domingo, 16 de noviembre de 2025

Armando piezas

Algunos de ustedes ya saben cómo funcionan las cosas en mí, ya sea cuando tienen algo que decirme, o cuando me instan a decir algo, pues no me dejan tranquila hasta cumplir el cometido.

La siguiente imagen es del ilustrador artístico Cody F. Miller. Viene rondando en mi cabeza desde que la ví en la portada del Aposento Alto (devocional) correspondiente a los meses de mayo y junio del corriente año. Fue usada como representación del viaje de Ruth y Noemí que narra ¿La Biblia? y que desconozco. 



Algo que a mí me parece extraño, es que los colores muy vivos yo los rechazo, prefiero los colores pasteles tenues, aún así, me atrae demasiado la ilustración. 

Como sea, aquí estoy tratando de ver si ese algo sale y la imagen deja de seguir haciendo ruido en mi cabeza y reapareciendo frecuentemente en mis ojos. 

No creo que ese algo tenga nada que ver con el uso que le dio la revista, pues desconozco el pasaje al que hace alusión, aunque me suenan los nombres. Tampoco sabría decir si el autor se inspiró en ese viaje, pero hay algo en la ilustración que me habla, me hipnotiza y pide salir. 

Me pregunto ¿Qué será?

Debo confesar que desde el día en que la ví, me ví reflejada en ella, lo extraño fue que lo hice en los dos rostros, en el de la joven y en el de la mayor. Si observan con detenimiento, verán que ambos rostros tienen la misma expresión y cierto parecido.
 
Pero adentrándome más en sus rostros ahora, me dije que la mayor era yo, tiene mi nariz, mi color y esa actitud pensativa, como quien sospecha lo peor y se guarda sus temores. Y que la joven era mi hija Viola Milagros (también se le parece mucho, es la madre de mi nieto Malik) que a pesar de su juventud, respira madurez y entereza, siempre con una actitud benévola.

Partiendo de esa premisa, veré si puedo armar el rompecabezas y encuentro el mensaje oculto que tiene la imagen para mí. 

¿Hacia dónde van? ¿Qué buscan? ¿Qué conexión tan fuerte guardan?

¿Por qué la joven tiene esa cara de pesadumbre y resignación? 
En la mayor se podría entender, por el cansancio de los años... 

Creo que las dos han perdido la esperanza, y el estar juntas les hace conservar algún vestigio de ella. Pero 

¿Por qué? ¿Qué ocurrió? 
 


La joven lleva una brújula en su vestido, señal de que no están seguras del camino a tomar. 

Me intriga el morral ¿Que tendrá dentro? 

Es de suponer que lo obvio para emprender el camino, pero también representa ese cúmulo de cosas que vamos cargando en nuestro interior (apegos, dolor, culpas, remordimientos...) y que nos hacen el tránsito más pesado de lo que debería ser.

Pensar en ello, podría incluso rompernos el alma en dos...

¿Qué me querrán decir, o qué me muestran?

A veces tengo miedo de mí misma, no me gustan los vaticinios y menos los funestos y estos siempre me persiguen desde niña. 

En ese mismo devocional, la portada del mes en que murió mi hermano Teófilo, era la de una viuda y la imagen también me llamó mucho la atención, pensaba con frecuencia en ella, y cuando ocurrió su muerte me dije, mira lo que era, alguien de mi familia iba a quedar viuda...

Así es que esta vez me propuse hacer la tarea, por si acaso, no me vaya a tomar de sorpresa, y sin saber hacia dónde me lleve esto, continúo mi exploración.




Volviendo a la imagen, pude observar que hay varias señales más: 

Están siendo llevadas a paso de tortuga, sin prisa, un paso a la vez.
 
La mariposa y la rana dan un halo de luzlos árboles aún reverdecen, hay nuevos brotes, y el agua corre limpia, le dan un toque de vida al paisaje que sirve de aliciente para creer que no todo está perdido

La flor en el pelo de la joven, es muestra de vida, y mientras la llevamos como bandera, no hay dudas de que siempre florece, por lo cual, la esperanza no ha muerto del todo.  

La tortuga y sus huevos en el lomo, es un recordatorio de que contamos con lo esencial, y que cada día encontraremos alimento, cobijo y lo necesario, para vivir el día a día. 

Iba a pasar por alto las vestimentas y los pies descalzos, pero las primeras nos hablan de protección, y la otra, de nuestra conexión con la tierra, esa que hemos perdido hace mucho tiempo...

Dos mujeres, con al menos dos generaciones de por medio, una lleva el peso de los años y carga en su rostro y su bastón, todos los avatares vividos en ellos y sus respectivos aprendizajes. La otra lleva una carga visible en su hombro y un peso invisible que deja huellas tristes en su rostro, pero su juventud le permite florecer.
 
Ambas encerradas en sus propios pensamientos. Aunando sus soledades, desafiando la vida en busca de encontrarle sentido a seguir adelante, un paso a la vez, deseando en lo más íntimo del Ser, encontrar ese hogar que les permita por fin descargarse y descansar. Ese retorno a la esencia pura de la mujer.




Quizás esto último suene a feminismo, pero no lo es, ni tampoco es mi intención que lo sea, para nada ando en esa corriente de hoy que ha desvirtuado casi por completo el feminismo. 

Pero es la pura realidad de un género que ha atravesado miles de años por el puente de los sufrimientos y la incomprensión, tratando de no caer en aguas turbulentas como alimento de los cocodrilos, y cada día se esforzaba más en ser valorada y comprendida. 
Lamentablemente, hoy sus esfuerzos se encaminan al precipicio, por transitar el sendero incorrecto.
 
