A lo largo de nuestra vida hemos pasado por muchos periodos de aprendizaje que han resultado tediosos y nos han llenado de incertidumbre antes de lograr completar el objetivo. Ese paso de una condición a otra, de experimentar cosas nuevas y cambios, de dejar atrás aquello que ya no nos aporta nada, ni nos provoca ilusión, ese salto de un estado de consciencia a otro, necesariamente tiene que pasar por un periodo de transición cuyo tiempo va a depender de la libertad emocional y los apegos que seamos capaces de soltar.
La transición es un proceso psicológico y emocional de cambio, que nos prepara para adaptarnos y acomodarnos a una nueva versión de nosotros, nos hace más fuertes, más sabios y más conscientes del lugar en el que estamos y al que queremos llegar, y de quiénes somos y quiénes queremos ser. Pero cuesta mucho mantenerse firme y sereno mientras esto ocurre.
La visualización de quiénes somos, y de quiénes queremos ser, nos puede conducir por caminos verdaderos hacia nuestra mejor versión y nuestro mayor bien, pero para lograrlo debemos pasar por esa transición, que bien podría ser dolorosa o gozosa, dependiendo del grado de madurez de dicha visualización.
“La vida es agradable. La muerte es tranquila. Lo problemático es la transición” (Isaac Asimov)
Dicen que lo que más nos cuesta son los cambios, pero se debe mayormente a ese difícil periodo de transición, donde se deja algo que identificamos como parte nuestra, para conseguir una meta o ideal que se va acercando tan lentamente, que no percibimos su acercamiento, y tenemos cierta tendencia a desesperarnos o incluso a volver a acoger ese algo que habíamos dejado a un lado por nuestro bien.
La transición es estar aparentemente a merced de las circunstancias, pero si nos mantenemos bien enfocados en los resultados que esperamos obtener, por muy preocupantes que parezcan estas circunstancias, no permitiremos que estas nos aminoren o atemoricen, dándoles la importancia que en realidad no tienen.
Bertolt Brecht dijo la siguiente frase:
“La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer”.
Y precisamente ese Ser y no Ser, es la mejor definición de transición, la cual nos hace más vulnerables a desarrollar crisis existenciales. Pero como dije anteriormente, también nos hace más fuertes, sabios y conscientes, la decisión es nuestra.
Si bien es cierto que Isaac Asimov tenía razón, no es menos cierto que en nosotros está el control y la capacidad de suavizar y sobrellevar ese periodo de transición, con pensamientos objetivos, y sabiendo que, todo proceso de cambio toma tiempo y debe dejarse desarrollar internamente y madurar, para que cuando salga al exterior esté bien enraizado y nos pueda llenar de satisfacciones y gozo verdadero, de lo contrario, perecerá sin haber visto la luz exterior.
Definiría la palabra transición, como la madre de la palabra transformación, ya que sin esta no hay la otra, pues nada se transforma al instante, todo toma tiempo, o al menos pasa por un inevitable y necesario periodo de transición.
Si nos detuvieramos por varios días a observar el cielo, desde el amanecer hasta el atardecer, sus cambios de colores, sus nubes, y toda su esplendorosa transición diaria, para dar paso a la apacible y encantadora noche, nos diéramos cuenta de que no existen nunca dos días iguales, así entenderíamos con más facilidad que el proceso de transición es maravilloso, pues cada momento que atravesamos es único, irrepetible e imprescindible para brillar con luz propia.
Para una servidora, fue muy difícil hacer esa transición de quien era a quien soy, ambas muy parecidas, pero con una diferencia muy marcada, antes dudaba y no estaba consciente de quién era y por qué era así, ahora felizmente lo estoy, ya no me hago resistencia, y las dudas se las dejo a los que aún no entienden, o no aceptan mi proceso de transformación.
Un buen amigo, a quien agradezco mucho la ayuda brindada en estos años blogueros y de cambios, me escribió recientemente lo siguiente:
“No dejes de visitarte, ve a tu cuartito íntimo ahí en tu mundo y suéltate por todo el universo hasta que sientas que esta Harol que conoces desaparece”.
