lunes, 2 de octubre de 2017

Hacer lo correcto

Amables lectores, deseo compartir este relato que escribí para la comunidad “’Escribiendo que es gerundio”, ya que tiene una connotación reflexiva.

Debían usarse estas tres palabras para construir el relato: 
“Desvergüenza / comparecer / cristalino”.

A continuación el relato

LA REUNION


La reunión se extendió demasiado, estaba en su punto más candente para unos, para otros ya había pasado lo mejor. En cambio para mí, todo era un tremendo fastidio, tenía una inquietante sensación de nauseas, estaba asqueada de escuchar tantas barbaridades, de ver como disponían de la vida de otros con tanta desvergüenza, sin un ápice de compasión.

Para ellos, los dueños de la compañía, los promotores del proyecto y las autoridades del país, solo importaba el dinero. Su desmedida ambición y su despiadado egoísmo, lo disfrazaban de progreso, “será un importante foco turístico”, decían, así defendían y justificaban el demoledor e inhumano desalojo. Que no solo afectaba a la gente, también a las demás vidas que allí habitan, afectaban al ecosistema completo, pero eso a nadie parecía importarle, solo a mí, y pensé para mis adentros “No debí comparecer a esta reunión”. 

No aguanté un minuto más después de escucharle decir a alguien, que esas personas estarían mejor muertas, porque nada bueno tienen que ofrecer a la sociedad, y ver como todos rieron y asintieron.

Me paré como de un resorte y dije lo siguiente: 

Mi presencia aquí es innecesaria y estoy fuera de contexto, mi trabajo ya terminó, he escuchado y grabado lo suficiente para que a nadie le queden dudas de lo que aquí se perpetuó.

Dicho esto, salí huyendo despavorida, pensando que podrían correr detrás de mí para quitarme la grabación, pero al parecer o no me prestaron atención y no escucharon mis palabras, o no les importó, después de todo, son los dueños y señores de la nación.

Conduje por una hora sin rumbo fijo, solo deseaba poner en orden mi cabeza, sacar de ella esas últimas palabras escuchadas, esa risa colectiva y esa maldita reunión.

Necesitaba calmarme, ansiaba estar en paz, y recordé ese hermoso lugar en las afueras de la ciudad, que por cierto, sin darme cuenta, pareciera que yo conducía hacia allá, porque estaba a escasos minutos del lugar.


Al llegar me detuve y me quedé un rato en el auto, para asegurarme de que todo estaba bien y que nadie me siguió, luego me acerqué a ese tranquilo rio, lo vi mas cristalino que de costumbre, mi imagen reflejada parecía navegar junto a él, me invitaba a sumergirme y purificarme, relajarme y soltar todo allí, así lo hice y mis lágrimas se fundían con sus aguas y le contaban de mi tristeza, le decían que muy pronto su hermoso entorno iba a cambiar, y era muy probable que también a él lo fueran a violentar.

Salí renovada y decidida a hacer lo correcto, al menos lo debía intentar, hice una llamada y conduje serena, al llegar al programa de televisión me esperaban con ansias para dar las primicias de algo que desencadenaría un revuelo, y ojala que también un cambio favorablemente humano, y vital para encausar la nación por el camino del amor.

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

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