Finalmente, de representarnos a mi hija y a mí, llego a la conclusión de que las dos seguimos tratando de encontrar un modo de solventar nuestras diferencias generacionales y vamos juntas en pos de un mismo ideal, buscando un punto intermedio que sirva para salvaguardar lo bueno de antes y unificarlo a lo bueno de hoy, desechando todo lo demás. 

El cruzar juntas ese puente sin mirar atrás, con valentía y paso decidido, nos liberará de males peores. 

Definitivamente “El amor hace la fuerza”. 

Si la sabiduría no se improvisa y crece con los años, la juventud unida a ella y bien enfocada y aprovechada, es el mejor camino hacia la libertad. El antídoto perfecto para inmunizarnos del mal que acecha a nuestra sociedad.

Lo malo daña y lo turbio ensucia. La venganza engulle y la violencia destruye...

Como dice una bella canción de Silvio Rodríguez

Debes amar, el tiempo de los intentos
Debes amar, la hora que nunca brilla…

“Solo el amor, engendra la maravilla”


P. D. Perdón por castigarlos con la repetición de la ilustración. 
¡Ah! y luego de redactar la entrada me picó la curiosidad y busqué sobre el viaje al que hace alusión la imagen en el devocional. ¡Wao, bien por Ruth! 
Me pareció bastante apropiada la imagen, también mi impresión de la misma se le parece en la idea central, "El acompañamiento femenino".


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

viernes, 7 de noviembre de 2025

Mi extraordinario padre, Crispín Payano.

El 22 de septiembre compartí una entrada titulada “Conjugando ideas”al final de la misma hice mención de mi padre, ya que cumplía ese día sus 97 años de vida.

Decía que honrábamos los cambios por los que había atravesado y el privilegio de poder contar con su compañía y todo lo que eso significa a esa edad bien madura, tanto las bondades y satisfacciones, como las necedades y penurias que conllevan. Y que agradecíamos en el alma sus condiciones físicas y mentales, que aún le permitían disfrutar de ciertos privilegios que restan los años. 

Ahora deseo comunicar que mi padre, en la madrugada del viernes 31 de octubre (un mes y nueve días después de compartir la entrada), partió a la morada definitiva. 


Al igual que mi madre, murió en su casa y en su cama. En compañía de tres de sus hijos (yo, uno de ellos) y de uno de sus nietos. 

A pesar de siempre recalcar que duraría hasta los 120 años, sus 97 años fueron más que suficientes. ¡Gracias a Dios! 

Y así al parecer él también lo entendió, pues luego de batallar toda la noche, en la madrugada se nos fue rápido (como quien evita arrepentirse de la decisión tomada), y lo hizo tranquilo y en paz, con esa misma paz que siempre lo caracterizó. Dejando toda una estela de amor y comunión en su legado.

Tanto mi padre, ahora, como mi madre, en su momento (hace 38 años), nos demostraron que el poder de la mente es superior a todos los pronósticos médicos de vida y de muerte. Ambos vivieron un buen tiempo por encima de las expectativas médicas. 

Decir que estoy triste, no es la realidad, pues no lo estoy. 
Tampoco estoy alegre. 

Hace tiempo que estos dos estados de ánimo no me visitan, más bien diría que últimamente soy incapaz de sentir algo conocido respecto a algunas cosas. 

Se podría entender que me dan igual. ¡Pero no! 

Simplemente estoy sintiendo una sensación de calma y gratitud que no soy capaz de descifrar ni expresar con palabras. 

La certeza de que todo está en orden divino y bajo el manto protector del dador de vida, me hace sentir maravillosamente en paz.

Ni me apetece llorar, ni tampoco reír, solo disfrutar de "SILENCIO", una especie de gozo y serenidad interior, que me inmuniza frente a las emociones fuertes. 



El silencio tiene la facultad de otorgarte todo aquello que sientes lejano y perdido.

Nuestro padre se aseguró de no dejar vacíos en nuestra vida, todo lo llenaba con su GRATA Y CONVERSADORA presencia. 

Ahora todo lo llenará con su esencia luminosa y el eco imborrable de sus sabias experiencias de vida, compartidas con tanto amor y entusiasmo.  
 
¡Gracias! Adorado padre

Por ser fuente de amor, bondad y honestidad. Por ser ese soporte y ejemplo que fuiste para todos. 

Tuviste una larga y enriquecedora vida familiar, laboral y espiritual, que fue fructífera, te brindó muchas alegrías y te llenó de gozo al correr de los años.    

Eres la definición perfecta de un buen hombre en todo el sentido de la palabra, siempre fuiste digno de admirar y emular.

Por esas y mil razones más, nos sentimos ultra satisfechos y privilegiados de haberte tenido a nuestro lado siempre. No nos cansamos de decírtelo en cada ocasión, y ahora, sabemos que seguirás aquí en espíritu…, bien cerca también. 


Crispín Bernabé Payano Fawcett (cariñosamente Bebé)

Descanso para tus restos mortales y paz a tu bella y generosa alma inmortal... INOLVIDABLE.


Unforgettable como dice la hermosa canción de Nat King Cole.


 
P.D. Como he compartido en el blog varias entradas alusivas a mi padre, aquí dejo los enlaces.






I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

miércoles, 22 de octubre de 2025

Un otoño inolvidable

De nuevo El Tintero de Oro me hace un giño, esta vez se trata de un relato con Nueva York de colofón, homenajeando a una gran escritora española, Carmen Martín Gaite, y su libro “Caperucita en Manhattan”.



Como la lluvia me ha llenado de gozo, después de vivir el
influjo hechizante de la Luna, que plasmé en mi entrega anterior, me he acordado del éxtasis que me causó haber conocido el otoño hace unos años en Nueva York, esa estación tan hermosa de la que no disfrutamos nunca en mi país. 
Guardo muchas vivencias hermosas de mis varias visitas en verano, pero el único viaje en otoño es el que me ha inspirado el relato. 

