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viernes, 21 de octubre de 2022

Libertad individual

En esta ocasión hablaré nuevamente de libertad, pero no enfocada en la esclavitud, sino más bien en lo que puede causar la ausencia de libertad en cualquier ser vivo, en su cuerpo y su alma.
 
Siempre que se habla de libertad, se piensa en las aves, en su vuelo y como van de un lado a otro sin límites ni fronteras que les impida hacerlo, aunque no todas las aves gozan de esa libertad, muchas viven en cautiverio, confinadas en frías jaulas para deleite visual de las personas, o con la excusa de que ahí están más seguras, con alimentos y fuera de peligro. Aun así, nada evitará que mueran.

Una sabia frase dice así: ¡Si quieres escuchar el canto de las aves, no compres una jaula, planta un árbol!


La fotografía anterior es de un área de mi casa, ahí tengo desde hace tiempo un par de loritos de madera en colores, colgando de un trozo de madera circular (un adorno muy típico de nuestro país). Hace poco los puse con todo y su soporte dentro de una jaula. Se preguntarán el por qué...
Bueno, es fruto de una historia que resultaría muy larga de contar, así que bien podrían atribuirlo a una especie de locura que padezco desde siempre, ja, ja, es válido creerlo y están en libertad de hacerlo, de eso se trata esta reflexión, de libertad. 

Todo ser vivo al que se prive de libertad, es como quitarle la vida y convertirlo en momia viviente. ¿Acaso  encerramos a nuestros hijos en casa para que estén seguros y a salvo de los males exteriores, o para nuestro deleite?

El encierro animal es un crimen y duele en el alma ver la tristeza que reflejan,  aun canten en sus jaulas, su canto no es igual al de los que revolotean alegres a su alrededor. Lo he presenciado en la casa de un familiar que tiene pajaritos enjaulados y son visitados por otros que están en libertad. 

Lo mismo pasa en el zoológico, ya hablé de eso en una entrada antigua, dejo el enlace por si la desean leer.

También duele ver que el perro del vecino de al lado, se pasa el día solitario y triste, confinado en una terraza del segundo piso (casi descubierta por completo) hasta que ellos regresan bien entrada la tarde. Desde que los siente llegar el perro empieza a gemir y llamar la atención, con una alegría bañada de tristeza por su soledad, esperando que lo dejen entrar a la casa y le den afecto y comida, cosa que no siempre consigue, todo depende del humor con que ellos lleguen. 




Aquí en la casa tenemos dos gatos, Puchy (el blanco y negro), el más viejo de los dos, tiene casi ocho años con nosotros y es mi sombra donde quiera que me mueva, el otro es Rolandito (el rubio), lleva ya casi dos años con nosotros, es muy cariñoso. Ambos son bien grandes y hermosos, les dejamos gozar su naturaleza plena por un tiempo, pero los pleitos callejeros llevaron a mi hija Emilia (que es quien los acoge) a tomar la decisión de castrarlos. A Puchy hace años y a Rolandito más recientemente. 

Sé que en parte mutilamos su libertad, y percibo cierta tristeza en ellos al verlos tan tranquilos y aburridos. Les pregunto si están en depresión. Puchy ya está resignado, pero Rolandito aún no lo asimila bien y se acentúa más su tristeza. Desde luego que pasan el día buscando entretenerse, juegan y se pelean entre ellos como hacen los hermanos, o salen a merodear por los alrededores, y no todo es tristeza. Pero de un tiempo acá, puedo sentir las emociones de otros, sean humanos o animales, y me apena sentirlos tristes, aunque verlos mal heridos y desnutridos como les ocurre mayormente a los gatos machos del sector pues hay muchas gatas, es más penoso aún, pero esa no deja de ser su naturaleza.  

Volviendo a las aves, estoy segura de que esas que están libres y visitan a las que están enjauladas, de alguna manera son afectadas por esa tristeza o esa falta de alegría natural de las de su especie, y aunque se vean felices, de seguro lo fueran más si todas gozaran de libertad.    


En los humanos el pesar por ausencia de libertad tiene consecuencias más graves, ya que las emociones negativas arropan la mente, y la aflicción que acompaña el drama, tiende a destrozarnos el alma y hacernos presas fáciles de la depresión y otras enfermedades mentales y físicas, fruto de la misma causa.

La libertad individual está unida a la libertad colectiva, ya que convivimos los unos con los otros, en sociedad y comunidad. Lo que atañe a uno, le atañe a los demás, por mucho que no lo tomemos en cuenta. Todos estamos conectados, cada especie unida por un hilo conector y todas las especies en general unidas por un fuerte enlace, ya que compartimos el mismo planeta, por lo tanto, el mismo aire, todo lo demás sale de las entrañas de la tierra, las fuentes acuíferas que sostienen la vida, los alimentos…, absolutamente todo. 


