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viernes, 30 de septiembre de 2022

Resguardando esperanzas

Empezó la nueva temporada del Tintero de Oro, y vino con algunas novedades inmediatas, entre ellas administradores auxiliares para darle un merecido respiro a su creador, David Rubio Sánchez.

Esta temporada de micros la ha inaugurado uno de esos administradores auxiliares, conocido por todos como Pepe, y tratándose de él y de la propuesta que hace para este micro, no quería faltar a la convocatoria, así que presté un poco de atención a las musas y surgió este microrrelato alusivo al Tintero y a David. Por supuesto, siguiendo las reglas de no pasarse de 250 palabras y usar una cita, preferiblemente de un escritor, como inspiración.




La siguiente cita ha sido la usada para inspirarme en el micro.

“Que tus decisiones sean un reflejo de tus esperanzas, no de tus miedos” Nelson Mandela




Resguardando esperanzas (Licencia para escribir)     249 palabras


— David, te veo preocupado, luces cansado…

— Hace tiempo vengo buscándole la vuelta a esto del blog. Ha crecido y dado muy buenos frutos, pero el cuidado que debo darle para mantenerlo bien alimentado, y pueda seguir alimentando a otros aspirantes y escritores, me está desgastando y quitando inspiración propia ¡Y con lo que me gusta leer y escribir! No veo otra salida.

—Bueno, integrando otros administradores, el blog seguirá creciendo y tú podrás tomártelo con más calma y continuar escribiendo, no se hable más, suelta esa convocatoria. 

— Ya lo hice, y se han anotado varias personas. Es que no solo se trata de mí como escritor. El blog me ha servido para desarrollar mi creatividad, llenar algunos vacíos, crecer y relacionarme con tantas personas… Pero ya el Tintero tiene vida propia, detener su crecimiento sería automutilarme negándole el crecimiento a los otros, y ese río de tinta es imparable, en él se forjan los sueños…  

—Me gusta verte reír con ese brillo tan peculiar en los ojos David. Vale, ya verás cómo en unos meses todo esto sigue viento en popa y tus temores quedan atrás.

—No me malinterpretes, no son miedos, es por no arruinar mis esperanzas de que El Tintero, algún día, sea tan valioso como el oro, y nos devuelva la alegría de escribir a todos. 

—Eso suena genial, que no se pierda la magia del libro, tienes mi apoyo incondicional.

—Brindemos por esos nuevos administradores que ya empezaron a dar ideas y a debutar.

🍷   👀  👀  👀  👀  👀  


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

lunes, 12 de septiembre de 2022

Hablando de transiciones

A lo largo de nuestra vida hemos pasado por muchos periodos de aprendizaje que han resultado tediosos y nos han llenado de incertidumbre antes de lograr completar el objetivo. Ese paso de una condición a otra, de experimentar cosas nuevas y cambios, de dejar atrás aquello que ya no nos aporta nada, ni nos provoca ilusión, ese salto de un estado de consciencia a otro, necesariamente tiene que pasar por un periodo de transición cuyo tiempo va a depender de la libertad emocional y los apegos que seamos capaces de soltar.




La transición es un proceso psicológico y emocional de cambio, que nos prepara para adaptarnos y acomodarnos a una nueva versión de nosotros, nos hace más fuertes, más sabios y más conscientes del lugar en el que estamos y al que queremos llegar, y de quiénes somos y quiénes queremos ser. Pero cuesta mucho mantenerse firme y sereno mientras esto ocurre.

La visualización de quiénes somos, y de quiénes queremos ser, nos puede conducir por caminos verdaderos hacia nuestra mejor versión y nuestro mayor bien, pero para lograrlo debemos pasar por esa transición, que bien podría ser dolorosa o gozosa, dependiendo del grado de madurez de dicha visualización.

“La vida es agradable. La muerte es tranquila. Lo problemático es la transición” (Isaac Asimov) 

Dicen que lo que más nos cuesta son los cambios, pero se debe mayormente a ese difícil periodo de transición, donde se deja algo que identificamos como parte nuestra, para conseguir una meta o ideal que se va acercando tan lentamente, que no percibimos su acercamiento, y tenemos cierta tendencia a desesperarnos o incluso a volver a acoger ese algo que habíamos dejado a un lado por nuestro bien. 




La transición es estar aparentemente a merced de las circunstancias, pero si nos mantenemos bien enfocados en los resultados que esperamos obtener, por muy preocupantes que parezcan estas circunstancias, no permitiremos que estas nos aminoren o atemoricen, dándoles la importancia que en realidad no tienen.

Bertolt Brecht dijo la siguiente frase: 
“La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer”.

Y precisamente ese Ser y no Ser, es la mejor definición de transición, la cual nos hace más vulnerables a desarrollar crisis existenciales. Pero como dije anteriormente, también nos hace más fuertes, sabios y conscientes, la decisión es nuestra.

Si bien es cierto que Isaac Asimov tenía razón, no es menos cierto que en nosotros está el control y la capacidad de suavizar y sobrellevar ese periodo de transición, con pensamientos objetivos, y sabiendo que, todo proceso de cambio toma tiempo y debe dejarse desarrollar internamente y madurar, para que cuando salga al exterior esté bien enraizado y nos pueda llenar de satisfacciones y gozo verdadero, de lo contrario, perecerá sin haber visto la luz exterior. 