Como siempre, mi participación es fuera de concurso, por la fecha está demás la aclaración… Aquí lo comparto, espero les agrade.
Y perdonen, pero no pude resistir la tentación de colgar algunas de las fotos que tomé allá. 

Un otoño inolvidable  900 palabras




Llevaba días en estado de contemplación, una leve sonrisa en los labios y el brillo acentuado en sus ojos. Como si hubiera entrado en trance celestial, atravesado otra dimensión menos densa. Pero se le veía feliz y radiante, ningún estímulo exterior la motivaba a regresar de donde fuera que se encontrara su alma.  

Tampoco es que sea amiga de salir mucho de la casa, más bien se complace con estar ahí, en ese espacio que suele llamar su paraíso, allí se siente mejor que en cualquier parte, pero ahora es preocupante su actitud.

Hoy tomó una fotografía que tiene colgada en la pared desde hace un año, y al abrazarla dijo, “Añoro volver a Nueva York, vivir de nuevo esa magnética conexión con el otoño de mi vida y el otoño de la naturaleza”. Sonrió y musitó algo que sus hijas no entendieron bien, solo la frase final “Cuando lo vivan, lo entenderán”. 

Cerró los ojos y se quedó dormida con el cuadro en su pecho. Sus hijas se miraron y al mismo tiempo susurraron “Busquemos su diario”.
 
Lo guarda en un cajón debajo de su cama, allí quizás encontrarán respuestas”.



̶ Quédate observándola Rocío, yo lo busco, lo llevaremos afuera para ver qué pasó el año pasado en ese viaje a Nueva York. Hace justo un año que nos llamó eufórica con una voz que no parecía la de ella, no paraba de hablar, lo hacía tan rápido que no entendíamos nada, ¿Lo recuerdas?

̶ Ahora que lo mencionas… Cierto Massiel, ¡Nos extrañó tanto! Al llegar la vimos tan normal como siempre y no lo volvimos a hablar.

̶ ¡Lo encontré! Vayamos afuera, apaga la luz, así dormirá más tiempo. 

̶ Mira Rocío, la fecha, tiene un escrito que parece una pintura, las letras tienen diferentes colores, rojizos, ocres y amarillos, ¡Una belleza de formato! Hasta parecen cobrar intensidad los colores, aumentar de tamaño. ¡Que extraño es esto hermana! 

̶ Déjame ver a mí, eres medio cegata, y estás sin anteojos, a lo mejor tienes la vista cansada.

̶ ¡Es increíble Massiel! las letras se mueven, como si tuvieran vida, bailan y señalan la siguiente página. ¡Mira un sobre cerrado en ella! ¿Lo abrimos?

̶ Si, quizás explique esto y lo que está pasando con nuestra madre.

Un inolvidable otoño en New York

Jamás pensé que al llegar a esta edad la vida me tendria una sorpresa tan fantástica, mágica y maravillosa. New York fue siempre un deseo por cumplir, igual que conocer el otoño, ese que ahora atravieso en medio de una crisis existencial. Ha sido como nacer de nuevo.

El embrujo de sus colores vivos, intensos. El ambiente fresco, juguetón y cantarín de los árboles, los animales que van y vienen, miran como si hubieras pillado sus hurtos de frutas y semillas. 
El inusual color del cielo revela historias del encanto de esta nación y estación. 

La belleza del conjunto que tanto disfruté contemplar en el Central Park, me atrapó sin más en un sueño que de repente se volvió realidad. 




Me vi siendo una niña, jugando en este mismo parque. El entorno era diferente, edificios menos vistosos, calles sin tanto ruido, pocos letreros luminosos, todo era sencillo, pero más hermoso y acogedoramente familiar. 
De pronto una voz, la mi madre, me gritaba, “Vamos princesa, es hora de regresar, volveremos mañana”. 
La voz me sacó de mi ensueño, todo había cambiado, pero me seguía sintiendo como en casa. 

Me levanté del banco en que reposaba, tomé unas hojas otoñales y me las llevé a la nariz, años que no tenía esa sensación tan agradable y percibía ese olor tan familiar. 

Me dije, pero ya conocía el otoño y New York, ¿Porque sentía entonces esa añoranza? 

Me volví a sentar, a caer en ese sopor de nuevo.




Ahora era una hermosa joven y me estaba casando en el parque con el hombre que tanto amaba, lucíamos radiantes y llenos de felicidad. Mirándonos a los ojos y tomados de la mano, hicimos una promesa, “Nos amaremos por toda la eternidad”, un beso selló nuestros labios. 

Flotamos en una nube que nos llevó a otra dimensión, nos soltamos suavemente sin dejar de mirarnos, hasta que nos perdimos de vista. Nuestra vida juntos se esfumó sin apenas empezarla, pero ese sabor de nuestros labios, perduró como un tatuaje imposible de borrar.

Como quien sueña dentro de un sueño, apareció frente a mí, sonrió, dijo en extraño idioma que resultó familiar, “Es hora de volvernos a juntar, el próximo año, este mismo día, te iré a buscar”. 
Sus labios rozaron los míos, saboreamos ese sabor tan conocido, todo vibró a nuestro alrededor, los colores brillaron con intensidad, árboles y animales bailaron junto a nosotros, nos fundimos en un interminable abrazo. Me susurró, “Dentro de un año, mi amor”. 

En ese momento, medio dormida aún, supe el porqué de mi añoranza, el me seguía esperando con el mismo amor y brillo en los ojos. Ese día entendí por qué mi vida no tenía sentido. 