Nacemos de un cuerpo, un huevo o lo que sea, permanecemos unidos a él por un tiempo en el que nos alimenta o calienta, hasta que llega la hora de salir afuera, pero ya ahí, seguimos manteniendo cierta dependencia, porque todo obedece a una cadena de atenciones, de producción alimenticia y de propósitos que hacen posible la vida en sociedad o comunidad.   
 
Ser libre no es hacer lo que nos da la gana, eso es ser desconsiderados hasta con nosotros mismos. En República Dominicana se suele decir de manera jocosa, que la gana les da a los perros. Sea así o no, a los humanos nos mueve algo más que la necia gana, para sentirnos libres de verdad. 
Una ilusión, un deseo del alma, un sentimiento fuerte y sincero por algo o alguien, un gesto de generosidad o solidaridad, el respeto a uno mismo y a los demás, un bienestar colectivo, y sobre todo, amar, nos hacen más libres de lo que creemos. 

Solo es cuestión de autenticidad y sinceridad, de desapego, de soltar la ambición y la necesidad de control, es cuestión de bienestar emocional duradero, más que un mero gozo pasajero.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

12 comentarios:

  1. ¡Hola, Idalia! La libertad sin duda es el mayor anhelo, y sin ella es imposible que un ser vivo pueda desarrollar su potencial. Sin embargo, son muchas las cadenas que la atan. Algunas nacen de la Autoridad competente, pero las más férreas son las que nacen de nuestro papel en el entorno. No vivimos solos, y la compañía de la familia, la obligación laboral, los compromisos sociales son algo difícil de gestionar en ocasiones. Por supuesto también están las que nos imponemos nosotros solos, eso no lo puedo hacer, no lo puedo lograr, ¿para qué meterme?
    Un tema que merece mucho debate como el que nos invitas, y lo merece porque pienso que buena parte del estado de depresión que vive la sociedad de hoy día viene por ahí: por negar la libertad del individuo. Un fuerte abrazo!!

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    1. ¡Hola,David, por fin aparezco, ja, ja, muchas gracias por venir y dejar tan interesante comentario, cargado de muchas realidades con las que estoy totalmente de acuerdo.
      Otro fuerte abrazo para ti David.

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  2. Hola, querida Harolina, que bien has planteado el tema de "la falta de libertad", coincido contigo en los pájaros enjaulados, y en el resto de seres vivos que se les priva de libertad. Lo del perro me ha dejado un gran poso de tristeza. Y tristeza también deben de sentir esas aves, tal y como dices. Pero te contaré un caso de una amiga, muy amante de los pájaros; Tiene sobre los 40 aprox, yo se los he visto, y te aseguro que no noté tristeza en ninguno (debe ser la excepción, ja,ja). Mi amiga los suelta por casa a veces tiene las ventanas abiertas y alguna vez salen, y despuñes regresan, y cuando llega la hora de dormir, les habla y dice que se vayan a sus aposentos (jaulas), y cada uno tiene la suya, alguno comparten, y ya saben donde ir, ja,ja, es graciosísimo verlos. Para ella son sus hijos y creo que ellos lo saben, lo que me viene al pensamiento es, lo de siempre; el amor, y eso lo notan hasta los llamados "animales". El perro de tu vecino, sin duda está triste porque le falta lo esencial, el amor.

    Veo a tus gatitos muy bien, pero ciertamente, si han sido castrados es posible que sientan esa tristeza por haber perdido la libertad que ya tenían. Sigue hablando con ellos, de seguro se les pasará, sabes dar amor y ellos lo sentirán.

    Y sobre los humanos, muy buena y sabia tu reflexión, ya después del nacimiento, en cierta forma se nos priva de la libertad, pero si después sabemos actuar en colectivo, con respeto y con la palabra mágica que une y dices; AMAR, entonces la privación de libertad se convierte en libertad, por el echo de actuar como uno para el bien de todos.

    Me encantó, el último párrafo "Nacemos..." es una maravillosa forma de interactuar en sociedad. Gracias infinitas, amiga. Un placer de conocimiento tu visión.
    Abrazos y besos, para cada día de la semana, y más...