Gracias por esa grandiosa recomendación Emilio Fernández, me da una pista para tomar un atajo y seguir avanzando en mi transformación.
Y para finalizar, dándole un toque musical a esta entrega, les dejo esta canción, interpretada por la melodiosa y hermosa voz del cantante boricua Danny Rivera, titulada “Al borde de la vida”.
Sus letras, son una muestra de lo dramático que podría ser el período de transición de cualquier situación cuando entramos en crisis existenciales. Si sabemos fluir, terminamos viendo la luz al final del túnel.
Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.
Gracias amiga por el cumplido. El que unas palabras ayuden en un proceso de transición, solo es posible si quien las usa está en capacidad de convertir esa idea en una experiencia. Y tú lo has logrado. Gracias amiga por concederme el honor.
ResponderBorrarEmilio, las GRACIAS, así en mayúscula son para ti amigo, el arduo trabajo en tu blog "Actividad pensativa", dándonos tantas pautas para tomar el control de nuestros pensamientos, y todos tus escritos reflexivos para mejorar la calidad de vida y entender en qué consiste el estar "Haciendo Nada" es un preciado obsequio que pocos hacen gratuitamente.
BorrarGracias por tus palabras, el honor es mío.
Un placer tener tus huellas y tu amistad. Sigamos fluyendo y aportando ideas al pensante para el bienestar de la humanidad.
Buen día, Idalia.
ResponderBorrarQué buena reflexión en cuanto al significado profundo de la transición que por otra parte demuestra como el humano supo encontrar las palabras exactas para definir periodos. En definitiva, la vida es una transición hacia la muerte si miramos con las luces largas y en sí mismo cada día que tenemos la suerte de vivir es una transición en la compañía de los astros que nos marcan las horas del día y quizás nuestros anhelos e ilusiones.
Seguimos pensando amiga je, je.
Un beso hasta tu Caribe.
Hola Miguel, perdón por la tardanza y muchas gracias por las palabras y lo que traes a colación sobre la vida y la muerte, muy cierto que la vida es una transición hacia la muerte, y creo que viceversa, la muerte es una transición hacia una nueva vida.
BorrarUn placer tus huellas marcianas, te envio otro beso hasta ese Madrid que ya debe de estar algo fresco..
¡Hola, Idalia! Qué certera reflexión y que excelentes citas para ilustrarla. En esta época donde tanto nos gusta la etiqueta y la seguridad es bueno comprender que cada ser humano es como un rio, siempre está ahí pero sus aguas nunca son las mismas. Y es que aunque tengamos una base de personalidad, la misma siempre es cambiante, bien por nuestra propia evolución, bien porque las circunstancias nos empujan a ello. Ansiamos algo, lo alcanzamos, lo disfrutamos, pero tarde o temprano lo agotamos y eso hace que dejemos de disfrutarlo y busquemos algo nuevo. Pero lo nuevo es incierto, y lo ya alcanzado tiene la poderosa arma del apego. Esta lucha entre lo tangible aunque insatisfactorio y lo que buscamos aunque intangible es el momento de crisis, de transición. Esa cita de Brecht es ilustrativa en este sentido.
ResponderBorrarCreo que te lo he comentado muchas veces, la felicidad es un equilibrio entre las tres variables Lo que soy, Lo que debo ser y Lo que quiero ser. Y cada una de ellas, además, no es inmutable sino variable. Un fuerte abrazo!!
¡Hola David! perdón por la tardanza, pero aqui estoy.
BorrarGracias por lo que expresas sobre la reflexión, y por el buen ejemplo que expones sobre la frase de Brecht.
Si que me has comentado en otras ocasiones sobre ese equilibrio que da la felicidad, también mi padre me lo ha dicho, pero con respecto al matrimonio, o sea, con quien te quieres casar, con quien te debes casar y con quien te casas, si las tres personas son las mismas, el éxito está asegurado..
