? 
¿Das gracias por amanecer con vida o lo das por sentado, y a regañadientes te dispones a cumplir tu amarga rutina? 

¿Celebras la vida, o apenas inconscientemente la ves pasar?
¿Qué te empuja a seguir con vida? La ilusión, la pasión y la alegría… 
¿O la certeza de que te debes a los demás y no les puedes fallar? 
¿O solo piensas que no te queda opción? 


Podría formular un montón de preguntas como estas. Queda claro que todos los días no amanecemos con el mismo entusiasmo y el brillo de la alegría en los ojos, hay momentos tristes y decepciones que afectan el ánimo, pero ¿Con que frecuencia suceden esos bajones?

Responder estas interrogantes nos da una buena pista de nuestra relación con la felicidad, y a cuales cosas debemos prestarle atención y cambiar el orden de prioridades, y a cuales debemos darle de baja y deshacernos de ellas.

No hay dos días iguales, por mucho que se parezcan, la rutina diaria tiene un ingrediente diferente, aunque sea el clima o la comida, el perro del vecino que hoy no ladró en la madrugada, o el transporte que pasó unos minutos más tarde…

Has memoria y repasa el día anterior, o presta más atención a los venideros, pues así como el giro constante del planeta nos deja ver cuatro cambios lunares, y la marea cambia constantemente a lo largo del día y la noche, de la misma forma, también cambian las cosas a nuestro alrededor, y con ellas nuestra actitud y estado de ánimo.


Las personas que están impuestas a esperar diariamente el amanecer o el atardecer y contemplarlo, saben que no hay dos iguales, y no solo se debe a los cambios que la rotación y traslación de la Tierra provocan, también influye en esto nuestra condición emocional al verlos, pues no es lo mismo ver la luna llena ensimismado y pleno de pasión, abrazado a nuestra pareja, que verla lleno de tristeza y pesar por estar sin compañía…

Si amanecemos angustiados hay mayores probabilidades de tener un día alborotado, de sentirnos incómodos y presos de angustias. Por esto es primordial que prestemos atención a nuestro sentir al despertar, pues de ello van a depender los resultados del día. 

Si estás enojado o te sientes indispuesto, haz unas cuantas respiraciones conscientes, agradece y maravíllate por amanecer vivo, y espera unos minutos para liberarte y equilibrar tus emociones, relájate y regálate una sonrisa, es preferible esa pequeña demora, que estar a tiempo y ser el ogro del día.


Recordemos el poder de la atracción, y al acostarnos e ir a descansar, dejemos todo lo acontecido a un lado, sintonicemos con un sueño reparador, y visualicemos un despertar radiante, armonizado con las buenas vibraciones de la naturaleza y la vida. 

Si hacemos este ejercicio mental a diario, a lo largo de los días, iremos viendo mejores resultados, y tanto el cuerpo físico, como el emocional se beneficiarán, y nuestros relacionados, lo percibirán y agradecerán.

Lo que tu no empieces, nadie podrá terminarlo por ti. Como se suele decir... 
"Ayúdate, que yo te ayudaré".


P.D. Les dejo una vieja entrada relacionada al temaHay días...


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

12 comentarios:

  1. Querida Harolina, nos dejas una gran tarea para pensar y reflexionar en cuestiones tan importantes sobre nuestro día a día, sobre cómo lo enfocamos al despertar con esa relación de interrogantes tan sabiamente planteadas.
    Para mí cada día en el que amanezco lo considero un regalo y aunque ahora me cuesta más levantarme ( hace frío y se está muy bien en la cama jajaj) lo hago con agradecimiento por ser favorecida con un nuevo regalo de vida. Indiscutiblemente no todos los días nuestro ánimo es el mismo, pero con todo y con eso y al margen de como el día me vaya, sigo agradeciendo haber vivido esa experiencias no tan buenas ya que si las he vivido ha sido precisamente por ese regalo de vida en ese día.
    Sí que es cierto que dependiendo de cómo nos vayamos a la cama, así nos levantaremos, pero en general despertar cada día es una auténtica bendición.
    Gracias por tan hermoso texto, todo un placer siempre aprender contigo.
    Abrazo bien grade y cálido que envuelva tu hermoso Ser querida.

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    1. Marina gracias por dejar tu impresion y tus menesteres tempranos, la idea es despertar bien y armonizarnos cuando no lo estemos, de ello dependera el resto del dia.

      Yo particularmente soy de disfrutar esos minutos en la cama y no levantarme como de resorte, y si puedo prolongar esos mimos y acurrucarme un rato mas, mejor, ja, ja. Nada como estar a gusto, ya sea en la cama o en pie.

      Recibe un fuerte abrazo querida amiga.

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  2. ¡Hola, Idalia!

    Creo que personalmente no tengo un itinerario fijo al despertarme. Unos días me levanto muy, muy marciano ja, ja, ja y con ganas de comerme el mundo, y sin embargo otros días me quedaría debajo de las mantas escondido frente a la dureza de nuestro mundo. Aunque en general prevalecen los días buenos sobre los malos.