Los días siguientes me sentía flotar, hablaba raro, no sabía qué me ocurría. Llamé a mis hijas, por si eran cosas mías. Notaron algo, no entendían y colgué. 

Volvía diariamente al parque, allí escribía lo ocurrido, el último día las letras tomaron los colores del otoño y cobraron vida… Me animaron a esperar. 



Regresaron a la habitación, estaba inerte, sin respiración, pero lucía radiante, llena de vida y emoción.




I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

sábado, 18 de octubre de 2025

Nada como tú...Luna

En esta entrada solo les compartiré una experiencia muy singular. La noche del 6 de este mes de octubre la hermosa Luna Llena nos miró y con su destello nos hizo un guiño para que la viéramos.

Se veía impresionante. imponente frente a la casa, atrapada entre los oscuros muros de dos edificios contiguos. Posando entre nubes plateadas por su brillo, lucía más esplendorosa, misteriosa, brillante y más cercana que cuando posa en un escenario abierto libre de nubes, con un cielo azul oscuro y estrellado de fondo.

¿Será que estoy más impuesta a verla así? Me he puesto más lunática que nunca, ja, ja. 

Les cuento a manera de poema como sucedió ese momento que nos llenó de gozo la noche.

Luneando

Enigmática luna, te vimos anoche, brillabas escondida entre dos muros

Viola se marchaba y dijo, la Luna está llena, salí y enseguida te divisé 

Fue una atracción mutua, como un guiño tu mirada nos alcanzó.

Malik con su pequeña estatura se puso a buscarte y no te vio.

Lo alcé en mis brazos y con una hermosa sonrisa te señaló.

Félix, complacido con la expresión de Malik, también sonrió

Emilia, llamé con insistencia, baja con el celular pronto

¡Mira esta belleza! momentos únicos, se esfuman como nubes.

La fotografió. Seguro la Luna también nos retrató a nosotros...

En un instante de felicidad, la luna nos hizo una exclusividad familiar.

¿Sabes Luna? Compartimos la foto. La nuestra ¿También la compartirás?


 
Gracias inigualable Luna, tu esplendor es indiscutible, tu enigmática presencia no deja de ser uno de los misterios más gratos del universo. Siempre alrededor de este generoso y precioso planeta, sosteniéndolo, observando y marcando el compás de las mareas oceánicas, de las aguas que lo nutren y bañan. 


Eres luz brillante en medio de la noche. 
Tímida, casi imperceptible en el día. 
Con razón llevas nombre de mujer…



P.D.
Viola, la hija mayor, madre del nieto de tres años Malik.
Félix, mi esposo
Emilia, la hija menor por ser la última, no porque sea menor 

Faltó nuestro hijo Félix, seguro él también la vio desde su hogar. 


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

domingo, 28 de septiembre de 2025

Observando a "El Pensador"

De vuelta a la faena de los retos de El Tintero de Oro, la propuesta de este mes, que para nada tenía planeado incluirme, me ha dejado un rayo de luz justo al dejar un comentario excluyéndome por falta de motivación. 



En el comentario entre otras cosas decía que, las esculturas me motivaban más que los cuadros por ser más directas, dicen menos, pero hablan más claro...

Y qué creen, eso bastó para que recordara esa famosa escultura del artista francés Auguste Rodin. “El Pensador”, la cual usé hace algunos años en una entrada del blog, y siempre me ha impresionado mucho. Quizás sea porque también pienso demasiado y me ausento del mundo por buen rato. 



Busqué la entrada, que por cierto fue en el 2020 y alusiva a la pandemia. La leí y se me hizo la luz...

Usé una pequeña porción de su contenido dando algunos retoques —la cual aparece entre las comillas— y lo demás fue darle sentido a ese fragmento usado. Así surgió el micro, que espero encaje con los requisitos y les agrade.

¡Ah! y al copiar el micro en la plantilla para subirlo al blog, decidí buscar un enlace al que pudieran acceder al pinchar en "El Pensador". El que escogí no hizo más que reafirmarme lo increíble que es la casualidad o causalidad, como dicen, porque precisamente la apreciación en el inicio del micro, es lo mismo que comenta su autor y creador Auguste Rodin en dicho enlace.  

 

Observando a “El Pensador”    248 palabras


 

  ̶ Me da mala espina su cara compungida, esos músculos tan tensos, seguro que no es nada tan inofensivo como arrojar una piedra, ni tan nefasto como planear un crimen colectivo, pero algo tramaba sin dudas. 

  ̶ ¿Que podría estar pensando “El pensador“, en un tiempo como este?

  ̶ Algo así como... 

“Nos hemos vuelto seres deambulantes en medio de un mar de confusiones, temores y desconfianza que nos han convertido en carne de cañón de un número reducido de seres ambiciosos y extremadamente peligrosos, que han resuelto apoderarse de nuestras vidas y talentos para usarlos a sus servicios, como si les perteneciéramos o solo fuéramos sus títeres o esclavos y no tuviéramos derecho a pensar y actuar por cuenta propia. Nos han vendido un paquete de sueños inalcanzables, que al igual que el horizonte, se alejan más y más. Una democracia basada en la explotación del hombre por el hombre que viene de siglos atrás y cada vez se hace más inhumana y cruel, basada en la venta de los valores morales, la mentira y el engaño, la corrupción y el despilfarro irresponsable de los bienes naturales y materiales que nos pertenecen a todos y se han quedado en manos de unos cuantos...” 

  ̶ Ahora que lo dices, nos han reprimido hasta el derecho a pensar por nosotros mismos, invadiendo y bombardeando nuestro cerebro por todas partes sin darnos cuenta. 

  ̶ Dentro de poco esta escultura tendrá un nombre desconocido, hay palabras que por desuso desaparecen…, se olvidan.  
  