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Un verdadero placer leer tu comentario David. Te envío un fuerte abrazo de vuelta.
Transición.... transformación, tan cierto lo que dices, Harolina. Y es inevitable el cambio si en verdad consideras que por lo que pasas, debe, pasar la transición.
ResponderBorrarSolo la atenta mirada a lo que acontece en nuestro interior, nos puede dar las pistas para ese cambio necesario. Si bien resulta difícil el camino a seguir, la constancia nos dará el premio. Entretanto, algo más se debe aprender.
Me alegra muchísimo, querida, que hayas conseguido traspasar esa barrera, y cesado la resistencia, nada peor que esta para el cambio al que debemos llegar y dónde esta también, nuestro equilibrio a todos los niveles.
Gracias, por compartir este gran pedazo tan sublime de ti, acompañado con esas fabulosas citas, en las que se encuentra también la de Emilio, y que fue un buen detonante para tu bienestar. La música, tan cálida y bella queda armonizada con todo.
Que tengas una excelente semana, amiga, llena de instantes felices.
Besos y abrazos!
Querida Mila, muchas gracias por pasarte y por la retroalimentación que dejas, resaltando esa atenta mirada interior, clave para no resistirnos a los necesarios cambios.
BorrarSigo aprendiendo amiga y tratando de no retroceder, aunque no siempre se avance, al menos no retroceder, es ya una manera de avanzar silenciosa, casi estática aunque en realidad no es así, solo que los humanos somos impacientes por naturaleza.
A Emilio seguro lo recuerdas de google+, ha sido una persona que ha aportado beneficios a mi periodo de transición, sus claros conceptos lo han hecho más llevadero y entendible.
La canción me gusta mucho y el artista, me fascina su bella voz.
Gracias amiga del alma por venir, y perdona lo tarde, besos y muchos abrazos para ti.
Creo que sí, lo que realmente se hace costoso y a veces muy duro el período de transición del cambio, la adaptación a lo nuevo supone desde luego tiempo y paciencia, aunque muchas veces cuesta mantener la calma y pensar en positivo. Es un proceso que puede hacerse estresante y sobre todo por los pensamientos que nos vienen a la mente si el objetivo del cambio no se vislumbra de inmediato, porque pretendemos que todo vaya como la seda y conseguir nuestro propósito con rapidez y esto nos lleva a pensar si nos hemos equivocado con la decisión tomada. La frase donde haces referencia al miedo a lo que hay afuera es muy acertada ya que la mayoría de veces no nos atrevemos a dar el paso, a tomar decisiones que suponen cambios importantes precisamente por el miedo a lo que nos podemos encontrar y eso nos limita, coarta nuestra libertad.
ResponderBorrarTodos los cambios suponen nuevas experiencias, nos enriquecen, al margen de como hayamos vivido la transición, nos sirven de un gran aprendizaje, aunque pienso que los cambios continuos pueden generar mucho estrés.
Querida Harolina, gracias por tus sabias reflexiones con las que siempre aprendo.
Las citas e imágenes seleccionadas son de lo más acertadas.
Te dejo un abrazo inmenso con todo mi cariño y gratitud. Que disfrutes mucho del fin de semana, querida.
P.D: Me encantó la canción.
ResponderBorrarMarina, muchas gracias por venir, me ha gustado tu resumen y lo bien que lo expresas, acertado y sobre todo muy puntual, haciendo énfasis en ese miedo al cambio, en lo rápido que queremos ver los resultados y en esas dudas que afloran, de si hicimos lo correcto o nos equivocamos. Todo esto es lo que hace más difícil ese proceso de transición.
BorrarY por supuesto que muchos cambios a la vez son el detonante perfecto para el stress, la depresión o hasta la locura, todo en raciones pequeñas se digiere mejor.
También a mi me encanta la cancion, te dejo un fuerte abrazo querida amiga.
Que tengas un hermoso mes de octubre.