Definiría la palabra transición, como la madre de la palabra transformación, ya que sin esta no hay la otra, pues nada se transforma al instante, todo toma tiempo, o al menos pasa por un inevitable y necesario periodo de transición. 

Si nos detuvieramos por varios días a observar el cielo, desde el amanecer hasta el atardecer, sus cambios de colores, sus nubes, y toda su esplendorosa transición diaria, para dar paso a la apacible y encantadora noche, nos diéramos cuenta de que no existen nunca dos días iguales, así entenderíamos con más facilidad que el proceso de transición es maravilloso, pues cada momento que atravesamos es único, irrepetible e imprescindible para brillar con luz propia.

Para una servidora, fue muy difícil hacer esa transición de quien era a quien soy, ambas muy parecidas, pero con una diferencia muy marcada, antes dudaba y no estaba consciente de quién era y por qué era así, ahora felizmente lo estoy, ya no me hago resistencia, y las dudas se las dejo a los que aún no entienden, o no aceptan mi proceso de transformación.




Un buen amigo, a quien agradezco mucho la ayuda brindada en estos años blogueros y de cambios, me escribió recientemente lo siguiente: 

“No dejes de visitarte, ve a tu cuartito íntimo ahí en tu mundo y suéltate por todo el universo hasta que sientas que esta Harol que conoces desaparece”.  

Gracias por esa grandiosa recomendación Emilio Fernández, me da una pista para tomar un atajo y seguir avanzando en mi transformación.

Y para finalizar, dándole un toque musical a esta entrega, les dejo esta canción, interpretada por la melodiosa y hermosa voz del cantante boricua Danny Rivera, titulada “Al borde de la vida”. 
Sus letras, son una muestra de lo dramático que podría ser el período de transición de cualquier situación cuando entramos en crisis existenciales. Si sabemos fluir, terminamos viendo la luz al final del túnel.




I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

jueves, 1 de septiembre de 2022

Vibrando en sintonía

Hola amigos, de nuevo por estos lares virtuales.
 
Espero que hayan tenido unas hermosas vacaciones y que el deseo de seguir cultivando, regando y esperando la cosecha, siga latente en todos ustedes, con mucha ilusión, con la paciencia necesaria y la madurez y sabiduría para sacarle buen provecho y compartir sus frutos.

Voy a retomar la despedida temporal de Mila Gómez (alguien muy querida por todos los que conocemos su trayectoria virtual, y a quien admiro y estimo de una manera muy especial).
 
En la última entrada de su blog “Encuentros”, ella usó una frase que me llegó como un flash, me hizo un guiño y no la pude sacar de mi cabeza. Es la siguiente:

¡Y no pasa nada mientras está ocurriendo todo!




Le comenté que en esa frase está contenida la grandeza de la verdad de la vida, y su eterna existencia.

Quisiera abundar un poco más en esa frase y en esa respuesta. 

Piensen por un momento en la cantidad de cosas que se amoldan a esta frase, pero tomemos solo algunos ejemplos:

Cuando siembras una semilla y esta se mantiene debajo de la tierra sin que notemos su crecimiento, a veces hasta llegamos a pensar que se murió y no germinará, pero no es así.

El movimiento de los astros, hablemos específicamente del planeta tierra. Mientras ejecuta sus movimientos de rotación y traslación, los cuales ni sentimos, van sucediéndose a corta duración el día y la noche, y a larga duración, las estaciones del año.

La superficie del mar, luce mayormente en calma, pero en su interior ocurre tanto... Hay infinidad de vida marina, no nos alcanzaría la vida para descubrirla.

Cuando miras por primera vez a tu hijo recién nacido, y solo te quedas quieto, ensimismado sin parar de mirarlo, pero en tu interior hay un torbellino de emociones fuertes y grandiosas, sintiéndote la persona más dichosa de la tierra.
 
Otro ejemplo, el más cercano de todos para nosotros, es la cantidad de funciones que ejecuta por sí solo el cuerpo humano sin que nos enteremos de ello. Como cuando vemos a alguien sentado en un banco en completa calma, pero en su interior hay un constante bombeo y una maquinaria trabajando sin descanso con exactitud, para mantenerlo sentado en ese banco, respirando y descansando.

En todos estos casos y muchos más, se podría decir que aparentemente “no pasa nada mientras está ocurriendo todo”. Y eso aplica a la mayoría de las cosas de la vida.




Aunque mi respuesta de que en esa frase está contenida la grandeza de la verdad de la vida, y su eterna existencia, salió de golpe, casi sin pensar en lo que decretaba, el subconsciente sabe, pues no deja de ser una gran realidad.

Y si nos vamos de viaje al exterior del planeta, por todas las galaxias y el universo, nos daremos cuenta de que en esa aparente calma de la existencia, hay una sincronización perfecta, un equilibrio universal que rige la monotonía de toda vida, donde no parece estar pasando nada mientras está ocurriendo todo. 




Sencilla y arrebatadoramente, me encantó esa frase.
Gracias MILA GÓMEZ, por regalarnos esa gran verdad universal. 

Puedes estar en la serenidad de tu terraza contemplando de nuevo el cielo nocturno, y yo en la tranquilidad de mi hogar redactando esta entrada, “Y no pasa nada mientras está ocurriendo todo”...  


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.