P.D. De seguir como vamos, en unos años las palabras "pensamiento" y "recuerdo", no les dirán nada a nuestros sentidos, si es que logramos conservar estos últimos... Primero fueron los grandes líderes mundiales de la maldad humana, quienes nos sobornaron e implantaron sus pensamientos abominables sobre nuestras mentes, y ahora, la dueña y señora será la IA.
 

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

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lunes, 22 de septiembre de 2025

Conjugando ideas

Amables lectores y queridos amigos blogueros, esta entrega es una especie de recordatorio de las bondades que me ha permitido vivir esta experiencia virtual, la cual me acercó a muchas personas que de alguna manera empezaron a formar parte de mi vida para quedarse en un lugar del corazón.

Entre ellas destaco a entrañables amigas y amigos, las damas primero, ja, ja. 

Mila Gómez, Julia Cambil, Irene Garza, Estrella Amaranto, Marina Collado Prieto, Emerencia Alabarce, Maite Sánchez (Volarela), Euri Mérida, Miguel Pina, David Sánchez Rubio, Emilio Fernández, Federico Rivolta y los compañeros del Tintero de Oro, entre otros que han dejado huellas significativas tanto en mi persona, como en el blog. Gracias a su cariño, respeto, sus puntos de vista e interesantes aportaciones. 
Su visión objetiva y temáticas diferentes en sus propios blogs, despertaron o avivaron en mí, gusto por otros géneros literarios y culturales.  
 
Unos han abandonado los blogs definitivamente y otros por temporadas, por causas muy variadas supongo. Sé que algunos siguen en las redes sociales, como no las uso, no tengo acceso a ellos, pero sigo sintiendo un cariño muy especial por esas personas, y quiero dedicarles esta reflexión.

Debo decir, ante todo, que tres lecturas del devocional “La Palabra Diaria” son las que me han servido de inspiración para hacer esta conjugación de ideas. La del día 17, la del 19 y la de hoy 22 del mes en curso.

Aquí las muestro y debajo de ellas resalto algunas frases que me han resonado mucho.


Frases

Sea cual sea mi llamado, cuento con la energía y el entusiasmo divino en mí para realizarlo.

No es la labor en sí la que me impulsa, sino la actitud con la que la enfrento.

“El alcance de una persona, debe superar lo que puede abarcar; ¿o para qué está el cielo?” Robert Browning.

Al perdonar, recibo perdón; al amar; soy amado, al compartir bondad, disfruto de la alegría de la conexión con quienes me rodean.

El cielo no es un lugar, sino un estado de conciencia.

Sigo la guía interior que me dicta el corazón.

Toda la naturaleza se mueve con ritmo, atravesando fases de acción y descanso, estabilidad y transformación.

Honrar los ritmos y cambios de la vida, que también reconozco en mi propio camino.

El equilibrio es dinámico, como los ciclos de la vida.

Señalando las palabras claves obtengo lo siguiente:

Energía
Entusiasmo divino
Actitud 
Alcance 
Perdón
Amor
Bondad
Estado de conciencia
Guía interior
Acción
Descanso
Estabilidad
Transformación
Honrar los cambios
Equilibrio dinámico


Como podrán observar, estas son palabras mayores, como se les dice a aquellas cuyo significado es de suma importancia. Y son un recordatorio para transitar con equilibrio en la vida. 

Creo que ya he escrito en anteriores publicaciones sobre ellas y eso me hace sentir que definitivamente esta experiencia bloguera me ha reportado muchas introspecciones y reflexiones que de alguna manera me han ayudado a crecer espiritual y emocionalmente.

Lo que quizás no había hecho mentalmente era conjugarlas y hacer de ellas una especie de tiovivo o rueda de la fortuna, cuyo eje central fuera el equilibrio desde el punto de vista dinámico.




La palabra equilibrio de entrada nos ofrece una visión estática, una balanza que se mueve muy poco o casi nada, por lo que se asume inamovible. 

Como respuesta a un ¿Cómo estás? por acá se suele responder, “aquí, más tranquilo que una foto”, y aunque es un buen ejemplo de quietud, no deja de estar sometida a movimientos...

Sabemos que no existe nada estático en el universo, todo está en constante movimiento aunque no lo podamos apreciar, y ese decir que no lo podemos apreciar, no impide sus movimientos, y pese a ellos se evitan choques y caos universal, como la mejor muestra de que existe equilibrio y de que es dinámico.

Así es que lo mejor es que cada uno camine a su propio ritmo, respire a su compás, coma, rece y ame con toda libertad, y viva como mejor pueda y le apetezca, buscando mantener de esa manera su centro de equilibrio personal. 

La cita bíblica de la última imagen, Eclesiastés 3:1, "Todo tiene su tiempo, hay un momento bajo el cielo para toda actividad", siempre ha resonado mucho en mí, ya la he usado otras veces en este espacio bloguero, pero es que es tan certera e irrefutable que nadie puede contradecirla. Lo mismo pasa con asegurar que el equilibrio es dinámico, porque no hay nada exento de movimiento.

Y hablando de ciclos, y transformaciones, como nota final y muy personal, les comparto que hoy nuestro padre cumple 97 años de vida. Honramos los cambios por los que ha atravesado y el privilegio de poder contar con su compañía y todo lo que eso significa a esa edad bien madura, tanto las bondades y satisfacciones, como las necedades y penurias que conllevan. 



Agradecemos en el alma sus condiciones físicas y mentales, que aún le permiten disfrutar de ciertos privilegios que restan los años, y agradezco también que cada una de estas palabras claves, han sido un estandarte que él ha enarbolado a través de su larga vida, con firmeza y con mucha fe en la providencia divina.
 

