Si nos dijeran que estamos metidos dentro de un enorme juego y que todo nuestro accionar en la vida no es más que puro entretenimiento y adiestramiento
¿Cuál crees que sería tu reacción inmediata?
Enojo, frustración, incredibilidad, desánimo, indignación, rabia por sentirte engañado, tristeza y desilusión…, o por el contrario, celebrar la vida con más diversión.
Y si llegaras a saber y además comprobar que todo esto es solo un juego
¿Te apetecería seguir jugando?
Yo digo ¿Por qué no, si ya llevo toda una vida o muchas vidas haciéndolo? Y si lo hacía sin saberlo, con más fé jugaría entonces ahora que lo sé, porque después de todo, la diversión está garantizada, ja, ja.
Hay una famosa frase de Elbert Hubbard que dice lo siguiente:
No te tomes la vida demasiado en serio. Nunca vas a salir vivo de ella.
Eso está harto comprobado por todos los vivos y creo que también por todos los muertos. Y quizás la frase no sea un mal consejo si supiéramos a ciencia cierta que esto, es solo un juego y nada más.
Que aquí nada va en serio, que los sufrimientos y alegrías, recompensas y castigos, son solo una ilusión de la mente, la cual juega más con nosotros, que nosotros con ella.
Además, le hemos cogido el gusto a este juego, porque nadie quiere en realidad morirse, al menos la mayoría no lo desea así por así, llanamente, solo si tiene alguna gran complicación de salud física o mental, entiéndase enfermedades graves, adicciones muy fuertes, problemas financieros insalvables, depresiones emocionales difíciles de lidiar y un largo etcétera.
Pero si usamos debidamente el control mental y tenemos la seguridad de que es solo un juego, es seguro que lo podremos solucionar.
Nada es tan grave como para dejarse aplastar por el fantasma de la elucubración y la muerte, sin resistirse.
Ni tan serio, como para no agregarle una buena dosis de diversión a las adversidades de la vida.
Aunque los juegos son cosas de la infancia, de niños, y me refiero a todos aquellos que conllevan imaginación, ilusión y fantasía con una buena dosis de inocente diversión, a los adultos también nos gusta jugar, o al menos observarlos a distancia si no podemos participar en ellos.
Por eso hemos inventado todo tipo de juegos, disciplinas y competencias deportivas, entretenimientos en salas de juegos, apuestas y cosas por el estilo y un sinfín de modalidades de juegos exclusivamente para adultos, que dicho sea de paso, muchos pierden su naturaleza inicial y se vuelven un comercio vulgar, otros son casi prohibitivos por lo que llegan a desencadenar.
Pero aún así, los adultos disfrutan los juegos como si fueran niños jugando a sus juegos inocentes, porque en el fondo seguimos siendo niños, aunque no tan inocentes…
Hoy en día están más de moda los videojuegos que cualquier otro tipo de juego, y los dibujos animados están siendo manipulados, encaminados a condicionar la mente de los niños a intereses no tan sanos, haciéndoles creer que realidad y fantasía es lo mismo, así su mente se vuelve más confusa y más maleable.
Pero los humanos siempre se las arreglan para salir a flote y vencer, y los niños han desarrollado una inteligencia y perspicacia fuera de lo común, cosa que quizás no advirtieron los que dirigen el juego.
Como bien dicen, cada generación viene equipada para vivir y sobrevivir en su tiempo.
Por eso la preocupación debería de estar ya obsoleta, permitiéndonos vivir más relajados. Ocupados, pero no preocupados, más bien entregados al juego con el único interés de pasarla bien, en lugar de sobrecargarse con un doloroso tedio que nos impide la diversión y acaba por aburrirnos, convirtiéndonos en seres sin alma y sin un propósito divino.
Así que, aunque te retuerzas de dolor, tengas fuertes calambres y llores como un niño al no poder soportar tu postura en este twister de la vida, no dejes de jugar.
La vida si no es un juego, es algo muy parecido, en el que cada uno tiene una muy importante cuota de participación. No lo olvides, diviértete ejerciendo la tuya.
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