martes, 18 de agosto de 2020

Mostremos empatía y amor

Amables lectores y amigos, como ya les he comentado en algunas ocasiones, a primeras horas del día, acostumbro a leer “La Palabra Diaria”, después de esto se ha hecho costumbre también, leer el devocional de meditaciones diarias “El Aposento Alto”, este librito tiene la particularidad que su contenido es enviado por personas comunes y corrientes (como se suele decir), entendiéndose que nada tienen que ver con los editores o directores del libro, estas actúan como colaboradores voluntarios, y eso lo puede hacer cualquier persona desde cualquier parte del mundo, que desee contar una experiencia de vida que le llevó a creer o acrecentar su fe en Dios. 

Estas lecturas me hablan de diversidad de pensamientos, comportamientos, actitudes y aprendizajes. 
Aunque no siempre me identifico con lo expuesto, pues muchas veces van orientadas a experiencias con estudios bíblicos y adoctrinamientos que no profeso ni comparto, siempre digo que lo que no te resta, es positivo, pues en algún momento te sumará. 

Dicho esto, quiero comentarles sobre la satisfacción y gozo interior que sentí al leer una de las  historias edificantes que publica “El Aposento Alto”, fue la del día 8 de agosto y se tituló “Personas de Paz”, y la envió la señora Sara Hague, de Oregón, EE. UU. 
Solo tomaré una parte de esta, pero si quieren leerla completa dejo aquí el enlace de la página web de dicho libro.  


La historia dice lo siguiente:

“En el pasado otoño, mi hijo autista lidiaba en la escuela con una maestra impaciente y sin experiencia. Tras varios encuentros desagradables, él comenzó a sentirse nervioso y a perder su amor por aprender. Durante varios meses intenté comunicarme con ella, sin éxito. 
Tiempo después, mientras leía 2ª a los Corintios 5, Dios me recordó que había sido llamada a ser una persona de paz. Estaba más enfocada en la injusticia que en el amor, me esforzaba más en tener razón, que en buscar una solución. Después de arrepentirme, Dios me mostró que detrás de sus reacciones defensivas y complicadas, la maestra tenía un cargo desafiante con la clase y que debía probarse a sí misma continuamente para mantener su empleo. Mi corazón pasó del enojo a la misericordia y compresión. Comencé a orar por ella todos los días y Dios me dio el poder para responderle con palabras de aliento y paz. Con el tiempo la maestra cambió su enfoque y trató a mi hijo con mucha paciencia, bondad y consideración por sus dificultades”.  

Hasta aquí lo dejo. 

El mensaje reflexivo lo añaden ustedes, dependiendo de su observación e interpretación de lo contado.
Me pareció admirable la actitud de esa madre, y precisamente es la manera más hermosa de amar, siendo empáticos y siendo personas de paz. 

Esta historia trajo a mi memoria un episodio vivido a raíz de mi primer alumbramiento, cuando nació mi hija Viola Milagros, un parto muy doloroso y traumático para ambas, hubo que mantenerla por unos días en incubadora, allí pasaba yo el día para tratar de amamantarla, hablarle y cantarle para ayudarle a sobrevivir. 
Una de las enfermeras a cargo del turno de la noche no era nada amable, ni conmigo ni con mi hija recién nacida, a la que ya le habían puesto tantos sueros en su cabecita que partía el alma. Noté que la enfermera apretaba demasiado la venda que le debían poner en los ojos para evitar el daño de la luz de la incubadora, cuando le reclamaba y volvía a estar con la niña, notaba que en lugar de aflojarla la apretaba más... 
Una noche la enfermera tenía a su hija como de 4 o 5 años con ella, fui muy cariñosa con su hija y le brindé unas galletas de avena que había llevado para alimentarme, y la entretuve mientras permanecí allí. 
Les cuento que eso bastó para que esa joven enfermera cambiara su trato y actitud, ya no le apretaba tanto la venda, pues no se marcaban tanto las huellas en su carita y mostraba más amabilidad y compasión. Eso me hizo recapacitar y dejar de tildarla como una persona odiosa o malvada, y pensar en los muchos problemas que debía tener en su casa que la llevaban a desatar su ira inconscientemente con esos bebés y de seguro con su propia hija.   