    Por eso me quedo con tu mensaje: "Si estás enojado o te sientes indispuesto, haz unas cuantas respiraciones conscientes, agradece y maravíllate por amanecer vivo, y espera unos minutos para liberarte y equilibrar tus emociones, relájate y regálate una sonrisa, es preferible esa pequeña demora, que estar a tiempo y ser el ogro del día".

    Un cariñoso abrazo y gracias por compartir tus reflexiones que son pura vida.

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    1. !Hola Miguel!

      Creo que somos muy parecidos en la forma de activarnos al despertar. Hay dias que no lo pienso y me levanto y ya, pero otros, cuanto me cuesta dejar esas sabanas tan solas, ja, ja, especialmente cuando hace frio, que es muy raro aqui, el calor ayuda a que no demores en pisar el suelo. Pero creo que nuestra alegria o tristeza depende de la motivacion con la que pensemos abrazar el dia.

      Gracias por resaltar el mensaje, va relacionado con la sinceridad hacia nosotros mismos, siempre digo que es preferible negarte a hacer algo o algun favor, que hacerlo a regañadientes y con rabia interior, lo mismo pasa con nuestro despertar, por eso hay tanta gente que va amargada por la vida.

      Te envio un abrazo remolon y algo frio, esta bueno el clima en estos dias.

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  3. Sabes, Harolina, el mejor hábito para mí es cuando al levantarme me sonrío al espejo y le digo algo bonito y cariñoso al reflejo, pero que duda cabe, hay que acostarse sin ningún tipo de enojo y dejando de lado lo acontecido en el día, eso ya lo dices. Sobre las preguntas, ahí también estoy cambiando hábitos y creencias. Tampoco tengo dos días iguales, ni siquiera en la hora de levantarme y luego, después de la sonrisa y el desayuno, pues ya voy viendo el funcionamiento de mi psiquis jaja.

    Los interrogantes que propones al despertar me parecen de lo más interesantes, pues si nos observamos en esos momentos cruciales en los que nuestro día se va a desplegar, tenemos el camino más claro para funcionar desde un prisma más clarividente. Es como, verlas venir antes de toparnos con obstáculos.

    Gracias, amiga querida, siempre abriendo camino para que este sea más llevadero y nos volvamos más conscientes.

    Recibe mi admiración y afecto más sincero.
    Bendiciones a tu hermoso Ser.

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    1. Mila, que buen hábito el tuyo, deberia ser la regla general de todos.

      Yo al levantarme, con frecuencia miro mis facciones en el espejo, y dependiendo de lo que me muestre el reflejo, se si dormi bien o no, y trato de arreglarlo haciendo uso del humor y las muecas, que me sacan unas carcajadas que cambian con rapidez mi apariencia, a veces me digo !Ah mujer, si que estás loca!

      Cada cual deberia de tener su propia terapia para alegrarse el dia y pasarlo mejor. Aunque no siempre funcione.

      Gracias querida amiga por tu tiempo y tus bellas huellas. Recibe un abrazo sentido y sincero.

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  4. ¡Hola, Harolina! Jo, hasta ahora no había caído en cómo me levantaba de la cama. Y ahora que lo pienso, la verdad es que mi despertar es bastante deprimente. Me levanto en modo autómata, casi en la clandestinidad, me tomo un café, me visto casi a ciegas y salgo de casa apenas cinco o seis minutos después. Creo que me voy reactivando por la calle y empiezo a ser persona conforme avanzan las paradas del metro de camino al trabajo. Eso en días laborales. En días festivos, mi humor es mucho mejor.
    Así que tomo nota de tus consejos a ver si así amanezco con más luces que sombras. ¡Un fuerte abrazo!!

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    1. !Hola David!

      Ma has hecho reir de lo lindo, me encanta tu sencillez y sinceridad, gracias por decirlo tan jocosamente, eso de que te levantas casi en la clandestinidad si que me ha hecho gracia, ja, ja.

      Al menos te puse a pensar un poco en eso, y esa era la idea, estar conscientes de cómo empezamos el dia, pues eso puede darle un giro muy agradable y gustoso a nuestra cotidianidad.

      Otro fuerte abrazo para ti David y mil gracias por tu valioso tiempo.

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  5. Hola Harolina,! bueno,siempre me levanto dando gracias a Dios por un nuevo dia,,pero no siempre tengo las mismas ganas por poner las pies en el suelo.Por ejemplo,,si me toca cuidar de mis nietas ya se me alegró el dia y me levanto tan ligera y animada como cuando tenía 20 años.Harolina ,me has hecho pensar mucho con esta entrada.
    Muchos besos y muchas gracias :)

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    1. Hola Teresa, que bien que seas agradecida del nuevo día, es la mejor forma de empezar el día.

      Gracias por dejar tu impronta sobre el animo al despertar, no hay dos despertares iguales y cada día tiene su motivación especial.

      Un placer leerte y saber que cuentas con esa motivación que te devuelve a los 20 años. Besos y felices días.

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