Osadía

Amigos lectores, ¿Se han dado cuenta de cómo la vida sigue transcurriendo a pesar de todas las vicisitudes que existen y solventamos? 

Las aves no dejan de volar, buscar el sustento propio y de sus crías, y cantan alegremente, aún cuando las cosas no sean tan favorables, aunque los alimentos escaseen y la lluvia también, aun así cantan y continúan con su quehacer diario, hacen su faena con entusiasmo, con la alegría de poder anunciar un nuevo día.

Lo mismo pasa con las plantas, nos regalan su verdor, sombra, flores y frutos y ese aroma tan delicioso a hierba o perfume, eso sumado a dejarnos su simiente. 

Aquí en la capital de mi país hay una fuerte sequía, un sol abrasador y un calor infernal, pero eso no las deprime, sus hojas siguen brillosas y sus flores despiden aromas...
Algunas sufren la fuerte insolación y sequía, y se apagan lentamente, pero la mayoría soporta con firmeza, bailan al compás del viento, embellecen el entorno y duermen en las noches, para despertar con los primeros rayos de sol, y continuar con su quehacer diario, con la alegría de poder purificar el aire y ayudarnos a vivir un nuevo día. 

Los seres humanos hacemos otro tanto, a pesar del caos mundial, de las perspectivas inciertas y demoledoras que tenemos a diario, aquí estamos, haciendo lo propio, viviendo el día a día y guardando nuestro poquito de esperanza de que algún día vendrá un amanecer distinto. Es cierto que no todos tenemos la misma actitud frente a estas cosas, pero en sentido general, lo tomamos con calma, damos lo mejor que podemos dar, y seguimos batallando entre alegrías y tristezas.

Como es abajo es arriba, y viceversa. El espacio sideral, a pesar de las lluvias de meteoritos, las explosiones de estrellas, y todos los sucesos espaciales, también sigue viviendo y dando lo mejor de si en cada expansión y contracción que realiza, en cada respiración cósmica.

Mientras todo y nada sucede, estamos y no estamos, vivimos y morimos, comemos y dormimos, nos reímos y lloramos, odiamos y amamos..., el mundo sigue girando, y todo lo demás armonizándose. Me parece que ya les había comentado todo esto en alguna que otra entrada, pues que valga la reafirmación.

Como humanos mortales que somos, erramos, y como seres divinos que también somos, lo arreglamos. La evolución y transformación es nuestra mejor forma de manifestar la vida, y la libertad y el amor nuestro mayor medio de expresión para manifestar esa vida y hacer de ella una deliciosa eternidad.

A este enfrentar la vida con firmeza, sin egoísmos, y dispuestos a vivirla de la mejor manera posible, amar mas y quejarnos menos, ayudar mas y pedir menos, dar mas y esperar menos, reír mas y llorar menos, complacernos mas y maltratarnos menos..., lo llamo osadía, comparándola con la audacia, el temple y el valor, el arrojo y atrevimiento para Ser lo que verdaderamente Somos, hacer lo que necesariamente queremos y debemos hacer, y estar en donde sabia y oportunamente debemos estar, para realizar las cosas maravillosas que nuestra alma ha venido a experimentar y  celebrar.
  
Como pueden ver, por todo lo expresado anteriormente, somos seres osados, no nos detenemos muy fácilmente, sacamos de abajo como dicen, nos reponemos, lloramos pero al poco tiempo volvemos a sonreír, nos quejamos pero al rato estamos alegres y agradecidos de poder seguir vivos...

Los animales y las plantas lo hacen por igual, todos los seres vivos nos mantenemos mayormente firmes, agarrados a la vida. Y no hablo solo de la terrenal, sino de la que traspasa los límites de la muerte, porque guarda en su interior la semilla que nunca muere, esa que hace resurgir la vida de las cenizas. 

Hace unos años escribí algo parecido a un poema, y lo titulé “Osadía”, lo voy a compartir con ustedes por coincidir con el titulo de esta entrada. A veces me aflora la nostalgia, el romanticismo, o qué se yo, y salen algunas cosas como estas, sin ninguna pretensión, no más que liberar emociones y sentimientos, así que por favor, no esperen mucho de mí en este ámbito poético. 

Dice así: 

Osadía

Te atreverías a venir conmigo 

Y pisar con firmeza el suelo

Bucear lo profundo del océano

Y luego sin más, surcar los cielos

No te propongo nada sencillo

Tampoco muy duradero

Tan solo te ofrezco un tiempo

De amor, de dicha y desvelo

Si mi oferta te resulta rara

Seguro lo pensarás

Buscando entender la forma

De satisfacer mi necesidad

No busques viejas heridas

No las encontrarás

Tan solo busco que por un día

Puedas tocar la felicidad. 

Hasta aquí el presunto poema, y sí amigos, tienen razón en lo que están pensando...

Fue una osadía hacer semejante entrada con tan pocos argumentos. 

Pero la fuerza de la razón no siempre se percibe en una misma dirección.

Se bifurcan las palabras, pero todas salen del corazón con la misma intención.

Cada una toma su camino y al final se encuentran en un mismo callejón.

Y comparten lo hermoso de estar vivos, y gozosos, de sentir, la misma conexión.

Este domingo celebramos aquí el “Día de las madres”.

Mi felicitación sincera y llena de amor a esas maravillosas mujeres, que además de dar continuación a la vida, ejercen su rol con tanta dedicación y devoción.

Aquí incluyo a las que sin haber parido, han dado luz a algún necesitado de amor y cuidados, y han hecho el papel de madres, mejor que muchas de las que han tenido ese privilegio.

¡FELIZ DIA PARA TODAS LAS MADRES!

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

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