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

martes, 9 de septiembre de 2025

Orden divino vs necesidad de controlar

No es lo mismo estar en control, que significa estar calmado y consciente, abierto a las posibilidades, que sentir necesidad de controlar todo lo que nos sucede en la vida, que es estar agitado e inconsciente y actuar de manera irracional, poseídos por el ego.

Se dice que hay un orden divino establecido y que todo se rige según ese orden, y que nosotros mismos estamos de acuerdo con él, aunque en apariencia no lo aceptamos así, ya que deseamos influenciar en los acontecimientos bajo nuestras condiciones y tiempo estimado. 



Luego, nos damos cuenta de que el hecho de que no se cumplieran nuestros deseos, fue lo mejor que nos pudo pasar. 

Yo creo que muy a pesar nuestro, el orden divino de las cosas viene a ser como un seguro de vida, un lineamiento que nos mantiene en el camino correcto a transitar, para no perdernos de nuestro propósito y objetivo final.

Veamos lo siguiente:

Si le preguntas a un niño que prefiere, jugar o estudiar, te dirá sin titubeos que quiere jugar.

Si le preguntas a un jovencito que prefiere, jugar o estudiar, te dirá que desea jugar pero que debe estudiar.

Si le preguntas a un adulto que prefiere, divertirse o trabajar, te dirá que le encantaría divertirse pero que tiene que trabajar.




Y es así como van surgiendo las responsabilidades, el “Debo”, antes del “Quiero y deseo”, y también como nacen las prioridades y se entiende que vamos madurando, aceptando los lineamientos de una sociedad exigente y opresora, donde el tiempo y el dinero son quienes marcan el compás de la vida, y no los latidos del corazón.

Si le preguntas a un adulto mayor que prefiere, vivir o morir, te dirá que la vida es una lenta muerte, en la que jugamos a ser alguien para poder sobrevivir, mientras inconscientemente respiramos.

Pues en esa respuesta está contenido el concepto de la necesidad de controlar, ese jugar a ser alguien para poder sobrevivir es lo que nos convierte en controladores, nos llena de apegos y nos roba la libertad de transitar por la vida de manera natural y relajada, por querer ir a nuestro modo y manera pese a todo tropiezo, en una carrera infernal que establece la sociedad.



Lamentablemente nos olvidamos de ese orden que guardan todas las cosas, y vamos por el mundo intentando romper hilos de conexión, saboteando decretos conscientes, y fabricando corazones ambivalentes.

El resultado, un mundo frenéticamente incomprensible, por un lado, esperanza, empatía y amor, por el otro, discordia, apegos y temor. 

Ambos lados se conjugan y fusionan en un mismo sentir, ya que uno influye directamente en el otro, pero actualmente pesa más el malestar que el bienestar, debido a los abusos cometidos hasta con el propio planeta. 

El mundo vacila, entre tristezas y alegrías, dudas y certezas, odio y amor, caos y orden, y la balanza cada vez se inclina más hacia el lado negativo, porque la ambición se ha convertido en una plaga tan invasiva e incontrolable que lo azota con más fuerza que nunca, y está a punto de tambalearse y caer derribado.  



Pero como en apariencia existe un orden establecido en todo, nunca sabremos si el colapso se deberá a nosotros, por nuestro mal proceder. Si a causas ajenas a nuestra intervención debido a ese orden, o a que de todos modos ya se iba a cumplir su vida útil, o sea que, le llegó su tiempo de morir.

Como todo ser vivo que nace, crece, se reproduce y muere, también el planeta algún día lo hará. Puede que las tres razones se hayan conjugado para acelerar las cosas… Mientras, tratemos de nivelarlas un poco para que pese más el bienestar, por el bien de la humanidad. 

Para eso, debemos soltar esa necesidad imperiosa de ambicionar y controlar, que casi todos hemos desarrollado, y que manifestamos en muchos ámbitos de nuestra vida y entorno. 

La palabra clave es "Liberar", soltar apegos y egos, y todo aquello que nos mantiene atados, ciegos y esclavizados, pendientes de asuntos que muchas veces no son cruciales, porque pertenecen al pasado y no hay razón para permitir que te hagan daño ya, o porque ni siquiera se llegan a vislumbrar en un futuro cercano, y lo que es peor aún, sufrimos queriendo dirigirlos a nuestro antojo, sin tomar en cuenta que todo es pasajero y que por más que nos empeñemos en forzarlo, todo cae por su propio peso, y lo que ha de ser, será.   



Si deseas estar triste, vive en el pasado. Si quieres estar ansioso, vive en el futuro. Si quieres estar tranquilo, vive en el ahora. (Anónimo)


Es más sano vivir un día a la vez porque cada día trae su propio afán, que vivir cargado mental y emocionalmente con la nostalgia y traumas del pasado, o angustiarse vanamente por el futuro incierto e indeterminado, perdiéndose el aprendizaje y la belleza del presente, del instante inmediato, el ahora que está ocurriendo… 

Se dice que todo lo que existe, ya fue, que nada es nuevo, y que se rige por una línea de conexiones invisibles que son las encargadas de mantener el orden y equilibrio en el universo y en la vida que hay en el planeta.

Colaborar con esa corriente de armonía nos descarga y ayuda a no hacerle resistencia a las cosas, pues, de todas formas, cuando van a pasar, con nuestra colaboración o sin ella, lo harán. 


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

lunes, 11 de agosto de 2025

La superficialidad

A propósito de mi anterior entrega, en la que hablo de “Renacer”, quiero abordar el tema de la superficialidad de la vida actual, que aunque no es nuevo, sí que ha ido en aumento muy acelerado y se ha convertido en lo más característico de la vida para una gran mayoría de jóvenes y no tan jóvenes. 