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    1. ¡Hola querida Mila! ya ves lo perdida que sigo, hoy me digné a contestar sus comentarios, y de veras que agradezco en el alma vuestras visitas, son el aliciente para seguir escribiendo aunque sea poco.
      Gracias por compartir esa experiencia de tu amiga con las aves, la diferencia es que ella las deja salir de la jaula, las que cuento siempre están ahí, enjauladas y ver las otras revolotearles libremente creo que les afecta, aunque no dejan de cantar.
      Mila, gracias por tus palabras reflexivas sobre el colectivo humano, y si, el AMOR lo cambia todo y marca la diferencia en todos los seres vivos.
      Ya ves amiga, no sabia de que escribir y salió esta entrada, creo que solo es cuestion de observar la vida y aplicarnos, en todo hay material reflexivo y aprendizaje de vida.

      Gracias por esa bella despedida, muchos besos para ti también amiga del alma.

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  3. ¡Hola, Idalia!
    Suelo pensar que la libertad en general no se valora hasta que por alguna razón nos podemos ver privada de ella: penas de prisión, ingresos hospitalarios, reducción de la movilidad, etc. Luego estaría el complejo mundo de las libertades. Hay individuales cuando vivimos en comunidad. Ahí existe mucha tela por cortar. Respecto a la libertad animal directamente no cuentan con ella y son ellos los que deberían protestar je, je. La castración gatuna, por desgracia, es muy necesaria y pienso que con el tiempo los animales se vuelven más tranquilos, siguen haciendo cosas de gatos y además se dejan de líos de faldas jajajaaj.
    Feliz domingo en tu Caribe.

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    1. ¡Hola Migue! No pienses que me he olvidado del blog ni de ustedes, aquí estoy para darte las gracias por la visita y por tu comentario siempre atinado y muy esperado por mi, porque además de interesante, le pones esa nota jocosa que me encanta.
      Gracias y perdón por la tardanza, espero que estés bien y feliz, te envío un abrazo cálido y una sonrisa.

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  4. Hola Harolina, has expuesto un tema realmente importante: la libertad de todos los seres vivos, esa libertad que de la que se priva, desgraciadamente a muchas especies. Yo no tengo gatos ni perros, pero me siento muy apenada con las cosas que veo les hacen a los pobres. Muchas personas los adoptan o los compran para dejarlos solos en sus casas sin darles la atención y los cuidados que merecen. He visto perros asomando la cabeza por las rejas de un estrecho balcón en el que no sé ni como pueden sacar su cabeza por ahí, eso para mí son actos de maltrato, no se puede acoger un animalito para tenerlo reducido en un espacio en el que no puede ni moverse. El tema de los zoos es deprimente y denigrante para estas especies que han sido secuestradas de su hábitat natural para introducirlos en mínimos espacios en los que permanecen en estado aletargado, dejan de ser y de hacer lo que es de naturaleza para ellos. Hace muchos años que al ir de visita al zoo me di cuenta de la atrocidad que se comete con estas especies, grandes y pequeñas al privarles de su libertad y jamás he vuelto a ir y cuando se ha presentado la ocasión he intentado hacer desistir de que lleven a los niños allí.
    La libertad, tal y como dices no es hacer lo que nos venga en gana, la libertad es actuar con respeto y amor hacia nosotros mismos y hacia todo lo que nos rodea, ser coherente con lo que decimos y con lo que hacemos y no dañarnos los unos a los otros ya que todos formamos parte de una misma unidad.
    Una grandiosa reflexión querida amiga.
    Te dejo un abrazo inmenso con todo mi cariño y mis deseos de que tengas un muy feliz inicio de semana.

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    1. Hola querida Marina, que bueno recibirte y leer tu generoso comentario reflexivo acaparando todo y resaltando esa inconsciencia que los humanos hemos desarrollado con el tiempo, irrespetando el medio ambiente, a los animales, a nuestros semejantes y a nosotros mismos.
      Gracias amiga por estas huellas que dejas, siempre valoradas y bien recibidas.
      Recibe un fuerte abrazo y que tengas felices días venideros.

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  5. Hola! Privar a un ser humano de su libertad como bien dices, puede tener consecuencias muy serias, desestabilizarlo psicológicamente, anularlo, etc. En definitiva, matarlo en vida.
    Cuando pienso en libertad, siempre me viene a la mente las águilas, tan independientes.
    Un abrazo gigante!

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  6. Hola Yolanda, muchas gracias por tu visita y comentario, y que bueno que resaltes esa parte de la reflexión, porque definitivamente los humanos la estamos pasando muy mal con tanta ausencia de libertades de todo tipo, y la manera de canalizarlo es haciendo un mal uso de ella y convirtiéndola en libertinaje, que a la corta o la larga termina matando nuestra sensibilidad y valores humanos.

    Si, las águilas son tan majestuosas en su alto vuelo, que definitivamente derrochan independencia y serenidad, dos cosas de las que carecemos cada dia mas.
    Gracias y recibe un fuerte abrazo .

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