Historias como estas hay muchas, pero lamentablemente no todos estamos concentrados para ser empáticos y llevar un mensaje de amor a quienes “en apariencia” no se lo merecen, pero son los que más lo necesitan sin dudas. Si tan solo pudiéramos ver a través de sus ojos, sus sufrimientos y miserias humanas, estaríamos infinitamente agradecidos de nuestra suerte, y seríamos mejores personas, dejaríamos de actuar como jueces, y seríamos más amorosos y compasivos, aún con aquellos que nos hieren. 

En ese mismo devocional, el día 2 de agosto, se cuenta otra historia conmovedora que habla de compasión, se titula “Un acto de compasión” la cuenta una madre cuyo hijo fue condenado a cadena perpetua, un hombre que durante todo el proceso siempre iba con la biblia, al final se le acercó, era el padre de la victima, y le dijo lo siguiente: “Siento en gran manera su pérdida”, ella expresa que el día más terrible de su vida Dios le envió a ese hombre compasivo, sufriendo su propia pérdida, para mostrarle el mayor acto de compasión que hubiese conocido jamás.

Por si desean buscarla y leerla completa lo consiguen entrando al mismo enlace de la historia superior, aparece en meditaciones anteriores, pero como son lecturas pasadas, deben registrarse para que se les muestre toda la historia, pues la página solo muestra en su totalidad,  la lectura del día actual sin tener que registrarse. Afortunadamente siempre consigo el librito.


Gracias por llegar hasta el final amigos lectores, hay momentos de impotencia que solo nos permiten callar y reflexionar, e ir más allá de lo visible y perturbable, y nos permiten encontrar la paz y transmitirla en medio de la tormenta. 

Esta entrada tiene la finalidad de hacernos ver con historias reales, que si cambiamos nuestra actitud frente a las adversidades de la vida, influimos de manera positiva en el cambio de los demás, y para cambiar nuestra actitud, debemos antes, cambiar nuestros pensamientos. 

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

4 comentarios:

  1. Harolina, qué historias tan emotivas y conmovedoras nos compartes. Es muy cierto lo que expones, muchas veces nos dejamos llevar por la impresión primera y nos convertimos en jueces sin pensar en que tras esa actitud que muestran se esconde un gran sufrimiento debido a los problemas por los que atraviesan. Es cuando nos hacemos conscientes de ese sufrimiento cuando nuestra actitud cambia y al mismo tiempo cambia la de la otra persona, es un acto reflejo, lo que damos se nos devuelve de la misma forma, tanto lo bueno como lo malo.
    Las frases de las imágenes son geniales para complementar esta hermosa reflexión. Ya las conocía pero siempre merece la pena recordarlas y tenerlas presentes. Subrayo la segunda aunque todas son grandes verdades:"Ámame cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite", qué gran verdad y cuántas veces se nos pasa por alto. Hay personas que con su actitud negativa lo que esconden es precisamente una gran carencia afectiva.
    Gracias por contar la experiencia que te tocó vivir, Harolina, es realmente conmovedora.
    Te dejo un abrazo inmenso con todo mi cariño y gratitud. Que tengas un muy bonito fin de semana, Ser hermoso.

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    1. Mil gracias querida Marina por este comentario reflexivo y reafirmante de lo expresado.
      Si que es un acto reflejo como bien lo dices y de que es una forma muy positiva de marcar las vidas, lo es.

      Espero que hayas tenido un lindo fin de semana amiga. Aquí tuvimos mucha lluvia y viento con el paso de una tormenta, pero era muy necesaria esa lluvia a pesar de los daños, que siempre son inevitables por el comportamiento humano, algún día aprenderemos a respetar los espacios sagrados de la naturaleza.

      Abrazos con aires más frescos al menos, ja, ja, el calor se disipó un poco con la lluvia.

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    2. Hola Harolina, justo quería enviarte un mail para saber cómo estábais tu familia y tú después del huracán que ha pasado por allí. Me alegra saber que estás bien, querida.
      Abrazos con todo cariño y a disfrutar de la temperatura más agradable que quedó tras la tormenta.

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    3. Marina mil gracias por la gentileza de este comentario. Ya ha empezado de nuevo a arreciar el calor, espero que llueva de nuevo aunque sin causar tantos estragos.

      Feliz termino de la semana y unfuerte abrazo.

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