Muchas personas se fabrican una coraza a muy temprana edad, y crean un personaje ficticio, un arquetipo diferente al suyo con el que suelen identificarse ante los demás bloqueando su real personalidad, y terminan creyéndose que así son y actuando como tal, pero están lejos de su verdadera forma de pensar, sentir y ser. 


No se dan cuenta de lo desvirtuados y dudosos que se ven por su falta de autenticidad (como en la imagen superior), lo que hace que las personas desconfíen de ellos, y tienden a alejarse por precaución. 

Sin saber por qué causan esa repelencia, no son capaces de entenderlo, aunque son conscientes de que aun teniendo buen aspecto y trato social, siguen estando solos, sin una compañía duradera. 
 
Los bloqueos personales crean bloqueos energéticos que tienden a alejar lo que más anhelas y tarde o temprano terminan causando mucho daño al individuo. 

Los hay en todos los aspectos psicológicos, entiéndase: 

Sentimentales y emocionales (crean problemas familiares, de pareja, de amistad y de convivencia social)

Laborales y profesionales (crean problemas en el desarrollo comunitario, de trabajo y voluntariado)

Vivenciales y psíquicos (crean traumas, miedos paralizantes, aislamiento, agresividad, paranoia, esquizofrenia) 
   
Sociales y filosóficos (desencadenan insatisfacción generalizada, que repercute en el mundo interior y en el desenvolvimiento personal) 

Personales de autoestima (crean problemas que tienden a la infravaloración o al endiosamiento propio) 

Estos entre otros de menor repercusión personal y social.

Como es sabido, las comparaciones siempre han existido y son causantes de muchos de estos problemas, y precisamente apoyado en este último renglón quiero enfatizar mi reflexión, ya que, debido al uso masivo y adictivo de las redes sociales, la autoestima y las apariencias, se han colocado en el primer lugar. 

Hoy día la fachada lo es todo y nos hemos olvidado de profundizar, de mirar a los ojos de las personas y ver más allá de su físico, de ir directo a su alma. 
Complace sobremanera mostrarse como bien sabemos que no somos y llevar vidas ajenas, disfrutando de las críticas destructivas o envidiando las aparentes cualidades y bonanzas.



El juego de la superficialidad sigue a más, y la tecnología está haciendo que se nos olvide hasta pensar, y ni qué decir de todo lo demás. 

Seguidores para que los sigan, convertidos en personajes virtuales muy amistosos, pero en realidad unos verdaderos antisociales y envidiosos, queriendo sacar provecho de todo y ser la envidia de los demás, y en el fondo socializan muy poco a nivel personal, porque hasta en las casas anda cada uno con su celular o tableta y por ahí establecen comunicación.

Perdiendo el preciado y precioso tiempo llevando la vida de gente que nunca conocerá, de famosos del cine y la televisión, de artistas, de políticos, de influencer de cualquier tipo de mierda, de cualquiera que se haga viral o sea protagonista de un escándalo social..., de todos menos de los que supuestamente aman de verdad, y de los de su entorno cercano, a los que sí pueden ofrecer su tiempo, sus manos y apoyo personal, su cariño y respeto, trocitos de sí que serán un estímulo para mejorar este mundo. 
  

  
¿Te sientas con tu pareja y tus hijos a platicar, a compartir juegos, risas, comidas y conversaciones trascendentales? O solo algunas trivialidades del momento, noticias que nada tienen que ver con tu crecimiento personal y espiritual, con la felicidad.

¿Te saturas de noticias violentas y te compadeces del mundo, pero no te atreves a preguntarte, y preguntar a ellos si se sienten bien, si son felices? O sabes que en vuestro interior hay más guerras que las que se libran afuera.

¿Te tomas el tiempo para visitar a tus padres (si los tienes) o solo te conformas con llamar alguna vez? O quisieras hacerlo, pero el ajetreo de vida no te deja, —a pesar de saber que para eso no hay excusa justificada— y te conformas con hablarles por video cámara, o como se llame la última novedad.


Superficialidad es lo que se ve por todos lados, proselitismo virtual, ganar adeptos en las redes con fines de protagonismo y de mantener una imagen que para nada es la real. Cada vez es mayor el vacío existencial y la búsqueda frenética de identidad para llenar ese vacío. 

Pero 

¿A quién le tememos tanto que no somos capaces de mostrarnos tal cual?
 
¿Tan poquito nos valoramos y amamos? O es que sabemos lo horribles que somos por dentro…

La introspección es la madre del autoconocimiento, la solución a todas nuestras dudas y la clave para conocernos mejor, mostrarnos sin disfraces, y tratar resolver nuestros problemas existenciales, y con ellos todos los demás.  

Si tiene alguna duda de ello, propóngase escribir la historia de su vida, y dedíquese a conocerse, aceptarse, entenderse, valorarse y amarse, y deje al resto del mundo ser, sin querer hacer lo que todos hacen, sin necesidad de aprobación, sin limitaciones… 



Sea auténticamente fiel a su persona y a su verdadero Ser existencial, a sus valores y criterios forjados a cada paso de su aprendizaje de vida, no tema mostrarse tal cual es y siente, aléjese de la superficialidad de la vida y bucee en las profundidades, allí encontrará riquezas mayores y permanentes.  

Bucea en tu interior y descubrirás que el odio, los celos o la ira, solo existen en la superficie. En lo más íntimo de tu ser, solo hay amor (Osho)


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

domingo, 20 de julio de 2025

RENACER




Hoy el blog cumple 12 años, una edad catalogada por y para los humanos, como transitoria entre la niñez y la adolescencia. 

