La vida nos mueve a emprender viajes de descubrimientos, unos pueden ser cortos y otros muy largos, en el camino vamos conociendo y aprendiendo del entorno, de las personas con las que nos cruzamos momentánea o temporalmente, de aquellas con las que convivimos por un buen tiempo, de nosotros mismos a través de nuestras aptitudes, de las reacciones y actitudes ante las cosas, y de los acontecimientos mundiales y el colectivo humano en general.
En esos viajes que emprendemos casi vacíos, a diario nos vamos llenando y cargando emociones y sentimientos, fabricando las alegrías y tristezas que con el paso de los días, meses y años van tejiendo nuestro pasado, el cual se mantiene siempre latente en el presente, y nos persigue como la sombra que proyectamos, impidiendo que el futuro sea diferente.
Queremos cambios inmediatos, ya que la vida parece muy corta, pero mientras sigamos enarbolando la bandera del pasado, y viviendo bajo la influencia de lo sucedido, con actitudes perniciosas y egoístas, no conseguiremos ver cambios positivos en nosotros, ni en la sociedad global humana.
Permítanme convidaros a hacer este ejercicio mental de visualización…
Si cada cual hace de cuentas que el mundo solo lo conforma su entorno y el medio en que se desenvuelve, y reflexiona en cómo se comporta con los demás y con él mismo, se va a hacer consciente de cuál es su parte en el conflicto que generamos a nivel mundial. Como bien dicen, la regla debe empezar en la casa, pero la gran mayoría solo ve la paja en el ojo ajeno, y no hay un solo ser humano que no infiera una cuota de daño por sus actos, todos cargamos a cuestas con una piedra al menos, que arrojamos injustamente.
Es hora de aceptar nuestra cuota de permisividad, apoyo e indiferencia, y replantearnos hasta qué punto podemos revertir el mal causado.
Pongamos un alto a ese tren imparable y demoledor del progreso, que se detiene en determinados lugares momentáneamente a dejar las ganancias económicas que son fruto de la opresión y esclavitud humana de gran parte de la sociedad mundial.
No seamos cómplices de esa maquinaria consumista que últimamente deja más muerte y dolor a su paso, que beneficios colectivos.
Si nos esforzamos de corazón por remediar cualquier daño causado y pedimos ese perdón consciente y verdadero, aún sea de forma silenciosa, es seguro que encontraremos alguna manera de enmendarlo, con alguien o con algo, y nos liberaremos de esa carga que nos impide avanzar y estar en paz interiormente, lo cual suma discordia al colectivo.
Después de haber pasado cuatro años de esa terrorista y nefasta pandemia, fuera creada o no, real o implementada por el miedo colectivo generado, definitivamente nos dio qué pensar, y aunque alejó a muchos por un miedo natural y egoísta a morir, también acercó, conmovió al mundo removiendo cimientes significativas el en corazón humano.
No dejemos pasar esta oportunidad de reinventarnos, de dirigir nuestras fuerzas internas a un verdadero cambio de actitud, de integración y comprensión de vida… Mientras sigamos cargando culpas y rencores en nuestro interior, seguiremos viviendo con angustia y sufrimiento, por ende, creando conflictos.
El 2024 me parece que es un buen momento para cambiar todo esto, dejar de ser entes sumergidos en el egoísmo, la ambición y la indiferencia. Con esto no pretendo decir que permanezcamos lamentando las guerras y viendo todo el lado negativo de la vida, sino todo lo contrario, sabiendo que aún hay mucho dolor, guerras y hambre, pensar en su desaparición como algo factible y cercano, no como imposible o muy lejano.
Lo que piensas con toda tu energía puesta en ello, lo creas y se convierte en una realidad palpable.
Sembrando optimismo, perdonando y pidiendo perdón vamos disolviendo esos conflictos menores que a diario nutrimos en nuestros corazones (envidias, juicios a priori, desvalorización del prójimo, riñas, celos, maltrato, abusos de confianza y poder, etc.) y que son peccata minuta comparados con los grandes conflictos bélicos que están masacrando los pueblos, y con los que de alguna manera hemos contribuido, por formar parte de un mundo ambicioso que desea la comodidad y el progreso sin importar el precio que están pagando muchos por esto.
Despertemos, la vida no es un juego de niños, tampoco de tontos ni borregos, usemos todo nuestro poder intrínseco de intuición y sabiduría para discernir y descubrir lo verdaderamente hermoso y valioso de esta existencia, que nada tiene que ver con dinero ni ambiciones materiales superfluas, esto se trata de algo infinitamente colosal, puramente gozoso, místico..., divinamente espectacular.
Me despido con esta hermosa melodía y voz. Ángel, por Sarah McLachlan.
Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.
Querida Idalia,
ResponderBorrarEs cierto, y no tan complejo, que si cada individuo siembra la paz con los suyos y esto se convirtiera en una doctrina colectiva nuestro mundo sería mucho mejor. Las envidias, celos y las ansias de tener la razón nos ciegan como especie. Por otro lado, entiendo que la esperanza es la mejor motivación para cualquier desempeño. Cualquier año, cualquier día o cualquier mañana es una buena oportunidad para reescribir la historia.
Preciosa la despedida con el tema de Sarah McLachlan.
Besos y abrazos hasta el Caribe.
Así es Miguel, no es tan complicado sembrar la paz en nuestro entorno, los complicados somos los seres humanos que nos encanta retorcerlo todo y crear conflictos donde no los hay por nuestra manera de pensar y atribuirle cosas al otro.
BorrarMuy bueno que resaltes esa esperanza y sobre todo que no hay una fecha especial para hacer los cambios pertinentes y mejorarnos. Gracias.
