miércoles, 23 de octubre de 2024

Analizando el vuelo silencioso

Hoy he vuelto a sentir la necesidad de escribir algo en el blog, y aunque sigo sin inspiración aparente, quiero empezar recordando las últimas palabras de mi entrada anterior.

Decía que creía haberme vaciado de conceptos, de dudas e ideas por el momento, que me faltaba ese aliento de vida que nos da paso a la creatividad y a colorear el mundo a nuestro antojo, y que más bien vivo y me alimento del éter de la vida y la existencia. 
De ese éter que es nada y todo al mismo tiempo, y que se define como la quietud que hace posible todo movimiento y toda vida.

Me gustaría hacer hincapié en esta frase final, ya que se le parece mucho a otra que usó nuestra querida amiga y compañera bloguera, Mila Gómez en una entrega de su blog, y que dió paso a inspirarme también una entrada en este blog, titulada “Vibrando en sintonía”, la frase en cuestión fue 

¡Y no pasa nada mientras está ocurriendo todo!

Los que leyeron ambas entregas seguro la recordarán. Pues bien, imagino que están de acuerdo conmigo en que se parecen y diría que más bien es el mismo concepto expresado de diferente manera.


Sí, esta, es una realidad que creo nadie pueda refutar, pues todo se mueve constantemente y sin embargo en cada movimiento hay un centro de completa calma, como el ojo del huracán, por ejemplo, y todo lo que gira lo hace alrededor de un punto fijo, aparentemente inamovible, como el mar, los árboles…, todo movimiento parte de un punto o espacio de quietud para poder ser apreciado y definido como tal. Es como los opuestos, sin uno, no existe el otro. 

Precisamente en ese centro de quietud me encuentro algo desorientada, quizás por la sensación de que algo muy turbulento se cuece en mí, o de estar muerta en vida. 

Aclaro que no me refiero al exterior, ahí sigo moviéndome y más que nunca quizás, hablo del interior de mi Ser, de ese pequeño universo que está en mí como fiel componente del inmenso universo que somos. 

Es como si estuviera varada en el espacio sideral en busca de esa estrella que me dé una orientación para seguir avanzando entre nubes blancas y zafarme de esas nubes grises que anuncian tormenta.  

Sabemos que la vida no se detiene, solo se abandona una forma de existencia para adoptar otra y continuar el viaje de prueba que nos dará la certeza de que estamos listos para trascender a otro plano existencial menos denso.



Estoy leyendo uno de los libros que se han recopilado de las enseñanzas que impartió OSHO (Oshogulaab) en sus charlas, se titula “Vida, amor y risa” casi al inicio habla sobre la vida y la muerte. 

Aquí dejo una pequeña recopilación del tema, en varios párrafos.

La muerte es parte integral de la vida, sin ella no puede existir, es en efecto un proceso de renovación. En el instante que inhalas y el instante en que exhalas, ambas se dan. Al inspirar la vida entra, al expirar viene la muerte. Al nacer lo primero que se hace es inspirar, la vida empieza, y cuando se muere, lo último que hace es exhalar, entonces la vida se va. Pero la exhalación y la inhalación están sucediendo siempre, por eso hay que entender que la muerte no pertenece al futuro, no te está esperando como siempre han dicho, es parte de la vida, un proceso continuo, ambas suceden a la vez. 

La totalidad de la vida está disponible; solamente has de aprender a comunicarte con ella de un modo no verbal. De eso trata la meditación, de estar en un espacio donde el lenguaje no interfiere, donde los conceptos aprendidos no se interponen entre tú y lo real.  


Si has acariciado algo de lo que hay de trascendental en ti, si has penetrado en tu propia vacuidad, en tu centro, en el centro de tu Ser, donde dejas de ser un cuerpo y una mente, donde tú eres simplemente pura consciencia, pura atención, entonces la muerte se convertirá en una gran celebración, en una gran comprensión y revelación. Siendo la comprensión, eso que ha experimentado uno mismo.
La vida entera es solo un aprendizaje de cómo morir y regresar a la fuente original. Si comprendes la vida, también comprenderás la muerte.

Hasta aquí lo dejo, apenas voy empezando el libro.



Les traje esto a colación por lo que comentaba más arriba sobre la sensación de estar muerta estando viva. 

Y además porque ese último párrafo que les comparto, me ha hecho ver por qué, desde hace un buen tiempo, me he amistado tanto con la muerte que la siento abrazarme y darle un mayor sentido a mi vida. 


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

3 comentarios:

  1. Preciosa, Idalia.
    He leído esta entrada cuatro veces, no puedo decir que me ha costado saber qué responder a tus palabras. He escrito y borrado un par de veces, porque siento que cualquier cosa que diga en realidad será algo nimio, y tú, mereces la misma desnudez que muestras. Sentimientos plenos y totalmente generosos. Decirte que escribas, lo que necesites, siempre. Cualquier cosa tendrá un significado sea en este momento comprendido o no, la necesidad de desprenderse de la coraza para mostrar la propia verdad, es un acto de valor.
    Tienes razón en que la vida sigue, circula, y la esencia se va desprendiendo, solo con compartirla es heroico.
    Y tú eres eso y más.
    Besos, y un abrazo con todo mi corazón.

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  2. Un gran artículo que abre muchos pensamientos...
    Sí, como dice Osho; si comprendes la vida, comprendes la muerte. Son las dos caras y son una misma cosa en distintos estadios.
    Leí aquellas entradas, la de Mila y la que te inspiró a ti, preciosas ambas.
    Hay momentos de quietud (calma chicha en la navegación. No sopla ningún viento; no nos movemos y hay una aparente quietud...), como ese eje de la rueda, o del ciclón... Todo es transitorio, pero espero que pronto te pase; que retorne tu energía vital y encuentres esa estrella que buscas. En todo caso ese vacío temporal que vives ahora sirve para ir llenándolo de un modo pasivo, receptivo, de nuevas cosas, como ese libro, nuevas meditaciones como este post, ideas, vivencias, etc, y ya darán sus frutos sin duda cuando llegue su momento.
    ¡Un fuerte abrazo y mucho ánimo !

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  3. He estado muerta y te aseguro que no hay nada que temer. Un beso

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VALORAMOS Y AGRADECEMOS TUS HUELLAS.