martes, 9 de septiembre de 2025

Orden divino vs necesidad de controlar

No es lo mismo estar en control, que significa estar calmado y consciente, abierto a las posibilidades, que sentir necesidad de controlar todo lo que nos sucede en la vida, que es estar agitado e inconsciente y actuar de manera irracional, poseídos por el ego.

Se dice que hay un orden divino establecido y que todo se rige según ese orden, y que nosotros mismos estamos de acuerdo con él, aunque en apariencia no lo aceptamos así, ya que deseamos influenciar en los acontecimientos bajo nuestras condiciones y tiempo estimado. 



Luego, nos damos cuenta de que el hecho de que no se cumplieran nuestros deseos, fue lo mejor que nos pudo pasar. 

Yo creo que muy a pesar nuestro, el orden divino de las cosas viene a ser como un seguro de vida, un lineamiento que nos mantiene en el camino correcto a transitar, para no perdernos de nuestro propósito y objetivo final.

Veamos lo siguiente:

Si le preguntas a un niño que prefiere, jugar o estudiar, te dirá sin titubeos que quiere jugar.

Si le preguntas a un jovencito que prefiere, jugar o estudiar, te dirá que desea jugar pero que debe estudiar.

Si le preguntas a un adulto que prefiere, divertirse o trabajar, te dirá que le encantaría divertirse pero que tiene que trabajar.




Y es así como van surgiendo las responsabilidades, el “Debo”, antes del “Quiero y deseo”, y también como nacen las prioridades y se entiende que vamos madurando, aceptando los lineamientos de una sociedad exigente y opresora, donde el tiempo y el dinero son quienes marcan el compás de la vida, y no los latidos del corazón.

Si le preguntas a un adulto mayor que prefiere, vivir o morir, te dirá que la vida es una lenta muerte, en la que jugamos a ser alguien para poder sobrevivir, mientras inconscientemente respiramos.

Pues en esa respuesta está contenido el concepto de la necesidad de controlar, ese jugar a ser alguien para poder sobrevivir es lo que nos convierte en controladores, nos llena de apegos y nos roba la libertad de transitar por la vida de manera natural y relajada, por querer ir a nuestro modo y manera pese a todo tropiezo, en una carrera infernal que establece la sociedad.



Lamentablemente nos olvidamos de ese orden que guardan todas las cosas, y vamos por el mundo intentando romper hilos de conexión, saboteando decretos conscientes, y fabricando corazones ambivalentes.

El resultado, un mundo frenéticamente incomprensible, por un lado, esperanza, empatía y amor, por el otro, discordia, apegos y temor. 

Ambos lados se conjugan y fusionan en un mismo sentir, ya que uno influye directamente en el otro, pero actualmente pesa más el malestar que el bienestar, debido a los abusos cometidos hasta con el propio planeta. 

El mundo vacila, entre tristezas y alegrías, dudas y certezas, odio y amor, caos y orden, y la balanza cada vez se inclina más hacia el lado negativo, porque la ambición se ha convertido en una plaga tan invasiva e incontrolable que lo azota con más fuerza que nunca, y está a punto de tambalearse y caer derribado.  



Pero como en apariencia existe un orden establecido en todo, nunca sabremos si el colapso se deberá a nosotros, por nuestro mal proceder. Si a causas ajenas a nuestra intervención debido a ese orden, o a que de todos modos ya se iba a cumplir su vida útil, o sea que, le llegó su tiempo de morir.

Como todo ser vivo que nace, crece, se reproduce y muere, también el planeta algún día lo hará. Puede que las tres razones se hayan conjugado para acelerar las cosas… Mientras, tratemos de nivelarlas un poco para que pese más el bienestar, por el bien de la humanidad. 

Para eso, debemos soltar esa necesidad imperiosa de ambicionar y controlar, que casi todos hemos desarrollado, y que manifestamos en muchos ámbitos de nuestra vida y entorno. 

La palabra clave es "Liberar", soltar apegos y egos, y todo aquello que nos mantiene atados, ciegos y esclavizados, pendientes de asuntos que muchas veces no son cruciales, porque pertenecen al pasado y no hay razón para permitir que te hagan daño ya, o porque ni siquiera se llegan a vislumbrar en un futuro cercano, y lo que es peor aún, sufrimos queriendo dirigirlos a nuestro antojo, sin tomar en cuenta que todo es pasajero y que por más que nos empeñemos en forzarlo, todo cae por su propio peso, y lo que ha de ser, será.   



Si deseas estar triste, vive en el pasado. Si quieres estar ansioso, vive en el futuro. Si quieres estar tranquilo, vive en el ahora. (Anónimo)


Es más sano vivir un día a la vez porque cada día trae su propio afán, que vivir cargado mental y emocionalmente con la nostalgia y traumas del pasado, o angustiarse vanamente por el futuro incierto e indeterminado, perdiéndose el aprendizaje y la belleza del presente, del instante inmediato, el ahora que está ocurriendo… 

Se dice que todo lo que existe, ya fue, que nada es nuevo, y que se rige por una línea de conexiones invisibles que son las encargadas de mantener el orden y equilibrio en el universo y en la vida que hay en el planeta.

Colaborar con esa corriente de armonía nos descarga y ayuda a no hacerle resistencia a las cosas, pues, de todas formas, cuando van a pasar, con nuestra colaboración o sin ella, lo harán. 


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

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