lunes, 12 de noviembre de 2018

Hablemos de intuición

Esta entrada va dedicada a Miguel Pina, amigo bloguero, dueño de un blog muy particular, Cine y críticas marcianas.

Hagan click en el nombre del blog, entren y siéntanse cómodos (con palomitas incluidas), a disfrutar sus trailers literarios, perdón, sus interesantes reseñas cinematográficas y mucho más sobre cine.

Antes de abordar el tema de la intuición, seria apropiado definirla como aparece en los diccionarios.

Intuición: 
1. Facultad para comprender las cosas de forma inmediata, sin precisar razonamientos.
2. Percepción de las ideas o verdades como si se estuvieran viendo.
3. Conocimiento inmediato de una cosa, idea o verdad, sin el concurso de razonamientos.

Con estas definiciones, muy parecidas por cierto, espero que se capte el concepto con claridad.

Para mí particularmente, la intuición va más allá del vocablo comprensión, más que esto es una especie de revelación fugaz de algo que espera por nosotros o que nos acecha, o sea, que nos antecede y nos muestra la verdad o el camino a seguir. 


Lo maravilloso de la intuición es lo sutil que nos susurra y lo obedientemente que nos dejamos llevar por ella, algo en nuestro interior sabe que ella es la que está facultada para hacernos tomar las mejores decisiones y el camino correcto para cumplir nuestro propósito de vida. Así, sin gritar, sin forzar e insistir demasiado, va calando en nuestros pensamientos y guiándonos hacia nuestro mayor bien.

Debido a nuestra sabiduría innata, a la hora de dar un paso importante y decisivo en la vida, si confiamos en nuestra intuición y conectamos con el centro de nuestro ser, siempre sabremos qué hacer, y como y cuando hacerlo. 

La intuición nos ayuda a definir nuestros gustos, a descubrir nuestros dones, a saber qué nos complace y qué no lo hace, y más que todo, a esclarecer nuestras dudas e incertidumbres. Gracias a ella, somos clarividentes, es como el bastón que usan los ciegos para moverse y trasladarse. Sin él, andarían a tientas de tropiezo en tropiezo, lo mismo nos ocurre si no le damos cabida a la intuición.

En mi entrada anterior le comentaba a Miguel Pina de la influencia de la intuición en la comunicación telepática, y de que no se prestaba a confusión, ya que la intuición se trata de comprensión y la telepatía de comunicación, pero que ambas, se codificaban a través de ondas de energías que somos capaces de descodificar con rapidez.

La intuición le sirve de apertura a la telepatía, darle cabida a diario en nuestra vida, abre otros canales de percepción y recepción que nos ayudan a establecer la comunicación telepática con facilidad, al menos con las personas que están en nuestra misma frecuencia energética o tan abiertas como nosotros a este tipo de comunicación, pero sobre todo, recuerden que primero hay que creer en algo para que apreciemos que nos suceda. 

Otra de las aceptaciones que muchos relacionan con la intuición, son los impulsos, pero distan mucho de ser lo mismo. El impulso carece de comprensión, mas bien atiende a una provocación de los sentidos físicos sin medir consecuencias. La intuición es una revelación extrasensorial, algo que percibes y sabes, sin justificación aparente. 


El impulso se debe a un deseo material, a una provocación sensorial que produce una reacción inmediata en el cerebro y te obliga a actuar, tiende a ser agresivo, a alterar tu ritmo cardiaco.

La intuición se debe a una revelación espiritual, que induce una motivación almica de certeza, y te ayuda a tomar decisiones importantes, tiende a serenarte, a apaciguar tus latidos... 

Pero ambos estímulos tienen una cosa en común, la rapidez con que se producen y lo mucho que pueden cambiar tu norte. 
  
Dejarte llevar por un impulso puede resultar ser atroz o beneficioso, y dependiendo de qué se trate, hasta mortalmente peligroso. 

Guiarte por la intuición, siempre será gratificante y beneficioso, premonitorio y relajantemente inofensivo y seguro.

La vida basada en la guía intuitiva, es rica en matices y gratas experiencias enriquecedoras del espíritu.


Cuando escuches un suave susurro dentro de ti, ponle atención, a veces no se hace escuchar, solo sentir, en ocasiones tímidamente y en otras de manera eficaz, convincente.

Unas veces insinúa, sugiere a discreción, otras veces canta alegre y dulcemente, y su voz es siempre persuasiva y suave, como una discreta caricia. 
Su aroma nos envuelve y nos provee de confianza y paz, con una inexplicable percepción de estar haciendo lo correcto, por el bien de nuestra humanidad.

Seas quien seas, hagas lo que hagas, la intuición está siempre a tu alcance, es solo cuestión de estar abiertos y atentos a percibirla, y escuchar su tenue y dulce voz.

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

1 comentario:

  1. Rescatado este comentario de Marina Collado

    Marina Collado Prieto
    Hola Harolina, felicidades por tan excelente exposición aclaratoria sobre lo que es la intuición y las diferencias que se dan entre intuición e impulso. Me quedo y comparto contigo la definición que haces sabiamente. Dejarse llevar por esa voz interna que apenas es un susurro, en ocasiones un estremecimiento ante cuestiones que la vida nos pone por delante, decisiones por las que, por muchos consejos que nos den o busquemos, sabemos instintivamente que debemos seguir ese dictado interno, nuestro auténtico sentir y que pocas veces nos falla.
    Muchas gracias por dejarnos tan sabios mensajes.
    Un abrazo de luz a tu bello ser querida amiga.

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