Me alegra que te gustara la despedida, el tema de esa película (Ciudad de Ángeles) tan emotiva y bonita historia. Me encantan todas las de Meg Ryan..., y muchas de Nicolas Cage.
Recibe un cálido y afectuoso abrazo.
"Divinamente espectacular" Soberbio final para tu reflexión, con la que comulgo al 100 por 100. Sólo cambiará el mundo cuando nosotros cambiemos, uno a uno... Y el perdón es la mayor medicina, terapia, cura... para el alma. Nos hace comprender lo cerca que estamos unos de otros.
ResponderBorrarInspirador... Gracias... Y Azul, el color de la Armonía y la claridad... como tu simpático protagonista, je,je! ;)
(Perdona, soy Maite, de "Cántico de Gratitud" You Tube, es que te comento desde mi otra cuenta) :)
Maite, muchas gracias por tu visita y por este generoso comentario que dejas, que bien resumes este contenido y mensaje central de la publicación.
BorrarEn otro orden con respecto a la entrada anterior, si, el azul es un color precioso y muy significativas todas sus diferentes tonalidades, desde el más pálido hasta el índigo tan espectacular.
Descubrí tu canal gracias al de Mila, que por ella me acuerdo de que existe youtube, ja, ja, entro muy poco a menos que sea a ver sus videos o a buscar canciones para subirlas en mis entradas, pero me gustó tu canal, pude ver que es muy interesante y hermoso tu contenido allí, incluyendo el título. Un abrazo.
¡Hola, Idalia! Como es habitual, no puedo más que firmar debajo de tu reflexión. Eludir la responsabilidad es quizá el mayor obstáculo para el cambio. Yo no soy responsable de esto, si aquel hace aquello por qué yo no, cuando el gobierno de turno cumpla lo haré yo también... Son frases recurrentes en el día a día para justificar los muchos actos que hacemos a sabiendas de que no son correctos.
ResponderBorrarEs evidente que cada individuo tiene un campo de acción limitado, los poderosos tienen un perímetro muy amplio, pero ¿para qué cambiar si así nos va bien? La gente corriente lo tenemos más chiquito y pensamos que siendo así poco podemos hacer, así que ¿por qué cambiar?
Es la perversión del sistema, darnos mil y una tareas que nos distraigan para no pensar y aceptar mansamente lo que el Poder nos dice que pensemos. Como esa idea del Progreso, la nueva religión de nuestro tiempo. Veo todos estos avances tecnológicos y, sinceramente, veo muy pocos que cubran alguna necesidad vital real para el ser humano. Solo sirven para abrir mercados de negocio a base de explotar el planeta y llenar los bolsillos de los de siempre.
El cambio comienza por uno mismo, es solo un grano, pero trillones de granos hacen una playa. Un abrazo!!
¡Hola, David! me siento muy agradecida de tu puntual y bien edificado comentario, elocuente, explícito y bien certero, y el final me recuerda la parábola del colibrí, cuando al final dice que no puede solo pero está haciendo su parte.
BorrarGracias David, un fuerte abrazo.
"Aceptar y remediar" qué bien estaría saber aceptar esas 'piedras' que por pequeñas que sean, causan algún dolor a uno mismo o a cualquier otro, consciente o inconsciente. Buenísimo el ejercicio visual que pones, mi querida, Harolina, viéndonos a nosotros mismos, con total honestidad podemos descubrir esas actitudes cometidas tal vez sin querer pero que han causado algún daño, y aunque no veamos ninguna al hacer el ejercicio, me parece sumamente importante lo del perdón; perdonar y perdonarse, para mí es como una especie de meditación, un hablar silencioso a ese Ser divino que somos, y que creo en algún nivel de nuestra conciencia nos escucha, con ello podemos aportar sanación, nuestro granito de arena para que el mundo al menos sea más llevadero para todos. Cada día dicen y creo, es una vida, y en ella se puede hacer mucho bien.
ResponderBorrarDejemos atrás lo pernicioso, eso es negativo que mina el alma, y que el mayor daño se lo hace uno mismo. Aún falta por cambiar muchas cosas, pero lo principal es el cambio en uno mismo, poner el remedio que siempre está al alcance. Si bien sabemos, que los que manejan los hilos nada tiene que ver con la actitud de cada cual, vivimos momentos demasiado importantes como para descuidar lo básico, la simpleza la honestidad, pero sobre todo el estar bien con uno mismo siendo fiel a aquello que puede servir a todos. Apuesto por lo positivo, pese a los rayos que nos van cayendo.
Sabes, cuando comenzamos el año pensé lo mismo que tú, que el 2024 es ideal para que empecemos el cambio, sinceramente creo que es necesario, por mi parte he de centrarme en mí misma, y si todos hacemos lo mismo podríamos conseguir una buenísima mejora.
Buenísima reflexión, querida amiga, una apuesta sincera y valiente para no caer ni en el engaño ni en el desengaño, aceptar y centrarnos en lo necesario. Gracias, Harolina, laerte, siempre abre una vía de luz.
Abrazos y besos:)
¡Me encanta la canción!
ResponderBorrarQuerida Mila, gracias por la generosidad, la sinceridad y la luz que contienen tus palabras.
BorrarHas hecho una interesante y elocuente retroalimentación del texto, cosa que siempre agradezco y es un plus, ya que a veces me disparo en palabras repetidas y eso tiende a cansar y desconcentrar.
Gracias amiga, me alegra lo de la canción, es hermosa y la artista y su arte también. Un beso y fuerte abrazo.
P.D. Veo que escribes con tu otro perfil.