lunes, 24 de agosto de 2015

¿Que te ata al sufrimiento?

Muchas veces ciertos episodios de la vida nos llevan a sufrir amargamente por alguna razón, es normal y sano que sientas ese sufrimiento momentáneo que te genera la situación, pero pasado un corto tiempo no es sano ni normal seguir sufriendo por esa causa, pues ya pasó, no existe en nuestras vidas ya, quedó atrás, el problema es que nuestra mente no hace esa reflexión, ese cambio, y sigue recreando el episodio como si estuviera en el presente, no en el recuerdo. Nuestro apego es tan tal que nos negamos a soltar incluso los momentos amargos de nuestra vida y colocarlos en su justo lugar, el pasado (el que ya pasó), se nos hace muy difícil y a veces hasta imposible olvidarlos, le damos más poder al pasado que al presente, al recuerdo que al olvido, vivimos y nos dejamos influenciar de remembranzas y añoranzas que resultan perjudiciales.

Olvidar no es una elección si no una decisión, la decisión de ver el episodio doloroso que nos hizo sufrir tanto, con ojos nuevos, mientras lo sigamos viendo con los mismos ojos del pasado lo seguiremos sufriendo una y otra vez, al cambiarle la óptica el episodio también cambiará, se transformará, ocurrió y nada ni nadie lo podrá borrar, pero lo que sí se puede borrar es la interpretación que le diste y te hizo sufrir, si le das un giro, incluso hasta puede ser pequeño, la óptica cambia, y si poco a poco sigues dando esos pequeños giros verás que el mismo suceso puede traer diferentes sensaciones y gratificantes aprendizajes.




Olvida los ojos que vieron ese episodio desde un ángulo oscuro que no te ofrecía mucha visibilidad, no olvides el episodio, solo míralo con otros ojos y otro tipo de mirada, dale ese pequeño giro y obsérvalo desde otra perspectiva, cambia las gafas que usaste y venían con el panorama dibujado por tu mente condicionada, verás que solo así sanará por completo la herida y la cicatriz ya no se abrirá mas.

Así como muchas veces nos reímos de algo que en su momento nos angustió, quizás porque no fue tan trágico como pensábamos, o porque el tiempo se encargó de dejarnos ver lo tonto que fue angustiarse por eso, de esa misma forma trabaja con un episodio que te marcó de por vida, dale vueltas, víralo, obsérvalo y vuelve a mirarlo desde afuera de tu ser, sin que te roce, como un espectador, sin involucrarte emocionalmente con él, lo verás diferente, con ojos nuevos, esa es la manera de mirarlo para poder así olvidarlo y liberarte del sufrimiento. 


Si eres honesto reconocerás lo que ves y te darás cuenta que tu influiste más del 60% en su resultado dañino, ofensivo y doloroso, tu y solo tú, permitiste que te lastimara por tu forma de verlo e interpretarlo, después de reconocer y aceptar esta realidad, vuelve a mirar el episodio y pídele perdón por arrojar y cargar sobre sus hombros esa culpa que no merecía, que era más tuya que de él, después de hacer eso míralo nuevamente, te sonreirá y verás su lado bueno, su valiosa enseñanza, agradécele, sonríele y dile adiós porque ya no regresará 

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente.

Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2017/06/24/correo-los-lectores 

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