miércoles, 5 de agosto de 2015

Canales de transmisión

Una de las observaciones que hoy día tienden a ser expuestas con mayor aceptación y lógica es la de ser coherentes, lo que implica actuar de acuerdo a lo que decimos y predicamos, ya que cualquiera puede hablar bonito (como se dice) pero a la hora de ver y ejecutar sus actos distan mucho de lo que pregona, quizás porque esto es algo muy cotidiano y cada día se hace más popular (especialmente en el ámbito político-económico). Lo verdadero es ser coherentes y constantes en nuestros principios y valores “Lo que fomento y digo, eso practico y hago”, así debería de ser.  

Pero hay otra cara de la moneda (como en todo) que no tomamos en cuenta a la hora de hacer juicios sobre una persona que no se comporta de acuerdo a lo que predica, y es que muchas veces esas personas son solo canales de recepción y transmisión, ya sea por sus energías, altamente asequibles y descifrables o porque han adquirido un alto desarrollo telepático para comunicarse con otras personas y seres espirituales de este plano o con seres de otras dimensiones.

Resulta que nos llegan ideas a la mente que nos impulsan a decir, escribir o hacer algo que ordinariamente no haríamos, luego cuando tomamos de nuevo nuestra frecuencia y el control y vemos lo que hemos realizado, los primeros sorprendidos somos nosotros mismos, pues no concebimos que sea obra nuestra, ya sea porque no valoramos nuestra capacidad o porque simplemente no tenemos consciencia de que sea un acto voluntario. Por esa razón hay que ser más empáticos y tolerantes y menos drásticos y justicieros, porque definitivamente nadie conoce las interioridades de nadie, ni las podrá conocer jamás.

Es sabido que toda inspiración nos llega de la fuente suprema de vida, pero también es sabido que el libre albedrio nos permite tomar algunas decisiones independientes de ella, así que muchas cosas de las que realizamos  dependen directamente de ella y muchas otras dependen directa y responsablemente de nosotros. 

Que quede claro que no estoy a favor de predicar una cosa y hacer otra muy diferente y opuesta, ni tratando de justificar actuaciones “aparentemente” irresponsables, pero por el hecho de vivir personalmente esta experiencia y de ser consciente de que todo lo que sale de mi boca o escribo no es de mi autoría, a veces solo sale sin más ni más, como un relámpago que te ilumina fugazmente y luego te vuelve a dejar en la oscuridad.

Por eso cuando recibo el eco de mis palabras o leo lo que escribí me digo: “Y eso lo dije o lo escribí yo?” Quizás sea porque no visualizo que mi capacidad de discernimiento sea tan clara y elocuente o porque cuando lo leo es como si fuera una persona leyéndolo por primera vez, porque no tengo ese razonamiento registrado. Por suerte nunca he escrito algo que vaya en contra de mis principios y me haga actuar irresponsablemente y ser incoherente (al menos eso creo, estos cambios de frecuencia nos dejan ciertas lagunas mentales), puede que en ocasiones haya sido contradictoria, eso sí.

Tengo una facultad (no sé qué apellido ponerle, si terrible o tremenda), de pensar muy rápido, por esa misma razón también hablo demasiado rápido y esto muchas veces resulta desventajoso, pues no me entienden ni captan claramente lo que quiero decir, por eso se me da mejor escribir, a veces creo que mis pensamientos vuelan a la velocidad de la luz, pues en tan solo 5 minutos, mentalmente hago todo un guión que podría ocupar hasta 300 páginas, cuando luego me siento a escribir lo que recuerdo de eso, se ha perdido la mitad en algún lugar de mi cabeza y solo me queda la idea principal con algunos trazos inolvidables, supongo que los que no pueden faltar.

Si por casualidad eres un canal de recepción y transmisión y te ves en la encrucijada de actuar de forma incoherente, trata de sentir la conexión, esa que expuse en la entrada anterior, y verás que de esa forma no habrá necesidad de ser incoherentes, si sientes la conexión durante o inmediatamente después de la recepción, si vibras por más de una hora en esa frecuencia en que estas recibiendo, veras que te será más fácil seguir vibrando en esa misma sintonía y transmitir el mensaje primero para ti, asimilarlo y luego no habrá incoherencia entre la  transmisión y tu actuación.

Si eres solo un simple escucha o lector de los mensajes que deben transmitir las personas que son usadas como canales de transmisión (sabemos que hay muchos charlatanes en eso), trata de ser un poco mas empático, tolerante y paciente antes de enjuiciar duramente a estas personas, al igual que tu, solo están intentando ser mejores, encontrar su sentido y su verdad y ayudar en lo posible a los demás. Recuerda que ellos también necesitan ayuda, son imperfectos y están en su derecho de cometer errores para poder ejercer el deber de corregirlos o enmendarlos si fuera posible, en fin, al igual que tu, están en su proceso de recordar lo que ya saben y despertar.
Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

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