En cuanto a este hijo literario, y pidiendo excusas de antemano si resulto arrogante, lo catalogaría como una etapa de desarrollo integral de la adultez, encaminada hacia una vejez prematura —por lo repetitivo, y por la lentitud en la frecuencia de sus publicaciones—, pero con suficiente lucidez y la indiscutible sabiduría propia de esa etapa, difícil pero valiosa, que una mayoría desea transitar. 

He sopesado dejar el blog hasta aquí por ahora y retirarme por un tiempo o definitivamente, pero al parecer me quedan cosas por decir y aprender de lo dicho, pues aun los susurros interiores resuenan fuertes en mí, pidiendo que preste atención a ellos y que siga con el blog. 

Pues bien, aquí seguiré escuchándolos y aprendiendo, y de vez en cuando dejando por escrito mis asombros, certezas y suspiros en el blog, lo que sea que se le ocurra a mis musas y al Ser que me habita. Que para esta ocasión me han planteado dirigir mis palabras hacia el renacer de la vida. 




Hay un momento cumbre en la vida de cada uno en el que algo provoca un electrizante chasquido, como si se nos hiciera la luz en medio de toda una vida de ceguera. Es entonces cuando empezamos a cuestionarlo todo, y en ese punto de no retorno nos abrimos a una forma diferente de pensar y ver la vida, a un RENACER que nos deja sentir de golpe y porrazo el valioso peso del tiempo que creíamos perdido.

Ese chasquido nos permite entender que en ese tiempo que parecía perdido, se reforzó la base de la escalera que sin darnos cuenta, desde muy pequeños fuimos fabricando escalón tras escalón, subiendo un paso a la vez. 

Al principio con miedo, luego con emoción y valentía, hasta que al hacernos conscientes de nuestra pesada carga, dudamos de su resistencia. Y al creernos muy cerca ya de la cumbre, nos detenemos a sopesar las consecuencias de seguir avanzando. Incluso con más temor del que empezamos a subirla, nos aterra el descenso. 

Por eso muchas veces, antes de hacer realidad ese descenso, algo te obliga a quedarte un buen tiempo observando lo alcanzado, preguntándote si eso era todo, si valió la pena lo mucho que hiciste a un lado y lo que dejaste atrás sin reparos, y si tu empeño en continuar avanzando te hizo perder lo mejor del camino o desvió tu rumbo. 

Si permanecemos en ese estado de introspección reflexiva, en aparente inactividad, agudizando bien los sentidos, en especial el que menos usamos y desarrollamos —el sexto sentido— al sentir ese electrizante chasquido y encontrar una o varias respuestas satisfactorias, acabaremos entendiendo que, todo en la vida es solo trayectoria, un peregrinar descubriendo y aprendiendo a escalar y a descender, a agarrar y a dejar ir…, viviendo y muriendo con cada paso decidido y vencido.




Cuántas veces nos tocó la puerta el descontento interior. La fuerza se convirtió en fragilidad y el entusiasmo en pesadez y apatía. Y cuantas veces hicimos caso omiso a eso cambiando de enfoque, o sea, desestimando el malestar interior y reemplazandolo por supuestos logros y razones exteriores para seguir en más de lo mismo...

Y así no afrontar la necesidad de cambios drásticos en nuestra vida, teniendo que aceptar fracasos o errores que lastimaran nuestro ego y que nos enfrentarían a una persona totalmente desconocida para nosotros el verdadero Ser interior que nos habita— a quien le dimos la espalda hace muchísimo tiempo atrás. Estas actitudes no son más que engaños de la mente para mantenerse en control de nuestra vida y que el Ser interior, nuestro verdadero Ser, pase desapercibido frente a su permanencia e insistencia.

Pero tarde o temprano ese Ser interior nos despierta del sueño del ego mediante ese chasquido y de ahí en adelante, aunque las cosas se tornen extrañas y nos parezca que cuestan más sobrellevar, empezaremos a sentirnos mejor anímicamente, a valorarnos y amarnos por encima de todo y a darnos cuenta de que la vida es más simple y armoniosa de lo que pensábamos. 

Llegado ese momento en el que nos sentimos ¡tan a gusto! nada ni nadie nos podrá alterar nuestro sistema de creencias, por el hecho de que han sido forjadas por el propio Ser, no por las instrucciones de otros. Y es cuando los peldaños de la escalera se convierten en una suave alfombra blanca que nos mostrará el camino, desaparecerán nuestras pesadas cargas y así llegaremos a surcar los cielos hacia una ligera y reconfortante eternidad.  




Nunca sentí que perteneciera mucho a este mundo humano, y pese a eso, traté de integrarme lo mejor que pude, aunque cada día que pasa, según avanza la tecnología y la vida se ha vuelto tan superficial y fantasiosa, me siento más distante de él. 

Pero como sigo aquí, atrapada en este cuerpo actual, continuaré intentando que mis alas se sigan reforzando, y que su periódico aleteo les permita encontrar las fuerzas para continuar el largo viaje de mi vida existencial, hasta que al fin, pueda volar alto y surcar los cielos de la eternidad. 

Para terminar, quiero una vez más dar las GRACIAS DEL ALMA, a todos los que me han acompañado en este corto y a la vez largo peregrinar.

Ustedes son parte de este espacio de reflexión y crecimiento interior y con sus comentarios han ayudado a crecer a esta alma que inició algo errática, llena de dudas y prejuicios, con inquietudes que fueron tomando forma, revelando el misterio que las hacía tan insistentes y persuasivas, y de esa manera ayudando a liberarlas para poder RENACER




GRACIAS POR EL REGALO DE VUESTRA PRESENCIA, POR DEJAR SU ESENCIA EN MÍ, COMO MUESTRA DE QUE VIVÍ.


P.D. Comparto este enlace del blog de Jorge Oyhanarte, con una poesía titulada “No temas a tu partida”, que le va muy bien a esta reflexión.  


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.